Él levanta mi cabeza
Testimonio colaboradora: ¡Buenos días, mis hermanas! ¡Sean muy bendecidas!
Escribo para comentarles que hace un tiempo me inscribí para ser una colaboradora mensual de este ministerio, ya que he sido muy edificada, con sus recursos y mensajes llenos de sabiduría y palabra de Dios. Descubrí este ministerio durante la pandemia y he tratado de escuchar las enseñanzas fielmente, especialmente el programa de Arraigadas, todos los viernes y también el pódcast «Que amen a sus hijos». ¡También asumí el compromiso de cada día reenviar el Reto de Mujer Verdadera 365 al grupo de mujeres de mi iglesia! ¡Ha sido una gran bendición y disciplina para mi vida el poder leer la Biblia todos los días! Dios nos ayude y podamos ser transformadas por Su Palabra. Gracias por su tiempo y dedicación. ¡Dios las recompensará grandemente!
Débora: ¿Necesitas restauración? ¿Renovación? Nancy DeMoss Wolgemuth dice que somos como ovejas …
Testimonio colaboradora: ¡Buenos días, mis hermanas! ¡Sean muy bendecidas!
Escribo para comentarles que hace un tiempo me inscribí para ser una colaboradora mensual de este ministerio, ya que he sido muy edificada, con sus recursos y mensajes llenos de sabiduría y palabra de Dios. Descubrí este ministerio durante la pandemia y he tratado de escuchar las enseñanzas fielmente, especialmente el programa de Arraigadas, todos los viernes y también el pódcast «Que amen a sus hijos». ¡También asumí el compromiso de cada día reenviar el Reto de Mujer Verdadera 365 al grupo de mujeres de mi iglesia! ¡Ha sido una gran bendición y disciplina para mi vida el poder leer la Biblia todos los días! Dios nos ayude y podamos ser transformadas por Su Palabra. Gracias por su tiempo y dedicación. ¡Dios las recompensará grandemente!
Débora: ¿Necesitas restauración? ¿Renovación? Nancy DeMoss Wolgemuth dice que somos como ovejas necesitadas.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Tenemos un pastor que restaura nuestras almas cuando estamos débiles, ya sea por servir o por sufrir. Pero también nos renueva y nos restaura cuando nos alejamos, cuando nos descarriamos.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «El Lugar Apacible», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 17 de octubre de 2025.
Hoy vamos a escuchar la segunda parte de un mensaje que Nancy compartió sobre un pasaje muy conocido: los versículos 2 y 3 del Salmo 23. Pero antes, quiero tomarme un momento para agradecerles a quienes son colaboradores de Aviva Nuestros Corazones. Amadas, sus donaciones regulares a este ministerio nos ayudan a llegar a personas de todo el mundo, incluso a algunas que no necesariamente forman parte de lo que podríamos llamar el público objetivo de Aviva Nuestros Corazones.
Y si tú nos escuchas y no has hecho antes una donación al ministerio, te animamos a hacerlo. Este mes de octubre tenemos disponible para ti un recurso por una donación titulado ¡Vamos a la iglesia! Esta guía tiene el objetivo de ayudarte a crecer en tu amor por la Iglesia de Dios y acompañar a los que lideran en tu iglesia, convirtiéndote en una «oyente» y «hacedora» activa, dispuesta a crecer y a ser más como Jesús. Sé bendecida y sé una bendición en la casa de Dios. ¡Vamos a la iglesia!
Hace un tiempo recibimos la visita de Cammie y su esposo Tom. Ellos son colaboradores de Aviva Nuestros Corazones. Esta pareja de esposos nos acompañaron en la base del ministerio de Revive Our Hearts para una sesión de grabación.
Cammie: De camino aquí, hablábamos de que mi esposo es quien ha trabajado y apoyado el ministerio por mí, a pesar de que él nunca había estado aquí ni te había conocido después de todos estos años.
Nancy: ¡Guau!
Cammie: ¡Así que realmente me alegra mucho de estar aquí!
Nancy: Estoy encantada. Gracias, Tom. ¿Hay algo que quieras decir desde tu perspectiva como esposo?
Tom: Mi esposa se conectó con el ministerio al leer uno de tus libros, El lugar apacible. Ella lo leyó y luego yo también lo leí porque me dijo que era muy bueno. Y después de eso, ¡mi esposa quedó cautivada! Este ministerio la ha ayudado a superar momentos difíciles y ha sido una verdadera bendición para ella y para mí, como su esposo. Yo también me he beneficiado mucho de la forma en que Aviva Nuestros Corazones la ha impactado.
Nancy: Gracias, Tom, te lo agradezco mucho.
Débora: Bueno, debes saber que los esposos no son los únicos que se benefician de este ministerio. Aquí está Nancy otra vez.
Nancy: Quisiera compartir contigo una carta muy bonita. Esto animará a las parejas y también a las que están solteras. La recibí hace un tiempo.
Es de una jovencita llamada Suzy, de Cold Water, Missisipi. Ella escribió:
«Querida Sra. Nancy:
Estoy muy emocionada por escribirle una carta. Me encanta su pódcast y a mi mamá también. Ella lo escucha desde que tenía veintitrés años, es decir, desde hace once años, ya que ahora tiene treinta y cuatro. Además, usted me ha inspirado a escribir un libro para niñas cristianas. Necesito algunos consejos. ¿Podría darme alguno? Ah, y salude a su esposo de mi parte.
Por si se lo pregunta, soy una niña de diez años. Me llamo Suzy. Escucho mucho su pódcast. Mi favorito fue el que tuvo como invitada a Rosaria Butterfield. Mi mamá, Julie, ha comenzado un estudio bíblico llamado Adornadas. Siempre he querido conocerla, pero aún no he tenido la oportunidad. Mi mamá es linda e inteligente. Es tan inteligente. Creo que debería hablar en su pódcast. ¿Podría, por favor, mencionar su nombre?
Somos ocho hermanos, incluyéndome a mí. Mi mamá está embarazada de Tommy, el noveno. Si tenemos otra hermanita, mi mamá la llamará Nancy Leigh en su honor. [Y eso me parece maravilloso, aunque no sé si su mamá sabe de esta idea realmente].
Vivimos en una granja con un lago y un cobertizo. Voy mucho a pescar. Sigo esperando poder conocerla algún día. Quizás algún día mi mamá esté escuchando su pódcast, usted diga su nombre y ella se sorprenda mucho. De todos modos, si me responde, cuénteme cómo le va en la vida.
Cordialmente,
Suzy».
Luego ella dijo: «PD: Continúe con su buen trabajo porque: 1. ¡Me encantan los pódcast! 2. Usted está sirviendo al Reino. Estoy segura de que Él está muy contento».
Bueno, para empezar, diré que pude leer cada palabra que escribió, ¡lo cual es más de lo que puedo decir de mi propia letra! Pero, ¿no es todo esto hermoso? Este ministerio no está dirigido directamente a niñas de diez años, sino más bien a sus mamás y a sus abuelas. Sin embargo, Dios está obrando en las mujeres más jóvenes y en las madres. Me pareció un detalle muy bonito.
Débora: ¡Qué bella! Me encanta saber que nuestras oyentes son más jóvenes. Si eres colaboradora de Aviva Nuestros Corazones, permíteme decirte muchas gracias. Nos ayudas a ser de bendición en la vida, no solo de las mujeres solteras, esposas y madres, sino también de los amigos, esposos e hijos que forman parte de las vidas de estas mujeres. Si deseas convertirte en una colaboradora mensual, encontrarás toda la información en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com.
Ahora, Nancy continuará con la segunda parte de un pasaje que ella compartió durante la pandemia. Trata sobre Cristo, nuestro Buen Pastor, que restaura y renueva nuestras vidas. Ella retomará en los primeros versículos del Salmo 23.
Nancy: Él me conduce. Él me deja descansar. Esto no es algo que ocurre una sola vez, sino que es un estilo de vida, una forma de vida. Ahora, eso no significa que sea lo único que hacemos. Significa que hay un ritmo y un patrón regulares y recurrentes en nuestras vidas para ser restauradas. Y esto se puede hacer de diferentes maneras en las diferentes temporadas de la vida.
En el Antiguo Testamento, Dios le dio a Su pueblo el regalo del Sabbath: un día a la semana. Seis días de trabajo y un día de descanso. Y Dios dijo: «Les voy a proveer lo suficiente en los seis días para que no tengan que trabajar el séptimo día». Luego añadió: «Pero si insisten en trabajar todos los días, se darán cuenta que no tendrán lo suficiente».
Dios nos dará lo suficiente si tomamos ese tiempo para descansar. Los creyentes del Antiguo Testamento, y creo que aquí todavía hay un principio que se ve en el Nuevo Testamento, pero la aplicación del Nuevo Testamento es que Cristo es nuestro descanso sabático. Por lo tanto, no tenemos que ser tan estrictos en guardar la ley del Antiguo Testamento en este sentido. Sin embargo, hay algo muy saludable y muy hermoso en ese regalo del Sabbath que Dios nos dio. No es algo que tenemos que hacer, como una carga, sino algo que es un privilegio que podemos hacer.
Así que, tener ese día de la semana es un regalo de Dios en el que hacemos una pausa, nos detenemos, descansamos, cambiamos nuestro ritmo. No hacemos lo mismo que hacemos los otros seis días de la semana. ¡Es un regalo!
Un momento de tranquilidad para empezar el día, o para cualquier momento del día en que lo hagas, es parte de un ritmo. Para mí, ese momento es para escribir en mi diario devocional. A lo largo de los años lo he hecho de diferentes maneras y ha sido realmente un regalo. Son momentos en los que apagamos el teléfono, hacemos un ayuno periódico de los medios de comunicación y de las redes sociales. Y confieso que esto es algo difícil para mí. Muchas veces me doy cuenta de que mi teléfono es el mayor obstáculo y distracción para la intimidad espiritual.
Ahora, Robert y yo nos esforzamos mucho por no dejar que esto interrumpa nuestras conversaciones. Así que comemos, conversamos y nos alejamos de nuestros teléfonos. ¿Por qué entonces no podemos hacer lo mismo con el Señor? ¿Cuánto más necesitamos hacerlo con el Señor?
Necesitamos descansos breves. Y puede que la etapa de la vida en la que te encuentres ahora sea diferente a la que estarás dentro de un año. La pandemia nos ha afectado a todos de manera diferente. Pero nos ha brindado oportunidades para tomarnos pequeños descansos, para reencontrarnos, para concentrarnos y para recargar energías.
No podemos llenar cada minuto de nuestra vida con actividades y conversaciones. Necesitamos tiempo para reflexionar. Eso significa que debemos revisar periódicamente nuestros horarios, nuestras prioridades y nuestra lista de tareas pendientes.
Y aquellas de ustedes que tienen familias, las familias también necesitan hacer esto. Veo a las mujeres jóvenes de hoy que tienen familias y están sirviendo al Señor. Están trabajando y haciendo todo tipo de cosas. Las miro y pienso: «¡Algo tiene que cambiar!». Algunas de estas mujeres aman al Señor. Aman el ministerio, aman a sus familias, ¡pero están haciendo demasiado! Una de las cosas que les digo cuando tengo la oportunidad de hablar con esas mujeres es: «No tienen que hacerlo todo ahora. Hay un tiempo para todo». Y luego, sus hijos también están involucrados en todo.
Esto fue muy difícil para mi hermana. Se casó a mediados de los treinta y ella y su esposo tuvieron cinco hijos de inmediato. Bueno, no de inmediato, pero muy rápido. Mi hermana se casó con un hondureño y a ellos les encanta el fútbol. Todos sus hijos son muy buenos futbolistas y han tenido muchas oportunidades. Pero mi hermana y su esposo decidieron: «No vamos a dejar que nuestros hijos viajen para jugar fútbol. Porque si lo hacemos, no tendremos vida familiar». ¡Fue una decisión difícil! Fue difícil para sus hijos. Ellos les dieron otras oportunidades.
Y esa fue una buena solución para esa familia. Puede que sea diferente para la tuya. Pienso en mi amiga Mónica. Ella tiene seis hijos en diferentes etapas y constantemente debes estar evaluando y pensando: «¿En qué etapa de la vida estamos ahora? ¿Cuáles son las necesidades de mi esposo? ¿Cuáles son las necesidades de mis hijos?». Y también está mi amiga Jen. Sus hijos ya son adultos y ya no viven en su casa. Su situación ahora es diferente a cuando sus hijos estaban en la escuela secundaria. Pero ella se evalúa constantemente y evalúa a su familia, y se pregunta: «¿Qué puedo hacer ahora?».
Robert y yo hemos hablado de esto y también lo hablamos en Aviva Nuestros Corazones: ¿cuáles son algunas de las piedras que podemos quitar de nuestro camino para que yo pueda dedicar más tiempo a las cosas que creemos que serán más útiles para el ministerio en este momento?
Entonces, aplícalo en la etapa de tu vida en la que te encuentras. Necesitamos tiempo para pensar y examinar nuestros horarios y luego tomar decisiones difíciles. De lo contrario, si intentas hacerlo todo, terminarás frenética, agotada, desesperada y frustrada, como la mujer de la que leemos en el Evangelio de Lucas, su nombre era Marta. Nadie quiere tener ese aspecto enloquecido.
Ahora, no estoy hablando de ser perezosas ni de evadir nuestras responsabilidades. Tampoco estoy sugiriendo que busquemos la vida fácil. Estamos llamadas a ser diligentes, a ser guerreras. Estamos llamadas a trabajar duro. Lo que estoy diciendo es que ordenemos nuestras vidas en torno a Cristo.Dar prioridad a lo importante, alimentar y nutrir nuestras almas para estar preparadas para la batalla. Y eso es algo que debemos seguir haciendo.
¿Estás dedicando tiempo en esta etapa de tu vida? ¿Estás dedicando tiempo a estar en silencio? ¿A estar tranquila? ¿A esperar en el Señor y ante el Señor? ¿Tu espíritu está siendo alimentado? ¿Estás siendo nutrida? Cristo nos hace esta maravillosa promesa: «Vengan a mí todos los que están cansados y cargados, y yo les daré descanso». ¡Qué palabras tan hermosas! Es un regalo maravilloso. Cristo es nuestro descanso. Él es quien nos libera de las pesadas cargas que nos imponen los demás. Cristo nos dice: «Lleven mi yugo sobre ustedes, y yo les daré descanso».
Bueno, voy a dedicar los últimos minutos a la primera frase del versículo 3. «En verdes prados me hace descansar, me conduce junto a arroyos tranquilos». Y aquí está el resultado, versículo 3: «Él renueva mis fuerzas».
Él restaura mi alma. Confortará mi alma. Así dice la versión más tradicional. Una paráfrasis dice: «Él levanta mi rostro caído». Me encanta eso. Te lo puedes imaginar. Él renueva mi vida.
Las ovejas tienden a alejarse del rebaño, a perderse. Entonces, el pastor sale a buscarlas y las lleva de vuelta. Cuando ellas tienen mucho peso por la lana, pueden volcarse. Pueden llegar a un punto en el que no pueden levantarse por sí mismas, no pueden ponerse sobre sus patas. Si se quedaran en esa situación, ellas morirían. Por eso, el pastor las encuentra y las pone bocarriba. Él las restaura.
Esa palabra, «renovar o restaurar», significa «dar la vuelta, dar la vuelta». El significado básico es volver al punto de partida. De hecho, en el Antiguo Testamento, esta palabra se utiliza a menudo para referirse a la conversión o el arrepentimiento, a dar la vuelta, a volver al punto de partida. Es un concepto de ser restaurada, de renovación, de regreso, vuelta al punto de partida.
Y este versículo, «él renueva mi vida», sugiere que necesitamos ser renovadas. Necesitamos ser restauradas y renovadas cuando estamos débiles, cuando desfallecemos, cuando nos alejamos y descarriamos, lo cual ocurre muchas veces en nuestras vidas. Él nos renueva y restaura cuando estamos débiles y desfalleciendo, cuando estamos débiles por servir. Nos debilitamos y nos agotamos, y necesitamos recargar energías. También nuestro sufrimiento nos debilita.
La primera carta de Pedro, capítulo 5, nos dice: «Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá, y establecerá» (v. 10, NBLA).
Algunas de ustedes han atravesado un año realmente difícil. Han pasado por cosas muy duras. Nosotros también. Pero tenemos un Pastor que restaura nuestras almas cuando estamos débiles, cuando estamos agotadas por servir o por sufrir.
El Señor también nos renueva y restaura cuando nos descarriamos. Cuando fallamos. Cuando pecamos, y nos desviamos, y tropezamos. Las ovejas tienden a alejarse del rebaño y perderse. Luego cae la noche y se encuentran en peligro, se convierten en presa fácil para los animales salvajes, o podrían caer por un precipicio. Cuando el pastor descubre que una de sus ovejas se ha perdido, sale a buscarla, la carga sobre sus hombros y la lleva de vuelta al redil.
Así hay momentos en nuestras vidas en los que pecamos. Quizás de forma deliberada, o quizás simplemente abandonando nuestro primer amor, y necesitamos ser restauradas. Y gracias a Dios que tenemos un Pastor que viene tras nosotras, que nos persigue con su Espíritu Santo. Él quiere restaurarnos para que volvamos a tener comunión con Él.
Piensa por un momento en las cosas que te restauran. A veces dices: «Bueno, lo que realmente necesito son unas vacaciones» o «Lo que necesito es escuchar música de adoración». Ahora, yo estoy totalmente a favor de las vacaciones y de la música de adoración. Pero puedes hacer esas cosas, puedes entretenerte, hacer terapia, puedes tomar medicamentos, y puedes hacer muchas cosas para desestresarte que no necesariamente restaurarán tu alma. No hay nada malo con esas cosas, pero si en el proceso no llegas a Cristo, tu alma seguirá cansada. La restauración, en última instancia, se encuentra en una Persona, el Pastor de nuestras almas.
Probablemente, has escuchado hablar de George Müller. Él era muy conocido en la Inglaterra del siglo XIX. Se ocupó de cientos y miles de huérfanos. Era un trabajo muy estresante. Porque siempre estaba construyendo nuevos edificios donde ellos pudieran vivir, y él confiaba en el Señor para que les diera alimento. En aquella época, era una necesidad enorme en Inglaterra y una forma de difundir el evangelio. Pero había muchas presiones. Y Müller escribió en sus diarios que, cuando pensaba en todas las cosas que tenía que hacer, llegaba a la conclusión de que lo más importante era lo siguiente, y cito:
«Por encima de todas las cosas, procuren que sus almas estén felices en el Señor. Otras cosas pueden presionarles. La obra del Señor puede incluso exigir urgentemente su atención. Pero repito deliberadamente que es de suma importancia que busquen por encima de todas las cosas que sus almas estén verdaderamente felices en Dios mismo. Busquen día a día que esto sea lo más importante en sus vidas».
Escucha, no hay nada que tú o yo hagamos por nuestras familias, por el ministerio, por Aviva Nuestros Corazones, por tu iglesia local, por nadie ni por nada más, que sea más importante que asegurarnos de que tu alma esté feliz en Dios, que estés llena de Él. Ahora, no se trata de una felicidad superficial, alegre y frívola. Se trata de una profunda satisfacción del alma con Cristo que te sostiene en los momentos difíciles y en los tiempos duros. Te da la gracia y el combustible, y lo que necesitas, para salir, bendecir y ministrar a los demás. Día tras día.
Hagamos que nuestra meta sea esa desde ahora, hasta la próxima conferencia de Aviva Nuestros Corazones, que día tras día, hagas de esta meta el asunto más importante de tu vida: tener un alma que se alegra en el Señor.
¿Qué pasaría si nos propusiéramos como meta, desde ahora hasta la próxima que nos reunamos, buscar cada día que esto sea lo más importante en nuestra vida: tener un alma feliz en Dios?
Sería bueno preguntarnos unas a otras: «¿Está tu alma feliz en Dios hoy?», «¿Estás dedicando tiempo a hacer que tu alma sea feliz en Dios?».
Ese tipo de vida produce frutos asombrosos. Un día, un hombre vio a George Müller paseando y dijo: «Si no lo conociera, diría que es un caballero ocioso y sin preocupaciones, ya que camina con tanta tranquilidad y su comportamiento es tan sereno y majestuoso. El salmo 23 parece estar escrito en su rostro».
¡Guau! Debo confesar que muchas veces eso no es lo que la gente ve escrito en mi rostro. Pueden ver preocupaciones, ven estrés. Robert y yo tuvimos una conversación el otro día sobre algo que me molestaba. Era una tarea difícil que tenía que hacer. Robert me dijo: «Cuando estás trabajando en eso, te cubre una nube». Y tenía razón.
Ahora, es posible que tengas que hacer cosas que te traigan nubes de tormenta, pero nuestras almas pueden seguir teniendo escrito el Salmo 23, y entonces eso se reflejará en nuestro rostro. ¿Está escrito el Salmo 23 en tu rostro? A lo que me refiero es que ahora lo tienes reflejado en tu rostro. Este es un lugar fácil para eso. Estás en compañía de otras mujeres, tienes un equipo que canta y te guía en la adoración. Pero, ¿y la semana que viene? ¿Y la siguiente? ¿Y la siguiente? Y cuando estés en las trincheras y te sientas cansada y sola, y sientas que nadie te responde y que a nadie le interesa lo que intentas compartir con ellos, ¿seguirá el Salmo 23 escrito en tu corazón y en tu rostro?
Cuando las personas nos miran y ven nuestro semblante, y nuestras respuestas bajo presión y en tiempos de crisis, COVID, cáncer, lo que sea, ¿nos miran y piensan: «¡Wow! Ella tiene al buen Pastor»? Nuestras respuestas reflejan a nuestro Pastor.
Y así como dice el himno:
Tómate tiempo para ser santo.
El mundo corre apresuradamente.
Pasa mucho tiempo en secreto
con Cristo, a solas.
[Y el himno termina de la siguiente manera]
Al mirar a Cristo,
serás como Él.
Tus amigos, en tu conducta,
verán Su semejanza.
El Salmo 23, escrito en tu espíritu, en tu alma, en tu rostro, hará que el mundo quiera tener a ese Pastor.
«El Señor es mi pastor;
tengo todo lo que necesito.
En verdes prados me deja descansar;
me conduce junto a arroyos tranquilos.
Él renueva mis fuerzas».
Y luego, una vez que Él nos ha renovado. Él nos ayuda a continuar. Dice:
«Me guía por sendas correctas,
Y así da honra a Su nombre.
Aun cuando yo pase
por el valle más oscuro,
no temeré,
porque Tú estás a mi lado.
Tu vara y Tu cayado
me protegen y me confortan.
Me preparas un banquete
en presencia de mis enemigos.
Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.
Mi copa se desborda de bendiciones.
[Tu copa no se puede desbordar si no está llena].
Ciertamente Tu bondad y Tu amor inagotable me seguirán.
todos los días de mi vida.
Y en la casa del Señor viviré
por siempre».
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado mostrando una imagen bíblica, de nuestro buen Pastor, quien renueva nuestras almas. Ella regresará en un momento para orar.
El Salmo 23 es probablemente el salmo más conocido de la Biblia; pero nunca me canso de meditar en él. A menudo escuchamos el Salmo 23 en los funerales y hay una buena razón para eso. Habla del consuelo en el valle de la sombra de la muerte y de vivir con Dios para siempre gracias a Su bondad y Su misericordia.
Y quiero aprovechar para hablarles de un libro fascinante del pastor Colin Smith. Se trata de un devocional basado en el Salmo 23 y titulado «El Salmo 23 en 30 días». Cada día tiene una pregunta de discusión con el fin de ayudarte a aplicar la Palabra de Dios en tu vida, así como hablar de su verdad con amigos, familiares y personas cercanas. Te animamos a que puedas obtener una copia. Lo puedes de hecho adquirir gratuitamente visitando la página del ministerio Abre la Biblia.
Aquí está Nancy para cerrar nuestro programa de hoy en oración.
Nancy: Oh, Señor, cuánto te agradezco por estas mujeres tan preciosas que te aman, aman tu Palabra, aman a Tu pueblo. Aman a sus familias. Aman servirte. Aman servir en este ministerio. Ellas son un verdadero regalo. Algunas de ellas llevan años dedicándose a esto. Algunas han invertido muchas horas a la semana en momentos difíciles y en lugares difíciles, en iglesias y comunidades que quizás no están tan ansiosas por que sus corazones sean avivados. Estas mujeres han sido siervas fieles. Te doy gracias por ellas. Gracias por su hambre, por su sed, por ver en sus rostros hoy el anhelo de conocerte, de estar cerca de Ti, y de permanecer en Tu presencia.
Y oro, Señor, sin saber a qué se enfrentarán cada una de ellas cuando regresen a sus hogares, pero sé que el mundo sigue su curso. Si no nos detenemos y dejamos que Tú nos lleves a aguas tranquilas y a prados verdes, y nos alimentes, nos renueves, nos restaures y nos nutras, entonces el mundo nos arrastrará, el ministerio nos arrastrará en mil direcciones diferentes, y terminaremos teniendo cualquier cosa menos el Salmo 23 escrito en nuestros rostros.
Así que, Señor, toma Tu Palabra y llévala a lo más profundo de nuestros corazones y muéstranos. Muéstrales a estas mujeres cuando regresen a sus hogares, y muéstrame en esta temporada de mi vida, cómo luce el vivir bajo el cuidado del Buen Pastor, nuestro gran Pastor.
Gracias por Tu provisión, por Tu protección, por Tus promesas, por Tu dirección. Tú eres todo lo que necesitamos. Así que, oro para que Tú llenes a estas mujeres. Que sus copas se rebosen. Que las llenes, no solo con actividad, ajetreo o tareas, sino que las llenes con tu Espíritu, con el fruto de tu Espíritu. Y puede que hagan menos en algunos aspectos de lo que otras personas podrían lograr en un día. Pero oro para que el crecimiento sea lento y constante, puro, rico, dulce y bueno. Lo pido para mí misma. Lo pido para nuestro equipo.
Y Señor, que nuestras vidas te honren y glorifiquen. Que cuando las personas nos vean, digan: «¡Wow! ¡Ella debe tener un Pastor realmente bueno!». Que quieran seguirlo, y seguirte a Ti, junto con nosotras. Ruego por una bendición para estas mujeres, en el nombre de Jesús, amén.
Débora: Anhelando que aquellos que te rodean vean el Salmo 23 escrito en tu rostro,Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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