¿Alguna vez has pensado que para servir a Dios necesitas miles de seguidores o un ministerio visible? Déjame decirte algo revolucionario: tu primer ministerio tiene paredes conocidas... se llama hogar.
Nuestro Dios es un Dios que ama el hogar, de hecho, Él creó el primero para nuestros padres en Génesis, y podemos decir que toda la historia de la humanidad está dentro de dos grandes hogares: el Edén en la creación, perfecto, pero sujeto al pecado; y el celestial, que es perfecto, eterno y nos espera.
Cristo mismo nos enseña la importancia del hogar como un lugar de comunión y esperanza. Él habló de la casa de Su Padre, donde hay muchas moradas, y prometió que fue a preparar un lugar para nosotras (Jn 14:2). Cuando servimos en nuestro hogar, reflejamos ese mismo corazón de cuidado y amor que Él tiene por los Suyos.
Cuando estuvo en esta tierra, sirvió a Sus discípulos, los cuidó, amó y también tomó una vasija y una toalla y les lavó los pies, enseñándoles a servirse de igual manera entre ellos. Ahora, sé que hoy día vivimos en una cultura que nos enseña que es mejor ser servido que servir, que primero estamos nosotras; pero no te dejes engañar, debemos mostrar el corazón de Jesús. Eso nos lleva a vivir una vida contracultura, porque nos guiamos de Su Palabra, no de lo que los demás quieren que hagamos.
Y quizás pienses que es difícil hacerlo en casa, que es más fácil servir a otros en la iglesia, o en el instituto o a tus amigas. Y sí puede ser así, porque los de casa nos conocen y nosotros los conocemos. Ahí Dios nos lleva a amar bíblicamente, a perdonar desacuerdos, a ser compasivas, a tener a los otros como superiores a nosotras mismas. Pero en realidad debemos servir a ambos. Acercarte a alguna chica que está visitando la iglesia por primera vez, o que no tiene amigas, eso es algo que muestra hospitalidad. Servimos y amamos sin esperar recompensa; y la palabra bíblica hospitalidad se refiere a servir al extraño mostrando a Jesús.
En cualquier caso, mi querida joven, servir solo es posible en dependencia del Señor. Quieres reflejar Su carácter porque Él lo está formando en ti, pero he de decirte que el hogar es el lugar ideal para comenzar y poner en alto, como dice Jesús, la lámpara o luz que hay en ti, para que alumbre a otros (Lc. 11:33).
Siendo prácticas, entonces, puedes preguntarte cómo llevar a cabo esto:
Primero, todo lo que hagamos debemos hacerlo como para el Señor, así que pídele que puedas mostrar Su obra en ti con el servicio. Que puedas honrarlo mostrando cuidado por los tuyos.
Sé una ayuda a tus padres. Muchas veces no tenemos idea de las cargas que ellos pueden llevar, pero qué bueno es que puedan contar con tu apoyo en casa. Ya sea que te ofrezcas a cuidar tus hermanos, a hacer una cena o limpiar algún área para que tu mamá tenga menos trabajo.
Otra manera es haciendo tu cama al levantarte y dejando tu habitación ordenada. Esto fue algo que aprendí de Elisabeth Elliot y que me ha impactado por décadas, y es que al hacer esto mi día toma orden desde primera hora y me prepara mentalmente para el mismo. Y es así, te cambias y arreglas tu cama y mentalmente tu cerebro sabe que es un nuevo día, un nuevo paquete de misericordias del Señor están por abrirse ante ti. Es simplemente hermoso.
Ofrécete a lavar los platos o cargar el lavavajillas después de cenar o almorzar, por ejemplo. Estos son pequeños detalles que muestran cuidado y amor por los tuyos.
Servir en casa con cada detalle es espiritual, cuenta para Cristo. Y lo que haces ahí en donde solo tu familia lo ve, sin aplausos o plataformas, tiene un impacto eterno en las vidas de los tuyos; en ti, por el gozo que causa caminar en la voluntad de nuestro Dios; y te prepara para el día que tengas tu propio hogar, sea que estudies en otro lugar fuera de casa o tengas tu familia.
En un mundo que grita «haz lo tuyo», elige reflejar a Jesús sirviendo a los tuyos. Ese es un verdadero impacto. No subestimes el poder de servir en casa. Cada plato que lavas, cada vez que ayudas sin aplausos, está formando en ti el corazón de Cristo. Y eso es lo que el mundo necesita ver. ¿Empezamos hoy?
Ayúdanos a llegar a otras
Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Joven Verdadera?
Donar $3¡Hey chicas! Nos encanta escuchar de ustedes, pero nos sentimos limitadas por las formas en que podemos ayudarlas.
Si buscas consejo te animamos a hablar primero con tu pastor o una mujer piadosa en tu vida, ya que ellos sabrán más detalles de ti y te darán seguimiento y ayuda.Lo publicado en la sección de comentarios no necesariamente refleja el punto de vista de Aviva Nuestros Corazones.
Nos reservamos el derecho de remover opiniones que puedan no ser de ayuda o inapropiadas. Puede ser que editemos o removamos tu comentario si: * Requiere o contiene información personal como emails, direcciones, teléfonos. *Ataca a otras lectoras. * Utiliza lenguaje vulgar o profano.
Únete a la conversación