La importancia de centrarnos en la Palabra en los grupos pequeños

Las mujeres somos conocidas por ser el lado social de la raza humana. (Mi esposo siempre se ríe porque las mujeres ¡ni podemos ir al baño solas en un restaurante!) Nos encanta reunirnos y tener convivencia alrededor de cualquier tema que nos provoca interés mutuo. 

Dios diseñó la comunidad cristiana para ser una iglesia local, una familia espiritual. Esto implica relaciones profundas, convivencia continua y tiempo juntos. Es completamente válido, y puede ser muy fructífero, que las mujeres de una iglesia local se reúnan de manera regular para conversar, aprender y crecer juntas. 

Pero seamos sinceras… lo que muchas veces llamamos «la femenil», o «el discipulado» o «el estudio bíblico para mujeres», puede tomar ciento y una formas. ¿Qué es importante hacer para las mujeres de mi iglesia cuando nos reunimos? ¿Hay algún requisito bíblico?

Si eres parte del ministerio de mujeres en tu iglesia local, quisiera llamarte a evaluar si el recurso inspirado que nos revela a Dios y Su voluntad tiene un lugar central y prioritario en las actividades que realizan juntas las mujeres de tu iglesia, particularmente en los grupos más pequeños de estudio. La Palabra de Dios es única en su poder para transformar vidas, relaciones, familias e iglesias. Un ministerio de mujeres en una iglesia local no puede conformarse con actividades y eventos bonitos que marginan la Palabra de Dios. 

¿Mi llamado tan directo y enfático tiene bases bíblicas? ¡Yo creo que sí! Te presento algunas razones bíblicas por las cuales creo que la Palabra tiene que ser el enfoque del tiempo que pasan juntas en sus grupos pequeños:

  1. Dios promete que Su Palabra, la revelación suficiente de Su carácter y plan, será Su instrumento para salvar a las personas. «…las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús» (2 Tim. 3:15). Ningún otro recurso tiene este poder ni esta garantía. (Ver también Romanos 10:17, Santiago 1:18, 1 Pedro 1:23-25).
  1. Dios ha designado la Palabra de Dios como el instrumento principal utilizado por el Espíritu Santo para hacer crecer en santificación a todos Sus hijos. «Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad» (Jn. 17:17). (Ver también Hebreos 4:12, 1 Tesalonicenses 2:13, Salmo 119:9, 11).
  1. Dios manda que Sus hijos se alimenten personalmente, y se alienten y exhorten unos a otros con la Palabra de Dios. «Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros…» (Col. 3:16). 
  1. La comunión más dulce, consoladora y transformadora entre mujeres creyentes se produce como resultado de estar juntas en la Palabra. Contemplar la Palabra de Dios es una actividad espiritual, dada su naturaleza divina y activa (Heb. 4:12). Cuando lo hacemos juntas como hermanas en Cristo, invitamos a ver la obra del Espíritu Santo de manera corporativa entre nosotras. 

¿Cómo la Palabra de Dios da forma a nuestros grupos de mujeres en su enseñanza? 

Antes de sugerir varias opciones, comenzaré diciendo algo que considero de suma importancia: Los pastores de la iglesia tienen la responsabilidad y el liderazgo espiritual, sobre todo el rebaño. Las mujeres no somos llamadas a ser pastoras ni guías espirituales fuera del ámbito de la iglesia local, bajo autoridad espiritual pastoral. Los pastores de tu iglesia deben ser constantemente invitados a dar dirección al «cómo» y «quiénes» y «cuándo» del ministerio de mujeres. 

Habiendo dicho eso, cada grupo de mujeres que desea exponerse juntas a la Palabra de Dios tendrá diferentes factores que debe considerar cuando decide la manera práctica en la que va a manejar su grupo.

Te sugiero algunas maneras prácticas para llevar a cabo el reto de priorizar la Palabra en nuestros grupos:

  1. Seguir juntas un plan de lectura de la Biblia. 

Las mujeres de tu congregación local pueden ponerse de acuerdo y seguir juntas un plan de lectura bíblica, sea para un mes o para todo el año, en el formato que sea mejor para ustedes. Si las mujeres están leyendo su Biblia en casa, esto produce que el efecto sea más transformador. Luego, cuando lleguen a la reunión, se puede utilizar el tiempo juntas para comentar lo aprendido, aclarar dudas sobre cosas confusas que han leído, y juntas compartir aplicaciones prácticas que han hecho a sus vidas. Este formato es sencillo, no requiere que una facilitadora tenga que preparar una enseñanza, y promueve la apertura y participación de cada mujer presente, mientras que al mismo tiempo anima la lectura personal. 

  1. Estudiar un libro de la Palabra juntas de manera inductiva. 

Esta es probablemente la forma más intencional y constante de priorizar la Palabra en los grupos de una manera interactiva. Se escoge un libro de la Biblia, se divide en porciones digeribles, se asigna una porción por semana (o frecuencia de reunión). Cada mujer estudia por su cuenta lo que puede, y juntas en la reunión, una moderadora guía al grupo a lo largo del estudio para compartir lo aprendido, resolver dudas, y aplicarlo juntas. Este formato requiere de una facilitadora preparada para guiar la discusión, pero no para dar una enseñanza formal. (Para descargar de manera gratuita nuestros estudios inductivos que utilizamos en nuestra iglesia, busca www.comoestudiarlabiblia.org). 

  1. Estudiar un libro de la Biblia, recibiendo enseñanza cada semana de una maestra. 

Adicionalmente, a la opción anterior, si tu iglesia tiene maestras de la Biblia preparadas, se puede agregar un tiempo de enseñanza formal en el que una maestra se prepara para enseñar el pasaje estudiado. No recomiendo que sus reuniones sean solamente enseñanza, pero puede ser de beneficio para las hermanas estudiar el pasaje, compartir sobre él con otras, y luego también escuchar una enseñanza bíblica. Obviamente, esto requiere más esfuerzo de parte de las maestras, y algo de preparación. El liderazgo pastoral de la iglesia debe tomar estas decisiones y encargarse de que las mujeres sean equipadas, si es que se va a seguir esta opción. 

  1. Leer y estudiar juntas un recurso extrabíblico fiel a las Escrituras. 

Existen libros y materiales escritos por hombres y mujeres que confían en la suficiencia de las Escrituras y utilizan sus dones de comunicación y aplicación para producir un material que maneja bien la Palabra de Dios. Esta estrategia es particularmente útil para tratar con temas específicos de la vida cristiana y la feminidad bíblica, o para provocar interés en personas pasivas o incluso inconversas que asistirían a una reunión de mujeres antes de ir a la iglesia. Las reuniones pueden servir para comparar lo que el autor dice con la Palabra, abundar en el tema con base en otros pasajes bíblicos, y aplicar a la vida diaria a la luz del evangelio. 

En nuestra iglesia Dios ha utilizado de manera poderosa entre las mujeres libros como «Adornadas», por Nancy Wolgemuth que expone de manera acertada y valiente el llamado de Tito 2:3-5 a las mujeres. También libros como «Mujeres y Dios», y «Mentiras que las mujeres creen» nos han ayudado a entender la feminidad bíblica. Nos hemos beneficiado de muchos libros cuyos autores aman la Palabra y la tienen en alta estima. Otra vez, los pastores de la iglesia local deben estar íntimamente involucrados con las decisiones sobre el material que se utiliza. 

Cualquiera que sea el formato o material utilizado, centrarse en la Palabra va a implicar ser vulnerables al compartir unas con otras nuestras debilidades expuestas en la Palabra, y pedir oración de nuestras hermanas en Cristo para crecer. Cada reunión debe incluir tiempos de oración, dejando que la misma Palabra, nos dicte las peticiones que expresamos a Dios. 

¡Sometámonos juntas a la Palabra de Dios para experimentar la transformación comunitaria que ella nos ofrece!

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Sobre el autor

Susi Bixby

Tiene 21 años de casada con Mateo, y ama a sus tres regalos de Dios: Aaron, Ana y David. Deseando vivir el diseño de Dios para su vida, dedica la mayor parte de su energía a su familia. Es esposa … leer más …


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