Si diciembre duele, mira a Cristo

¿Qué te está robando el gozo de disfrutar de la Navidad? Mientras todos publican playlists navideñas y comparten sus luces festivas, puede que tú solo cuentes los días deseando que acabe diciembre. Quizá, en lugar de alegría, lo que sientes es ansiedad, melancolía o el vacío de un anhelo insatisfecho? Amada joven, Si le huyes a esta temporada, ¿en qué estás poniendo tu mirada esta Navidad? 

Regalos

¿A quién no le encanta recibir un regalo o ahorrar para estrenar ese outfit especial de Navidad? Los regalos apelan a nuestro deseo de sorpresa y hasta de recompensa cuando compramos lo que tanto habíamos querido. Dios es bueno porque nos permite disfrutar de los regalos, pero ¿qué pasa cuando la emoción se acaba o el dinero no alcanza? ¿Cómo respondes?

Fiestas

La anticipación de esta temporada viene con el anuncio y planeación de las fiestas, formales e informales. Esta alegría por las fiestas es un reflejo del corazón de Dios. ¿Sabías que Dios instituyó fiestas para que Su pueblo celebrara Su provisión, salvación y descanso? Cada una de esas celebraciones era una sombra que apuntaba hacia la persona y obra de Cristo. Así que estas fiestas son un recordatorio de que podemos estar alegres porque Cristo ha nacido, y Él es el centro de todas estas celebraciones.

Anhelos

Ahora bien, seamos honestas. Todas tenemos anhelos y expectativas no cumplidas. Tal vez las publicaciones de otros en sus redes sociales sobre sus cenas perfectas con sus amigas o con sus familiares, te hacen sentir que tu historia no es tan linda como la de ellas o como, según tú, debiera ser. Y el anhelo de que esta sea una mejor Navidad se frustra por la comparación, el enojo y la envidia. ¿Sabes que esos anhelos son solo una brújula en ti para apuntarte a quien todo lo satisface?

Pon tu mirada en Cristo

Respondamos a las preguntas con una verdad que quizá ya sabes, pero que, como una hermana mayor en Cristo, te quiero recordar: dirige tus ojos a Cristo; pon tu mirada en Aquel que te ama, te consuela y jamás te dejará.

«Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios». 

- Hebreos 12:2 

Los regalos y las fiestas son hermosos, pero solo apuntan al regalo más grande: Jesús mismo. En Él, tu identidad está segura. Aun cuando te sientas sola o fuera de lugar, o que no tienes lo que otras tienen; sigues siendo hija amada de Dios y Él sacia tu alma de una manera que ningún objeto o celebración terrenal podría. 

Que esta Navidad sea un recordatorio de los grandísimos regalos de tu Padre: identidad, amor, perdón, paz, alegría. Y pregúntate: ¿cómo puedo reflejar a Cristo, mi mejor regalo, en esta fiesta? Y Él te ayudará a responder con gozo, independientemente de las circunstancias, porque estás completa en Cristo.

Si esta Navidad te encuentra cansada, con heridas familiares o con culpa acumulada, recuerda esto: Jesús te ve. No te ignora, te llama. Él vino justo por eso: para tomar tu peso y darte descanso y ayuda.

La Navidad es la buena noticia de que Cristo es la respuesta a los quebrantos familiares, a todo anhelo insatisfecho y a toda carencia material, porque Él satisface la necesidad más profunda de tu corazón. Esta Navidad, ya sea que tengas mucho o poco, recuerda: Cristo es suficiente. Busca al Salvador. Él es el regalo que no se agota cuando pasan las fiestas; Él siempre está contigo. Pon tu mirada en Cristo.