Una de las verdades que más paz y gozo trae a mi corazón es saber que el Señor será fiel en completar la obra que inició en mí. Él no me dejará como estoy y mucho menos abandonará la obra de Sus manos. Así es nuestro Padre Celestial, Él termina lo que inicia, ¿qué sería de la creación si así no fuera? Pero ¿cuál es nuestra parte en la obra de santificación? Muchas quizás piensen que es solo cuestión de quedarnos tranquilas y que el Espíritu Santo haga lo que tiene que hacer…
Dios prometió acompañarnos hasta la meta, darnos las fuerzas y la gracia pero no prometió correr por nosotras. Y aunque al principio de nuestro caminar con el Señor estamos dispuesta a hacer lo que sea necesario, desde leer la Biblia cada día, hasta ayunar o abstenernos de cosas, poco a poco ese deseo va disminuyendo y resulta mucho más trabajo hacer lo que tenemos que hacer a pesar de que sabemos que no nos hará bien, es justo en ese momento en el que necesitas conocer a mi amiga “DISCIPLINA”.
Mi relación con ella no siempre ha sido la mejor, en general solo estábamos juntas en mis años de estudio cuando necesitaba obtener una buena calificación o semanas antes de un torneo de karate… Era de esas que a las 13 años amanecía con mi amiga Disciplina con tal de tener una A. Nuestra amistad definitivamente era por temporadas y basada en mis propios intereses… Pero, ¿realmente debía ser diferente? ¿Era necesario invitar a Disciplina a cada unos de mis días? Lee los siguientes párrafos para encontrar la respuesta.
La disciplina es aquello que nos lleva a hacer lo que tenemos que hacer aun cuando no queremos hacerlo. Cuando nuestras emociones nos engañan o las circunstancias nos sacuden, es lo que nos ayuda a seguir corriendo la carrera de la fe a pesar de la tormenta. Tener una relación cercana con la disciplina desde jóvenes en cada área de nuestras vidas nos hará cosechar muchas frutos deleitosos.
El apóstol Pablo animaba al joven Timoteo a ejercitarse para la piedad. La piedad no es algo que llegará sin esfuerzo alguno, es necesario que dispongamos nuestras voluntades a practicar las disciplinas espirituales. Si eres una joven perezosa e indisciplinada eso también tendrá sus consecuencias en tu vida. Los hábitos en los que trabajes hoy, ya sean positivos o negativos tendrán sus efectos en tu vida más pronto de lo que crees.
Quizás el término de disciplinas espirituales es muy nuevo para ti, aquí te comparto dos enlaces. Aquí encontrarás, son los recursos en la página de Aviva Nuestros Corazones, bajo este tópico.
El doctor Donald Whitney escribió un libro titulado: Disciplinas espirituales que está disponible en español. Masiel Mateo realizó una reseña sobre ese libro que puedes encontrar en su blog (aquí).
¿Te consideras una persona disciplinada? Si no, ¿qué crees que podría cambiar eso? ¿Te gustaría que profundicemos más con relación a este tema? ¡Déjanos saber debajo!
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