Dónde encontrar sabiduría
Débora: ¿Estás buscando sabiduría divina y verdadera? Nancy DeMoss Wolgemuth dice que hay un lugar donde buscarla.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Ninguna cantidad de esfuerzo humano, dinero o recursos llevará al hombre a encontrar la sabiduría. Solo hay una persona que sabe cómo encontrarla, y si quieres obtener sabiduría, tendrás que saber cómo encontrar a esa Persona. Él tiene la llave de toda la sabiduría y el conocimiento verdadero.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «En busca de Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 18 de julio de 2025.
¿Dónde puedes encontrar sabiduría? Si le preguntas a la mayoría de las personas, te dirán que en los libros, bibliotecas e incluso el Internet, pero en realidad no se encuentra en ninguno de esos lugares. Se encuentra en una persona. Nancy te lo explicará mientras continúa …
Débora: ¿Estás buscando sabiduría divina y verdadera? Nancy DeMoss Wolgemuth dice que hay un lugar donde buscarla.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Ninguna cantidad de esfuerzo humano, dinero o recursos llevará al hombre a encontrar la sabiduría. Solo hay una persona que sabe cómo encontrarla, y si quieres obtener sabiduría, tendrás que saber cómo encontrar a esa Persona. Él tiene la llave de toda la sabiduría y el conocimiento verdadero.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «En busca de Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 18 de julio de 2025.
¿Dónde puedes encontrar sabiduría? Si le preguntas a la mayoría de las personas, te dirán que en los libros, bibliotecas e incluso el Internet, pero en realidad no se encuentra en ninguno de esos lugares. Se encuentra en una persona. Nancy te lo explicará mientras continúa con la serie titulada, El camino de la sabiduría.
Nancy: Hemos estado hablando mucho sobre el valor de la sabiduría, el tesoro incomparable que es la sabiduría, que vale más que cualquier joya, oro o plata, lo importante que es y cuánto la necesitamos. Si fueras a buscar sabiduría, ¿dónde irías? ¿Dónde la encontrarías? ¿Qué tan fácil o difícil sería?
Si tienes tu Biblia contigo, quiero pedirte por favor que la abras en el libro de Job, capítulo 28. Ojalá tuviéramos tiempo de leer el pasaje completo, pero solo leeremos algunos versículos. Es posible que quieras volver sobre ellos para meditar en este pasaje. Porque hay riquezas auténticas escondidas aquí.
Entonces, leamos Job 28, comenzando en el versículo 1, Job dice: «Ciertamente hay una mina para la plata, y un lugar donde se refina el oro». Ahora, ¿dónde estaría esa mina y ese lugar para el oro? ¿En la parte más alta de la tierra? No. Está muy por debajo de la superficie, ¿no es así?
En el versículo 2 dice: «El hierro se saca de la tierra, y de la piedra se funde el cobre. El hombre pone fin a las tinieblas…». Observa esa palabra, hombre, porque habrá un contraste en este capítulo entre la búsqueda del hombre y la búsqueda de Dios.
Versículo 3: «El hombre pone fin a las tinieblas y hasta los límites más remotos escudriña la roca que está en densa oscuridad». El hombre desciende a la tierra, y esa frase hace referencia a los mineros que buscan plata, oro o diamantes. El hombre se adentra profundamente en la tierra y «busca hasta los límites más remotos». Descienden a esa tenebrosa y profunda oscuridad, y allí buscan.
El hombre, que ha sido creado a imagen de Dios, quiere saber, quiere buscar, quiere descubrir, explorar el universo y resolver sus misterios. Y es por eso que hay algunos programas de televisión sobre misterios ocultos y programas de exploración que buscan el origen de la vida, del universo, las estrellas, los planetas, los misterios del Triángulo de las Bermudas, etc. El hombre se siente inclinado a descubrir.
De hecho, hay un canal de televisión que se llama «Discovery Channel», y todo eso es un reflejo del deseo del hombre de penetrar en los secretos y misterios del universo y de su mundo para descubrir los tesoros, los enigmas que allí se esconden.
El versículo 9 nos dice: «Pone el hombre su mano en el pedernal; vuelca de raíz los montes». Ese versículo nos da una imagen de cómo se cortan túneles a través de las montañas. El texto sigue diciendo: «Abre canales en las rocas, y su ojo ve todo lo preciado. Detiene los arroyos para que no corran, y [el hombre] saca a la luz lo oculto» (vv. 9-11).
Entonces, ¿cuál es la imagen que se nos muestra aquí? Bueno, el hombre hará esfuerzos titánicos para aprovechar la energía, para minar la tierra, para construir carreteras y caminos a través de las montañas, y construir túneles a través de esas montañas y explotar la tierra en busca de tesoros.
El hombre hará esfuerzos increíbles, de tiempo y sacrificio, para derribar las montañas desde sus cimientos. Sin embargo, este pasaje continúa diciendo que encontrar la sabiduría es mucho más difícil que todas esas hazañas y logros humanos.
Mira los versículos 12: «Pero la sabiduría, ¿dónde se hallará? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? No conoce el hombre su valor y ni se encuentra en la tierra de los vivientes». El hombre puede encontrar plata y oro en la tierra, él puede derribar las montañas desde sus cimientos y hacer una carretera o un túnel a través de las montañas, pero el hombre no puede encontrar la sabiduría. La sabiduría no se encuentra en la tierra de los vivos.
Versículo 14: «El abismo dice: “No está en mí”, y el mar dice: [La sabiduría] “No está conmigo”». Los hombres encuentran oro y piedras preciosas en las profundidades de la tierra, pero no importa qué tan profundo exploren, no importa cuánto lo intenten, no importa cuánto ingenio, esfuerzo y creatividad humana apliquen, Job nos está diciendo: «No encontrarás la sabiduría por ti misma».
El hombre puede hacer muchas cosas, pero no puede encontrar la sabiduría por sí mismo. Versículo 15: «No se puede dar oro puro por ella [por la sabiduría], ni peso de plata por su precio». Versículo 17: «No la pueden igualar ni el oro ni el vidrio, ni se puede cambiar por artículos de oro puro». Versículo 20: «¿De dónde, pues, viene la sabiduría?».
«¡Dime cómo encontrar la sabiduría!». Y yo me pregunto, ¿por qué Job quería saber esto? Porque estaba sufriendo un dolor insoportable y él quería entender qué era lo que Dios estaba diciendo, qué estaba haciendo Dios y cuál es era Su propósito.
Job quería conocer la sabiduría, y entonces dijo: «Voy a buscar sabiduría», pero esa no es una búsqueda tan fácil. No es algo que el hombre pueda encontrar por sí solo.
Entonces, ¿de dónde viene la sabiduría? ¿Dónde está el lugar del entendimiento, de la inteligencia? Versículo 21: «Está escondida de los ojos de todos los vivientes, y oculta a todas las aves del cielo». Ninguna cantidad de esfuerzo humano, dinero o recursos llevará al hombre a encontrar la sabiduría. Solo hay una Persona que sabe cómo encontrarla, y si quieres obtener sabiduría, tendrás que saber cómo encontrar a esa Persona. Él tiene la llave de toda la sabiduría y del conocimiento verdadero.
Y en el versículo 23 está la clave: «Dios entiende el camino de ella [de la sabiduría] y conoce su lugar. Porque Él contempla los confines de la tierra y ve todo bajo los cielos». El hombre cree verlo todo. Cree que puede excavar bajo la tierra o bajo esas montañas y verlo todo, pero no puede ver ni una fracción de lo que hay para ver. Sin embargo, Dios sí ve todo lo que hay debajo de los cielos.
Esa verdad nos confirma que Él lo ve todo porque Él lo hizo todo, versículo 25: «Cuando Él dio peso al viento y determinó las aguas por medida; cuando puso límite a la lluvia y camino para el rayo, entonces Él la vio y la declaró, la estableció y también la escudriñó». ¿Qué vio? La sabiduría. ¿Qué declaró? La sabiduría.
Lo que comprendemos aquí, es que Dios lo sabe todo, Dios lo ve todo y Dios lo controla todo: los truenos, los relámpagos, el viento. Dios le dio al viento su peso, y ni siquiera puedo entender lo que eso significa. ¿Qué peso? ¿Cuánto peso tiene el viento? Bueno, Dios lo sabe, y Dios le dio un peso para que haga justo lo que se supone que debe hacer, nada más y nada menos. Dios hizo todo esto.
Dios comprende estas complejidades, estos milagros de la creación y las maravillas del universo creado. ¡Dios hizo todo! ¿Pensaste alguna vez en el hecho de que Dios nunca descubre nada? Nosotros somos los que descubrimos cosas. Simplemente estamos buscando lo que Dios ya ha creado, pero Dios ya lo sabe todo, porque Él lo hizo todo, lo ve todo y lo controla todo.
Él hizo los tesoros de la tierra que están enterrados profundamente bajo la tierra, y los hombres tienen que hacer mucho esfuerzo para explorarlos, conquistarlos y dominarlos. Dios lo hizo todo, por eso Él lo ve todo. Él lo sabe todo. Él lo controla todo, y por eso es Él quien comprende la sabiduría y sabe cómo encontrarla.
Y afortunadamente, Dios no solo tiene sabiduría, conoce la sabiduría y sabe dónde está, sino que Él se ha revelado a Sí mismo y Su sabiduría al hombre. El hombre que busca, excava, explora, indaga y descubre, puede conocer la sabiduría solo si conoce a Dios. Puesto que Dios ha revelado al hombre la única manera de encontrar la sabiduría, y no es con nuestras propias fuerzas. No está en nuestra propia energía ni está en nuestros propios esfuerzos.
El versículo 28, de Job, dice: «Y [Dios] dijo al hombre: “El temor del Señor eso es sabiduría, y apartarse del mal, inteligencia”». Punto. ¿Deseas encontrar la sabiduría? ¿Por dónde comienzas? Temiendo al Señor.
Yo crecí asistiendo a una escuela cristiana, por lo cual estoy muy agradecida. Esta escuela cristiana en particular creía que la educación no era simplemente agregar clases de Biblia y capilla a una educación que de otro modo sería secular, sino que el objetivo era enseñar cada materia desde un punto de vista bíblico, piadoso y sabio.
Y ahora la escuela, a la que asistí cuando era niña, se ha ampliado y tiene algunos edificios grandes y elegantes. Pero comenzó en una antigua mansión inglesa estilo Tudor, que son grandes mansiones de piedra. Parecía muy grande cuando éramos pequeños y entrábamos por esa gran puerta principal de esa antigua mansión.
Habia un letrero, una placa al costado de esa puerta que decía: «El principio de la sabiduría es el temor al Señor». Esa frase viene del libro de Proverbios. Cuando entrábamos por esa puerta, no sé si éramos conscientes de lo que decía el letrero, pero estaba en nuestro pensamiento, en la atmósfera, en la manera de vivir allí, que el temor del Señor es el principio de la sabiduría, y ese versículo continúa diciendo en Proverbios 9: «y el conocimiento del Santo es inteligencia» (v. 10).
¿Y qué está diciendo este versículo y qué está diciendo Dios en Job 28 cuando dice: «El temor del Señor es sabiduría»? Está diciendo que temer a Dios, tener un temor reverencial hacia Dios, es el punto de partida para encontrar la sabiduría y que nunca se puede tener sabiduría sin conocer a Dios.
Por eso, y dicho sea de paso, diría que la educación que no es cristiana no es educación en absoluto, porque el punto de partida de la sabiduría y el conocimiento, según Proverbios, es el temor del Señor. Si tienes una educación que está desprovista de reverencia a Dios y de la autoridad de Dios, y de la sabiduría de Dios, solo estás aprendiendo hechos. No tienes sabiduría y no tienes el verdadero conocimiento.
Entonces, el punto de partida es una relación con Dios, un conocimiento de Dios y una entrega a Él como Señor y Dios del universo. Esa es la base. Ese es el punto de partida, el temor de Dios, que finalmente resultará en un amor al Señor y un odio al pecado. Se trata de una vida centrada en Dios.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth volverá enseguida con la segunda mitad del episodio de hoy. Este mensaje es parte de la serie titulada El Camino de la Sabiduría. Y antes de continuar déjame hablarte de un siguiente paso eficaz para adquirir sabiduría. Queremos animarte a que adquieras una copia del estudio bíblico que Nancy coescribió titulado En Busca de Dios.
Cuando dedicas tiempo a la oración y a la Palabra de Dios cada día mientras realizas este estudio, te encontrarás reaccionando como Nancy acaba de describirlo: odiarás el pecado y amarás a Dios. Puedes adquirir el libro visitando AvivaNuestrosCorazones.com.
Ahora volvamos a las enseñanzas de Nancy.
Nancy: No sé tú, pero yo quiero ser sabia. Mi objetivo en la vida desde que era niña pequeña (y algunas de ustedes me han escuchado decir esto antes) siempre ha sido que quiero ser una anciana sabia y piadosa. Y he descubierto, como dije antes, que ser anciana llega más fácilmente que ser sabia y piadosa. Pero tengo esta visión en mi mente de una anciana sabia y piadosa, y de cómo luce.
Pero me doy cuenta de que no solo voy a despertarme a los 80 años y ser esta dama sabia y piadosa. ¿Cómo llego hasta allí, desde hoy hasta ese día? Bueno, afortunadamente, la Palabra de Dios nos da algunos consejos prácticos sobre cómo podemos llegar a ser sabias, y déjame decirte que creo que el punto de partida es tener el objetivo de ser sabia. Si no tienes ese objetivo, probablemente no avanzarás hacia la sabiduría.
Proponte ser sabia, y recuerda que volverte sabia es un peregrinaje y un proceso que dura toda la vida. No seremos tan sabias como deberíamos hasta que veamos al Señor, pero podemos inclinar nuestro corazón hacia Dios. Inclina tu oído hacia Su sabiduría.
Desarrolla una actitud de corazón, un estilo de vida que siempre esté escuchando a Dios, como si estuvieras sentada al borde de tu asiento, de puntillas: ¿Qué está diciendo Dios? ¿Qué está haciendo Dios a mi alrededor, en mí, a través de mí y a través de Su Palabra? ¿Qué me está diciendo?
Así que, número uno, haz que tu objetivo en la vida sea ser una mujer sabia. Piensa en lo diferente que sería este mundo si las mujeres fueramos sabias en lugar de necias. Y si no sabes la diferencia entre cómo se ve una mujer sabia y una mujer necia, regresa al libro de Proverbios y mira la descripción de la mujer insensata y la descripción de una mujer sabia.
Necesitamos madres sabias. Necesitamos abuelas sabias. Necesitamos esposas sabias. Necesitamos mujeres sabias en el ámbito financiero. Necesitamos mujeres sabias en nuestras iglesias. Decide en tu corazón convertirte en una mujer sabia.
Y luego, número dos, y puede que pienses que esto no es tan profundo, pero es realmente crucial, pide sabiduría. Pídesela a Dios. Ora por ella. Incluso mientras he estado trabajando en esta serie, me he encontrado más a menudo diciendo: «Señor, por favor dame sabiduría».
Es interesante que he estado haciendo este estudio al mismo tiempo que nuestro ministerio ha estado enfrentando decisiones importante sobre uno de nuestros alcances, y es una decisión realmente difícil. Todavía no la hemos tomado. Todavía no sé cuál es la respuesta. Hay pros y contras en abundancia por todos lados. No sé lo que Dios quiere que hagamos, y me ha puesto en una posición en la que tengo que decir: «Señor, por favor danos sabiduría».
Creo que a Dios le encanta que estemos en una posición en la que no sabemos qué hacer y que no podemos controlar. Puede ser con ese hijo que tienes para quien nunca se escribió ningún libro de texto, y dices : «Señor, por favor, no sé qué hacer. No sé cómo criar a este niño. No sé cómo tratar con esta persona en mi lugar de trabajo. No sé cómo tratar con esta persona en mi iglesia. No sé cómo lidiar con estos problemas con los que está luchando mi esposo. Señor, por favor dame sabiduría».
Pídele sabiduría a Dios. Las Escrituras hablan de clamar por sabiduría, de alzar la voz. Clamamos a Dios por sabiduría por dos razones, en primer lugar porque Dios es sabio. Dios tiene toda la sabiduría. Proverbios capítulo 3 nos dice que Dios creó la tierra con sabiduría.
Y en Isaías capítulo 28, la Palabra dice: «También esto procede del Señor de los ejércitos, que ha hecho maravilloso Su consejo y grande Su sabiduría» (v. 29)
Romanos 11 dice: «¡Oh profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pues ¿quién ha conocido la mente del Señor? ¿O quién llegó a ser Su consejero?» (v. 33). Dios lo sabe todo, así que cuando le pedimos sabiduría, estamos reconociendo que no lo sabemos todo. Eso requiere humildad.
Y podrás recordar que anteriormente dijimos que la humildad es la característica número uno de una persona sabia, una persona que se da cuenta de que no lo sabe todo, y que somos necias si nos dejamos llevar por nosotras mismas.
Necesitamos humillarnos y decir: «Señor, reconozco mi necesidad. Te necesito. Por favor, dame sabiduría». Somos finitas, así que pedirle a Dios es una expresión de humildad y dependencia. Y le pedimos porque Él es sabio y luego porque Él ha prometido dar sabiduría a quienes se la piden.
El Señor da la sabiduría, Proverbios 2, versículo 6, dice: «Porque el Señor da sabiduría, de Su boca vienen el conocimiento y la inteligencia». ¿Recuerdas haber leído acerca de Daniel y cómo Dios le dio sabiduría para interpretar los sueños del rey? Todos los sabios del país, todos los adivinos y astrólogos, no pudieron interpretar el sueño del rey. ¿Sabes por qué? Porque no tenían una conexión con Dios.
Dios es quien da la sabiduría y el entendimiento, y cuando Daniel interpretó el sueño del rey, y todos cantaban alabanzas a Daniel, él les dijo: «Esperen un momento. No soy yo. Esa sabiduría no vino de mí. Dios es quien da la sabiduría».
Dios da sabiduría, por eso se la pedimos a Él, y eso es lo que dice Santiago capítulo 1, versículo 5: «Y si alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada». Pídele sabiduría a Dios.
Y número tres, y nuevamente, quiero decir que estos no son puntos tan profundos, pero al mismo tiempo lo son. Son tan simples que a veces los pasamos por alto.
Asegúrate de buscar en las Escrituras para encontrar la sabiduría. Dios ha revelado Su corazón, Sus caminos y Su Palabra en las Escrituras. Tenemos la Palabra de Dios.
Hace un tiempo recibí un correo electrónico de una mujer que decía: «Quiero conocer mejor a Dios, pero mi tiempo de oración es escaso y mi estudio bíblico es breve». Esta mujer estaba reconociendo algo de lo que mucha gente no se da cuenta. Decimos que queremos conocer a Dios, decimos que queremos sabiduría, pero no oramos, y no le estamos pidiendo ni estamos estudiando Su Palabra. Entonces, ¿cómo pensamos que vamos a obtener sabiduría?
Estamos escuchando la radio, leemos el periódico, vemos la televisión, leemos revistas, leemos novelas. ¿Cómo creemos que todo esto nos dará sabiduría si la sabiduría viene de Dios? El Salmo 19, versículo 7, dice: «El testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo». Y el Salmo 119, versículo 98, dice: «Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre».
Permíteme señalar, especialmente, que el libro de Proverbios es una gran fuente de sabiduría. Proverbios es un libro que muestra cómo los principios de la Palabra de Dios se pueden aplicar de manera práctica a cada aspecto de la vida cotidiana.
Cuando tenía veintitantos años, una amiga me retó a memorizar el libro de Proverbios, y abrí mis ojos de asombro, como sé que algunas de ustedes lo están haciendo ahora. Yo solo pensé: «¡Guau!, no sé si puedo hacer eso!». Pero, ¿sabes qué? Me propuse memorizar el libro de Proverbios y, durante los siguientes meses, según recuerdo, lo hice, un versículo a la vez.
Y la realidad es que cuando tienes veinte años es más fácil memorizar, no podría citarles el libro de Proverbios hoy, pero quiero decirles que Dios usó ese tiempo en mi vida, el meditar en la Palabra de Dios y guardarla en mi corazón y meterla en mi sistema. Y eso hasta el día de hoy ha producido una enorme bendición y beneficio en mi vida.
Y quiero decirles algo a aquellas de ustedes que son madres: si yo fuera madre hoy, una de las cosas que creo que realmente priorizaría es lograr que mis hijos memoricen las Escrituras. Tus hijos pueden memorizar el libro de Proverbios durante el tiempo que viven bajo su techo. No digo que tengan que memorizar todo el libro de Proverbios, pero podrían memorizar muchos de los proverbios.
Puede que sea imposible para ti en esta etapa de la vida, pero es sorprendente cómo los niños memorizan las cosas y lo rápido que lo hacen. Tus hijos están memorizando todo tipo de cosas. Entonces, ¿por qué no hacer que tengan la Palabra de Dios escondida en su corazón?
Mientras lees el libro de Proverbios, puede que no te interese memorizar, pero quiero retarte a leerlo y hacer lo que yo he estado haciendo recientemente.
Marca tu Biblia. Yo, por ejemplo, en mi recorrido por el libro de Proverbios, he marcado con un círculo cada vez que aparece la palabra «sabio» o «sabiduría», y luego he usado pequeñas letras como códigos para ayudarme a ver cada vez que hay algo sobre la lengua, y cada vez que hay algo sobre la generosidad le pongo la letra «G» al lado de ese versículo.
En cada versículo sobre la diligencia o la pereza, pongo una «D» y una «P». En los versículos sobre la ira o el enojo, pongo una «I». Versículos sobre orgullo y humildad, una «O» y una «H». Temas sexuales, pongo una «S». Versículos sobre mujeres y esposas, pongo una «M» al lado de esos versículos.
Ahora puedo leer en mi Biblia lo que el libro de Proverbios tiene que decir al respecto de un tema en particular. Déjame mencionarte un tema al que tengo que volver mucho: la lengua. Puedo revisar el libro de Proverbios y encontrar todos esos versículos que marqué con la letra «L», seleccionarlos y hacer un pequeño estudio temático allí mismo por la forma en que he marcado mi Biblia.
Quizás también quieras marcar cosas en el libro de Proverbios que tengan que ver con causa y efecto: «Si haces esto, sucederá esto». «Si eres diligente, así serás bendecida». «Si eres perezosa, entonces esta es la consecuencia que experimentarás». Causa y efecto.
Si lees el libro de Proverbios buscando causa y efecto, conectando los puntos, eso te ayudará en tu camino hacia la sabiduría.
En las próximas dos sesiones, hablaré sobre lo que Proverbios tiene que decir sobre la educación de los hijos. Veremos lo que la Palabra de Dios tiene que decir sobre esta área de la vida cotidiana.
Débora: Realmente no hay nada más importante que obtener sabiduría divina. Muchas gracias Nancy por la maravillosa enseñanza de hoy. Te recuerdo que si te has perdido algún episodio de esta serie, puedes encontrarlos todos en AvivaNuestrosCorazones.com o en la aplicación de Aviva Nuestros Corazones. Si no tienes la app en tu teléfono, te animamos a descargarla gratuitamente, a través de ella tienes acceso directo a todos nuestros recursos.
La sabiduría dice que nos mantengamos alejados de las quejas, la amargura y los chismes; cualidades que son muy desagradables. Nancy explicará por qué esto es importante en el próximo episodio de Aviva Nuestros Corazones. ¡Te esperamos!
Ayudándote a descubrir y abrazar las verdades de la Palabra de Dios, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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