En la publicación pasada hablamos sobre cómo iniciar una relación de mentoría, ahora vamos a ponernos prácticas. ¿Qué debería pasar durante el tiempo que están juntas?
Tal vez tu idea de una relación de Tito 2 sea sentarse en casa de alguien o en una cafetería para hacer un estudio bíblico formal. Y claro, eso ciertamente puede ser parte de la experiencia, pero mientras buscas construir una nueva amistad con otra mujer, ¡deja volar tu creatividad! También puedes pedir ideas a otras amigas (y al Señor).
Construye la relación
Aquí te comparto algunas ideas para empezar (algunas convencionales y otras no tanto):
- Invítala a comer, a tomar un café o disfrutar un postre.
- Vayan juntas a pasar un día divertido.
- Hagan un estudio bíblico juntas.
- Elige una palabra que Dios haya puesto en tu corazón para ese año y habla sobre cómo Él la está usando en tu vida.
- Si una o ambas tienen hijos, llévenlos a un parque infantil para que jueguen mientras ustedes conversan.
- Vayan juntas a una conferencia.
- Enséñense mutuamente una habilidad o pasatiempo.
- Ora fervientemente por ella y con ella.
- Hagan un reto juntas (¡Aviva Nuestros Corazones tiene algunos muy buenos aquí!) y rindan cuentas entre ustedes.
- Sirvan juntas, por ejemplo, en un refugio local para personas sin hogar, un centro de ayuda para embarazos en crisis o en un ministerio de su iglesia.
- Cocinen juntas una receta favorita.
- Invítala a lo «cotidiano»: vayan al supermercado juntas, llévala contigo mientras llevas a tus hijos a algún lugar, etc.
- Miren juntas fotos familiares.
El mentoreo puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar, porque consiste en caminar junto a alguien, ser una buena oyente y una amiga confiable, y compartir las experiencias por las que has pasado—ya sea en una sala, en un kayak o en la playa.
Cuando te reúnas con alguien para tener una amistad intencional basada en Tito 2, querrás enfocarte en guiarla hacia Jesús y la Biblia. Pero, ¿de qué deberían hablar específicamente?
Mucho de eso dependerá de la mujer con la que te estás reuniendo. ¿Cuáles son sus intereses? ¿Cuáles son sus necesidades? De acuerdo a tu experiencia de vida, ¿qué habilidades y conocimientos tienes que puedas transmitirle?
Las historias de vida son una manera poderosa de conectar la verdad bíblica con nuestras situaciones actuales.
Un buen punto de partida es turnarse para compartir sus historias de vida y cómo han visto la fidelidad, la bondad y el amor de Dios en acción. Las historias de vida son una manera poderosa de conectar la verdad bíblica con nuestras situaciones actuales.
Después de compartir sus caminos espirituales, podrían pasar a estudiar doctrina básica o explorar cómo estudiar la Palabra. Podrían tratar temas como: cómo discernir la voluntad de Dios, los dones espirituales o el perdón. También pueden profundizar en el carácter y la naturaleza de Dios, Su amor por nosotras, Su gracia o cómo Él nos libera de la vergüenza. Incluso podrían explorar cómo el evangelio se aplica a la vida diaria.
Además de estudiar sobre Dios y la Biblia, también pueden dedicar tiempo a hablar de habilidades prácticas del día a día. Podrían hablar sobre temas como estos:
- Cocina
- Compras del supermercado
- Organización
- Finanzas y elaboración de presupuestos
- Matrimonio
- Crianza de los hijos
- Equilibrio entre el hogar y el ministerio o empleo fuera de casa
O quizás decidan memorizar juntas pasajes de la Escritura, conversar sobre sus libros cristianos o biografías favoritas, o hablar sobre eventos actuales, películas, etc., y qué dice la Biblia sobre los temas que estos traen a la mente.
En su reunión inicial, hablen sobre los diferentes temas que les gustaría tratar. Descubre qué cosas la entusiasman y cuáles son las necesidades que tiene en este momento de su vida. Tal vez tú y ella puedan escribir cada una tres cosas que quisieran conversar, comparar sus listas y luego orar para decidir por dónde comenzar.
Sea cual sea la dirección que el Espíritu Santo le dé a la relación, es posible que no siempre tengas una respuesta para cada pregunta que ella haga. Profundicen juntas en la Escritura. También puede ser útil compartir un pódcast o libro que haya sido significativo para ti, y luego hablar sobre ello.
Una bendición inesperada
Cuando las mujeres comienzan a vivir la vida juntas, el crecimiento no se limita. Como mentora, puedes esperar crecer y beneficiarte de la perspectiva fresca de una mujer «más joven», así como ella lo hará con la tuya. Cuando ambas se apoyan mutuamente en vivir el amor transformador de Dios, las bendiciones se extienden a familias enteras y a la iglesia.
Los momentos de mentoría pueden surgir de forma natural en el contexto de la vida real. Aprovecha cada oportunidad —aunque sea un encuentro único— para amar y servir a las mujeres que te rodean. Mira sus necesidades y está dispuesta a acercarte.
Cuando mujeres de diferentes generaciones (física o espiritualmente) dan y reciben unas de otras, y transmiten el tesoro a quienes vienen detrás, todo el Cuerpo de Cristo se vuelve más hermoso porque ese es el sabio plan de Dios.
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