¿Sigo mi instinto o al Creador?

¿Alguna vez te has detenido a pensar qué pasaría si un lápiz le dijera a su inventor: «¿Por qué me hiciste con punta? Yo solo quiero ser un borrador». O si un automóvil se quejara: «¿Por qué me pusiste ruedas?» ¡Suena raro, ¿verdad?! Lo mismo pasa con nosotras. ¿Quién nos dice que un lápiz sirve para escribir o un coche para transportar? ¿No es el inventor o creador de esas cosas quien sabe exactamente para qué fueron hechas?

«¡Ay del que contiende con su Hacedor, el tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al alfarero “¿Qué haces?” o tu obra: “¿Él no tiene manos?”». -Isaías 45:9

Para entender realmente el propósito de algo, lo mejor es revisar su manual del fabricante.

En este manual se explica para qué sirve un producto, cómo usarlo bien y qué hacer si algo sale mal. Nos da la guía para sacarle el máximo provecho.

Ahora, ¿cuál es ese manual para nosotras? La Biblia. Es en la Palabra de Dios donde encontramos nuestra historia, nuestro propósito y la razón por la que existimos (Gn. 2:1-2).

Ahora, ¿por qué debes seguir el manual de nuestro Creador? No solo porque es el manual dejado por nuestro fabricante, sino porque nuestro fabricante es Dios, el único Dios verdadero, Sabio y Vivo y eso garantiza que el manual…

  • Es infalible. No tiene errores, es perfecto y todo lo que dice es verdad.

«La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos». -Salmos 19:7-8

  • Es completo y suficiente. La Biblia no necesita que le agreguemos nada más (Dt. 4:2). Todo lo que contiene es inspirado por Dios y es útil para enseñarnos lo que necesitamos saber, corregirnos cuando nos desviamos, e instruirnos para que podamos vivir de acuerdo a Su propósito y plan (2 Tim. 3:16-17).
  • Tiene la máxima autoridad. Su autor es Dios, el Creador y el que sostiene todo lo que existe.

«Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas». -Apocalipsis 4:11

  • Es eficaz. La palabra de Dios siempre hace lo que promete, como dice en Isaías 55:11:
    «No volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié».

La mujer en la creación

Nuestro Creador hizo todo bueno en gran manera, para Su gloria y para nuestro gozo y bienestar. Es en Su Palabra que encontramos la senda de la vida, la verdadera felicidad y el propósito de nuestra existencia (Sal. 16:11).

Ahora, te invito a leer con atención Génesis 1:26-28, 2:7 y 18-22, para descubrir por qué y para qué fue creada la mujer.

Según la Biblia, nuestro Creador es el Señor Dios, quien nos formó del polvo de la tierra, soplando en nosotras Su aliento de vida y creándonos a Su imagen y semejanza. ¡Somos representantes de Él en la tierra! Fuimos creadas con la capacidad única de reflejar los atributos de Dios, con la habilidad para pensar y tomar decisiones como ninguna otra criatura.

El valor de la mujer se encuentra en su diseño divino, al ser creada a imagen de Dios. Nuestro verdadero valor no se mide por lo que poseemos, lo que logramos o lo que sabemos, sino en que el Creador nos hizo a Su imagen y semejanza, con un propósito y características únicas y definidas por Él.

Nuestro propósito

Junto con toda la creación, el propósito principal de nuestra vida es glorificar a Dios, asegurándonos de que todo lo que somos y hacemos esté alineado con Su diseño para nosotras.

Dios creó a la mujer para ser la ayuda idónea del hombre, es decir, para ser su complemento. La mujer no reemplaza al hombre ni viceversa, ambos fueron creados con características únicas reflejando la imagen de Dios, de modo que cada uno refleja aspectos que el otro no está diseñado para reflejar.

Estas diferencias se reflejan en nuestros cuerpos y en cómo funcionan nuestros cerebros. Por ejemplo, a diferencia de los varones, tenemos 4 veces más neuronas conectando el hemisferio izquierdo con el derecho, lo que explica por qué tendemos a ser más receptivas, emocionales y comunicativas.1(Te animo a investigar sobre la oxitocina y descubrir aún más sobre el asombroso diseño de Dios para la mujer y cómo fuimos creadas para dar vida). 

¿Sigo mi instinto o al Creador? 

Desde el principio, Dios nos dio un diseño único, y parte de eso es un carácter más emocional que el de los hombres. Esto nos da una sensibilidad especial, pero lo triste es que, por el pecado, a veces confundimos nuestra intuición y la tratamos como si fuera solo lógica, cuando en realidad, muchas veces es lo opuesto: es nuestra emoción la que nos guía.

Vamos a ver lo que pasó en Génesis 3:6: «Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió».

A veces juzgamos lo que es verdadero solo por lo que podemos ver, oír o sentir. Es como cuando un ventilador se apaga y deja de funcionar porque se desconectó de la corriente eléctrica. Así nos pasa a nosotras cuando nos desconectamos de Dios y de Su Palabra: perdemos la capacidad de tomar decisiones sabias y nos alejamos de Su plan para nosotras.

En el Edén, no solo nos desconectamos, sino que el «cable» de nuestra conexión se dañó, y eso nos causó heridas profundas. Pero gracias a Dios, Él envió a Su Hijo para darnos un corazón nuevo y restaurar esa conexión que se había perdido. Como dice Lucas 19:10: «...porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido».

Cuando nos desconectamos de nuestra fuente, empezamos a funcionar mal, siguiendo los engaños de nuestro corazón, de Satanás y del mundo. Pero cuando nos exponemos a la Palabra de Dios, eso nos da claridad (Sal. 119:130). Por otro lado, si nos alejamos de la Biblia, nos metemos en oscuridad, y como resultado, sentimos miedo, confusión y vergüenza.

«Porque el Señor da sabiduría, de Su boca vienen el conocimiento y la inteligencia» (Prov. 2:6). Dios es la fuente de toda sabiduría. Él es la vida, la verdad, la luz, la vid. Si nos desconectamos de Él, no podremos hacer nada. Satanás lo sabe, por eso nos tienta y pone trampas para separarnos de la Fuente, con el objetivo de destruir nuestro propósito y diseño.

Dios te ama de una manera verdadera y profunda, y te ha creado para reflejar Su carácter de una forma única y especial. Confía en Él y en Su Palabra con todo tu corazón, no te apoyes solo en tu propio entendimiento o intuición (Prov. 3:5-8). Su Palabra es la verdad.

«Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre». -Salmos 16:11

¡Comparte con nosotras las áreas en las que necesitas reconectar con tu Creador!

  1. «Mujer Verdadera 101» págs. 77 y 78


 

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Sobre el autor

Ana Nin de Olivo

Ana, rescatada del hoyo de la destrucción y asentada sobre la Roca Eterna, su gracia y el poder de su palabra la sostienen cada día. Reside en Santo Domingo junto a su esposo José Olivo y su hijo José Alejandro. … leer más …

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