Cuando el cielo gobierna, la gratitud florece

En esta época del año es muy probable que te entreguen una hoja de papel y te pidan que escribas aquello por lo que estás agradecida. Cuando tu grupo pequeño se reúna esta semana, hacer un muro de gratitud puede ser una buena forma de romper el hielo. Incluso puede que te encarguen llevar una cesta con bolígrafos y notas adhesivas con el lema «Escoge agradecer» para la actividad. 

Incluso antes de repartir las notas adhesivas, probablemente puedas anticipar lo que escribirán las demás participantes. Independientemente de si las respuestas son anónimas o no, es probable que encuentres a personas que estén agradecidas por...

  • La salvación en Cristo
  • La familia, los amigos y otras relaciones
  • La salud y el bienestar general
  • La comida, el alojamiento y la libertad religiosa
  • Los grandes momentos de la vida: graduaciones, bodas, bebés y ascensos
  • Las bendiciones cotidianas: la belleza de una puesta de sol, un buen libro, un viaje a la playa

Todas estas son bendiciones dignas de celebrar: cada una es un regalo de Dios que apunta a Su bondad y gracia. Pégalas en las paredes de tu salón de escuela dominical, en tu refrigerador, en la pantalla de tu computadora o en el espejo de tu baño como un recordatorio tangible de la bondad del Señor. Como dice el Salmo 92:1-2:

«Bueno es dar gracias al Señor, y cantar alabanzas a Tu nombre, oh Altísimo; anunciar por la mañana Tu bondad, y Tu fidelidad por las noches».

Es bueno dar gracias al Señor y probablemente tendrás más oportunidades de hacerlo en los días previos al día de «Acción de Gracias». Pero esa semana, mientras escribes en las notas adhesivas y buscas formas de profundizar en tu gratitud, ten en cuenta lo siguiente: puede que a tu lista de agradecimientos le falte algo.

Cada respuesta es un grito de guerra

Al imaginar a las mujeres escribiendo en las notas adhesivas y pegándolas en sus hogares e iglesias, no he podido quitarme de la cabeza la idea de las notitas que llenaban otra pared. Durante la conferencia True Woman '22 en septiembre, las mujeres se reunieron en los pasillos del Centro de Convenciones de Indiana e hicieron una lista de gratitud que, sin otro contexto, parecía compartir los mismos temas que la mayoría de los ejercicios de agradecimiento. Se mencionaban los hijos, los esposos, la salud y el hogar. Sin embargo, esta lista era diferente.

A las mujeres que asistieron a la conferencia no se les pidió que compartieran su notita desde una perspectiva de agradecimiento; más bien, se les pidió que se acercaran al muro con un corazón rendido. Muchas escribieron con manos temblorosas y lágrimas que les nublaban la vista mientras respondían a la pregunta: «¿Sobre qué gobierna el cielo en tu vida?».

Podrían haber respondido que el cielo gobierna sobre las cosas buenas de la vida, tanto grandes como pequeñas, sobre todo lo bello y alegre. Esas respuestas habrían sido ciertas; en cambio, casi todas las mujeres adoptaron un enfoque diferente: compartieron sus circunstancias más difíciles, escribiendo palabras que significaban mucho. Cada nota se convirtió en un grito de guerra. Cada una declaró la soberanía y el poder de Dios sobre situaciones y lugares dolorosos y sensibles.

Me pregunto qué sucedería esta semana si tú y yo reserváramos algunas hojitas adhesivas con un propósito similar de expresar nuestro agradecimiento. ¿Podríamos escribir las mismas palabras tanto en un muro de gratitud como en una pancarta: «¡El cielo gobierna: lo creo!»?

Cuando la soberanía y la gratitud se encuentran

Imagínate un banderín morado colgando al lado de tu muro de gratitud. Cada motivo de gratitud te invita a elevar la mirada. Una reconoce la autoridad del Rey; la otra, la generosidad del Padre. Pero juntas, plantean la pregunta que Job planteó una vez: «¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?» (Job 2:10).

¿Y deberíamos darle gracias a Dios por ambas?

Durante las últimas festividades, me he enfrentado a esa pregunta. Surge cada día de Acción de Gracias al reflexionar sobre la dolorosa realidad de ciertas circunstancias en mi vida y al mirar fijamente la hoja en blanco donde se supone que debo escribir algo. Me pregunto si es posible no solo dar gracias en medio del sufrimiento, sino también agradecer a Dios por él: por una enfermedad crónica, por una muerte en la familia, por años de soltería, o por no ver las situaciones resueltas como esperaba.

Resulta que las Escrituras responden a la pregunta de cuándo y cómo debemos dar gracias. En 1 Tesalonicenses 5:18, se nos exhorta a dar gracias en toda circunstancia. Efesios 5:20 nos manda a dar gracias por todo a Dios Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. «Porque de él, por él y para él son todas las cosas» (Ro. 11:36).

En Él tenemos un ejemplo de cómo dar gracias en medio de un dolor inimaginable. En la cruz, el sufrimiento y la soberanía se encontraron. La inmensa maldad que rodeó la muerte del Hijo de Dios no era la totalidad de la historia. Los gloriosos propósitos de Dios prevalecieron, y el peor momento de la historia se convirtió en la mayor razón para ser agradecidas.

En esta época, puede que te parezca imposible agradecer por tus circunstancias más difíciles, pero confiar en que el cielo gobierna da paso a la gratitud.

Reto para el día de Acción de Gracias

Si esperas ampliar tus motivos de gratitud y dar gracias por todo, anclar tu corazón en la soberanía de Dios te ayudará a empezar.

¿Qué habrías añadido al muro de True Woman ‘22? Escríbelo: El cielo gobierna sobre _______. (Completa)

Antes de que te concentres en lo que acabas de escribir en el espacio en blanco, dedica un tiempo para agradecerle a Dios que el cielo gobierna. Deja que esas razones llenen las notitas adhesivas. Te daré algunas ideas para empezar:

  • Señor, te agradezco que toda la autoridad en el cielo y en la tierra te pertenece. (Mt. 28:18)
  • Señor, te agradezco que tengas el control y que puedo confiar en Ti. (Sal. 28:7)
  • Señor, te agradezco que no solo eres poderoso, sino también bueno. (Job 12:13)
  • Señor, te agradezco que no hay nada que no sepas ni entiendas. (1 Jn. 3:20)
  • Señor, te agradezco que nada puede obstaculizar Tus planes perfectos. (Is.14:27)

Ahora, centra tu atención en el espacio en blanco que llenaste. Algunos asuntos podrían parecer demasiado delicados para compartirlos en un muro de gratitud público. ¿Qué tal si, en cambio, escribes una oración en una nota adhesiva y la ofrecieras solo para que Dios la vea? Gracias, Señor, por __________.

«Padre Celestial, mi deseo es darte gracias de todo corazón (Sal. 138:1), pero confieso que me cuesta mucho agradecer por todas las cosas, especialmente por las circunstancias que anhelo que Tu redimas. ¿Me ayudarías hoy a fijar mi mirada en Jesús? Cuando contemplo la muerte y resurrección de Cristo, veo Su sufrimiento, pero también veo Tus propósitos divinos y la plena manifestación de Tu poderosa victoria. Gracias por la cruz. Gracias por mis circunstancias difíciles. Algún día entenderé plenamente por qué las permitiste en mi vida, hasta entonces, elijo confiar en ti, regocijarme en Tu amor misericordioso y agradecer porque el cielo gobierna. Amén».

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Sobre el autor

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Katie Laitkep

Katie trabajaba como maestra en un hospital cuando Dios la llamó a unirse a Revive Our Hearts como escritora del personal. Su sitio web, apatientprocess.com, es un registro de la fidelidad del Señor en las enfermedades crónicas, porque incluso en … leer más …


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