Día 340 | Gálatas 1 – 3
¡Llegamos al libro de Gálatas! Muchos creen que es la carta más intensa del apóstol. Veremos muchas emociones manifestadas aquí. Pablo presentará con firmeza su posición respecto a temas como: la justificación, la gracia, el evangelio. Esta ciudad, por lo que nos dice el versículo 2, parecía tener varias iglesias. Me encanta cómo en los versículos del 2 al 5, Pablo expone el evangelio y nos recuerda que Jesús dio Su vida por nosotros. Él pagó nuestros pecados en la cruz del calvario y eso fue exactamente el plan perfecto de Dios, por lo cual Dios es digno de toda gloria y honra.
Pablo, apóstol del Señor, es el autor de esta carta que inicia dando a conocer de dónde proviene su autoridad. Dicha autoridad no fue dada por ningún grupo en particular, por ninguna autoridad humana, ni mucho menos …
¡Llegamos al libro de Gálatas! Muchos creen que es la carta más intensa del apóstol. Veremos muchas emociones manifestadas aquí. Pablo presentará con firmeza su posición respecto a temas como: la justificación, la gracia, el evangelio. Esta ciudad, por lo que nos dice el versículo 2, parecía tener varias iglesias. Me encanta cómo en los versículos del 2 al 5, Pablo expone el evangelio y nos recuerda que Jesús dio Su vida por nosotros. Él pagó nuestros pecados en la cruz del calvario y eso fue exactamente el plan perfecto de Dios, por lo cual Dios es digno de toda gloria y honra.
Pablo, apóstol del Señor, es el autor de esta carta que inicia dando a conocer de dónde proviene su autoridad. Dicha autoridad no fue dada por ningún grupo en particular, por ninguna autoridad humana, ni mucho menos fue autoimpuesta. Más bien, es la autoridad que le fue dada por el mismo Jesucristo.
En el capítulo 1, Pablo inicia hablando sobre la gracia y el evangelio, nos repite un concepto ya visto en Romanos: por gracia somos salvos, y la realidad de que el evangelio es la verdadera buena noticia. También vemos en los vv. 6-7, la preocupación de Pablo al escribir esta carta:
«Me maravillo de que tan pronto ustedes hayan abandonado a Aquel que los llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente, que en realidad no es otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban a ustedes y quieren pervertir el evangelio de Cristo».
Al parecer, los Gálatas fueron fácilmente engañados y se desviaron a seguir un evangelio diferente al de Cristo. Y nosotras no somos diferentes a ellos, muchas veces también somos engañadas y quitamos nuestra vista de Cristo y Su evangelio. Nadie está exento de ello, es por eso que necesitamos vivir en la Palabra de Dios, recordarnos diariamente el evangelio y vivir vidas que apunten siempre a Cristo.
En el versículo 10, Pablo también habla de sí mismo, de que no se considera como alguien importante, ni mucho menos le interesa la simpatía de la gente. Por el contrario, nos deja ver claramente que seguir a Cristo no es ser popular ni mucho menos algo que los hombres aplaudan. Qué diferencia a lo que vemos hoy día. Es triste ver a cristianos buscando el aplauso del mundo, buscando plataformas para ser reconocidos, dejando de lado lo que realmente importa: ser siervos. Pablo nos deja claro, al recorrer su propio pasado, que el único motivo de Dios al revelarse a una persona es solamente para que le proclame a Él, para que muestren a Cristo.
Que podamos ser como Pablo, que nuestro interés sea que Dios sea visto y no nosotras, que prediquemos a Cristo y a éste crucificado; que recordemos que el siervo no es mayor que su señor; y que nuestras vidas deben ser un reflejo de Su gloria, no un espejo de nuestra gloria.
Capítulo 2
En este capítulo, Pablo se concentra en explicar las razones de por qué hizo las cosas de la manera en que las hizo: esperó 14 años para ir a Jerusalén, no hizo algo público, no lo publicó en las noticias, sino que se reunió con los principales líderes para exponer el mensaje y asegurarse de que todos estuvieran en la misma página; buscó la unidad. Vemos cómo en ese mismo contexto habla de Tito y toca el tema de la circuncisión, y vemos cómo magistralmente toca un tema que era importante para los líderes de Israel, pero que no tenía ya parte en el nuevo pacto.
Una vez más, no veo diferencia en muchas de nosotras hoy día. Algunas veces dentro de la iglesia exigimos actividades que nos dan «estatus» y agregamos cosas que no son necesarias y las elevamos por sobre lo que dicta la Palabra. Lo realmente relevante es lo que la Palabra de Dios nos dice. También leímos acerca de la confrontación de Pablo a Pedro por su actitud e hipocresía; qué bueno que podemos encontrar relatos tan vívidos y específicos en la Palabra de Dios, donde podemos vernos reflejadas y aprender de lo allí expuesto.
Vemos a Pablo en este capítulo explicar el porqué de su ministerio a los gentiles, y lo equipara con el de Pedro a los judíos, y dice que el mismo Dios que trabaja a través de Pedro es el mismo Dios que trabaja a través del apóstol de los gentiles. Dios tiene un llamado para cada una de nosotras, por eso es que debemos enfocarnos en ese llamado que Dios ha hecho a nuestra vida. Donde sea que esté tu trinchera, es allí donde debes ser fiel a lo que Él ha puesto en tus manos.
Hacia el final de este capítulo nos recuerda la única forma en la que somos justificados, judíos y gentiles, todos por igual: «Sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley. Puesto que por las obras de la ley nadie será justificado» dice el versículo 16 (énfasis añadido).
Pablo nos anima a no tomar la gracia de Dios en vano, como muchos hasta el día de hoy lo siguen haciendo. Necesitamos recordar que no es por nuestro desempeño, sino por una relación personal con Él, que todo fluye. No olvidemos que es a través de la muerte de Cristo que podemos estar en paz con Dios.
Medita y memoriza estos versículos el día de hoy:
«Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la ley, entonces Cristo murió en vano». –Gálatas 2:20-21
Capítulo 3
Este para mí es sin duda el capítulo central de la carta. Luego de que Pablo mostró el evangelio, su ministerio y la gracia, pasó a enfocarse en aquellos que se han desviado del mensaje. Viene la fuerte confrontación, los llama prácticamente «tontos» por haberse dejado «fascinar» o engañar. Me gusta en particular el versículo 3, ya que expone lo ridículo que lucen, y lucimos muchas veces, queriendo empezar a querer ser justos a través de nuestro propio esfuerzo, como si eso fuera posible: «¿Tan insensatos son? Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿van a terminar ahora por la carne?».
Pablo es incisivo y les pregunta dos veces si fue por seguir la ley que fueron salvos; y si hay algo que podemos ver en los escritos de Pablo, es que valoraba y amaba esa gracia inmerecida. Él reconocía su condición caída y que nunca podría alcanzar la salvación por sí mismo. Muchas veces somos como los gálatas, se nos olvida cómo fue que llegamos a Cristo, y luego nos creemos más santas que los demás.
«Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: “Maldito todo el que cuelga de un madero”, a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe».–Gálatas 3:13-14
Una de las palabras que nos describen luego de que venimos a Cristo es «redimida». Qué maravilla es saberme redimida, que alivio trae a mi corazón el saber que eso soy delante de Dios, y recordar que solamente Cristo puede mediar entre el hombre y Dios. No soy yo, no es mi capacidad, no es lo que yo pueda hacer, sino lo que Cristo hizo por mí.
Y tú, ¿qué has aprendido de estos capítulos acerca del carácter de Dios? ¿Con qué verdades te identificas?
Nos encantaría leer cómo el Señor habló verdad a tu corazón con la lectura bíblica de hoy. ¡Déjanos tus comentarios!
«Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: “Maldito todo el que cuelga de un madero”, a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe». –Gálatas 3:13-14
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