“Cariño, ¡despierta!”
“Hmmm?”
“¿No recuerdas? ¡El pastor dijo que el hombre de la casa debe levantarse temprano a leer la Biblia!”
(Ronquido)
“¡Enrique, levántate! Este hogar será un hogar cristiano lo quieras tú o no.”
Nancy Leigh DeMoss: ¿Alguna vez has tratado de cambiar a tu pareja y convertirla en una persona más espiritual? Cuando una esposa trata de emprender este tipo de “proyectos”, su enfoque está en cambiar algo por lo cual ella no puede hacer nada: transformar el corazón de su esposo. En realidad, desvía su atención de algo que sí puede hacer —cooperar con el Espíritu Santo para cambiar su propio corazón.
El apóstol Pedro le ordena a las esposas a ser sumisas, aun a sus esposos no creyentes. Luego explica la razón de ello en 1 Pedro 3: “de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la Palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres al observar ellos su conducta casta y respetuosa.”
¿Has estado abordando a tu esposo con palabras rezongonas y demandantes o con una conducta piadosa?
Seeking Him, con Nancy Leigh DeMoss.
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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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