El gran legado
Débora de Rivera: Es importante transmitir nuestra fe a las generaciones futuras. Eso puede hacerse en contextos formales o en la vida cotidiana. Aquí está Karen Loritts.
Karen Loritts: En casa teníamos un pequeño cuaderno donde anotábamos, no solo las Escrituras, sino también lo que le pedíamos al Señor con fe. Luego, escribíamos cómo Dios respondía a esas oraciones. Eso quedó grabado en la memoria de nuestros hijos. Sus abuelos se sentaban con ellos en la entrada de la casa, cada vez que iban a Virginia, para contarles historias sobre la fidelidad de Dios y cómo Él proveyó trabajo cuando vivían en Nueva Jersey o sobre las cosas que habían aprendido en la iglesia. Nuestros hijos siempre escucharon acerca de la fidelidad de Dios de una manera directa y personal.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazonescon Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge agradecer», en …
Débora de Rivera: Es importante transmitir nuestra fe a las generaciones futuras. Eso puede hacerse en contextos formales o en la vida cotidiana. Aquí está Karen Loritts.
Karen Loritts: En casa teníamos un pequeño cuaderno donde anotábamos, no solo las Escrituras, sino también lo que le pedíamos al Señor con fe. Luego, escribíamos cómo Dios respondía a esas oraciones. Eso quedó grabado en la memoria de nuestros hijos. Sus abuelos se sentaban con ellos en la entrada de la casa, cada vez que iban a Virginia, para contarles historias sobre la fidelidad de Dios y cómo Él proveyó trabajo cuando vivían en Nueva Jersey o sobre las cosas que habían aprendido en la iglesia. Nuestros hijos siempre escucharon acerca de la fidelidad de Dios de una manera directa y personal.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazonescon Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge agradecer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 12 de diciembre de 2025.
Hoy concluye la serie titulada: «Tu matrimonio hoy y mañana». Puedes escuchar o leer la serie completa visitando AvivaNuestroscorazones.com. Aquí está Nancy para concluir la conversación con Crawford y Karen Loritts.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Durante los últimos días hemos tenido una conversación muy rica y agradable con mis amigos Crawford y Karen Loritts. Si te perdiste algún episodio, te animo a que regreses y lo escuches, porque hay muchos consejos prácticos, útiles y sabios de una pareja que tiene muchos años de experiencia y que llevan más de cuarenta y siete años de matrimonio. Ellos vienen de diferentes trasfondos, pero han acudido a la Palabra de Dios y a Su sabiduría para poder tener un matrimonio que perdure.
Así que, gracias, Crawford y Karen por vivir este mensaje y escribir este libro, y también por compartir con nuestras oyentes de Aviva Nuestros Corazonesesta semana.
Crawford: Ha sido un enorme privilegio y una alegría, Nancy.
Karen: Ha sido muy enriquecedor, ¿verdad?
Nancy: Así es. Y yo he estado escuchando sentada en el borde de mi asiento, y Robert ha estado al otro lado del estudio, así que él también está escuchando. Y estamos muy agradecidos por haber tenido en nuestras vidas modelos como ustedes. No son personas perfectas, pero sí son un ejemplo, al igual que lo fueron nuestros padres, los padres de Robert y los míos.
Crawford: ¡Qué privilegio!
Nancy: Es un regalo tener un matrimonio lleno de gracia y que persevere.
Mi papá murió cuando mi mamá estaba en sus cuarenta, así que ellos no tuvieron un matrimonio muy largo, pero yo pude observarlos durante el tiempo que estuvieron casados. En el caso de nuestros padres, ellos tenían un compromiso con la Palabra de Dios, y el compromiso con el señorío de Cristo es un hermoso regalo que nos dejaron.
Ahora nosotros queremos darles a los que vendrán después de nosotros el regalo de un matrimonio que refleja la belleza de Cristo. Y el libro que ustedes han escrito, no solo trata de cómo tener un matrimonio feliz, sino de ser un matrimonio con una misión.
Pienso que, en la era en la que vivimos, y no sé si esto ha sido alguna vez más importante, porque hay mucha confusión incluso entre los cristianos. Confusión sobre el propósito del matrimonio y sobre lo que es el matrimonio. El matrimonio tiene muy mala fama porque hay muchos matrimonios que han fallado, ¿no es cierto?
Crawford: Sí, así es.
Nancy: Entonces, ¿no crees que ahora es más importante que nunca que tengamos matrimonios que reflejen el evangelio?
Crawford: Absolutamente, ahora es más importante que nunca, incluso las estadísticas pueden confirmarlo. La cultura del divorcio que hemos heredado, y que nos rodea, nos ha hecho desconfiar y ser cautelosos con el compromiso.
Nancy: Algunas personas ya ni siquiera se casan.
Crawford: Sí, y algunos ni siquiera quieren casarse. Cada vez más hay personas que viven en unión libre; simplemente posponen la decisión de casarse.
Nancy: Creo que tienen miedo.
Crawford: Pienso que gran parte tiene que ver con el dolor y la decepción de los malos ejemplos y de ver matrimonios que no funcionaron. Eso hace que las personas digan: No quiero que ese ciclo se repita. Así que, por extraño que parezca, pienso que esto se ha convertido en una oportunidad increíble para que los matrimonios piadosos y centrados en Cristo sean un testimonio para la cultura y un faro de luz de una manera humilde, pero atractiva, que les muestre a las personas que no tienen por qué vivir de esa manera y lo que debe ser el matrimonio.
Nancy: Y ustedes han sido muy sinceros en la conversación que hemos tenido esta semana al decir que ese tipo de matrimonios no suceden por casualidad. No son algo prefabricado. Y Karen, tú llegaste al matrimonio con muchas cargas y malos hábitos. Ambos llegaron al matrimonio siendo dos pecadores con muchas diferencias. Sin embargo, han mantenido el rumbo en una misma dirección, han hecho ajustes, han sido humildes, y se han arrepentido una y otra y otra vez.
Karen: Así es.
Nancy: No es que sea perfecto, pero Dios les ha dado un matrimonio maravilloso que es un regalo para sus hijos, sus nietos y todos los que les rodean.
Karen: Y también para mi familia extendida. Ellos no son creyentes, pero pueden ver a Crawford, nuestra relación y nuestro matrimonio, y respetan el hecho de que hay algo diferente en nosotros. En sus propias familias ellos no vieron eso, así que, si lo han visto en nosotros, eso es solo gracias a Dios.
Esto es una obra de Dios, porque yo no tenía la capacidad para hacer esto. Y sin importar lo que piensen de Dios, ellos no pueden decir que Dios no ha sido bueno conmigo.
Nancy: Amén, así es.
Karen: También son testigos de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Crawford: Sí, y debemos abrazar el ser intencionales. Creo que fue Chuck Swindoll, un maestro de la Biblia, quien dijo que «los grandes matrimonios no se mantienen unidos por sentimientos de amor, sino por el compromiso de amar».
Debemos ser intencionales. Y quiero que nuestros oyentes entiendan algo aquí: es cierto que llevamos casados más de cuarenta y siete años, pero aún no se acaba. Mientras sigamos respirando, estamos a un paso de cometer una estupidez. Podemos hacer cosas tontas.
La Biblia dice en 1.ª Corintios 10: «Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga» (v. 12). Antes de grabar este episodio, estábamos hablando de…
Nancy: De que no se puede bajar la guardia, o descuidarte con esto.
Crawford: Exacto. No puedes bajar la guardia. Estábamos hablando sobre un gran predicador y maestro de la Biblia, que tenía más de ochenta años, y que le dijo a un amigo nuestro: «Tengo miedo de ahogarme en aguas poco profundas». Lo que él quería decir con eso era que, después de todas las cosas buenas que Dios había hecho por él, él no quería volverse perezoso y hacer algo muy tonto que opacara la fidelidad de Dios. Y no digo esto para que tengamos miedo, sino para que sintamos la urgencia de que no podemos relajarnos hasta llegar a la meta.
Nancy: Así es.
Crawford: Cada día de nuestras vidas, tenemos que confiar en Dios en cada momento. La institución del matrimonio es un regalo de Dios. El enemigo quiere destruir nuestro futuro y todo lo que hemos defendido. Así que tenemos que estar alertas y ser muy, muy intencionales, no solo en cómo está nuestro matrimonio ahora, sino en lo que estamos entregando a la próxima generación.
Nancy: Porque hay mucho en juego.
Crawford: Absolutamente. No quiero parecer moralista, pero veo el estado de nuestra cultura y lo que está pasando hoy en día, y la falta de liderazgo y el carácter que se necesita, y se mire por dónde se mire, todos los caminos conducen a alguien que dijo: «Sí, acepto».
Todo apunta a eso. Si la estructura familiar se erosiona, hay dolor, hay heridas y hay problemas que tenemos que abordar. Entonces, de alguna manera, necesitamos un avivamiento de los matrimonios piadosos, que permanezcan firmes, y que tengan el compromiso de hacerlo. Pero no en un sentido legalista, sino en un sentido real y transformador que se guíe por la Palabra de Dios y sea un modelo de cómo deben ser las cosas. Eso se convierte en un ejemplo convincente de cuál es la meta, para que las generaciones futuras tengan puntos de referencia cuando atraviesen momentos de adversidad y sufrimiento.
Karen: ¿Y no sería muy útil que nuestros matrimonios fueran ejemplos piadosos? De esa manera, nuestras iglesias serían ejemplos piadosos en nuestra comunidad y en nuestras escuelas.
Crawford: Exactamente.
Karen: Eso provocaría un avivamiento en todo el mundo, ¿no es así?
Nancy: ¡Por supuesto!
Crawford: Así es, porque la primera institución fue la familia. Dios quiso que la familia fuera la piedra angular de toda la civilización. Si se rompe, no hace falta ser psicólogo social para darse cuenta de que eso tiene un impacto residual en todo lo demás en la cultura y la sociedad.
Por mucho que lo intentes, puedes cambiar la imagen de la familia, puedes redefinir lo que es la familia, puedes redefinir lo que es el matrimonio, pero, y discúlpenme por esta la ilustración, hacer eso es como ponerle labial a un cerdo. La familia tiene que ser lo que Dios quiere que sea. Y hasta que no volvamos a Su diseño original, no reflejaremos lo que Él quiere que reflejemos en el contexto de la historia humana.
Nancy: Y, por supuesto, el propósito de Dios es darnos una imagen terrenal de la gran realidad eterna y celestial del plan de redención.
Crawford: Exactamente.
Nancy: Y esa imagen es el amor de Cristo por Su novia, que cumple Su pacto, y la respuesta entusiasta de la Novia, que dice: «Sí, Señor». Esa es la historia que debemos contar.
Crawford: Sí, así es.
Nancy: Y esa es una historia que solo los matrimonios cristianos pueden contar, pero que deben contar bien. Hay algo más grande que nosotros. Hay una historia cósmica aquí, y no solo cósmica, sino que es una historia para las generaciones futuras.
Crawford: Absolutamente.
Nancy: Eso me recuerda un pasaje que me gustaría que leyéramos al final de este episodio. Es un pasaje que todos conocemos y que muchas de nuestras oyentes también conocen. Es el salmo 78, y en realidad no trata sobre el matrimonio en sí, pero pienso que tiene mucho que decir sobre la prioridad, el proceso y el resultado del tipo de matrimonio con una misión del que hemos estado hablando. Fue escrito por Asaf, uno de los líderes de adoración de la iglesia antigua, y hoy forma parte de nuestra adoración. Él dice:
«Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; inclinen ustedes su oído a las palabras de mi boca. En parábolas abriré mi boca; hablaré enigmas de la antigüedad, que hemos oído y conocido, y que nuestros padres nos han contado. [Aquí vemos el legado.] No lo ocultaremos a sus hijos, sino que contaremos a la generación venidera las alabanzas del Señor, Su poder y las maravillas que hizo» (Sal. 78:1-4).
Asaf está diciendo que hay algo que nosotros le vamos a transmitir a la siguiente generación, y es algo que hemos recibido de la generación anterior.
Crawford: Correcto.
Nancy: No estamos aislados o atrapados como pequeños puntos en esta tierra, sino que tenemos una historia y un futuro. Voy a leer los versículos 5 al 7, del Salmo 78. Dice:
«Porque Él estableció un testimonio en Jacob, y puso una ley en Israel, la cual ordenó a nuestros padres que enseñaran a sus hijos, para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer, y estos se levantaran y lo contaran a sus hijos, para que ellos pusieran su confianza en Dios, y no se olvidaran de las obras de Dios…».
Ahora, este salmo es un salmo largo, pero detengámonos aquí por un momento y veamos estos versículos más de cerca. Asaf habla sobre un testimonio y una ley. Así que, Crawford, háblanos sobre lo que este pasaje dice que podemos aplicar a nuestros matrimonios, empezando con la importancia, la prioridad, que Dios les da a nuestros matrimonios.
Crawford: Bueno, pienso que lo que Asaf nos está comunicando es la manera en que debemos formar a la próxima generación. Este es el plan, el modelo, para formar la siguiente generación. Y no estoy diciendo que sea fácil de hacer, pero nuestra misión, el encargo aquí, es muy claro. Él nos da mucha claridad en cuanto a lo que necesitamos hacer para formar a la próxima generación.
Nancy: Y esto no es solo para pastores y maestros.
Crawford: No.
Nancy: Es para todos nosotros.
Crawford: En este salmo, Asaf recuerda los tiempos pasados y habla de Israel como la familia de Dios. Entonces, pienso que estos principios pueden aplicarse a lo que es el matrimonio. Y ten en cuenta que el propósito del matrimonio es, entre muchas cosas, transmitir la imagen de Dios de una generación a otra, poniéndola en manos de la siguiente generación.
Nancy: Entonces es como una carrera de relevos.
Crawford: Correcto.
Nancy: Es como una carrera de relevos en la que debemos pasar ese legado a las generaciones futuras.
Crawford: Sí, así es. Entonces, ¿qué les estamos poniendo en las manos a la próxima generación? Pienso que lo que realmente debemos tener claro es que, aunque es maravilloso darles a nuestras familias, darles a nuestros hijos: grandes experiencias vacaciones maravillosas y hermosos recuerdos de viajes juntos, o los cumpleaños, las celebraciones y todas esas cosas, lo que realmente perdurará con la pasión y el propósito, se encuentran en el versículo 5, donde dice que Dios: «estableció un testimonio en Jacob, y puso una ley en Israel».
Aquí tenemos dos cosas que Dios puso permanentemente en nuestras manos para transmitir de una generación a otra. Yo diría que cuando el versículo dice «estableció un testimonio», se refiere al carácter de Dios, quién es Dios y cómo ha obrado en tu historia. Concéntrate en eso, en que esta familia, este matrimonio, se trata de Él. Todo ha sido obra de Su mano y Su bendición. Por mucho que lo intentes, no puedes escapar de la fidelidad de Dios en el desarrollo de este hogar. Está a nuestro alrededor; todo gira en torno a Su provisión y a Su intervención.
Nancy: Y los padres anhelan que eso quede muy claro para sus hijos.
Crawford: Anhelas que quede muy claro para tus hijos, que tú no eras y no eres tan inteligente. Con eso me refiero a que les he dicho a nuestros hijos que cualquier disfunción o problema que tengan no es culpa de Dios, sino mía. Dios está dando un golpe directo con un palo torcido, y yo soy ese palo torcido.
Todo se trata de Dios, y ese es Su carácter. Asaf dice: «…puso una ley en Israel», ¡me encanta esa frase porque es una declaración de objetividad! Así que, en primer lugar, vemos el carácter de Dios, y en segundo lugar vemos el contenido de las Escrituras.
Esto es una imagen de lo que somos; esa es nuestra identidad. Esto es lo que se ha puesto en nuestras manos de una generación a otra. Es casi como si Asaf estuviera diciendo que si quieres gozo, si quieres plenitud, si quieres integridad, si quieres un propósito, si quieres estabilidad, entonces todo se trata del carácter de Dios en el contexto de las Escrituras.
Nancy: Y no se trata de guardar estas cosas para uno mismo.
Crawford: No.
Nancy: Y, por supuesto, primero las necesitamos para nosotros mismos, pero luego Asaf dice en el versículo 6: «para que la generación venidera lo supiera, aún los hijos que habían de nacer, y estos se levantarán y lo contarán a sus hijos…». Y, Karen, sé que tú y Crawford fueron muy intencionales en eso cuando sus cuatro hijos estaban creciendo, y lo son ahora con sus nietos.
Karen: Así es.
Nancy: Fueron intencionales en contarles a sus hijos, y ahora a sus nietos, acerca de la Palabra de Dios y el carácter de Dios. Lo hicieron tanto de manera formal como informal.
Karen: Correcto.
Nancy: Karen, háblanos de cómo se ve eso.
Karen: A veces lo hacemos adorando juntos en la iglesia, no simplemente les decimos que vayan a la iglesia, sino que vamos con ellos y participamos en lo que aprenden allí. En casa teníamos un pequeño cuaderno donde anotábamos, no solo las Escrituras, sino también lo que le pedíamos al Señor con fe. Luego, escribíamos cómo Dios respondía a esas oraciones.
Eso quedó grabado en la memoria de nuestros hijos. Sus abuelos se sentaban con ellos en la entrada de la casa, cada vez que iban a Virginia, para contarles historias sobre la fidelidad de Dios y cómo Él proveyó trabajo cuando vivían en Nueva Jersey o sobre las cosas que habían aprendido en la iglesia. Nuestros hijos siempre escucharon acerca de la fidelidad de Dios de una manera directa y personal.
Entonces, está el adorar juntos en casa, en la Iglesia, y también tener las Escrituras por toda la casa. Añadido a eso, también estuvo el formar parte del personal en Cru y participar en todas las misiones llevando a nuestros hijos a los viajes misioneros. Así que, ellos no solo escucharon lo que, como padres, les estábamos diciendo, sino que estaban viendo las Escrituras, ser vividas, ya fuera en un viaje internacional o en cualquier otro lugar. Ellos vieron a Dios personalmente en nuestras vidas y cómo adorábamos juntos.
Crawford: Tratamos de inculcar eso incluso en la forma en que disciplinábamos a nuestros hijos, y recibimos algunos consejos excelentes. Por ejemplo, un consejo fue: «Cuando corrijas a tus hijos por hacer algo malo, ora con ellos antes de disciplinarlos y luego lee las Escrituras con ellos para ayudarles a comprender». Y puede que no lo parezca, pero esto está lleno de esperanza.
Karen: Les decíamos: «Has herido el corazón de Dios».
Crawford: Sí. La disciplina les da esperanza, porque hay amor y perdón en Cristo. Así que cuando ellos tuvieron decepciones en sus vidas, o no entraban en algún equipo, o algo no salía bien, nosotros tratábamos de inculcar los principios de Dios en sus corazones y en sus vidas. Y no era que los castigáramos con la Biblia, sino que esto se volvió algo natural y una parte integral, incluso cuando fallábamos como padres y no mostrábamos una actitud de arrepentimiento delante de ellos, o les pedíamos que nos perdonaran, o admitíamos que nos habíamos equivocado. Realmente todo eso valió la pena.
Nancy: Guau.
Crawford: Era necesario que ellos aprendieran todo eso. Y otra de las cosas que también hicimos con nuestros cuatro hijos, especialmente con nuestro hijo mayor Brian, fue llevarlo a Conover, en Carolina del Norte, que es donde está la vieja granja de la familia Loritts.
Hace unos años, Brian y yo estuvimos hablando en una conferencia en Asheville, Carolina del Norte (que está a menos de una hora de la vieja granja de los Loritts), y yo le dije: «Brian, ¿te gustaría ir a Conover para visitar el cementerio que hay detrás de la capilla Thomas?
Él aceptó, subimos al auto y fuimos hasta allá. Brian no había estado allí desde que era un niño. Caminamos detrás de esa iglesia que originalmente fue un terreno de los Loritts. Mi abuelo les había dado ese terreno para que construyeran la iglesia. Pero allí ya había un cementerio antes de eso. Yo diría que en ese cementerio, las personas enterradas allí, de apellido Loritts, ocupaban un tercio y casi la mitad del lugar.
Ellos eran familiares nuestros. Incluso mi bisabuelo Pedro, del que hablé antes, está enterrado allí, pero no pudimos encontrar su tumba.
Entonces, mientras mi hijo y yo caminábamos, le explicaba quiénes eran esas personas. Le decía: «Aquí están enterrados tu bisabuelo Milton y tu bisabuela Anna. Aquí están tu tío Emery, tu tío Wardell y tu tía Annie». Le expliqué quiénes eran todas esas personas y el precio que ellas pagaron. Y Nancy, puedo recordar cómo la emoción me embargó. Empecé a llorar, miré a mi hijo, y le dije: «Hijo, estas personas pagaron tu educación».
Nancy: ¡Oh, wow!
Crawford: Él entendió que sus vidas piadosas eran lo que se les había confiado y lo que se transmitía de una generación a otra. Y lo que quiero decir con todo esto es que, como padres, queremos que las personas, que nuestros nietos y bisnietos, cuando visiten el cementerio donde seremos enterrados, puedan decir con alegría en sus corazones: «Gracias por reflejar el carácter de Dios, y por su compromiso con las Escrituras. Gracias por pagar tal educación».
Es nuestro anhelo vivir y luchar de tal manera que sea digno de su gratitud. Incluso si no tienes hijos biológicos, todos, de una manera u otra, influimos en las personas. Hay personas a las que hemos guiado, personas que nos están observando. Nos relacionamos con los demás, así que nuestro ejemplo y nuestro caminar cuentan y son importantes.
Entonces, esos mismos principios del Salmo 78 pueden transmitirse a través de nosotros mediante el discipulado y la mentoría, para dejar una huella que perdure mucho después de nosotros.
Nancy: Y eso también es cierto para las personas que no están casadas.
Crawford: Así es.
Nancy: Y como alguien que estuvo soltera hasta los cincuenta y siete años, quiero decir que aquí estamos hablando de la familia de Dios. La manera en que hablamos del matrimonio, la manera en que representamos el corazón de Dios sobre el matrimonio, pero también la manera en que invertimos en las vidas de los que vienen después de nosotros, marca una diferencia.
Crawford: Amén.
Karen: Esa es la historia de mis dos amigas casadas: La Sra. Cawaukcuck y la Sra. Borne. Ellas nunca tuvieron hijos, pero, aun así, me trataron como a una hija.
Nancy: ¡Y mira lo que tenemos ahora!
Karen: ¡Sí, sí!
Crawford: Absolutamente.
Nancy: ¡Gracias Cristo!
Karen: ¡Sí, gracias, Señor, por ellas!
Crawford: Amén.
Nancy: Y el resultado que vemos en el Salmo 78, de transmitir el evangelio de generación en generación, es que las futuras generaciones pondrán su esperanza en Dios, y no olvidarán las obras del Señor y guardarán Sus mandamientos.
Crawford: Así es.
Nancy: Las futuras generaciones recibirán ese legado que les estamos dejando, pero también serán intencionales de transmitir ese legado a la siguiente generación, porque si no es así, ¿entonces cómo se transmitirá?
Crawford: Sí, y esto que diré ahora puede sonar un poco drástico, pero lo diré de todas maneras: nada es más importante que esto. Más que el dinero, las baratijas y los juguetes de este mundo que desaparecerán. Así que lo que realmente importa es que cada nueva generación represente y abrace esta imagen, este sentido de misión, esta alegría, este propósito asombroso que Dios ha instituido. Es algo maravilloso y es lo que necesitamos hacer por ellos.
Nancy: Al final de su libro: «Tu matrimonio hoy y mañana», ustedes escribieron una conclusión que pienso que es realmente conmovedora. Y dice así:
«Nuestro deseo al escribir este libro es enfatizar la realidad de que el matrimonio afecta a las futuras generaciones. La sagrada institución del matrimonio fue concebida como un compromiso: “hasta que la muerte los separe”. Esto se debe a que el deseo y la intención de Dios son que el matrimonio sirva de ancla, de ejemplo de estabilidad y de fuente de esperanza para las generaciones futuras. [Y quizás piensas: ya hemos hablado de esto. La conclusión sigue diciendo:] El divorcio y los matrimonios disfuncionales han producido una cosecha de inestabilidad que deja a la siguiente generación preguntándose si es posible encontrar y experimentar el amor verdadero, la alegría y la felicidad en el matrimonio. Si lo que hemos visto en nuestros hogares es tan decepcionante e insatisfactorio, ¿por qué querríamos repetir el ciclo?».
Y yo pienso que eso es lo que muchas personas están pensando y sintiendo hoy.
Crawford: Totalmente de acuerdo.
Nancy: Y esto es lo que nos han estado diciendo a lo largo de toda esta serie: el ciclo no tiene por qué repetirse. Lo que hemos visto y experimentado no tiene por qué ser nuestra realidad. Dios puede cambiar la dirección de tu vida y tu futuro. Lo hizo por Karen. Lo hizo por mi mamá, y como dijiste, Crawford, lo está haciendo con miles de personas, y esa es nuestra esperanza al tener esta conversación esta semana, que Dios comience algo completamente nuevo en muchos corazones, para Su gloria, para la felicidad y el gozo de Su pueblo, y sobre todo para Su gloria en las generaciones venideras.
Débora: Karen y Crawford Loritts volverán en un momento para orar. Esta semana ellos se reunieron con Nancy DeMoss Wolgemuth para hablar sobre la importancia de invertir en tu matrimonio y dejar un legado piadoso.
Si esta conversación ha sido un reto para ti, esperamos que comiences a dar pasos para poner en práctica lo que has escuchado.
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Aquí está Nancy para concluir esta conversación con Crawford y Karen Loritts.
Nancy: Me gustaría que cerráramos este tiempo pidiéndole primero a Karen y luego a Crawford, que oren para que Dios siembre semillas de gracia, esperanza y sanidad en las personas que han estado escuchando esta conversación.
Karen: Oh Padre, Tú eres poderoso. Te doy muchas gracias por Tu Palabra que es tan verdadera. Señor, Tú derramas bendición sobre nosotros cuando obedecemos Tu Palabra. Y así como Tú lo has hecho en mi vida y las vidas de cientos de personas que Te conocen, Te siguen y creen en Ti, Tú has tomado algo que era disfuncional, algo que parecía no tener esperanza, y por medio de la sangre de Cristo, lo hiciste algo nuevo.
Te doy gracias personalmente, Padre, por la salvación que me diste cuando era una niña. Estoy tan sorprendida de que ahora me hayas usado, no por quién soy, sino por Ti. Te doy gracias, Señor, porque harás lo mismo por aquellos que están escuchando hoy. No hay nada que no puedas hacer. No hay nada imposible para Ti. Te damos gracias, oh Dios, y te pedimos que lo hagas de nuevo. Oro en el nombre de Jesús, amén.
Nancy y Crawford: Amén.
Crawford: Y, Padre, te damos gracias por ser el Dios de los nuevos comienzos, donde hay aliento y esperanza. Señor, no somos prisioneros de nuestro pasado, somos Tus hijos. Si por la fe hemos confiado en Ti y Te hemos recibido como Salvador y Señor, Tú nos das lo que necesitamos para ser lo que Tú nos has llamado a ser.
Padre, oro por aquellas personas que están luchando y que necesitan esperanza. Oro para que se acerquen a ti, abran tu Palabra y reclamen Tus promesas. Oh Dios, que puedan comprender que, en cada momento, Tú puedes darles exactamente lo que necesitan.
Señor, ahora te pedimos con fe por los matrimonios y las familias de todo el mundo. Te rogamos que Tú traigas un avivamiento en nuestros hogares, que hagas algo nuevo y fresco al restaurar a las familias, renovar la esperanza, y darnos lo que necesitamos.
Oh Cristo, oro para que Tú animes a aquellos de nosotros que estamos allá afuera día tras día. Quizás nos hemos desanimado, pero te pido que, en medio de nuestro desánimo, podamos volvernos a Ti y recordar que esta es una misión por la que vale la pena dar nuestras vidas. Dijimos: «Sí, acepto», y sabemos que Tú puedes ayudarnos a mantenernos firmes en esto. Echamos sobre Ti nuestras cargas, porque tú eres capaz de convertir esta visión en una realidad. Bendice a las siguientes generaciones a través de nosotros. En el nombre de Jesús, ¡amén!
Nancy y Karen: Amén.
Débora: Confiando en Dios para que traiga un avivamiento de matrimonios piadosos, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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