Perteneciéndole a Dios

La mayoría de nosotros nos resistimos al concepto de la esclavitud.  La palabra esclavo se pega en nuestra garganta, como bien debería si estamos hablando de una persona que es propiedad de otro contra su voluntad.  Pero es absolutamente apropiado que los seres humanos escojan ser esclavos del Señor Jesús, a quien ellos aman y anhelan servir toda su vida.

El libro de Éxodo incluye un escenario que ilustra claramente lo que significa ser un esclavo en el sentido espiritual.

Un Tipo Diferente De Perforación De La Oreja

En los días del Antiguo Testamento, los Judíos pobres ocasionalmente eran forzados a venderse al servicio de sus compañeros Judíos.  La Ley requería que todos los siervos debían ser tratados con justicia y que debían ser liberados al final de seis años.  Pero en Éxodo 21:2-6, encontramos una opción inusual cuando una persona cumplía su tiempo de servidumbre. 

Tal siervo pudo haber desarrollado una relación fuerte y positiva con su amo y podría estar agradecido por la manera en que fue tratado. Y así, aunque no estaba bajo ninguna obligación a quedarse como esclavo, el querría quedarse.  Él entonces podría tomar una decisión voluntaria a convertirse en esclavo permanente.

En este caso, el sirviente no firmaría un contrato de trabajo por seis años más. Estaría haciendo un compromiso de por vida.  Se estaría rindiendo a sí mismo y renunciando a todos sus derechos—permanentemente—y sometiéndose a su amo.

La naturaleza de la nueva relación a su amo no sería ningún secreto.  La transacción debía hacerse en una ceremonia pública donde un instrumento afilado se usaría para hacerle una perforación, un agujero en la oreja del siervo, significando obediencia a la voz de su amo.

Además, esta decisión sería irreversible.  Una vez el siervo había pasado por la ceremonia de la perforación de la oreja, siempre estaría marcado como un esclavo.  Siempre tendría un agujero en su oreja para recordarle que él ya no se pertenecía a sí mismo.

Sirvientes del Siervo del Señor

Aparte de la importante relevancia que tenía Éxodo 21 para algunos Hebreos antiguos, ¿por qué supones que Dios puso esta descripción de esclavitud voluntaria en Su Libro?  Yo creo que es con la intención de señalarnos a Cristo y para representar nuestra relación con Él.

Refiriéndose proféticamente a la muerte ungida de Cristo, un salmista escribió desde la perspectiva de Cristo,

A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero mis oídos has perforado…me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío. (Salmo 40:6, 8, NVI, letra itálica añadida).

Y el Nuevo Testamento corrobora esta interpretación de Jesús como un esclavo voluntario.

Filipenses 2:7 nos dice que cuando el Señor Jesús vino a este mundo, Él tomo la “forma de siervo.”  La palabra “siervo” en ese versículo se traduce como doulos, refiriéndose a la forma más baja de esclavitud.  Así que se nos deja con una conclusión inevitable: En obediencia a la voluntad de Su Padre, y por amor a Su Padre, Jesús se ofreció a sí mismo a ser un esclavo para poder librar aquellos que estaban en esclavitud al pecado.

Pero eso no es todo lo que el Nuevo Testamento tiene que enseñarnos acerca de ser esclavos espirituales.  No solamente Cristo, sino también Sus seguidores se someten a la esclavitud a Dios.

Los apóstoles Pedro y Pablo, junto con Santiago y Judas, siguieron las pisadas del Gran Esclavo cuando cada uno de ellos se identificó a sí mismo como un doulos—un esclavo—de Jesucristo (Romanos 1:1; Santiago 1:1; 1 Pedro 1:1; Judas 1).

Estos primeros seguidores de Cristo proveen un patrón para todos los hombres y mujeres que desean ser como su Señor.  Todos debemos ofrecernos como esclavos al Señor.

Una Oración por Perforación

He llegado a creer que no hay llamado más grande que ser marcado como esclavo de Cristo—dar mi vida en servicio del Amo que he aprendido a conocer, a amar y confiar.  Por muchos años, mi oración ha sido “Dios, hazme una mujer con una perforación en mi oreja.  Quiero ser identificada como una esclava de Jesucristo.”

Ahora, no creas que eso me hace una especie de súper santa.  Nada que Dios ha requerido de mi puede comenzar a repagar la deuda que yo le debo.  Además, el corazón que Él me ha dado debe ser—y puede ser—el corazón de cada hijo de Dios.

Haciéndolo Personal

¿Has estado actuando más como un siervo temporal de Dios o como Su esclavo voluntario permanente?  Ve a Él en oración y compromete toda tu vida, presente y futuro, a Él.

© Revive Our Hearts. Adaptado de “Rendición: El Corazón en Paz con Dios” por Nancy Leigh DeMoss. Usado con permiso.
www.AvivaNuestrosCorazones.com

 

Sobre el autor

Nancy DeMoss Wolgemuth

Nancy DeMoss Wolgemuth ha tocado las vidas de millones de mujeres a través del ministerio de Aviva Nuestros Corazones y del Movimiento de Mujer Verdadera, llamando a las mujeres a un avivamiento espiritual y a la feminidad bíblica. Su amor por Cristo y por Su Palabra es contagioso y permea todos sus alcances, desde sus conferencias hasta sus programas de radio.

Ha escrito veintidós libros, incluyendo Mentiras que las mujeres creen y la Verdad que las hace libres, En busca de Dios (junto a Tim Grissom), y Adornadas. Sus libros han vendido más de cuatro millones de copias y están llegando a los corazones de las mujeres alrededor del mundo. Nancy y su esposo, Robert, radican en Michigan.