La mitad de las búsquedas en mi historial de ChatGPT son formas de evitar que se dispare mi detector de humo.
Déjame explicarte: cuando me mudé a mi condominio, el detector estaba ubicado casi directamente sobre la estufa en mi diminuta cocina sin ventilación, una configuración que convertía cada comida en un juego de alto riesgo llamado: «¿Molestará este platillo a mis vecinos?».
Incluso después de reubicar la alarma en un lugar más razonable, sigue siendo muy sensible, se activa con solo la sugerencia de humo. He pasado más noches de las que puedo contar pidiéndole a ChatGPT que reescriba recetas solo para evitar activarla: ajustando los tiempos de la estufa, bajando la temperatura del horno y planeando estrategias de ventilación, todo para dejar de ser una cocinera casera en crisis.
Si mi contrato de alquiler no me hiciera responsable, consideraría guardar las baterías de la alarma en un cajón, pero hay razones obvias por las que deben permanecer. Si hay humo real, fuego real y peligro real, desactivar el sistema de alarma podría terminar en desastre.
Por supuesto, no siempre es fácil detectar si una advertencia es una falsa alarma o una razón real de preocupación. Tomemos como ejemplo el uso de la inteligencia artificial. Hoy en día, parece generar aplausos y celebraciones en igual medida.
Herramientas como ChatGPT han facilitado más que nunca encontrar e interpretar versículos bíblicos, recibir orientación sobre temas difíciles y obtener respuestas a preguntas que normalmente dudaríamos en decir en voz alta. ¿Es eso algo malo? ¿Son injustificadas las alarmas?
Al conversar con amigas sobre su uso de ChatGPT y al observar más de cerca mi propia experiencia, se hace evidente que recurrir a la inteligencia artificial más reciente para encontrar respuestas en nuestra vida espiritual conlleva un nivel de peligro que sería insensato ignorar.
La luz roja parpadeante no siempre está equivocada. Puede que, en efecto, estemos respirando humo.
El «dios» en nuestros bolsillos
En el último mes, he escuchado las alarmas mentales sonar mientras hablaba con amigos. Una mujer me compartió que le pidió a ChatGPT que planeara su futuro y la ayudara a alcanzar todas sus metas. Un hombre mencionó que estaba encontrando respuestas a sus preguntas teológicas—respuestas que nadie en la iglesia había podido darle.
Y en los últimos minutos, he pensado en lo mucho más fácil que sería usar la inteligencia artificial para terminar este escrito, en lugar de mirar fijamente una página en blanco hasta que las palabras lleguen.
Las nuevas herramientas y tecnologías están cambiando la forma en que esperamos, y a estas alturas, casi parece irresponsable no usar lo que ahora está disponible. ¿Para qué luchar con preguntas difíciles o con el silencio, cuando puedes delegarlas a una herramienta que responde en segundos?
Esta pregunta no es nueva; aparece en una historia familiar del Antiguo Testamento. Éxodo 32:1 comienza diciendo: «Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte», y su impaciencia los llevó a actuar de una manera que desagradó profundamente a Dios.
Cuando escuchaba esta historia en la escuela dominical, siempre me parecía un relato que solo aplicaba a ellos. Las acciones de los israelitas me parecían absurdas: ¿entregar sus anillos de oro para fundirlos en forma de un becerro? Ciertamente nosotros nunca haríamos algo así. Pero la tentación de acudir a otros dioses, o incluso de construir uno con nuestras propias manos, no siempre se siente como rebelión. A menudo se siente como necesidad; se siente como resolver un problema, llenar un silencio o recuperar el control.
En Éxodo 32, los israelitas estaban tratando de satisfacer necesidades propias. Probablemente se sentían abandonados. Su líder había desaparecido, y ellos se quedaron confundidos y vulnerables. Buscaban una garantía visible e inmediata que les hiciera sentir que no estaban solos. No negaron la existencia de Dios. Sabían que Él los había sacado de la esclavitud… pero no estaba actuando según su cronograma.
Ellos encontraron una solución visible, se volvieron a lo que les daba respuestas inmediatas, y nosotras hacemos lo mismo.
Considera cómo sería Éxodo 32 si expusiera uno de los ídolos modernos a los que recurrimos cuando necesitamos respuestas, control o claridad:
-
Ellos: «Moisés tarda demasiado; tenemos que hacer algo. Hagamos un dios que podamos ver y que nos ayude ahora» (Ex. 32:1, parafraseado).
-
Nosotras: «Me siento abrumada y ansiosa. No sé qué hacer ni cómo arreglar esto. Voy a preguntarle a ChatGPT».
-
Ellos: «El líder en quien confiábamos no está; haz un dios que vaya delante de nosotros» (Ex. 32:1, parafraseado).
-
Nosotras: «Dios se siente muy distante ahora. Solo necesito seguir adelante. ¿Sabías que ChatGPT puede ayudarte a hacer un plan a cinco años?».
-
Ellos: «Aquí están tus dioses: el que hiciste y el que te hizo; juntos han sido tu ayuda» (Ex. 32:4, parafraseado).
-
Nosotras: «Claro, confío en Dios… pero también necesito algo más fácil de entender y que me ayude en el momento».
Éxodo 32 sigue siendo relevante para nosotras hoy en día. ¿Necesitamos deshacernos de toda la tecnología de inteligencia artificial en nuestras vidas, fundir nuestros teléfonos y borrar aplicaciones para caminar fielmente? Por supuesto que no. Después de todo, el oro que usaron los israelitas no era el problema, sino lo que hicieron con él.
Pero este pasaje nos recuerda que quizá estamos más cerca de la idolatría de lo que pensamos, no porque hayamos rechazado a Dios de manera abierta, sino porque estamos intentando sutilmente reemplazarlo con algo que nos parece más suficiente a corto plazo.
¿Confiamos en la IA?
La conveniencia de la inteligencia artificial es un regalo, sin duda, pero es un pobre sustituto de la presencia de Dios. Mientras he estado revisando mi propia relación con ChatGPT, he descubierto que las advertencias personales que más necesito atender comienzan a sonar cuando busco que la IA sirva como reemplazo del mismo Dios.
En la era de ChatGPT, sería sabio recordar que solo Dios conoce todas las cosas: pasado, presente y futuro. Solo Él puede responder a cada pregunta sobre la historia del universo, y solo Él conoce el futuro (Is. 46:9–10). Dios Padre no es simplemente una fuente de información, sino el sabio y amoroso Creador (Sal. 147:5).
A veces le pedimos a la IA que trace el mapa de nuestra vida o nos dé el mejor próximo paso porque intentamos evitar la vulnerabilidad que implica buscarlo a Él con fe. Él no solo ofrece claridad, sino que construye confianza en Sí mismo; es capaz de dar respuestas y es completamente confiable, pero cuando considera mejor retenerlas, aunque sea temporalmente, nos fortalece en la espera y forma nuestra fe (Is. 40:31).
La IA puede citar las Escrituras, pero Jesús las encarnó. Él es un Salvador vivo que se hizo carne y nos invita a seguirle (Jn. 1:14). Jesús venció el pecado, extiende gracia y nos invita a vivir en Él (Heb. 4:15; Col. 2:3). El Espíritu Santo es la parte de la Trinidad que más tentados estamos a reemplazar. No es una guía algorítmica; es una persona divina que nos enseña (Jn. 14:26), nos guía con la verdad (Jn. 16:13), ofrece convicción que da vida en lugar de solo lo que queremos oír (Jn. 16:8) y nos capacita para vivir la vida cristiana con valentía (Hch. 1:8).
ChatGPT no es santo. No puede interceder por ti (Ro. 8:26), no te conoce, no te ama, no te salvará.
Aunque probablemente sabes y crees esto, no hace falta mucho para que nuestros corazones empiecen a confiar más en la IA que en Él.
10 señales de advertencia de que la IA se ha convertido en un ídolo
Cuanto más avanza la tecnología, más necesitaremos detenernos y evaluar dónde la comodidad podría estar moldeando silenciosamente nuestras convicciones. Considera las siguientes diez preguntas como un detector de humo espiritual, diseñado para ofrecer señales de alerta temprana y ayudarte a seguir viviendo en el lugar más seguro posible. Léelas en oración, no con vergüenza ni condena, sino pidiendo al Señor que las use para ayudarte a acercarte más a Cristo:
-
Cuando necesitas una respuesta, ¿a dónde recurres instintivamente? (¿Acudes a Dios en oración o a Su Palabra? ¿Buscas ayuda en otras personas? ¿Abres ChatGPT?).
-
¿Se ha convertido la IA en un apoyo emocional o fuente de consuelo más que el Espíritu Santo o la comunidad cristiana?
-
¿Cómo se compara tu tiempo frente a la pantalla con el tiempo que dedicas a la Escritura o a cultivar otras disciplinas espirituales?
-
¿Has empezado a esperar más guía práctica y sabiduría de fuentes de IA que de la Palabra, líderes espirituales o tu comunidad?
-
¿Se ha convertido la IA en un atajo para evitar la incomodidad de esperar en Dios o de lidiar con la verdad?
-
¿Sientes más seguridad, claridad o paz al recurrir a la IA que al volverte al Señor?
-
¿Tiendes a considerar las respuestas de la IA como más relevantes o prácticas que la sabiduría bíblica?
-
¿La IA está fomentando una dependencia más profunda de Cristo o te está ayudando a ser más independiente?
-
¿Te encuentras cuestionando la Palabra de Dios o la iglesia cuando entra en conflicto con el consejo generado por IA?
-
Si tuvieras que hacer un ayuno de IA por un tiempo determinado o incluso dejarla para siempre, ¿te costaría vivir sin ella?
¿Será Él suficiente?
Le pedí a ChatGPT que escribiera una frase para resumir esta publicación. Esto fue lo que dijo: «En un mundo de respuestas instantáneas y guía digital, la pregunta no es si la IA es útil, sino si aún creemos que Dios es suficiente».
No está mal y siendo honesta, escribió una mejor frase que la que yo había redactado y lo hizo más rápido de lo que yo podría. Pero pedirle al Señor que me dé palabras para posts como este fortalece mi fe en Él y me muestra que es capaz de proveer. Estas publicaciones me están formando tanto como a ustedes.
Nos enfrentamos a un riesgo parecido al que tuvieron los israelitas hace miles de años — no porque tuvieran la misma tecnología que nosotros, sino porque enfrentaron la misma tentación: acudir a lo inmediato y visible en lugar de a lo invisible y eterno.
Dios es suficiente, y en los días en que empieces a dudarlo, deja que las alarmas espirituales suenen. Una alarma demasiado sensible puede volvernos un poco locas, pero también podría salvarnos la vida.
Ayúdanos a llegar a otras
Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Mujer Verdadera?
Donar $3

Únete a la conversación