«¿Cómo discernir la falsa enseñanza en tu grupo pequeño?» Esta es una pregunta muy importante en nuestros tiempos. Los grupos pequeños de estudio bíblico son cada vez más comunes, y debemos estar atentas a las enseñanzas que recibimos en ellos. A veces, el error no llega como una falsedad abierta, sino como una mezcla peligrosa de verdad con engaño. ¿Cómo podemos discernir si estamos siendo expuestas a falsas enseñanzas?
La clave está en el conocimiento de la Palabra de Dios. En Hechos 17:11, los cristianos de Berea fueron elogiados porque «recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así». Ellos recibían la enseñanza, pero no simplemente aceptaban todo sin antes compararlo con la verdad bíblica. Esa también debe ser nuestra actitud.
Jesús dijo: «Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres» (Jn. 8:32). En este caso, libres del error. Como sucede en los bancos, en vez de estudiar todas las posibles falsificaciones, los empleados estudian profundamente el billete auténtico, para detectar más fácilmente la imitación. Así también nosotras debemos conocer muy bien la verdad bíblica para poder detectar el engaño.
Los grupos pequeños son una gran bendición: fomentan relaciones profundas, ofrecen un ambiente íntimo para compartir sus situaciones personales y sus emociones, y, además, promueven el crecimiento espiritual. Pero es de vital importancia siempre evaluar lo que estamos recibiendo con discernimiento. En este breve artículo quiero compartir contigo tres aspectos a tomar en cuenta, aunque no son exhaustivos, creo que te serán de mucha ayuda para este tema.
-
La maestra
La mujer que dirige el estudio debe cumplir con ciertos criterios bíblicos. En Tito 2:3-5, se nos enseña que las mujeres mayores deben enseñar a las más jóvenes. Esta verdad aplica no solo a la edad cronológica, sino también a la madurez espiritual y emocional. La experiencia de vida es valiosa, pero debe ir acompañada de sabiduría y conocimiento de la Palabra.
Esta mujer debe ser una maestra del bien. Tener un carácter probado, lo que incluye sabiduría en sus palabras para edificar a otras, que no sea adicta a nada, que sea prudente, sobria, con dominio propio y sensatez. No perfecta, pues nadie lo es, ninguna pudiera enseñar si esperamos perfección, pero sí ser comprometida con su crecimiento en Cristo, es decir, que muestra frutos de su nueva vida. Y, sobre todo, humilde para reconocer que no lo sabe todo y que habrá cosas que no conocerá y deberá decir: «No sé la respuesta, pero voy a investigar».
Debe enseñar desde la Palabra y no desde su opinión personal. Es peligroso cuando los grupos se centran en la personalidad de quien lo dirige, especialmente si es una mujer carismática o dominante. No se trata de seguir a una persona, sino de ser guiadas hacia Cristo. El objetivo no es crear un molde único de feminidad, sino ayudar a cada mujer a vivir su fe bajo los principios eternos de la Palabra, aplicados a su realidad.
La Biblia es clara: «Háganlo todo para la gloria de Dios» (1 Co. 10:31). El Señor no comparte Su gloria con nadie (Is. 42:8), y en tiempos donde la figura de la «influencer cristiana» es tan popular, debemos cuidarnos de no caer en el culto a la personalidad.
-
El contenido del estudio
Es vital examinar el enfoque y fidelidad bíblica del contenido que se enseña. Un estudio sano exaltará a Cristo y presentará el evangelio de forma clara: hablará del pecado, del arrepentimiento, de la cruz y de la gracia. Apelará al corazón, no simplemente a listas de reglas o motivación emocional.
Debemos tener cuidado con materiales que usan versículos fuera de contexto para enseñar ideas forzadas o «nuevas revelaciones». La Escritura es completa y suficiente: «Ustedes no añadirán nada a la palabra que yo les mando, ni quitarán nada de ella» (Dt. 4:2); «En estos últimos días, Dios nos ha hablado por Su Hijo» (Heb. 1:2).
Un contenido sólido tendrá la Biblia como autoridad final. Está bien consultar autores contemporáneos que aporten claridad o aplicación, pero nunca deben reemplazar la Palabra. «Toda la Escritura es inspirada por Dios [...] a fin de que el hombre [todos sus hijos, hombres y mujeres] de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra» (2 Ti. 3:16-17).
Además, es crucial que la enseñanza respete el diseño bíblico de la mujer, su rol en el hogar, la iglesia y la sociedad. Temas como la modestia, la sujeción al liderazgo masculino y el carácter piadoso, no deben ser ignorados ni suavizados.
-
Integrantes del grupo
Lo ideal es que los grupos pequeños estén bajo el respaldo y la supervisión de una iglesia local y sus pastores. Esto asegura que tanto la maestra como el contenido estén sujetos a una autoridad espiritual ordenada y bíblica.
Es importante que las personas del grupo compartan una misma fe y que sus convicciones doctrinales en temas cruciales estén alineados. La unidad en lo esencial evita confusión y división. Dios envía bendición donde los hermanos habitan juntos en armonía.
Ejerce tu discernimiento
No todos los grupos pequeños son peligrosos, pero tampoco todos son saludables, por eso necesitamos ejercer nuestro discernimiento que va acompañado de oración, pidiendo al Señor que nos ayude a ver con Sus ojos de sabiduría. Además, Dios nos ha dado Su Palabra y Su Espíritu para guiarnos en la verdad. «Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben los espíritus para ver si son de Dios» (1 Jn. 4:1); «Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas» (Col 2:8). Debemos estar alertas, pero también depender de Dios.
En cuánto veas que el enfoque del grupo es alrededor del crecimiento numérico, la fama de una persona, la afiliación por intereses en común que no tienen que ver con el evangelio, ora y habla con las mujeres. En una generación donde la feminidad bíblica y el rol de la mujer están siendo atacados, debemos recordar el propósito de todo grupo o discipulado: que las mujeres conozcan más profundamente a Cristo, maduren en su fe y vivan para Su gloria.
Ayúdanos a llegar a otras
Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Maestra Verdadera?
Donar $3

Únete a la conversación