Quebrantamiento: El corazón que Dios aviva

Los soberbios se enfocan en los fracasos de los demás.
Los quebrantados están abrumados con una sensación de su propia necesidad espiritual.

Los soberbios tienen un espíritu criticón de encontrar defectos; miran con un microscopio a las fallas de los demás pero con telescopio a sus propias fallas.
Los quebrantados son comprensivos; perdonan mucho porque son conscientes de cuanto se les ha sido perdonado.

Los soberbios son santurrones; miran en menos a los demás.
Los quebrantados estiman a los demás como superiores a si mismo.

Los soberbios tienen un espíritu independiente, auto-suficiente.
Los quebrantados tienen un espíritu dependiente; reconocen que les hacen faltan otros.

Los soberbios reclaman los derechos; tienen un espíritu exigente.
Los quebrantados ceden sus derechos; tienen un espíritu manso.

Los soberbios son auto-protectorios de su tiempo, sus derechos, y su reputación.
Los humildes se niegan a si mismo.

Los soberbios desean ser servidos.
Los quebrantados se motivan para servirles a otros.

Los soberbios desean ser exitosos. Los quebrantados se motivan a ser fieles y hacerles exitosos a otros.

Los soberbios desean promoción propia.
Los quebrantados desean promocionar a otros.

Los soberbios son impulsados a ser reconocidos y apreciados.
Los quebrantados tienen una sensación de su propia indignidad; se entusiasman con que Dios los utilizarían en absoluto.

Los soberbios quedan heridos cuando otros son promovidos y ellos son ignorados. Los quebrantados son deseosos de ver a otros recibir la gloria; se regocijan cuando otros son exaltados.

Los soberbios tienen un sentir subconsciente, «Este ministerio/iglesia es privilegiado en tenerme a mí y a mis dones»; piensan en lo que ellos pueden hacer para Dios.


La actitud de los corazones de los quebrantados es, «No merezco ser partícipe en ningún ministerio»; saben que no tienen nada de ofrecer a Dios sino la vida de Jesús fluyendo por  sus vidas quebrantadas..

Los soberbios se sienten confiados por lo mucho que saben.
Los quebrantados se humillan por la tremenda cantidad que tienen que aprender.

 

© Revive Our Hearts. Escrito por Nancy Leigh DeMoss. Usado con permiso. www.ReviveOurHearts.com / www.AvivaNuestrosCorazones.com