Hemos visto que durante los inicios de la iglesia hubo varios problemas con falsos maestros que ministraban la palabra por dinero, otros que querían imponer la ley, otros que abusaban de la gracia, etc. En varias ocasiones leemos a Pablo, Pedro y ahora Juan y Judas exhortando a los fieles a perseverar en la verdad de la sana doctrina y a defender la verdad no adulterada del evangelio de Jesucristo. Es el mismo llamado para nosotras hoy, y por eso la importancia de estar ancladas en la fuente de toda verdad: la Palabra de Dios.
«Entonces ya no seremos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error». –Efesios 4:14
En las dos cartas de Juan él comparte su sentir acerca del gozo que le da saber que los hermanos «andan …
Hemos visto que durante los inicios de la iglesia hubo varios problemas con falsos maestros que ministraban la palabra por dinero, otros que querían imponer la ley, otros que abusaban de la gracia, etc. En varias ocasiones leemos a Pablo, Pedro y ahora Juan y Judas exhortando a los fieles a perseverar en la verdad de la sana doctrina y a defender la verdad no adulterada del evangelio de Jesucristo. Es el mismo llamado para nosotras hoy, y por eso la importancia de estar ancladas en la fuente de toda verdad: la Palabra de Dios.
«Entonces ya no seremos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error». –Efesios 4:14
En las dos cartas de Juan él comparte su sentir acerca del gozo que le da saber que los hermanos «andan en la verdad» (vv. 2 Jn 1:4; 3 Jn 1:4). Ese gozo debe ser nuestro cuando vemos a las personas que amamos y con los que caminamos estar arraigados en la verdad del evangelio, reflejado también en la forma cómo se aman entre sí y cómo viven.
2 Juan
Juan (el discípulo amado) es el autor de esta carta que abarca tres temas principales:
- La verdad del evangelio de Jesucristo y la importancia de estar arraigados en esta doctrina y practicarla.
Debemos caminar en la Verdad y de acuerdo a Sus mandamientos. Debemos vivir congruentemente con lo que decimos creer.
«Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad… Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros... Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a Él mentiroso y Su palabra no está en nosotros». –1 Jn 1:6, 8, 10
- El mandamiento de amar a los demás.
Estamos llamados a tener comunión con Dios y comunión entre unos y otros. En sus cartas Juan daba mucha importancia al tema del amor, sobre todo del amor demostrado de manera práctica entre los hermanos. La verdad no debe ser algo que solo abrazamos intelectualmente, sino que debe permear la forma como nos relacionamos con los demás. Quienes han creído en el evangelio deben amar a sus hermanos, mostrando así la veracidad de su fe.
- El enemigo no detiene su obra en contra del evangelio.
Aunque estamos llamados a amar, debemos aprender a discernir. El amor no nos debe cegar ante el error; no debemos ignorar el error en nombre del amor. Juan advierte acerca de falsos maestros y exhorta a los hermanos a «ni siquiera recibir en sus casas» a aquellos que rechazaban la verdad de Cristo.
- ¿Vivimos lo que decimos creer?
- ¿Obedecemos el mandamiento de amar a los demás de maneras prácticas?
«Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros». –1 Juan 4:11
3 Juan
La primera epístola de Juan habla de la importancia de tener comunión con Dios a través de Cristo. Su segunda epístola prohíbe la comunión con aquellos que predican una doctrina falsa y su tercera carta enfatiza la necesidad de colaborar, amar y asistir a los verdaderos hermanos.
En esta epístola Juan le escribe a Gayo, reconociendo la hospitalidad y el servicio fiel de él y de Demetrio (ambos son modelos a imitar), y advirtiendo acerca de Diótrefes (quien no se conduce correctamente). Es la carta más corta del Nuevo Testamento.
La hospitalidad es una característica sumamente importante y valorada entre los creyentes; es una virtud que debe ser practicada entre los cristianos. Es un mandato para las viudas (1 Tim 5:10), para los líderes de las iglesias (1 Tim 3:2; Tito 1:8) y para todos los creyentes en general (Rom 12:13; 1 Pedro 4:9).
Gayo y Demetrio trabajaban fielmente mostrando su fe y su amor a los hermanos por medio de su hospitalidad, mientras que Diótrefes era dictatorial, obstaculizante y orgulloso.
- ¿Eres hospitalaria? ¿Cómo pudieras avanzar la causa de Cristo y mostrar su amor abriendo tu hogar a otros?
Judas
Judas, hermano de Jesús, es el autor de esta carta dirigida a cristianos para exhortarlos a velar por la sana doctrina, a ser fieles y advertir de los falsos maestros que sigilosamente (¡por eso hay que estar alertas!) se habían infiltrado en las iglesias. Los exhorta a «contender por la fe».
Se habían identificado algunas herejías engañosas que se manifestaban en una rebeldía a la autoridad de Cristo:
- El abuso de la gracia de Dios o de la libertad que tenemos en Cristo (antinomianismo). Usaban la gracia como excusa para pecar, negando así la autoridad de Cristo en sus vidas.
- Estas personas decían tener autoridad por revelaciones obtenidas en sueños (v. 8); eran una especie de religiosos «súper espirituales» y por tanto podían vivir en rebeldía, de forma inmoral, llenos de codicia. Judas los compara a los ángeles que se llenaron de orgullo y rechazaron la autoridad de Dios, lo cual fue causa de su caída.
- Estas personas engañan a la gente por dinero, eran murmuradores, fanfarrones, egoístas y aduladores para obtener lo que querían, y estaban infiltrados en la congregación haciendo estragos.
Judas les advierte a los verdaderos hermanos creyentes («a los llamados, amados en Dios Padre y guardados para Jesucristo») sobre estos engañadores y los exhorta a madurar en su fe, a la fidelidad, a la mutua edificación, y a la oración; a caminar en el Espíritu, a diferencia de estos hombres que vivían para satisfacerse a sí mismos.
Judas los exhorta a ayudar a los que no son tan firmes en la fe, viéndolos con compasión pero con cuidado de no ser arrastrados conjuntamente con ellos. La carta concluye con la doxología más hermosa que vemos en las Escrituras.
La advertencia es la misma para la iglesia de hoy. El principio de respeto a la autoridad de Jesucristo es fundamental en la vida cristiana. También es imprescindible aprender a reconocer y diferenciar entre la verdad y el error. Con tantos maestros que hay hoy en día debemos estar alertas, mientras al mismo tiempo nos alimentamos con la Palabra de Dios, oramos y ejercitamos el discernimiento. Debemos andar en el Espíritu, permaneciendo ancladas en la Palabra, en comunión con los hermanos, siendo edificadas y velando por la sanidad de la iglesia.
Los verdaderos hijos de Dios serán «guardados en Jesucristo» (v. 1), y probaran ser Sus hijos si «se conservan en el amor de Dios» (v. 21), y Dios los «guardará sin caída y los presentará sin mancha en presencia de Su gloria» (v. 24-25).
¡Esa es nuestra confianza y nuestra esperanza!
- ¿Cultivas el discernimiento espiritual o crees todo lo que lees o escuchas? Seamos como los de Berea (Hech 17:11), busquemos madurar espiritualmente y ejercitemos los sentidos espirituales para saber distinguir entre el bien y el mal; entre la verdad y el error (Heb 5:13-14).
- ¿Estás arraigada en la Palabra de Dios?
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