El lamento de Cristo
Débora: Al Viernes Santo se le llama santo por lo que Cristo hizo por nosotras en la cruz. Con nosotras el pastor Mark.
Pastor Mark Vroegop: Cristo compró el derecho de enmendar todas las cosas. Y el Viernes Santo fue el día en que esa compra comenzó y culminó en Su resurrección. En cada funeral al que asistimos, se nos recuerda que esto no ha terminado. Él vendrá de nuevo, y seremos recibidos en el nuevo cielo y la nueva tierra, donde no habrá más dolor, ni más muerte, y Cristo hizo todo eso posible.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 24 de julio de 2024.
Esta semana hemos aprendido lo que es el lamento bíblico. En esta conversación con Nancy nos acompaña el pastor Mark Vroegop, pastor principal de la iglesia College Park de Indianápolis.
Él escribió …
Débora: Al Viernes Santo se le llama santo por lo que Cristo hizo por nosotras en la cruz. Con nosotras el pastor Mark.
Pastor Mark Vroegop: Cristo compró el derecho de enmendar todas las cosas. Y el Viernes Santo fue el día en que esa compra comenzó y culminó en Su resurrección. En cada funeral al que asistimos, se nos recuerda que esto no ha terminado. Él vendrá de nuevo, y seremos recibidos en el nuevo cielo y la nueva tierra, donde no habrá más dolor, ni más muerte, y Cristo hizo todo eso posible.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 24 de julio de 2024.
Esta semana hemos aprendido lo que es el lamento bíblico. En esta conversación con Nancy nos acompaña el pastor Mark Vroegop, pastor principal de la iglesia College Park de Indianápolis.
Él escribió un libro sobre el tema llamado Nubes Oscuras, Misericordias Profundas. Nancy te dirá más tarde cómo puedes conseguir una copia de su libro, pero antes, ella está aquí para hablar con el pastor Vroegop sobre el significado del «Viernes Santo» en la historia.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Mark, no hay una semana más importante en el calendario de la iglesia como la semana en la que se considera la pasión de Cristo, el sufrimiento de Cristo, y después lo que llamamos: Viernes Santo. Aunque en ese momento, no parecía nada bueno.
Mark: Fue una tragedia. Quiero decir, imagina que eres un discípulo parado frente a la cruz en ese momento… tu mundo se derrumba. Tu vida no solamente terminó, sino que probablemente te iban a matar. Y todo aquello en lo que habías puesto tu esperanza se desvanece frente a ti. Imagina la desilusión. Aquel Viernes Santo no fue nada bueno.
Nancy: Y, sin embargo, ahora lo llamamos Viernes Santo porque ese día fue crucial en el eterno plan de redención de Dios que resultó ser bueno y ahora celebramos.
Mark: Sí. Y qué gran diferencia hace cuando vemos el Viernes Santo a la luz del Domingo de Resurrección.
Nancy: Sé que como pastor has aconsejado a personas de tu congregación que están pasando por una aflicción. Así que esta es una de las cosas que te ayuda a darles perspectiva mientras se encuentran enfrentado la muerte.
Mark: Sí, tuve una conversación con una familia que estaba atravesando aguas muy, muy profundas con una enfermedad física. Yo me preguntaba: ¿Cómo respondemos a preguntas acerca de la bondad de Dios y Sus propósitos con personas que no son seguidores de Jesús?, y ¿quién puede ver su crisis de salud y decir: «cómo puede Dios ser bueno en esto?».
Creo que el Viernes Santo es un gran modelo. Seguramente, mucha gente vio la muerte de Cristo y dijo: «Nada bueno puede salir de esto, nada bueno». Pero dos días después, ¡el mundo radicalmente cambió en virtud de lo que entonces podían esperar debido a la resurrección de Cristo!
Así que, depende mucho de la perspectiva que tengamos de la cruz, Viernes Santo o Domingo de Resurrección.
Nancy: Y, no pudo haber resurrección sin la cruz. Es obvio. Quiero decir, eso suena como «¡Por supuesto!». Pero cuántas veces en nuestra propia travesía queremos el lado de la resurrección de las cosas, pero decimos: «No me des el lado de la cruz de las cosas». Y, sin embargo, eso no es posible.
Mark: Y la cruz se convirtió en un modelo por excelencia, no solo para los propósitos de Dios, sino aun para lo que significa seguir a Cristo hoy: que la vida viene a través de muerte, la exaltación viene a través de la humillación, la esperanza viene a través de confiar, no en nuestra ingenuidad o en nuestra capacidad de percibir cómo funciona todo esto.
Hay grandes lagunas en la vida en las que los propósitos de Dios no son evidentes en el momento, pero se harán evidentes con el tiempo o en la eternidad.
Nancy: Y en los últimos días, hemos estado hablando sobre descubrir la gracia del lamento. Hemos estudiado algunos salmos, hemos estudiado el libro de lamentaciones y hemos visto el clamor a Dios, presentar ante él nuestras quejas, nuestras cargas, nuestras preocupaciones, las cosas que no entendemos.
Y Mark, escribiste un libro llamado Nubes oscuras, misericordias profundas, se lo hemos estado mencionando a nuestras oyentes que tal vez estén pasando a través del lamento o un ser querido está pasando por una temporada de lamento. Y en ningún lugar vemos esa progresión vivida de forma más hermosa que en la vida de nuestro Salvador mientras moría ese viernes que ahora llamamos Viernes Santo.
Mientras vemos los acontecimientos que narran los evangelios acerca del sufrimiento de Cristo, Su muerte en la cruz, una de las cosas más maravillosas era que oraba mientras moría. Él oraba palabras de la Escritura del Antiguo Testamento.
Mark: Sí, Cristo oró el Salmo 22 en el punto culminante de Su vida en esta tierra mientras experimentaba la muerte y el abandono del Padre.
Nancy: Y hoy queremos ver ese salmo, darle un vistazo general en los próximos minutos. Así que si estás en un lugar donde puedes abrir tu Biblia, te animo a que lo hagas. Si no, toma un tiempo durante el día para leer el Salmo 22. Este es un salmo de lamento.
Nuestro Salvador es el Varón de dolores experimentado en quebranto. De hecho, nuestra aflicción y nuestro dolor toma una perspectiva totalmente diferente cuando entendemos que Cristo se convirtió en un Varón de dolores por nosotras.
Y Mark, pienso que una de las primeras cosas que me llama la atención mientras veo y entiendo este salmo, es lo que Jesús citó en la cruz (y no solo lo que citó, sino que al mismo tiempo oró a Su Padre en el cielo). Vemos que Cristo era hombre, y ahí está plasmada la humanidad de Cristo. Él no pasó por eso y simplemente se abrió camino como nosotros no podemos, sino que Él lo hizo como un ser humano. ¿Qué nos dice eso a nosotros?
Mark: Bueno, es increíblemente significativo y reconfortante. Significativo porque Cristo es un Varón de Dolores experimentado en quebranto. Así que, tenemos aquí a Dios-Hombre, el Hijo de Dios, sintiendo el peso del quebrantamiento de la humanidad. Dios siente todo lo que está mal en el mundo. Y pensar que Él vino para entrar en este desastre y redimirnos es una realidad extraordinaria de Su amor y compasión y de Su voluntad de llegar hasta el final por nosotros.
Pero también dice algo muy significativo acerca de Su divina capacidad de comprender y simpatizar con nosotros en nuestra propia experiencia. Él no solo llega hasta el final para ayudarnos en nuestro desastre, sino que incluso ahora sigue ayudándonos en nuestro desastre. Como dice el libro de Hebreos, nos acercamos a Él porque es un Sumo Sacerdote compasivo para que podamos recibir misericordia y gracia en nuestros momentos de necesidad.
Así que nunca necesito preguntarme: ¿Cristo me entiende? No solo entiende, lo entiende de una manera que nosotros no entendemos. Y eso nos da mucha esperanza cuando consideramos hasta dónde llegó Cristo para comprar nuestra redención.
Nancy: No hay dolor que podamos soportar, ninguna pena o nube oscura que pudiera estar sobre nosotros que Cristo no haya experimentado de una forma muy profunda. Él ha estado allí, lo que significa que se ha acercado a nosotros, y eso significa que podemos acercarnos a Él en nuestro dolor.
Mark: Amén, así es. Él nos ha modelado lo que significa caminar en este mundo. Él también nos ha modelado lo que significa sufrir aun con preguntas difíciles y oscuras como: «¿Por qué estás tan lejos de salvarme?». Es algo significativo poder orar, y, sin embargo, ahí está Cristo, quien ha sufrido la copa llena de efectos negativos de nuestra rota humanidad.
Nancy: Y allí en la cruz, sabemos, por los relatos de los Evangelios, que Cristo estaba orando a Su Padre en el cielo. Y una parte de la oración que oró nos lleva de nuevo al Salmo 22, un Salmo mesiánico que describe los sufrimientos de Cristo.
Ahora, no sabemos si oró el salmo completo, porque es un salmo largo, pero sabemos que oró porciones de él. Ciertamente Él meditaba en este pasaje. Le era familiar. Le ayudó a dar forma a Su oración allí en la cruz, y ahora nos da a nosotros un modelo de cómo orar cuando no sabemos qué orar, cuando decimos: «No tengo palabras». Podemos obtener esas palabras de las Escrituras.
Mark: Así es. Una de las cosas que me ha resultado especialmente útil y muy alentadora es que, cuando no sé qué orar, puedo orar la Biblia, e incluso las palabras de la Biblia que quizá no me sentiría cómodo orando por mi cuenta. Están en la Biblia por una razón, y aquí el Salvador cita una declaración muy importante pero muy sincera y difícil dentro de los Salmos. Y eso es realmente significativo.
Nancy: Así es. Y Mark, has hablado de las etapas y los pasos del lamento, y los vemos todos en este Salmo 22. Es un salmo bastante largo, así que no vamos a leer todo el pasaje, pero el primer paso del que hablamos hace unos días es dirigirse hacia Dios en oración. En nuestro sufrimiento, en nuestra tristeza, en nuestro dolor inexplicable, para el que tenemos muchas preguntas y pocas respuestas, acudimos a Dios en oración. Y eso es exactamente lo que vemos hacer a Cristo desde el primer versículo de este salmo.
Mark: Sí. Él clama y recita el Salmo 22 con un profundo sentido de desesperación. Eso es lo que Dios nos invita a hacer, a no quedarnos en silencio ni tratar de evadir lo que sentimos, sino a decirle lo que sentimos, citar las Escrituras que encajan con las dificultades de nuestra alma. Eso es lo que Cristo hizo en la cruz.
Nancy: El hecho de que Él inicia diciendo: «Dios mío, Dios mío», y el hecho de que Él ora en ese momento, que dirige Su voz hacia Dios, es un paso de fe, porque Él dice que se siente como si Dios lo hubiera abandonado. Sin embargo, Él ora a Dios aun cuando no siente que Dios está escuchando o respondiendo a sus oraciones en ese momento.
Mark: Esa es la gran ironía, ¿cierto? Pero también es la gran esperanza de que, cuando sentimos que Dios no está haciendo lo que quisiéramos que hiciera, aún debemos hablar con Él al respecto. Y eso es el lamento: hablar con Dios acerca de las diferencias entre dónde estamos y dónde nos gustaría estar, o las diferencias entre cómo es el carácter de Dios y lo que realmente estamos experimentando. Ahí es donde el lamento lucha con eso, y es lo que Jesús hace en la cruz.
Nancy: Y lo vemos también dando ese segundo paso del lamento, llevar nuestras quejas al Señor, no negándolas, no pretendiendo que no están sucediendo, sino siendo profundamente honestas acerca de nuestras circunstancias y de cómo nos sentimos al respecto.
Y Mark, me encantaría que leyeras algunos versículos del Salmo 22 que ilustra eso.
Mark: Por supuesto. Versículos 1 y 2:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor? Dios mío, de día clamo y no respondes; y de noche, pero no hay para mí reposo» (vv. 1-2).
Aquí hay múltiples quejas sobre: «Dios, me has abandonado. No estás cerca de mí. No me estás escuchando».
Nancy: Y mira el versículo 12:
«Muchos toros me han rodeado; toros fuertes de Basán me han cercado. Ávidos abren su boca contra mí, como un león rapaz y rugiente. Soy derramado como agua, y todos mis huesos están descoyuntados. . .» (vv. 12-13).
Está describiendo la oposición y el antagonismo que hay en su contra, las consecuencias físicas. Está siendo muy sincero, honesto, al respecto.
Mark: Así es, y hay vergüenza de por medio. La gente lo está viendo; hay personas alrededor. La mayor parte de la naturaleza del sufrimiento no es solo lo que está experimentando, sino también la deshonra que supone que otras personas le echen en cara su confianza en Dios. Y eso es lo que hace cualquier tipo de dolor, te reta, como diciendo: «¿No crees en Dios? ¿Y esto qué es?». El lamento ayuda a navegar por ese campo minado de duda, desesperación e incredulidad.
Nancy: Así que, se dirige a Dios en oración, presenta su queja ante Dios, y luego da el tercer paso del lamento, que es preguntar con valentía. ¿Dónde vemos esto en este salmo?
Mark: Mira el versículo 19:
«Pero tú, oh, Señor, no estés lejos; fuerza mía, apresúrate a socorrerme».
Es tan interesante que Él, momentos antes en este salmo, está diciendo que Dios no lo está ayudando. Y ahora dice: «Tú eres mi socorro».
Y eso encaja tan bien con la mezcla de emociones que experimentamos cuando atravesamos una temporada de dificultades.
Él dice: «Libra mi alma de la espada. . .Sálvame de la boca del león» (v. 20-21).
Y después dice con confianza: «Sálvame de los cuernos de los búfalos» (v. 21).
Así que, existe una confianza en la capacidad de Dios para librarlo y salvarlo.
Nancy: Incluso antes de que eso suceda.
Mark: Correcto. Y esa es la belleza del lamento, que es por definición, un paso de fe.
Nancy: Y pedir con valentía, en nuestro proceso de lamento, en última instancia nos lleva a confiar en las promesas de Dios aun antes de ver los resultados.
Y vemos a Cristo dando ese paso también, expresando fe en que el carácter de Dios es bueno y que Sus propósitos eternos serán cumplidos. ¿Cómo vemos eso en este salmo de lamento?
Mark: Bueno, me encantan las palabras «sin embargo» y «porque», que aparece en el versículo 3 y 9. Todos los lamentos tienen algún tipo de conexión con palabras como: «pero», «o», «por lo tanto», «aun así». Y aquí está el contraste entre:
Versículo 1: «Dios, siento que me has abandonado. Clamo a Ti», y «Sin embargo, Tú eres santo, que habitas entre las alabanzas de Israel. En Ti confiaron nuestros padres; confiaron, y Tú los libraste» (vv. 3-4).
¿Ves? Él está apelando a la confianza en Dios.
Versículo 5: «A Ti clamaron, y fueron librados; en Ti confiaron, y no fueron decepcionados».
Aquí él identifica: «lo que me está pasando no concuerda con lo que sé que es cierto acerca de Ti».
Y después en el versículo 9 dice: «Porque tú me sacaste del seno materno; me hiciste confiar estando a los pechos de mi madre. A Ti fui entregado desde mi nacimiento; desde el vientre de mi madre, Tú eres mi Dios» (vv. 9-10).
El salmista confía en Dios a pesar de lo que ve con sus ojos. Y eso es lo que hace todo lamento. Nos llama a invocar las verdades que sabemos que son ciertas, a pesar de lo que sentimos en este momento.
Y eso es lo que sucedió con Cristo cuando le dijo a Dios: «¿Por qué me has abandonado?». En última instancia, Dios no lo abandonaría, pero en ese momento, todo el dolor de su humanidad estaba indicando: «Has sido abandonado», y por eso habla con Dios al respecto.
Nancy: Y al llegar a la última parte de este salmo, empiezas a ver que ¡ya viene el Domingo! ¡La resurrección ya viene! Y más allá de eso, viene la victoria de Cristo sobre el pecado y Satanás y la gracia redentora de Cristo. Así que Él empieza a alabar a Dios; empieza una alabanza.
«Hablaré de Tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré» (v. 22).
«Porque Él no ha despreciado ni aborrecido la aflicción del angustiado, ni le ha escondido Su rostro. . .» (v. 24).
«De Ti viene mi alabanza en la gran congregación. . .» (v. 25).
«Todos los términos de la tierra se acordarán y se volverán al Señor, y todas las familias de las naciones adorarán delante de Ti. Porque del Señor es el reino, y Él gobierna las naciones» (vv. 27-28).
Es como si estuviera ampliando su visión de su propio dolor y sufrimiento. Él levanta Sus ojos al Padre y se rinde al reino de Su Padre y Sus propósitos eternos. Él está diciendo: «Esto no se trata solo de mí. Se trata de lo que Dios pretende hacer con Mi sufrimiento para traer redención a todo el mundo». ¿No es asombroso?
Mark: Sí. Es extraordinario, y ¿no es eso lo que debería ocurrir? El sufrimiento puede volvernos miopes. Pensamos: «Mi dolor es el único dolor», o, «Este sufrimiento no tiene propósitos buenos». Pero aquí el salmista enfoca el lente para ver los grandes propósitos de lo que Dios está haciendo.
Y eso, desde el punto de vista del lamento, es lo que se pretende con este lenguaje. Está destinado a sacarte de la realidad inmediata del sufrimiento que sientes para ayudarte a anclar de nuevo tu corazón en verdades que sabes que son ciertas pero que en el momento puede que no te parezcan tan ciertas como deberían.
Nancy: Así es. Y me encanta el final de este salmo, porque él extiende toda esta verdad, no solo a las naciones de aquellos tiempos, sino a las generaciones futuras. Y es por eso que hoy estamos aquí teniendo esta conversación.
Versículo 30: «La posteridad le servirá; esto se dirá del Señor hasta la generación venidera. Vendrán y anunciarán Su justicia; a un pueblo por nacer, anunciarán que Él ha hecho esto» (vv. 30-31).
Y por supuesto, sabemos que en la versión griega de esta porción del Antiguo Testamento, se utilizan las mismas palabras que Cristo usó en la cruz: «Consumado es». Dios lo ha consumado. Él lo ha cumplido. En la cruz, Cristo terminó el trabajo que Dios le encomendó hacer. Él dijo: «Consumado es». El pecado y Satanás han sido vencidos porque Él hizo ese sacrificio.
Así es que, al ver nuestro sufrimiento, nos damos cuenta de que, habrá un día en el que, gracias a Cristo, nuestro sufrimiento terminará. Este sufrimiento no es el final de la historia.
Mark: Así es. Cristo compró el derecho de enmendar todas las cosas. Y el Viernes Santo fue el día en que esa compra comenzó y culminó en Su resurrección. Cada funeral al que asistimos, y cada vez que nos despedimos de un ser amado, lamentando su muerte, somos recordados que esto no ha terminado.
¡Él regresará! Las tumbas serán abiertas, los muertos resucitarán, y seremos recibidos en un cielo nuevo y una tierra nueva, donde no habrá más dolor, ni más llanto, ni sentimientos de abandono, ni muerte. Y Cristo, ese Viernes Santo y a lo largo de la Semana Santa que celebramos cada año, hizo posible que tuviéramos esperanza.
Nancy: Así que, mientras nos lamentamos en el aquí y ahora, la obra redentora de Dios en este mundo todavía no termina. Seguimos lamentándonos, pero nos lamentamos con esperanza.
Y estoy tan agradecida, Mark, de que hayas escrito un libro para ayudarnos a saber cómo lamentarnos. Acabamos de ver la imagen del lamento de Cristo en el Viernes Santo del Salmo 22 que cada año celebramos.
Ha sido una palabra muy alentadora para mi propio corazón y también pienso en los amigos que tengo que están en el camino del lamento en este momento, y cuando miro hacia atrás en algunos de mis propios caminos de lamento en el pasado, y sin duda los que están por venir.
Ahora, Mark, mientras hablábamos de Cristo y Sus sufrimientos en la cruz y de ese horrendo viernes, que ahora conocemos como Viernes Santo, recordé cómo los sufrimientos de Cristo fueron por nosotros y fueron necesarios por nuestro pecado.
Y pienso que puede haber muchas personas escuchando nuestra conversación de hoy que nunca han entendido realmente por qué se celebra el Viernes Santo, por qué se celebra la cruz de Cristo. Y me pregunto si podrías dedicar uno o dos minutos a contarnos la historia del evangelio, de por qué murió Cristo y cómo Su sufrimiento en la cruz puede significar la vida para nosotros.
Mark: El mensaje de la Biblia es este: Dios es santo. Él es justo y yo no lo soy. Yo soy un pecador. Soy una persona que ha hecho cosas malas, interna y externamente. Y la Biblia nos dice que esa es la condición de cada ser humano que ha vivido sobre este planeta. Así que Dios es Santo, y yo no lo soy.
Y la Biblia dice que Cristo salva. El medio que Dios proveyó para el perdón de los pecados y hacer esto posible es por la expiación de Cristo, para que yo pueda buscarlo a Él por Su sacrificio y Su muerte, y al hacerlo y poner mi confianza en Él, Dios cuenta Su obra a mi favor.
Así que, Dios es santo. Yo no lo soy. Cristo salva y Cristo es mi vida. La razón por la que Cristo vino a salvarnos de nuestros pecados, fue para que podamos vivir una vida de acuerdo a quién es Él y lo que Él espera de nosotros. Así que el cumplimiento de la plenitud a la que Dios nos está llamando a ser, comienza para aquellos que ponen su confianza en Cristo.
Y es por eso que el Viernes Santo es muy, muy bueno, porque Cristo me salvó de mí mismo y me dio vida nueva. Y esas son las buenas noticias de la Biblia. Se llama el evangelio.
Nancy: ¡Amén! ¡Esas son buenas noticias! Y pienso, Mark, que hay personas escuchando esta conversación en este momento y para quienes hoy pudiera ser el día en el que experimenten la vida que Cristo vino a dar.
Una cosa es saberlo, tal vez celebrarlo en tu iglesia, hablar acerca de ello, pasar el Viernes Santo y la celebración de la Pascua, pero no sirve de nada si no lo has experimentado tú misma.
Y me pregunto, Mark, si pudieras orar por alguien a quien Dios le está hablando en este momento, en quien el Espíritu Santo ha estado trabajando en su corazón, acercándola a Cristo y orar que hoy sea el verdadero Viernes Santo al poner su confianza en Cristo.
Mark: Por supuesto.
Padre, agradecemos que Tú trabajas de muchas maneras y atraes a personas a Ti porque amas a las personas y quieres que sean salvas de su pecado y del quebrantamiento que causa estragos en sus almas.
Así que Señor, oro el día de hoy por todas aquellas personas que sienten ese peso en su corazón, que están dándose cuenta de que necesitan más que sus actividades, su trabajo, en un intento de hacerse justas a ellas mismas.
Oro para que, incluso en este mismo instante, haya personas que confiesen a Cristo como Señor, que se rindan y digan: «Señor, ya no confío más en mí. Ya no quiero poner mi confianza en mi propia capacidad. En lugar de eso, voy a creer en Cristo. Voy a proclamarlo como mi Señor y mi Salvador».
Oramos, Señor, que eso suceda hoy, que personas nazcan de nuevo en Tu reino y que suceda una preciosa transformación en sus almas porque han conocido al Rey resucitado que los salva del pecado y les da vida nueva. Y oramos que lo hagas en el nombre de Jesús, amén.
Nancy: Amén.
Y Mark, te agradezco mucho por caminar con nosotras en esta travesía del lamento y por apuntarnos a Cristo en los últimos 4 episodios en los que nos acompañaste.
Mark: Ha sido un placer estar aquí, Nancy. Ha sido muy bueno hablar de cosas que son tan importantes y que nos ayudan y que están enfocadas en Cristo.
Débora: Si este episodio fue de bendición para ti, quiero recordarte que puedes obtener una copia del libro del pastor Mark Vroegop: «Nubes Oscuras, misericordias profundas», en el enlace de la transcripción de este episodio.
Invitándote no solo a sobrevivir en la vida cristiana, sino a tener una vida fructífera en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
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