40 Evidencias de que posiblemente has perdido tu primer amor

1. Durante horas y hasta días piensas poco en Dios.

2. No tienes un fuerte anhelo de pasar tiempo con Él.

3. No tienes un gran apetito por la Palabra; leer la Biblia es mas un bien trabajo —una cosa más en tu lista de cosas por hacer.

4. Pasar tiempo en la oración es una carga/una obligación, en lugar de ser un deleite.

5. Tu adoración es formal, seca, desprovista de vida; lo haces mecánicamente.

6. La oración y la adoración privada es casi inexistente… y es fría y seca.

7. Estás mas preocupada por tu salud física, tu bienestar y tu comodidad, que por la condición de tu corazón.

8. Tienes ansias de comida física, pero no tienes mucho apetito por la comida espiritual.

9 Anhelas tener compañía humana, aun más que cultivar una relación con Cristo.

10. Pasas mas tiempo y esfuerzo en mantener tu apariencia física que en cultivar tu belleza espiritual interna, en pos de agradar a Cristo.

11. Tu corazón hacia Cristo está frio e indiferente; no está tan sensible como antes, la Palabra no lo conmueve como antes ni tampoco los temas espirituales, etc.

12. El cristianismo se ha convertido en una lista de cosas por hacer mas que en una relación con Cristo.

13. Mides la espiritualidad (la tuya y la de otros) por el desempeño, mas que por la condición del corazón.

14. Tu cristianismo se define mas por lo “haces” que por lo que “eres” (hacer vs. ser).

15. Tu obediencia y servicio son movidos y alimentados por las expectativas de los demás o por el deseo de impresionar a otros, mas que por una pasión por Cristo.

16. Te preocupa mas lo que los demás piensen de ti y agradarles a ellos que por lo que Dios sabe de ti y por agradar a Cristo.

17. Tu servicio por Cristo y por los demás es motivado por un sentido de deber u obligación.

18. Te encuentras a ti mismo albergando resentimientos debido al trabajo que pasas y las demandas que vienen con el servicio a Cristo y a los demás.

19. Puedes hablar con los demás sobre los hijos, el matrimonio, las condiciones del tiempo, las noticias, pero sin embargo luchas para hablar del Señor y de los asuntos espirituales.

20. Te da trabajo encontrar algún testimonio fresco que compartir en la iglesia o cuando alguien te pregunta, “¿qué ha estado haciendo Dios en tu vida?”

21. Eres formal, y rígida y dura en los asuntos espirituales en lugar de demostrar gozo y encanto.

22. Eres crítica hacia aquellos que están equivocados doctrinalmente o que viven en pecado.

23. Disfrutas canciones, películas y libros seculares mas que cualquier material que te acerque a Cristo.

24. Prefieres la compañía de personas que no aman a Cristo en lugar de la compañía y la koinonia de aquellos que si le aman.

25. Estás más interesada en la recreación, el entretenimiento y en divertirte que en cultivar tu intimidad con Cristo a través de la adoración, la oración, la Palabra y la koinonía Cristiana.

26. Demuestras actitudes o estás involucrada en actividades que sabes que son contrarias a las Escrituras, pero aún así continuas involucrada en ellas.

27. Justificas “pequeñas” áreas de desobediencia o de compromiso.

28. Te sientes atraída a hábitos pecaminosos del pasado que ya habías dejado cuando te convertiste.

29. Las “pequeñas cosas” que te molestaban y te cargaban la conciencia ya no te molestan tanto.

30. Eres lenta a la hora de responder a la convicción de pecado —o lo ignoras totalmente.

31. Disfrutas ciertos pecados y quieres retenerlos. No estás dispuesta a entregarlos por amor a Cristo.

32. No te duele el pecado —no significa gran cosa para ti.

33. Constantemente te ves atraída hacia ciertos pecados.

34. Te crees moralmente superior y estás mas preocupada por los pecados en la vida de los demás que por los tuyos propios.

35. Te preocupa mas tener la posición correcta que la disposición correcta.

36. Tiendes a ser agarrada con el dinero y las cosas materiales, en lugar de estar dispuesta a llenar las necesidades de los demás.

37. Raramente das sacrificialmente para la obra del Señor.

38. Cuando te enteras de necesidades financieras legítimas dentro del Cuerpo de Cristo, tu iglesia o en algún ministerio, raramente sientes un deseo o una carga para dar.

39. El acumular y mantener las cosas materiales te consume mas tiempo y esfuerzo que el perseguir y cultivar las riquezas espirituales.

40. Hay relaciones quebrantadas entre tu y otros creyentes que no estás dispuesta a ni has tratado de reconciliar.

Apocalipsis 2:1-7

1Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: "El que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que anda entre los siete candeleros de oro, dice esto:

2'Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, y has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos.

3'Tienes perseverancia, y has sufrido por mi nombre y no has desmayado.

4'Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor.

5'Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes.

6'Sin embargo tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.

7'El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.'” 

                                                                

 

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Escritura: Apocalipsis 2:1-7

Sobre el autor

Nancy DeMoss Wolgemuth

Nancy DeMoss Wolgemuth ha tocado las vidas de millones de mujeres a través del ministerio de Aviva Nuestros Corazones y del Movimiento de Mujer Verdadera, llamando a las mujeres a un avivamiento espiritual y a la feminidad bíblica. Su amor por Cristo y por Su Palabra es contagioso y permea todos sus alcances, desde sus conferencias hasta sus programas de radio.

Ha escrito veintidós libros, incluyendo Mentiras que las mujeres creen y la Verdad que las hace libres, En busca de Dios (junto a Tim Grissom), y Adornadas. Sus libros han vendido más de cuatro millones de copias y están llegando a los corazones de las mujeres alrededor del mundo. Nancy y su esposo, Robert, radican en Michigan.