Cómo criar hijos sabios
Débora: Si eres madre, la Biblia enseña que tienes la responsabilidad de educar a tu hijo en la verdadera sabiduría. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Tus hijos necesitan escucharte decir cosas como esta: «Estas son las decisiones que tomé y esto fue lo que sucedió. Son elecciones de las que quizás no estés consciente». Tus hijos necesitan que seas transparente. Ellos no buscan que seas perfecta. Ellos necesitan que seas auténtica.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «En busca de Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 21 de julio de 2025.
Piensa en cuántos padres se sacrifican y cuántos estudiantes luchan por obtener una educación. La sabiduría vale todo ese esfuerzo. Y la sabiduría divina es aún más importante. Entonces, ¿por qué no hay más personas que la buscan como si fuera …
Débora: Si eres madre, la Biblia enseña que tienes la responsabilidad de educar a tu hijo en la verdadera sabiduría. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Tus hijos necesitan escucharte decir cosas como esta: «Estas son las decisiones que tomé y esto fue lo que sucedió. Son elecciones de las que quizás no estés consciente». Tus hijos necesitan que seas transparente. Ellos no buscan que seas perfecta. Ellos necesitan que seas auténtica.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «En busca de Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 21 de julio de 2025.
Piensa en cuántos padres se sacrifican y cuántos estudiantes luchan por obtener una educación. La sabiduría vale todo ese esfuerzo. Y la sabiduría divina es aún más importante. Entonces, ¿por qué no hay más personas que la buscan como si fuera un título universitario valioso? Nancy te invita una vez más a buscar la sabiduría que viene de Dios.
Nancy: Hemos estado hablando de cómo llegar a ser una mujer sabia. Y espero que a estas alturas tengas un mayor deseo de ser una mujer sabia. En el último episodio dijimos que si quieres ser sabia, necesitas disponer tu corazón para volverte una mujer sabia. Debes tener como objetivo ser sabia porque eso no sucederá simplemente por ósmosis. La sabiduría no se obtiene así como así. Tienes que inclinar a tu corazón a buscar la sabiduría.
Luego dijimos que necesitamos pedirle a Dios sabiduría. Él ha prometido dar sabiduría a quienes se la pidan. Luego señalamos que obtenemos sabiduría de la Palabra de Dios. Son las Escrituras las que nos hacen sabias. Y espero que no solo durante esta serie, sino en los próximos días, profundices en particular en el libro de Proverbios y encuentres allí sabiduría para cada aspecto de tu vida.
Y la realidad es que necesitamos toda la Palabra de Dios, pero el libro de Proverbios en particular nos da una aplicación práctica de la verdad de Dios en las áreas cotidianas de la vida.
Así que hoy quiero darte varias sugerencias sobre cómo podemos volvernos sabias. La primera sugerencia es algo en lo que quizás no hayas pensado antes. Y la verdad es que no sé si realmente había pensado en ello hasta que comencé a indagar en el libro de Proverbios recientemente, y se trata de considerar la creación de Dios y el mundo animal.
Y puede que sorprendas y me preguntes: «¿Los animales? ¿Los árboles? ¿Pueden hacernos sabias?».
Escucha estos versículos que descubrí anoche mientras me preparaba para esta sesión. Job capítulo 12, versículos 7 y 8:
«Ahora pregunta a los animales, y que ellos te instruyan, y a las aves de los cielos, y que ellas te informen. O habla a la tierra, y que ella te instruya, Y que los peces del mar te lo declaren».
¿Qué nos pueden decir las bestias, los arbustos, los peces y los pájaros? Bueno, todos fueron hechos por Dios y Dios los ha diseñado de tal manera que al observar estas formas de Su creación podemos obtener sabiduría.
Escucha en Proverbios capítulo 6, Salomón dice,
«Ve, mira la hormiga, perezoso. [Un perezoso es una persona que es holgazana e irresponsable.] Observa sus caminos, y sé sabio. La cual sin tener jefe, ni oficial ni señor, prepara en el verano su alimento y recoge en la cosecha su sustento» (vv. 6-8).
Salomón está diciendo, y esto es algo que quizás quieras enseñar a tus hijos mientras intentas enseñarles la diligencia y la importancia de ser trabajadores y planificar el futuro; Proverbios dice que observes las hormigas. Ellas nos muestran la iniciativa, la diligencia y la planificación. No necesitan que alguien les dé instrucciones, o les digan qué hacer, o las esté mirando y supervisando, o les diga que arreglen la cama por la mañana.
Y por supuesto, las hormigas no arreglan su cama, pero es de esperar que tus hijos sí lo hagan. Gracias a su diligencia, a su iniciativa, las hormigas tienen mucho que comer.
Y como mencionamos antes, en la vida hay causa y efecto. Si eres diligente, tendrás suficiente para comer. Salomón dice que busquemos en el reino animal ilustraciones de la sabiduría de Dios.
Y Proverbios capítulo 30, es otro capítulo que tiene muchas referencias a los animales. En este capítulo tienes referencia a sanguijuelas, águilas, serpientes, hormigas, tejones, langostas, lagartos, leones, los gallos y las cabras. Todos esos animales tienen algo que enseñarnos si los observamos y aprendemos.
No sé si está familiarizada con el maravilloso conjunto de libros de tres volúmenes llamado Character Sketches (que en español sería como Bosquejos de carácter o Esbozos de carácter). Estos libros fueron producidos por el Instituto de Principios Básicos de la Vida. Son volúmenes grandes, de tapa dura, y tienen cualidades del carácter, como la atención, diligencia y responsabilidad que se enseñan al observar a diferentes animales.
Así que, considera la naturaleza, considera el mundo animal.
Otra sugerencia, si quieres ser sabia, es: anda con gente sabia. Anda con gente sabia. Busca gente sabia. Proverbios 13 dice:
«El que anda con sabios será sabio,
pero el compañero de los necios sufrirá daño» (v. 20).
Sé que probablemente me escuchan hoy algunas chicas adolescentes. Siempre me alegra saber que hay mujeres jóvenes escuchando el programa. Y creo que una de las cosas más importantes que me gustaría decirles a ustedes, jovencitas, es que elijan a sus amigas con cuidado, porque te parecerás mucho a las personas con las que pasas más tiempo. Vas a imitar sus características.
Recuerda que el que anda con sabios se volverá sabio, pero si eres compañera de necios, sufrirás el daño.
Y madres, tomen nota: la influencia de nuestras amigas y compañeras es importante. Estoy muy agradecida de que, mientras crecía, mis padres tenían personas sabias en nuestro hogar. Misioneros, pastores, líderes cristianos y empresarios que tenían un corazón para el Señor. Aprendí mucho escuchando las conversaciones de adultos. Conversaciones sobre el Señor. Conversaciones sobre la vida que fueron sabias.
Otra sugerencia es: busca mujeres mayores que te aconsejen. Hazles preguntas. Aquellas de ustedes que son mujeres casadas más jóvenes, busquen una pareja mayor que pueda invertir en sus vidas como pareja joven. Háganlo antes de que su matrimonio tenga problemas, antes de que necesiten un consejero matrimonial. Mujeres solteras, busquen mujeres mayores, ya sean casadas o solteras, para invertir en sus vidas.
¿Quiénes son tus héroes? ¿Quiénes son las personas con las que caminas? Y no me refiero solo a literalmente amigas, sino también a los libros que lees. Los libros son un tipo de amistad, así como las revistas que lees y el entretenimiento que tú escoges. El Salmo 1 dice que seremos bienaventuradas si no andamos en el consejo de los impíos, si no estamos en el camino de los pecadores y si no nos sentamos en la silla de los escarnecedores.
Así que observa las cosas y personas que están ejerciendo una influencia en tu vida. ¿Son sabias?
Y entonces, si quieres ser sabia, pide y escucha consejo. Esposas, busquen consejo de sus maridos. Háganle preguntas. Pídanle su opinión. Puede ser que ni siquiera sea creyente, pero Dios te lo ha dado para tu protección. Si quieres saber qué hacer y tu agenda está abarrotada y no puedes manejarlo todo, pídele opinión a tu esposo. Pídele consejo. Si tu esposo es creyente, pídele que ore por ti. Pídele que ore contigo sobre diferentes asuntos.
Aprende de tus padres. Puedo decir que es muy, muy necio y que tendrá consecuencias nefastas si ignoras, rechazas o recientes los consejos de tus padres. Y puede que los padres de algunas de ustedes no sean piadosos y no den consejos piadosos. Pero, ¿sabes?, aún puedes aprender mucho de ellos. Puedes aprender de sus errores y al mismo tiempo honrarlos. Si tus padres no pueden aportar consejos piadosos a tu vida, entonces busca un mentor piadoso que sí pueda.
Escucho a muchas jóvenes tomar decisiones, pensar acerca de la vida y hacerlo todo independientemente de sus padres. Hay un sentido aquí que piensa: «Yo sé bien qué hacer; es mi vida. Sé lo que voy a hacer». Si piensas así, eres una persona necia. Y esto es una realidad, particularmente en lo que se refiere a decisiones matrimoniales.
Hace poco escuché una entrevista en otro programa cristiano sobre el tema de la violencia doméstica. Había un consejero matrimonial, un consejero sobre el abuso y un sargento de la policía que se había ocupado de la violencia doméstica durante años. Ellos hicieron toda una entrevista sobre la importancia de que los solteros no se casen con la persona equivocada. Y los invitados a ese programa dijeron: «Jóvenes, cuando se trata del matrimonio, escuchen los consejos de sus padres y amigos».
Entonces, si quieres ser sabia, aprende de los errores de los demás. Observa las consecuencias en las vidas de los demás por no ser sabios. Aprende de sus errores. Aprende de sus fracasos. Yo, por ejemplo, he aprendido mucho observando a mujeres mayores que se han convertido en mujeres difíciles, negativas, críticas, quejosas y apesadumbradas. Las miro y pienso: «Yo no quiero ser así». ¿Y sabes qué? Tal vez por mi forma de ser, sería así si no dejo que el Espíritu Santo santifique, transforme y cambie mi corazón ahora. Aprende de los errores de los demás.
También aprende de tus propios errores. Aprende de tus propios fracasos. ¿No es sorprendente, y probablemente lo has visto, cómo algunas personas repiten el mismo error una y otra vez? Recibimos cartas de personas que están en su cuarto matrimonio y se han casado con el mismo tipo de persona cada vez, y todavía se preguntan por qué tienen estos problemas.
Y a lo que me refiero es que hay algo que no han aprendido. No han adquirido sabiduría de sus fracasos del pasado. Y todas tenemos fracasos. Pecamos. Cosechamos consecuencias. Quiero aprender de esos fracasos. Aprende de esos errores y, como resultado, crece y sé más sabia.
Y la última sugerencia es: debes estar dispuesta a tomar decisiones difíciles. El camino de la inteligencia no suele ser el más fácil. Debes estar dispuesta a decir no a tu carne, no a tus emociones y, a veces, incluso no a amigas que, incluso con buenas intenciones, no te están dando consejos que están de acuerdo con la Palabra de Dios.
Ser sabia requiere tomar decisiones difíciles. Debes estar dispuesta a tomar decisiones difíciles ahora, teniendo en cuenta la eternidad, pensando a largo plazo y en el día en que estarás muy agradecida por haber escogido el camino de la sabiduría.
Débora: Nancy volverá con la segunda mitad del programa de hoy. Ella nos ha estado recordando que vale la pena buscar la sabiduría divina. Porque amada, muchas veces dedicamos mucho esfuerzo a la educación, pero ¿cuánto esfuerzo estás dedicando a aprender más acerca de la Palabra de Dios?
Déjame hablarte de un excelente punto de partida. Nancy coescribió un estudio bíblico titulado En Busca de Dios: El gozo de un avivamiento en la relación personal con Dios. Este estudio te ayuda a comprender mejor la Biblia a medida que avanzas en tu caminar con Cristo, porque te muestra lo que dice la Palabra de Dios sobre una variedad de temas prácticos como el perdón y el mantener una conciencia tranquila. No solo entenderás mejor estos temas, sino que también empezarás a vivir de forma más sabia. ¿No sería esto maravilloso?
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Ahora volvamos a la serie de Nancy, «El camino de la sabiduría».
Nancy: Recientemente, mientras estudiaba el libro de Proverbios, una de las cosas que realmente me ha llamado la atención es que en el plan de Dios la sabiduría se aprende idealmente en el contexto del hogar, en el contexto de nuestras familias. El plan de Dios, el ideal de Dios, el mejor plan de Dios, es que los padres entrenen a sus hijos para que sean sabios y que esos hijos crezcan y se vuelvan sabios, para que ellos, a su vez, entrenen a sus hijos a que sean sabios, y ellos a su vez entrenen a sus hijos para que sean sabios.
Y vemos que Dios, en Su misericordia, proporciona medios para que aquellos que no crecieron en un hogar piadoso, puedan llegar a ser sabios. Dios trae a otras personas a nuestras vidas para complementar la influencia y la formación incluso de los padres más sabios. Esa es la manera de Dios. Y puedes ver esto ilustrado en algo que el apóstol Pablo le dijo a Timoteo, en su segunda carta en el capítulo 1.
Pablo consideraba a Timoteo su hijo en la fe. En su hogar, Timoteo tuvo una influencia que le trajo sabiduría incluso antes de conocer al apóstol Pablo. Pablo le escribió:
«Porque tengo presente la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también» (2.ª Timoteo 1:5).
Por cierto, observa que Timoteo no tenía un padre creyente. Entonces, algunas de ustedes, madres solteras, mujeres casadas con esposos incrédulos, deben saber que Dios puede usar su fe como madre creyente para inculcar fe en sus hijos.
En 2.ª de Timoteo capítulo 3, versículos 14 y 15, Pablo continúa diciéndole a Timoteo:
«Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido [¿De quién lo aprendió? De su madre y su abuela]. Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús».
«Timoteo, tú las conoces y has visto sus vidas».
Entonces, ¿de dónde viene la sabiduría? De la Palabra de Dios. ¿Y cómo obtuvo Timoteo la sabiduría? Desde pequeño la recibió de una madre y una abuela que le enseñaron la Palabra de Dios. Y una y otra vez en el libro de Proverbios vemos que los padres (papá y mamá) deben instruir a sus hijos.
Salomón usa la frase «hijo mío» o «hijos míos», 27 veces en el libro de Proverbios. Una y otra vez lo verás. ¿A quién le está enseñando? Le está enseñando a su hijo. Ahora, por implicación, también puede incluirnos a nosotras, pero él estaba entrenando directamente a su hijo para que fuera sabio.
Entonces, tanto en esta sesión y como en la próxima, quiero señalar varias cosas que aquellas de ustedes que son madres o abuelas, tal vez quieran considerar mientras buscan entrenar a sus hijos y nietos para que sean sabios.
La primera, y la que creo que es muy importante, es modelar la sabiduría y la obediencia. El ejemplo es algo tan poderoso para bien o para mal. En Proverbios capítulo 4, versículo 11, Salomón le dice a su hijo: «Por el camino de la sabiduría te he conducido, por sendas de rectitud te he guiado». Enseñar y liderar no solo lo que dices, sino cómo vives. El poder del ejemplo.
Anoche estuve pensando en mis propios padres y en los aspectos de la sabiduría y los caminos de Dios que aprendí más por su ejemplo que por lo que dijeron. Y con eso me refiero a aquellas cosas que se quedaron conmigo. La lista crecía en la medida en que yo crecía.
Pensé en mi madre y en lo que aprendí de ella sobre la hospitalidad y sobre cómo ser una anfitriona amable y recibir personas. Ese es un principio bíblico de hospitalidad.
Aprendí de mis padres sobre la generosidad, sobre tener el corazón deCristo para los perdidos, para poder alcanzar a los que no conocen a Cristo. Aprendí de ellos sobre la disciplina y las áreas de dominio propio. No teníamos televisión en casa y una de las razones era que mi papá pensaba que era importante no perder el tiempo, así que tampoco teníamos periódico. No teníamos televisión porque él quería que usáramos nuestro tiempo con propósito.
Mi papá era muy disciplinado a la hora de acostarse por la noche para entonces poder levantarse a la mañana siguiente y encontrarse con el Señor. Fue una disciplina que vi en su vida. También aprendí de ellos la honestidad; una vida devocional. Y lo repito, mi padre fue un ejemplo increíble de cómo comenzar el día con el Señor.
Así que aprovecha el poder de tu ejemplo para enseñar a tus hijos a partir de una vida transformada por el mensaje. No se trata solo de mostrárselo, sino de enseñarles a partir del mensaje que transmite tu vida, lo que has aprendido acerca de los caminos de Dios a través de tu experiencia personal. Enséñales, no solo de tus éxitos, sino también de tus fracasos.
Tus hijos necesitan escucharte decir cosas como esta: «Estas son las decisiones que tomé y esto fue lo que sucedió. Decisiones de las que quizás no estés consciente». Ellos necesitan que seas transparente. No buscan que seas perfecta. Necesitan que seas auténtica.
Y algunas de ustedes en el pasado han fracasado de maneras significativas, pero han aprendido a través de ello. Llegaron a conocer a Dios a través de sus fracasos y desarrollaron sabiduría a través de ellos. Tus hijos necesitan, a una edad prudente y con la información adecuada, escucharte decir: «Esto es lo que Dios me enseñó cuando pase por esto y no quiero que cometas los mismos errores. Quiero que aprendas de mi ejemplo».
Así que modela sabiduría y obediencia y luego enseña a tus hijos a partir del ejemplo de tu vida.
Y ahora permíteme usar el pasaje del capítulo 1 de Proverbios para ilustrar otros principios sobre cómo enseñar a sus hijos. Puedes buscar en tu Biblia y escuchar lo que este padre le dice a su hijo. Comenzando en el versículo 10, Salomón dice: «Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no consientas». Si los pecadores te atraen, no consientas. Ese es un principio.
Dale a tus hijos instrucciones específicas. Dales dirección. En este caso, Salomón habla con su hijo sobre cómo lidiar con la presión de sus compañeros. Si personas que no son piadosas intentan obligarte a hacer algo malo, no sigas por ese camino. Él te está enseñando sobre la presión de grupo.
En otra parte de Proverbios enseña acerca de cómo cuidar tu corazón, tus ojos, tu lengua, cómo mantenerte alejado de las mujeres impuras, tu vida sexual y cómo elegir a tus amigos cuidadosamente, etc.
Luego vemos en este pasaje la importancia no solo de establecer reglas, sino de instruir, entrenar y enseñar a los hijos, explicándoles lo importante y el corazón del asunto.
Hace poco estuve hablando con una madre que me expresó su preocupación por el tema de la modestia en sus hijas jóvenes adultas. Le hice el comentario acerca de que por eso es tan importante que a las hijas se les enseñe cuando son pequeñas. La primera respuesta de esa madre fue: «Pero, yo lo hice», «Nosotros lo hicimos». Y luego dijo algo que me pareció muy perspicaz. Ella añadió: «Bueno, tal vez realmente no les enseñamos, sino que simplemente les dijimos lo que no podían usar».
Hay una gran diferencia, ¿verdad? Cuando son pequeñas, hay que decirles lo que es apropiado y lo que no, pero hay que ir más allá y enseñarles, formarles e instruirles en lo importante que es este tema, este asunto.
Y bueno, a medida que avanzamos en el capítulo 1 de Proverbios, vemos a Salomón preparando a su hijo para situaciones de la vida real. Sé creativa con tus hijos. Quizás quieras hacer un juego de roles. Salomón dice aquí: «si los pecadores te engañan, no consientas». Luego el versículo 11 dice: «Si dicen…». Él está creando una situación aquí, un escenario, suponiendo que alguien se te acerca y te dice:
«Ven con nosotros, pongámonos al asecho para derramar sangre, sin causa acechemos al inocente... hallaremos toda clase de preciadas riquezas, llenaremos nuestra casa de botín; echa tu suerte con nosotros, todos tendremos una bolsa» (Proverbios 1:11, 13-14).
Él dice: «Hijo, algún día enfrentarás una situación como esta, y esto es lo que puede pasar». Él está tratando de preparar a su hijo para situaciones de la vida real. Y luego, por supuesto, le dice: «No andes en el camino con esas personas». Aparta tu pie de sus caminos», y después le señala las consecuencias. Y veremos eso en la próxima sesión.
A medida que lees el libro de Proverbios, también verás el valor de utilizar lecciones objetivas e imágenes verbales para ayudar a tus hijos a conectarse con la verdad. Verás analogías a lo largo de todo el libro, como una historia, como la que acabamos de leer, en la que el padre dice: La sabiduría es así. La necedad es así.
De hecho, si en algún momento vas a los capítulos 25 y 26 de Proverbios, verás muchas de estas imágenes en esos dos capítulos. En Proverbios, capítulos 25 y 26, creo que hay 24 analogías en total. Permíteme leerte algunas de ellas.
Proverbios, capítulo 25. Aquí tenemos a un padre enseñando a su hijo: «Como las nubes y el viento sin lluvia es el hombre que se jacta falsamente de sus dones» (v. 14). Aquí hay una imagen, una imagen verbal. Hay una analogía.
Como nubes y viento sin lluvia. Bueno, cuando ves nubes en el cielo y sientes el viento que pasa, si eres agricultor, ¿qué crees que está a punto de suceder? Está preparado el cielo para llover. Entonces, si las nubes y el viento están ahí, pero la lluvia no llega, el granjero se siente decepcionado. Las nubes y el viento no cumplieron su promesa.
Este padre le está diciendo a su hijo, como las nubes y el viento sin lluvia, es el hombre que se jacta de un regalo que no da. Él está diciendo que aquellos que afirman que harán algo, pero no lo cumplen, frustran a los demás. No prometas algo que no puedas cumplir. Puedes utilizar esa imagen para plantar algo en la mente de tu hijo que le ayudará a recordar esa verdad.
Proverbios 25: «Como mazo y espada y flecha aguda es el hombre que levanta falso testimonio contra su prójimo» (v. 18). Esta es una imagen muy vívida. Enseña a tus hijos que cuando dicen algo sobre su hermano, su hermana, su amigo o su maestro que no es cierto, es como un garrote de guerra, una espada o una flecha afilada. ¿Qué hacen esas cosas? Hieren. Destruyen. Puedes aniquilar, matar el carácter de alguien. Puedes matar la reputación de alguien. ¿Es eso lo que quieres hacer?
Usar estas imágenes con palabras, usar estas imágenes verbales, ayuda mucho. Así que la próxima vez que te dispongas a difamar la reputación de alguien, estarás pensando en un garrote, espada, flecha afilada. Eso es a lo que se parece.
Proverbios 25, versículo 28: «Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu». Puedes explicarles a tus hijos cómo en los días bíblicos las ciudades estaban protegidas por muros grandes, altos y fuertes, y que si estos se derrumbaban, el enemigo podía entrar a la ciudad y tomar el control. Si no tienes control sobre tu lengua, no tienes control sobre tu actitud cuando hablas con tu mamá, si no tienes control, si no eres disciplinado, serás vulnerable al enemigo que ataca tu vida. Habrá cosas que él podrá destruir en ti.
¿Ves cómo las Escrituras usan imágenes y analogías, para enseñar?
Aquí hay una más. Proverbios 26 dice: «Como el enloquecido que lanza teas encendidas, flechas y muerte, así es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: “¿Acaso no estaba yo bromeando”?» (v. 18-19). «Era solo una broma. No era mi intención». Este pasaje dice que no es broma. Que no es gracioso. Es como si un loco arrojara esas armas peligrosas (tizones, flechas y muerte) cuando haces algo que es engañoso o peligroso, y dices: «Solo estaba bromeando».
Entrena a tus hijos usando imágenes y lecciones objetivas.
Débora: Amén. El Señor nos ayude. Que por el poder de Su Espíritu en nosotras, podamos caminar siguiéndole a Él.
Todo padre necesita sabiduría, no solo para saber cómo criar a sus hijos, sino para poder transmitirles sabiduría. ¿No te gustaría como madre poder transmitir esa sabiduría a tus pequeños? Nancy nos hablará más sobre eso el episodio del día de mañana. Regresa con nosotras aquí, a Aviva Nuestros Corazones.
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