No un menú espiritual: el Dios verdadero

Escritora invitada

En esta temporada de gratitud, quiero ser honesta contigo: me cuesta más agradecerle a Dios por algunas cosas que por otras.

Me es súper fácil darle las gracias porque es amoroso, fiel, perdonador y porque siempre provee lo que necesito. Me encanta verlo como mi Salvador y sanador. Eso fluye naturalmente de mi corazón.

Pero… ¿Qué pasa con esos otros nombres y atributos de Dios que suenan más «difíciles»? Como cuando la Biblia lo llama fuego consumidor o cuando describe a Jesús como el varón de dolores. O incluso cuando dice que Dios es santo y celoso. Ahí ya no me resulta tan sencillo decir: «¡Gracias, Señor!».

¿El Dios que yo quiero… o el Dios que Él es?

El problema es que, si solo agradezco y adoro los atributos de Dios que me gustan, en realidad estoy armando mi propio «dios». Eso sería como escoger de un menú espiritual lo que me acomoda y dejar fuera lo demás, pero Dios no funciona así.

Algunas personas se enfocan solo en que Dios es amor y misericordia. Y sí, ¡lo es! pero si olvidamos que también es santo, justo y juez, terminamos con una versión de «dios» que tolera todo pecado.

Por otro lado, hay quienes solo resaltan que Dios juzga y castiga, como si fuera puro fuego y azufre, pero eso tampoco es el dios real, porque también es compasivo y lleno de gracia.

La verdad es que Dios es todo eso a la vez: amoroso y santo, misericordioso y justo, compasivo y recto. No podemos conocerlo de verdad si ignoramos partes de quién es.

Piensa en un diamante: no brilla por una sola cara, sino porque todas sus superficies reflejan la luz. Así son los nombres y atributos de Dios: juntos muestran Su gloria y grandeza.

Por eso, quiero animarte a que esta temporada de gratitud también agradezcas esos aspectos de Dios que quizás nunca habías considerado. Te comparto algunos:

Dios es Incomprensible

Isaías 40:28 nos dice que nunca vamos a entender a Dios por completo. Y aunque eso puede frustrarnos, en realidad es algo bueno. Si pudiéramos comprenderlo todo de Él, ¡ya no sería Dios! ¿De verdad querrías un dios tan pequeño como tu mente? Agradezcamos que Su grandeza está más allá de lo que podemos imaginar.

Jehová Nisi: El Señor es nuestro estandarte

Este nombre de Dios, lo encontramos en Éxodo 17:15. Un estandarte era como la bandera del rey, levantada en las batallas para recordar a todos que estaban peleando bajo su autoridad. Para nosotras, esa bandera es la cruz de Cristo. Bajo ese estandarte, podemos estar seguras: aunque el enemigo ataque, en Jesús tenemos la victoria.

Dios es celoso

Cuando la Biblia dice que Dios es celoso: «No adorarás a ningún otro dios, ya que el Señor, cuyo nombre es Celoso, es Dios celoso» (Ex. 34:14), no habla de celos humanos (tóxicos o inseguros). Significa que Dios nos ama tanto que no está dispuesto a compartirnos con los ídolos del mundo. Su celo es por nuestro bien, porque Él sabe que solo en Él encontraremos verdadera vida. El celo de Dios no es lo mismo que los celos humanos. Él es celoso por nuestro bien eterno.

Dios es juez imparcial

Romanos 2:11 nos habla de queDios no hace favoritismos. Eso significa que juzga con total justicia. Lo increíble es que nos dio la opción: nuestro pecado puede ser juzgado en la cruz (donde Jesús ya pagó todo) o en el día final ante Su trono. Su imparcialidad es esperanza, porque en Cristo ninguna falta queda sin cubrir.

Dios es fuego consumidor

Hebreos 12:29 nos dice que Dios es un fuego consumidor. Este atributo puede sonar intimidante, pero recuerda: ese fuego que destruye el mal, también purifica a Sus hijas. Como el oro en el fuego, Dios nos va limpiando y transformando para parecernos más a Jesús. Sí, duele a veces, pero es porque nos ama demasiado como para dejarnos igual.

Jesús: varón de dolores

Isaías profetizó este nombre cientos de años antes del nacimiento de Cristo (Is. 53:3). Jesús no solo vino a decir palabras bonitas. Él cargó nuestro pecado, sufrió traición, tortura y hasta la separación de Su Padre. Todo eso lo soportó por amor a ti y a mí, para que nunca tengamos que experimentar el abandono de Dios.

Dios no es una sola cosa: es todo lo que Su Palabra dice que es, y cada nombre y atributo nos da una razón más para agradecerle y adorarle.

Así que, esta temporada, no te quedes solo con el «dios que me gusta». Atrévete a agradecer por el Dios completo, perfecto y glorioso que se revela en la Biblia.

✨ Él es nuestro Dios admirable, maravilloso y digno de toda alabanza.