Hoy nos acompaña Kathy Mercado.
Así como las raíces de los árboles se encargan de nutrir a toda la planta, cuando dejamos que las raíces de amargura empiecen a fortalecerse en nuestros corazones, quien llega acompañada de ira, queja y falta de perdón, dará como fruto en nuestra vida de resentimiento. Únete a nosotras en esta conversación donde hablaremos del resentimiento en nuestro matrimonio, teniendo en cuenta que la Palabra de Dios nos insta a …que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados» (Hebreos 12:15). La amargura es un pecado durmiente. Crece bajo la superficie, en lo profundo del suelo de nuestros corazones, debemos estar atentas y vigilantes de no permitir que estas raíces encuentren lugar en nuestros corazones.
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