Aumenta la influencia a través de la sabiduría
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth fue grandemente influenciada por la honestidad de su padre.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Mi papá había luchado con el alcohol antes de ser creyente. Él sabía lo dañino y mortal que podía ser, así que nos habló sobre los peligros de tomar.
Hoy en día no se escucha a muchos padres hablar de ese tipo de cosas de manera honesta y abierta con sus hijos. Sin embargo, mi padre no tenía miedo de hablarnos sobre esto. Él no era tosco, áspero o duro. Nos amaba muchísimo y lo sabíamos, y no tenía miedo de repetir las mismas instrucciones una y otra vez. Esas son las cosas que recordamos.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «En busca de Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 22 de julio de 2025.
Cuando la vida …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth fue grandemente influenciada por la honestidad de su padre.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Mi papá había luchado con el alcohol antes de ser creyente. Él sabía lo dañino y mortal que podía ser, así que nos habló sobre los peligros de tomar.
Hoy en día no se escucha a muchos padres hablar de ese tipo de cosas de manera honesta y abierta con sus hijos. Sin embargo, mi padre no tenía miedo de hablarnos sobre esto. Él no era tosco, áspero o duro. Nos amaba muchísimo y lo sabíamos, y no tenía miedo de repetir las mismas instrucciones una y otra vez. Esas son las cosas que recordamos.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «En busca de Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 22 de julio de 2025.
Cuando la vida es compleja, necesitas sabiduría divina. Nancy ha estado explicando el porqué en esta serie titulada El camino de la sabiduría. No solo necesitas buscar la sabiduría divina para ti, sino que también la necesitas para transmitirla a la próxima generación.
Aquí está Nancy.
Nancy: El plan de Dios para Su pueblo es que Su verdad sea impartida de generación en generación. Es como una carrera de relevos en la que el bastón se pasa de un corredor a otro. Las madres y abuelas, cuando han corrido su parte de la carrera, quieren estar seguras de haber pasado ese bastón al siguiente corredor, a la siguiente generación.
Y sé que algunas de ustedes, que ya tienen hijos mayores, puede que estén pensando: «Es demasiado tarde para mí. No lo hice a la manera de Dios».
Bueno, antes que nada, si tus hijos aún viven, no es demasiado tarde para que Dios intervenga en sus vidas, así que puedes orar. Y hay muchas, muchas historias sobre el poder de una madre y de una abuela que oran. Nunca te rindas y sigue suplicando a Dios que cambie sus corazones.
Y te diré algo más que puedes hacer: puedes influir en los hijos de otras personas. Tal vez no lo sabías, y quizás no eras creyente o no buscabas a Dios en el tiempo que fuiste madre joven, pero tienes amigas que tienen niños pequeños. Puedes alentar a esas madres, puedes animar a esos niños a aprender el camino de la sabiduría.
Y esto se ilustra en el libro de Proverbios en el cual tenemos tres generaciones representadas. Primero está Salomón, quien es el autor principal del libro; él habla de algunas cosas que aprendió de su padre, David. Luego, a lo largo del libro de Proverbios, Salomón le habla a su hijo, Roboam, y le dice: «Hijo mío, necesitas aprender esto». Entonces tenemos a David pasando el testigo de la fe, o pasando el batón a Salomón, y Salomón, a su vez, pasándolo a Roboam.
Y ahora quiero que retrocedamos un poco, porque hemos estado hablando de lo que Proverbios tiene que decir acerca de entrenar a los niños en la sabiduría.
- Ahora, ¿cómo se pasa ese testigo de la fe?
- ¿Cómo se mantiene ese relevo de una generación a la siguiente?
Y permíteme hacer aquí esta aclaración: yo no soy madre, pero a medida que he estado estudiando el libro de Proverbios, veo que aquí hay algunas ideas que creo que son útiles para cualquier persona que realmente desea pasar esa estafeta a la próxima generación.
Aquí hay algo que me llamó la atención en el libro de Proverbios, y es esto: mientras entrenas a tus hijos, ora con ellos y exhortarlos a escuchar la Palabra de Dios y a obedecerla. Esto es serio. Hay una intensidad y una seriedad de corazón que puedes ver en el libro de Proverbios.
Y en los primeros siete capítulos de Proverbios puedes ver esta frase una y otra vez: «Hijo mío, escucha. Hijo mío, obedece». De hecho, si tienes tu Biblia abierta en el libro de Proverbios, mira lo que dice el capítulo 1, versículo 8: «Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre».
Más adelante, en el capítulo 3, versículo 1, dice: «Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos».
Capítulo 4, versículo 1: «Oigan, hijos, la instrucción de un padre, y presten atención para que ganen entendimiento…Oye, hijo mío, recibe mis palabras, y muchos serán los años de tu vida» (vv. 1, 10).
Versículo 20, del mismo capítulo 4: «Hijo mío, presta atención a mis palabras; inclina tu oído a mis razones».
Capítulo 5, versículo 1: «Hijo mío, presta atención a mi sabiduría, Inclina tu oído a mi prudencia…Ahora pues, hijos míos, escúchenme, y no se aparten de las palabras de mi boca» (vv. 1, 7)
Capítulo 6, versículo 20: «Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre».
Y capítulo 7, versículo 1: «Hijo mío, guarda mis palabras y atesora mis mandamientos contigo».
Y quizás te preguntes: «¿Por qué te tomaste el tiempo de leer todo eso? Es muy repetitivo». Bueno, ese es el punto. Es repetitivo. Nueve veces en siete capítulos dice: «Hijo mío, escucha la sabiduría. Escucha a tu padre. Recibe mis instrucciones».
Padres, no tengan miedo de repetir lo mismo. Tus hijos no lo apreciarán ahora mismo. Pero algún día lo harán.
Mi papá lleva más de 30 años que partió con el Señor y todavía llevo conmigo algunas cosas que él nos dijo una y otra vez de diferentes maneras, en tan solo mis primeros 21 años de vida. Mi papá murió el fin de semana de mi cumpleaños número 21 y esas cosas están en mi sistema porque él no tenía miedo de repetirlas una y otra vez.
Hoy en día no se escucha a muchos padres hablar de ese tipo de cosas de manera honesta y abierta con sus hijos. Sin embargo, mi padre no tenía miedo de repetir las mismas cosas.
Así que suplica, exhorta y no tengas miedo de repetir las cosas una y otra vez.
Y mientras entrenas a tus hijos, hay algo más que vemos en el libro de Proverbios: cuenta historias. Cuéntales a tus hijos historias para ilustrar causa y efecto, y cuéntales historias donde no todas tienen finales felices.
Y hay un poderoso ejemplo de una historia así en el capítulo 7 de Proverbios.
Quizás conoces la historia. Es una historia que Salomón le cuenta a su hijo, y se trata sobre este joven sencillo, ingenuo y crédulo que todavía no había madurado en los caminos de la sabiduría.
Una noche, cuando era muy tarde y estaba muy oscuro afuera, él comenzó a merodear por la casa de una mujer que no era una mujer piadosa. Y ciertamente él no debería haber estado merodeando por su casa por la noche, porque había muchas posibilidades de que se encontrara con ella, y ella era una mujer casada; tenía un esposo. Pero su esposo no estaba en la casa y esta mujer no era realmente feliz en su matrimonio.
Entonces ella salió y no estaba vestida como debería vestir una mujer modesta. No tenía dominio propio como lo tendría una mujer piadosa y sabia. Ella salió, abrazó a este joven y lo besó. Ella habló con él y le dijo: «Vamos a divertirnos juntos».
La historia continúa y ya conoces el resto. Este joven desarrolló una amistad con esta mujer, y ella pensó que podría mantener esto en secreto de su esposo. Este joven no pensó que nadie lo vería ni lo sabría jamás. Simplemente pensó que la pasaría bien con esta mujer.
Y de lo que no se dio cuenta fue que estaba cayendo en una trampa que esta mujer le había tendido. De hecho, cuando vas al libro de Proverbios, ves cómo el camino que transita esta mujer, con muchas palabras suaves, al final conduce a la muerte.
Ahora, tal vez no quieras contarle esa historia a tu hijo de tres años, pero antes de que tus hijos sean adolescentes, necesitan conocer la esencia de historias como esta. No todas las historias tienen un final feliz, pero puedes decirles: «Si no obedeces la Palabra de Dios, estas son algunas de las cosas que te sucederán».
Esa historia en Proverbios 7 es una historia que un padre le contó a su hijo tratando de ayudarlo a estar preparado para enfrentar la vida.
Mientras entrenas a tus hijos, adviérteles, como lo hizo este padre en Proverbios capítulo 7, adviérteles sobre las consecuencias de tomar decisiones necias.
«Si no obedeces a Dios, esto es lo que te sucederá».
Hace un momento dijimos que en el libro de Proverbios había tres generaciones representadas: David enseñó a su hijo Salomón. Salomón fue sabio por un tiempo, pero luego tomó algunas decisiones necias. No sabemos por qué. Pero sabemos que David instruyó a su hijo Salomón. Incluso Salomón lo menciona en proverbios cuando dice: «Mi padre me enseñó el camino de la sabiduría».
Sabemos que Salomón nació de David y Betsabé, por lo que nació en un hogar donde su padre había tomado algunas decisiones muy insensatas incluso antes de que él naciera. Sin duda, Salomón lo sabía. ¿Siguió Salomón el ejemplo de su padre en lugar de sus enseñanzas? No lo sabemos. Sabemos que David era un hombre conforme al corazón de Dios, y conocemos el hecho de que Salomón no permaneció con un corazón íntegro y verdadero hacia Dios.
Y luego la tercera generación es Roboam, hijo de Salomón, a quien se le habló mucho en el libro de Proverbios. Roboam fue un hijo muy necio. Él no escuchó el consejo de su padre. De hecho, podrás recordar que cuando se convirtió en rey, él pidió consejo a los amigos de su padre, a hombres mayores y sabios, pero luego rechazó su consejo. No hizo lo que ellos dijeron. En cambio, siguió el consejo de sus compañeros, exactamente lo que su papá le dijo que no hiciera. Y así Roboam se convirtió en un rey malvado y perverso.
Cuéntales a tus hijos esta historia. Estúdiala en las Escrituras y hazlo de una manera apropiada para la edad de tus hijos, pero déjales ver las consecuencias si no siguen el camino de Dios. Enséñales a considerar las consecuencias de sus decisiones, a pensar más allá del placer temporal y de las ganancias temporales. Diles: «Si hacen esto, esto es lo que sucederá». Usa las Escrituras.
En Proverbios 29, versículo 1, dice: «El hombre que después de mucha reprensión se pone terco, de repente será quebrantado sin remedio».
Muéstrales cómo es eso, qué significa eso y cómo se ve. En Proverbios puedes encontrar ilustraciones. Y puede que haya personas que conoces, personas que tus hijos conocen, que se han desgastado espiritualmente porque no quisieron escuchar el consejo.
Bueno, llegará un momento en que Dios dejará de advertirte y será demasiado tarde para que le prestes atención. Habrás tomado demasiadas decisiones necias y puedes terminar hasta perdiendo la vida.
Ahora, no es que trates de asustar inapropiadamente a tus hijos, sino que quieres que sean sobrios acerca de las consecuencias del pecado. Y hay todo tipo de enseñanzas en Proverbios sobre lo que sucede si pecas moralmente, si pecas sexualmente.
«¿Puede un hombre poner fuego en su seno sin que arda su ropa? [Explícales a tus hijos lo que eso significa]. ¿O puede caminar un hombre sobre carbones encendidos sin que se quemen sus pies? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; cualquiera que la toque no quedará sin castigo… El que comete adulterio no tiene entendimiento; El que lo hace destruye su alma» (Prov. 6:27-29, 32).
Pero no les adviertas simplemente sobre las consecuencias de las decisiones necias, enséñales las bendiciones que hay en obedecer. Tus hijos necesitan saber que seguir a Cristo es el camino bendito a la vida, que esto no es solo un montón de reglas y que no estás tratando de mantenerlos en una prisión. Dios quiere que ellos sean libres. Dios quiere que ellos sean bendecidos. Enséñales las bendiciones de la obediencia.
Quiero animarte a que leas el libro de Proverbios. Y tengo una lista completa de versículos aquí. No tenemos tiempo para compartirlos todos, pero si los lees, encontrarás versículo, tras versículo, tras versículo. Voy a leer solo un par de ellos. Proverbios capítulo 1, versículo 33: «Pero el que me escucha vivirá seguro, Y descansará, sin temor al mal».
Proverbios capítulo 3: «Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te añadirán» (v. 1). Y así sucesivamente.
Enséñales a tus hijos los beneficios y las bendiciones de escoger decir «sí» a la sabiduría y «sí» a Dios. Y mientras lo haces, estarás pasando el testigo de la fe.
Escucha: no puedes garantizar que tus hijos tomarán esa estafeta, este testigo. No se puede garantizar que no lo dejarán caer; algunos de ellos lo harán. Pero puedes hacer todo lo que esté a tu alcance, según Dios te dé la gracia, para al menos darles todas las oportunidades de recibir esa fe intacta.
Débora: Sin duda necesito sabiduría como madre para poder manejar las presiones que surgen al criar hijos.
Nancy ha estado explicando que no solo necesitamos sabiduría para reaccionar a nuestros hijos, sino que necesitamos enseñarles de manera proactiva.
Una mujer nos dejó un comentario en esta serie: «El camino de la sabiduría», ella nos escribió:
«Gracias Nancy por darnos el ánimo de saber que Dios me mostrará cómo enseñarles la Biblia a mis hijos. Solo Él puede hacer de mí un buen ejemplo para ellos y para mi esposo. Dios resucitó a los muertos y solo Él puede ayudarme a ser una esposa y una madre digna. ¡Me gozo por todos Sus beneficios!».
Puedes dejar un comentario sobre el episodio de hoy o responder a los comentarios de otras mujeres en AvivaNuestrosCorazones.com. Haz clic en el programa de hoy y encontrarás la sección de comentarios al final de la transcripción.
Volvamos con Nancy para continuar el episodio de hoy.
Nancy: Acompáñame en tu Biblia al 2.º Samuel capítulo 20. Este es un pasaje que probablemente no sea familiar para algunas de ustedes, pero es una gran historia sobre el poder de una mujer sabia: la mujer sabia de Abel; así se llamaba el pueblo donde esta mujer vivía.
Y déjame darte un poco de contexto aquí. La nación de Israel se encontraba en un período inestable. Absalón, que era hijo de David, se había rebelado contra la autoridad de David, creando una insurrección que luego fue superada, y David como rey pudo regresar a Jerusalén.
Y en el capítulo anterior, en 2.º Samuel capítulo 19, vemos que hay esta creciente tensión, este malestar, entre las diez tribus del norte de Israel y la tribu del sur de Judá, que es el hogar de David. El rey es de Judá, vive en el sur, pero existe una brecha, una brecha civil que se avecina entre las diez tribus del norte y la tribu del sur de Judá.
Y en medio de esto, hay un hombre llamado Seba que, dependiendo de tu traducción, quiere decir «hombre indigno». Él era un agitador y estaba provocando una insurrección, otra insurrección contra el rey David, y llevó a las tribus del norte a abandonar a David.
Bueno, David envía a uno de sus hombres, cuyo nombre es Abisai, para ir tras Seba y para apaciguar esa insurrección. A Abisai se le une su hermano Joab. Y podrás recordar que Joab es el despiadado capitán de David. Entonces Abisai y Joab fueron tras Seba para detener esta guerra civil.
Y esta es una historia de intriga, venganza, crueldad, y finalmente, asesinato.
Y llegamos entonces al 2.º libro Samuel, al capítulo 20. Y el versículo 14 dice así, la Palabra de Dios:
«Y pasó Seba por todas las tribus de Israel hasta Abel Bet Maaca [Abel es un pueblo en el extremo norte de Israel] y todo Barim [esta es su tribu familiar] quienes se reunieron y fueron también tras él [fueron a ese pueblo, a la ciudad de Abel]. Llegaron los de Joab [recuerda que Joab está persiguiendo a Seba] y lo sitiaron en Abel Bet Maaca y levantaron un terraplén contra la ciudad» (vv. 14-15).
Ahora, esta ciudad tenía muros alrededor. Joab, Abisai y sus hombres subieron a las murallas y sitiaron la ciudad. Ellos querían a Seba. Ellos buscaban interceptar a Seba para detenerlo. Entonces: «levantaron un terraplén contra la ciudad y este estaba junto al baluarte. Todo el pueblo que iba con Joab se puso a socavar el muro para derribarlo» (v. 15).
Obviamente esta es una situación muy tensa. Toda la ciudad está sitiada y en peligro de ser destruida. Todo el mundo está tenso, alterado y en pie de guerra. Los ánimos estaban caldeados. Y te puedes imaginar que todo el liderazgo de la ciudad, el consejo de la ciudad, estaba sentado dentro de esos muros, está acalorado, molesto y agitado, diciendo: «¿Qué vamos a hacer?».
Independientemente de quién gane, parece que habrá mucho derramamiento de sangre. Se perderán muchas vidas, incluidas mujeres, niños y otros que pasaban por allí, inocentes, que eran las personas que vivían en esta ciudad de Abel.
En medio de esta tensa situación en la que mucha gente actúa neciamente, una sola mujer habla. No sabemos su nombre. Todo lo que sabemos es que ella es audaz y directa, decidida. Las Escrituras nos dicen que ella es una mujer sabia.
Y de alguna manera, esta mujer sabia que se encuentra dentro de la muralla de la ciudad, logra llamar la atención de Joab. ¿Y cómo lo hizo? Bueno, no lo sé, pero sí sé que debió haber algo convincente en ella, su presencia, su espíritu, sus palabras, algo. Luego, en su sabiduría, ella apela a él, y se convierte en la fría voz de la sabiduría en medio de esta situación increíblemente tensa. En el versículo 18, ella le dice a Joab:
«Ella dijo: “Antes acostumbraban decir: ‘Ellos ciertamente pedirán consejo en Abel’, y así terminaban la querella. Yo soy de las pacíficas y fieles en Israel. Usted procura destruir una ciudad madre en Israel. ¿Por qué ha de destruir la heredad del Señor?”» (vv.18-19).
Esta mujer sabia, con la voz fría de la razón, le habla al iracundo Joab. Y si sabes algo sobre Joab, sabrás que es un hombre cruel y violento que no se detiene a escuchar a una mujercita que se interpone en su camino y le dice que se detenga. Pero Dios interviene a través de esta mujer sabia.
¿Y qué hace ella? Bueno, ella le da perspectiva a Joab. Ella le recuerda el importante papel que ha desempeñado la ciudad en la historia de Israel. Entonces, en el versículo 20, dice:
«Y Joab respondió: “Lejos, lejos esté de mí, que yo destruya o extermine. Este no es el caso, sino que un hombre de la región montañosa de Efraín, llamado Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey David. Solamente entréguenlo, yo me iré de la ciudad”. Y la mujer dijo a Joab: “Enseguida su cabeza le será arrojada por encima del muro”» (vv. 20-21).
Ahora, tiene que suceder algo más antes de que el compromiso y el acuerdo puedan funcionar: hay que conseguir que la ciudad acepte el acuerdo, pero evidentemente respetaban y confiaban en esta mujer lo suficiente como para escucharla porque era sabia. Las mujeres sabias tienen influencia. Versículo 22:
«Entonces la mujer, con su sabiduría, fue a hablar a todo el pueblo; y ellos le cortaron la cabeza a Seba, hijo de Bicri, y se la arrojaron a Joab. Él, pues, tocó la trompeta y se retiraron de la ciudad, cada uno a su tienda. Joab también regresó al rey en Jerusalén».
Esta es una historia sangrienta, incluso en su final. Pero si miramos el panorama general, aquí tenemos a una mujer cuya sabiduría alivió una situación inestable. Se podrían haber destruido muchas vidas, pero la ciudad se salvó. Las mujeres, los niños, los hombres, las familias y los hogares de esa ciudad se salvaron, toda la ciudad, gracias a una mujer sabia que supo pronunciar palabras apropiadas en su debido tiempo. Ella era audaz; directa; franca; valiente; decidida y era sabia.
En Proverbios 29, versículo 8, dice: «Los provocadores agitan la ciudad, pero los sabios alejan la ira». Los provocadores, la gente malvada e infame, pueden causar todo tipo de daño. Prenden fuego a las cosas. Crean un desastre. Crean una crisis. Y algunas de ustedes viven con provocadores. Algunas de ustedes tienen un compañero, un padre, un hijo, un jefe o un empleado que es un provocador. Siempre están prendiendo fuego a las cosas. Siempre están enojados, crean tensión, crean conflicto.
Y no puedes controlar a esas personas. No puedes hacer que tu esposo o ese jefe o esa persona en tu vida no sea una persona que se enoja con facilidad, pero tú puedes controlarte a ti misma. Puedes ser sabia. ¿Y qué dice Proverbios? «Los sabios alejan la ira».
Hay maneras en que, a través de la sabiduría, puedes disipar estas situaciones hostiles y de enojo. No siempre, pero sí muchas veces.
Es posible que te encuentres atrapada en medio de un conflicto en el trabajo, en el hogar, o en tu iglesia; porque estos conflictos ocurren también en las iglesias. A veces las personas empiezan a maltratarse entre sí. Y es tan trágico, tan innecesario que los creyentes hagan esto, pero sucede. Y ahí estás atrapada en el medio. Tus hijos están peleando entre ellos.
Puede haber problemas en tu familia extendida: personas que eligen un lado o el otro, no se comunican entre sí, se atacan entre sí, temperamentos caldeados y tal vez incluso recurren a la violencia. Y en medio de esto tienes esta imagen de Joab derribando los muros de esa ciudad. Quizás estés viviendo en una situación que se siente un poco así.
La realidad es que en medio de una situación como esa puedes sentirte desesperada. Puedes sentirte impotente. Y quizás incluso te preguntes: «¿Por qué nadie hace algo al respecto?». Bueno, permíteme decirte que al leer esta historia, espero que te dé la esperanza de que una mujer sabia pueda marcar la diferencia en el mundo.
Pídele a Dios que te haga una mujer sabia en situaciones como estas. Dile: «Señor, muéstrame qué decir. Muéstrame cómo decirlo y que mi vida marque una diferencia en la vida de quienes me rodean».
Débora: Las mujeres pueden tener una influencia increíble cuando caminan en la sabiduría divina.
Nancy nos ha estado mostrando algunos ejemplos bíblicos de esto en esta serie titulada, El camino de la sabiduría. Ahora, ella nos compartirá otro ejemplo de una de nuestras oyentes.
Nancy: Hace unos años, una mujer nos envió un correo electrónico desde Sudáfrica y describió los retos que estaba teniendo con su esposo después de que dejaron de asistir a la iglesia.
Ella escribió: «No sé qué pasó. Simplemente dejamos de ir a la iglesia. Mi esposo ya no quería ir y las cosas empezaron a cambiar. Luego, comencé a pelear con él por cualquier tontería».
Una amiga le contó a esta mujer sobre Aviva Nuestros Corazones y ella comenzó a aprender cómo influir en su esposo, sin criticarlo ni quejarse de él, sino de manera sabia y piadosa. Luego comenzó a actuar según las verdades que había escuchado en Aviva Nuestros Corazones y comenzó a notar un cambio en su esposo.
Ella continuó diciendo: «Mi esposo me dijo: “Necesitamos regresar a la iglesia y abandonar esta pereza espiritual”. Y yo pensé: “¡Dios obra de maneras maravillosas!”». Luego esta mujer concluyó diciendo: «¡Es tan maravilloso! Doy gracias al Señor por lo que ha hecho y por lo que seguirá haciendo».
Y yo también estoy agradecida al Señor por esa historia, y también estoy agradecida por aquellas de ustedes que apoyan financieramente a Aviva Nuestros Corazones. Somos un ministerio apoyado por nuestras oyentes, así que no importa donde te encuentres escuchándonos, ya sea en una estación de radio local o por Internet, la razón por la que puedes escuchar esta transmisión es gracias a aquellos oyentes que donan.
Entonces, déjame preguntarte: ¿Considerarías hacer una donación hoy para ayudarnos a continuar transmitiendo este programa en tu área, por Internet y en todo el mundo?
De antemano quiero decirte: ¡Muchas gracias por tu apoyo!
Débora: Si el Señor así lo ha dispuesto en tu corazón, puedes hacer tu donación visitando nuestro sitio web AvivaNuestrosCorazones.com.
Esta nueva serie titulada El camino de la sabiduría, ha ayudado a mujeres en diferentes etapas de la vida. En el próximo episodio escucharemos a algunas mujeres que están poniendo en práctica la sabiduría bíblica. ¡Te esperamos!
Invitándote a pasar de manera intencional las verdades de la Palabra de Dios a la próxima generación, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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