Cuando era niña (y debo admitir que aún de grande) solía buscarle una explicación a cada cosa, en especial cuando se trataba de un “no”. Puedo recordarme respondiendo “Pero, ¿por qué no?”... Mis habilidades de persuasión consistían básicamente en cambiar el no de cualquier persona por un sí. Pero al ser adoptada por Dios como Su hija me enfrento a la realidad muchas veces dolorosa de que no puedo persuadir a mi Padre celestial para que cambie sus “no”.
Nuestras reacciones ante los “no” del Señor revelan mucho de nuestro corazón. En primer lugar, deja salir nuestros ídolos. ¿Sientes que se te va la vida cuando Dios dice no a una relación que anhelabas? Está bien sentirse un poco mal por un anhelo insatisfecho en especial cuando teníamos expectativas al respecto, si ese dolorcito no te hace venir en sumisión y gratitud a Dios sino rebelarte, entonces “eso” a esa persona es un ídolo en tu corazón.
Por otro lado, esa “pataleta espiritual y emocional que hacemos ante un no de nuestro Padre celestial deja en evidencia que quizás no le conocemos y no confiamos en Sus planes para nosotras. Existen muchas imágenes de “motivación” con frases como: “Dios tiene algo mejor para ti” y no es que esto no sea cierto pero nuestra confianza debe venir de conocer quién es Él y cuáles son sus atributos; no podemos entender lo que Dios basadas en nuestras emociones o en nuestros anhelos.
Algo que ha cambiado significativamente mi forma de recibir cada “no” es aprender día a día más sobre el Señor a través de Su Palabra, de manera especial este versículo me ha ayuda a responderme ese “¡¿Por qué no?!” tan pronto como se levanta en mi mente….
Tú eres bueno y haces únicamente el bien; enséñame tus decretos. (Salmo 119:68)
Piensa en esto unos segundos… ¿Has dudado de la bondad de Dios cuando Él te dice no? ¿Se te hace difícil comprender cómo esto que Él acaba de permitir para tu vida puede ser bueno? Cuando te sientas tentada a alimentar tus dudas con mentiras, corre a la Verdad y recuerda que tu Padre celestial es bueno y hace únicamente el bien de manera que tanto los sí y los que no de Su parte en tu vida son (aunque se sientan de otro forma) ÚNICAMENTE buenos.
Y son buenos porque en la cruz Jesús le pusó un "sí" a todas las promesas de Dios para ti. Al final de cuentas cada "no" es la respuesta a su guianza y protección, tal como lo prometio:
"Conduciré a los ciegos por un camino que no conocen, por sendas que no conocen los guiaré; cambiaré delante de ellos las tinieblas en luz y lo escabroso en llanura. Estas cosas haré, y no las dejaré sin hacer." -Isaías 42:16
Te invito a ser una lista de los “NO” que el Señor te ha dado en este año y dar gracias por cada uno de ellos.
¿Te ha dicho “NO” Dios últimamente? Agradece debajo en la sección de comentarios.
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