
Invita al cielo a gobernar tu mente, con Dannah Gresh
Nancy DeMoss Wolgemuth: Aquí está Dannah Gresh con una verdad sólida en la que puedes confiar completamente.
Dannah Gresh: Cuando tu fe está puesta en la fidelidad de Dios, esto será un escudo para ti.
Nancy: En el día de hoy, escucharemos más sobre lo que eso significa (y lo que no significa), en Aviva Nuestros Corazones.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones, con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 23 de enero de 2025.
Nancy: No hace mucho, en una conferencia nacional de True Woman, mi copresentadora, Dannah Gresh, habló sobre este tema importante. Nuestro tema general fue: «El cielo gobierna», que significa que Dios está en total control. Dannah tenía la tarea de ayudarnos a ver cómo podemos invitar al Cielo a gobernar en nuestras mentes.
Y mientras comenzamos, déjame intentar darte esta imagen: Dannah salió a la plataforma vestida, digamos con …
Nancy DeMoss Wolgemuth: Aquí está Dannah Gresh con una verdad sólida en la que puedes confiar completamente.
Dannah Gresh: Cuando tu fe está puesta en la fidelidad de Dios, esto será un escudo para ti.
Nancy: En el día de hoy, escucharemos más sobre lo que eso significa (y lo que no significa), en Aviva Nuestros Corazones.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones, con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 23 de enero de 2025.
Nancy: No hace mucho, en una conferencia nacional de True Woman, mi copresentadora, Dannah Gresh, habló sobre este tema importante. Nuestro tema general fue: «El cielo gobierna», que significa que Dios está en total control. Dannah tenía la tarea de ayudarnos a ver cómo podemos invitar al Cielo a gobernar en nuestras mentes.
Y mientras comenzamos, déjame intentar darte esta imagen: Dannah salió a la plataforma vestida, digamos con un conjunto informal, zapatillas deportivas, jeans y una camisa de franela. Aquí está Dannah.
Dannah Gresh: ¡No, este no es mi atuendo habitual para una charla de Mujer Verdadera! Este es mi «look con actitud de chica santa» para salir a caminar, que, por cierto, no debe confundirse con el «look con actitud de chica insensata». Si no eres activa en TikTok, probablemente no conozcas lo que en inglés llaman «hot girl walk», lo que podríamos llamar en español como un «look con actitud de chica insensata».
El «look con actitud de chica insensata» es cuando te preparas para salir, te vistes con un «conjunto que combina», te hidratas adecuadamente porque hidratarse es algo muy serio para estas chicas, caminas y hablas contigo misma.
Dices cosas como: «¡Soy autosuficiente! ¡Puedo hacerlo por mí misma! ¡Puedo hacer cualquier cosa buena! ¡Estoy preparada para los pensamientos positivos!» (blah, blah) Ahora, yo podría analizar estas afirmaciones bíblicamente, pero solo diré esto: los psicólogos han realizado estudios sobre afirmaciones y pensamientos positivos y han descubierto algo que les sorprendió: no funcionan.
Pero hay un grupo antiguo de personas que practicaban el arte de hablar consigo mismos de una manera que sí tenía eficacia: los salmistas. Hablaron consigo mismos y, mientras lo hacían, descubrieron que funciona. Yo misma he descubierto que funciona. ¿Y cómo sé que funciona? Porque lo he probado.
En el transcurso de las últimas cinco semanas, inspirada tanto por mi necesidad como por las caminatas de chica insensata, decidí que comenzaría a dar caminatas de chica santa. Ahora bien, me hidraté adecuadamente, pero ahí es donde realmente termina la similitud, porque, como pueden ver, hoy no estoy vistiendo un conjunto que combina.
Estoy vestida con mi «ropa de granjera», porque vivo en una granja. Mis jeans, mis zapatos para caminar, esta es mi camisa de franela con la que camino. (Las cabras incluso le han dado un mordisco). Y mientras camino, he estado meditando en las palabras de las Escrituras.
Quiero decirte algo: en solo cinco semanas la Palabra de Dios me ha cambiado radicalmente. He aprendido que memorizar Su Palabra y meditar en Su Palabra de una manera más intensa y poderosa, es una experiencia con Dios que nos lleva más allá del estudio, nos lleva a donde la Palabra de Dios puede penetrar el corazón y la mente.
En lugar de tener una mente loca y dispersa, puedes tener la mente de Cristo. Me ha enseñado algo; bueno, ya lo sabía, pero se reafirma, que mis emociones, mis pensamientos y los titulares no llegan a ser los jefes de mi mente.
Jesucristo viene a reinar y gobernar en mi mente y en la tuya, una vez que hayamos permitido que Su Palabra renueve nuestros pensamientos. Por eso, hoy quiero invitarte a experimentar lo que yo he experimentado e invitar al Cielo a gobernar tu mente.
Ahora, permíteme darte el mejor ejemplo que conozco de uno de los salmistas que hizo esto, David. El Salmo 42 es muy familiar. Déjame leerte lo que David escribió en el versículo 5:
«¿Por qué te desesperas, alma mía?
¿Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; pues he de alabarle otra vez,
Por la salvación de Su presencia» (vv. 5-6).
Ahora quiero que pienses en esto: ¿Cuándo habló David consigo mismo, y por qué habló consigo mismo? Bueno, cuando hablaba consigo mismo era cuando se sentía abatido, cuando se sentía deprimido. ¿Alguna se ha sentido un poco abatida estos últimos años? Sí... cada una de ustedes.
La ansiedad y la depresión han aumentado un veinticinco por ciento en los últimos años. Solo estamos tratando de mantener nuestros corazones a flote, ¿verdad? No considero que soy una persona temerosa, de hecho puedo dormir como una piedra. Me encanta. Excepto que en el 2023 eso cambió. Comencé a despertarme unos quince minutos después de haberme dormido, aterrorizada… ¡Realmente aterrorizada!
¿Aterrada de qué? Nada en particular, pero si te soy sincera, por casi todo. Ahí es cuando suena la cinta que se reproduce en mi mente, que realmente no quiero reproducir en mi mente. ¿Alguien tiene una de esas? La cinta que se reproduce dice: «No eres suficiente. ¡Nunca serás suficiente! Si fueras una verdadera cristiana, no estarías sintiendo miedo en este momento».
¿Alguien tiene una cinta como esta, que parece encenderse en los momentos más inoportunos? Y antes de que te des cuenta, ya llevas tres horas de noche y lo único que te hará dormir es un buen postre.
Bueno, lo que sucede cuando no duermes es que tus emociones comienzan a volverse menos saludables. Tu cuerpo comienza a volverse menos saludable. Ha sido un año realmente difícil para mí y descubrí que nuestras emociones tienen voz.
A veces esa voz suena muy fuerte. Tenemos el derecho, en Jesucristo, de apagar esa cinta y escuchar una voz diferente, la voz que reina y gobierna en nuestros corazones y en nuestras vidas.
El Dr. Martyn Lloyd-Jones dijo algo muy conciso y que considero preciso para cuando se enciende esa cinta, él dice: «La mayor parte de tu infelicidad en la vida se debe al hecho de que te escuchas a ti mismo en lugar de hablar contigo mismo». ¡Dejen de escuchar esa cinta, amigas! ¡Empieza a decirte a ti misma lo que es verdad!
Por eso David hablaba solo. ¿Cuándo habló? Cuando estaba deprimido. ¿Por qué habló? Para recordarse a sí mismo lo que era verdad. ¿Y a qué recurre? No dice: «Oh, David, eres suficiente. ¡Después de todo, tú eres el rey, amigo!». «¡No! ¡Pon tu esperanza en Dios! Pues, le alabaré a Él, salvación mía y Dios mío» (Salmo 42:11b).
David no se dice afirmaciones positivas a sí mismo. Se está quitando del trono de su cerebro, de su mente. Está quitando su atención y sus pensamientos de sí mismo y dirigiéndose a donde pertenecen: ¡a Dios!
Y hermanas, a veces no somos muy buenas en eso, cuando la cinta comienza a reproducirse. Y hoy quiero recordarles que deben poner su esperanza en Dios. Quiero que experimentes lo que yo he experimentado estas últimas cinco semanas.
Escucha, no soy una mujer de Dios débil, pero incluso aquellas de nosotras en liderazgo, incluso aquellas de nosotras que somos mamás, tal vez especialmente aquellas de nosotras que somos mamás, debemos recordarnos de tener los pensamientos correctos e invitar a Dios a reinar y gobernar en nuestros corazones y mentes. Quiero invitarte a hacer eso el día de hoy.
Voy a guiarte a través del Salmo 91. Aparece en una sección de los salmos a la que nos referimos como Libro IV (cuarto). El tema del Libro IV de los Salmos es: «El Reino y Gobierno de Dios».
El Libro IV es una colección de salmos que no deja de destacar el quebrantamiento de nuestras vidas y de nuestro mundo, pero nos recuerda que debemos mirar el quebrantamiento a través del lente de la magnífica soberanía de Dios. En otras palabras, estos capítulos tratan sobre el gobierno del Cielo.
Entonces, comencemos. Salmo 91. Déjame leerte los dos primeros versos:
«El que habita al amparo del Altísimo
morará a la sombra del Omnipotente.
Diré yo al Señor: “Refugio mío y Fortaleza mía,
Mi Dios, en quien confío”».
Quiero que tomes tu bolígrafo, y encierres en un círculo o subrayes las palabras «el Altísimo». Justo aquí, desde el principio, el salmista está desviando su atención de sí mismo y centrándose en Dios. En lugar de usar palabras halagadoras para lograrlo, está mirando a Dios Altísimo, ¡al Altísimo!
La palabra en hebreo es elyon, que significa «alto», pero se refiere a esa altitud en relación con la bajeza de otras cosas. Así que nos recuerda que Dios es elevado, yo no. Él es Dios; yo no. Dios es alto, nada más está por encima de Él. ¡Qué verdad tan maravillosa y poderosa que necesitamos en un mundo tan quebrantado como el nuestro! ¿Amén? Él es alto.
Esto es lo que ha sucedido como consecuencia de dar caminatas y meditar en estas Escrituras mientras lo hago. El Señor me hace explorar nuevas facetas de las diferentes palabras. Pensé para mí misma: «Me pregunto ¿cuándo fue la primera vez que se usó el término elyon o El elyon, el Dios Altísimo?».
Lo vemos en muchos lugares de las Escrituras, incluido el libro de Daniel. Pero quería saber, ¿cuándo fue la primera vez? Así que busqué y lo encontré en Génesis 14.Quiero que veas estas palabras con tus propios ojos.
Ahora lo que ha pasado aquí, es que acaba de haber una gran guerra. Cuatro reyes lucharon contra cinco reyes. Los cuatro reyes ganaron porque estaban liderados por un rey feroz llamado Quedorlaomer. Y en la batalla, Abram recibe la noticia de que Lot, su sobrino, ha sido hecho prisionero de guerra.
Entonces, Abram decide tomar aproximadamente trescientos de sus pastores e ir a buscar a su sobrino Lot de los cuatro reyes (que vencieron a los cinco reyes) que estaban liderados por un rey feroz, Quedorlaomer… ¡Y Abram gana!
¡El cielo gobierna! Y eso es un consuelo para nosotras en nuestro sufrimiento. A veces, amigas mías, es un grito de victoria, ¡porque el Cielo gobierna! Génesis 14, el versículo 19 dice:
«Bendito sea Abram del Dios Altísimo [la primera vez que vemos las palabras en las Escrituras], creador del cielo y de la tierra; ¡Y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tu mano!» (vv. 19-20)
¡Tenemos que vivir creyendo que el Cielo gobierna! A veces, cuando esa cinta empieza a sonar en nuestra cabeza, lo olvidamos. Necesitamos recordar que Él es el Dios Altísimo, el poseedor del cielo y de la tierra. ¡Solo Él está por encima de todas las cosas!
Incluso cuando todo lo demás se está desmoronando, Él lo mantiene unido. Cuando todo está por encima de nuestras cabezas, por sobre nuestra capacidad, todo sigue bajo Sus pies. Él es el Dios Altísimo, y debemos recordarlo y recordar lo que es verdad.
Lo que piensas de ti misma no es realmente tan importante. A. W. Tozer dijo lo siguiente: «Lo que nos viene a la mente cuando pensamos en Dios es lo más importante de nosotros». Tenemos que meditar, recordar y recordarnos a nosotras mismas que Él es el Dios Altísimo.
Ahora, es allí, en ese lugar, reconociendo al Dios Altísimo, donde el salmista dice: «Ahí habitaré». Quiero detenerme en esa palabra «habitar» por un minuto. Mientras caminaba, pensaba: «Mm, la palabra “habitar” es interesante. Al final de esta caminata, volveré a mi casa en la granja, estar ahí es mi pasatiempo, me encanta, donde mi almohada es muy cómoda y mi sofá es genial». Me siento reconfortada y quiero volver a eso.
Cuando tus pensamientos divaguen y ese pódcast se encienda, haz una elección intencional de permanecer, de regresar al pensamiento del Dios Altísimo. Lo que he aprendido es que a medida que habitas, eliges intencionalmente dirigir tus pensamientos al Dios Altísimo, y es entonces comienzas a permanecer.
Esto es lo que aprendí sobre la palabra «permanecer». La palabra permanecer tiene un pequeño matiz, una pequeña diferencia con la palabra «habitar». Porque me preguntaba: ¿No se está repitiendo el pasaje? No. La palabra permanecer significa «quedarse». ¡Nunca te fuiste!
Y hermanas, a medida que comiencen a pensar en el Dios Altísimo, encontrarán que su mente y su corazón divagan menos. No llegan tan lejos. La cinta, el pódcast, que suena en tu cabeza, el volumen no es tan alto y estás en la presencia de Dios... ¡Porque nunca, nunca te has ido!
Esto no es fácil, porque a veces nuestro corazón, nuestra vida y nuestras circunstancias nos llevan a lugares donde realmente no queremos estar. Pero considera esto: hay cierto desacuerdo sobre quién escribió este salmo y cuándo fue escrito, pero en lo que los eruditos de la Biblia están de acuerdo es en esto: que aquellos cautivos en Babilonia habrían cantado estas palabras cuando estaban en cautiverio. Viviendo en donde no querían vivir, en circunstancias donde no querían estar, habiendo caminado hacia lugares donde sus pies no querían ir.
¿Te han llevado tus pies a donde no querías ir? Dónde estás, que te lleva a decir: Allí, en ese lugar, habita el Dios Altísimo. Permanece en el Todopoderoso, ahí, en ese lugar.
He descubierto que cuando habito, permaneceré. Naturalmente, una acción conduce a la otra. Ahora bien, ¿qué hace el salmista en estos dos versículos? Se está recordando a sí mismo lo que es verdad. Porque chicas, tenemos amnesia cuando suena ese pódcast, ¿no? Nos da amnesia muy rápido. Olvidamos quién es Dios y nos concentramos demasiado en nosotras mismas.
¿Estás preparando tu corazón para esos momentos? ¿Estás preparando tu corazón para que cuando suceda el desastre puedas morar y permanecer en Dios Altísimo? Porque déjame decirte lo que sucede cuando haces eso. Puedes verlo comenzando en el versículo 3:
«Porque Él te libra del lazo del cazador
Y de la pestilencia mortal.
Con Sus plumas te cubre,
Y bajo Sus alas hallas refugio;
Escudo y baluarte es Su fidelidad». (vv. 3–4)
Tengo pavos reales en mi granja. Son lindos; vienen a mi terraza trasera por la mañana a buscar maní. Durante una temporada tuvimos una pequeña pava blanca, se llamaba Roxie y ¡era todo un personaje! A ella le gustaba verme escribir libros. Ella se sentaba en la terraza y me miraba fijamente mientras yo escribía en el sofá.
Bueno, ella desapareció. Yo estaba triste; extrañaba a mi compañera. Mientras todavía tenía la esperanza de que ella regresara mientras me lamentaba por su pérdida, estaba teniendo un día en el que esa cinta sonaba muy, muy alto. ¿Conoces ese tipo de días? Y pensé: tengo que salir de casa. Quizás si salgo de casa, o cambio el escenario, mi mente cambiará.
En realidad, no es así como funciona. Por eso, debemos profundizar en el Dios Altísimo. Pero bueno, salí, y una vez que salí, simplemente dije: «Jesús, necesito saber que eres real. Necesito saber que Tú me ves. Necesito saber que te preocupas». Y justo en ese momento (ya estaba anocheciendo), miré hacia arriba y a lo lejos en el pasto vi un pequeño punto blanco encima de un poste del campo. Y pensé: ¿Será posible que sea Roxie?
Entonces comencé a caminar hasta allí; son aproximadamente dos acres. Todos los animales de la granja siguieron a «mamá», por el pasto; estaba afuera. Todos me siguen: el burro gordo, las cabritas, las llamas. El caballo llegó antes que yo y estaba empujando a esta pequeña pava blanca.
Ahora bien, eso no estaba bien, porque Roxie era dulce, pero no altera a los demás animales de la granja; ella era muy voluble con ellos. Entonces supe que algo andaba mal. Empujé al caballo y la miré de cerca, pensando: Okey, ¿qué hago aquí? Pava blanca, actuando raro.
¡Y entonces vi dos pequeños ojos negros y brillantes y un pico diminuto que sobresalía de debajo de su ala! La llevé de regreso al granero y de inmediato pensé en este versículo: «Con Sus plumas te cubrirá, y bajo Sus alas hallarás refugio».
Escúchame: si un frágil pájaro de trece libras se mantiene firme contra un caballo de mil quinientas libras, quiero decirte una cosa: ¡tu Dios es inamovible cuando necesitas refugio!
Eso es poderoso, inamovible, pero es seguro, sanador y reconfortante. ¿Cómo se llega a ese lugar? Se llega ahí habitando. No te detienes a habitar en las palabras de la cinta, habitas en el Altísimo. ¡Él quiere que habites en ese lugar!
Y luego, continúa diciendo: «No temerás el terror de la noche» (v. 5)
Bueno, lo hice; ¡Las noches eran largas y duras! Pero a medida que comencé a morar y permanecer de una manera diferente, comencé a tener victoria sobre eso.
La semana pasada, hace siete días, me desperté con ese miedo y pensé: ¿Sabes qué?¡No necesito ese postre!
«El que habita al amparo del Altísimo
morará a la sombra del Todopoderoso.
Diré al Señor: “Refugio mío y fortaleza mía,
Dios mío, en quien confío”».
Y diez minutos después, estaba durmiendo como una bebé, en la comodidad y seguridad de las alas de mi Padre. Esto funciona. ¿Cuántas de ustedes han conocido ese tipo de comodidad y ese tipo de seguridad? Cuando tu mente quiere reproducir la cinta y, en cambio, recurres a la verdad y a la Palabra de Dios, te concentras y meditas en el Dios Altísimo.
¿Para cuántas de ustedes esto ha sido cierto en sus vidas? Entonces, ¿¡por qué lo olvidamos!? Hoy es tu invitación a dejar de olvidar y a recordar, porque escucha lo que aquí dice el salmista,
«No temerás el terror de la noche,
ni la flecha que vuela de día,
ni la pestilencia que anda en tinieblas,
ni la destrucción que hace estragos en medio del día.
Aunque caigan mil a tu lado,
Y diez mil a tu diestra,
A ti no se acercará.
Con tus ojos mirarás
y verás la paga de los impíos. [¿Por qué?]
Porque has puesto al Señor, que es mi refugio,
Al Altísimo, por tu habitación. No te sucederá ningún mal,
Ni plaga se acercará a tu morada» (vv. 5-10).
Habitar nos posiciona para estar bajo Su ala.
Habitar nos posiciona para ser consoladas.
Habitar nos posiciona para superar el terror de la noche y la flecha que vuela durante el día.
No sé qué te aterroriza, no sé qué flechas vienen hacia ti en este momento, pero sé esto: si escoges morar en el Altísimo, ¡no tendrás que temer esas cosas! Él está por encima.
¡Mira cómo nos protege!
«Él dará órdenes a Sus ángeles acerca de ti.
para que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y la cobra pisarás,
pisotearás al cachorro de león y a la serpiente» (vv. 11-13).
Creo que muchas veces leemos este salmo y queremos que diga lo que queremos que diga. ¿Alguien alguna vez hace eso con la Palabra de Dios? Queremos leer esto y queremos decir: «¡Oh, sí, soy cristiana, así que nunca me sucederán cosas malas! ¡Eso es lo que me promete este salmo!». No, eso no es lo que esto nos promete.
En algunas de ustedes, el episodio suena muy fuerte en este momento, están diciendo: «Oh, no, Dios no fue un refugio. El cáncer sí apareció; mi marido sí se fue; mi hijo es pródigo. ¿Dónde estaban Sus plumas? Los ángeles no me elevaron por encima de esas cosas».
Es decir, queremos leer este salmo y queremos un «adiós» de todas las cosas difíciles de este mundo. Queremos creer que vamos a ser la excepción a que todo vaya mal y todo sea difícil. Pero espera, tenemos que leer esto en el contexto de toda la Escritura.
Jesús dijo, está escrito en este libro: «En este mundo tendrán tribulación» (ver Juan 16:33). Tendrás problemas. No permitas que Satanás tergiverse estos versículos. Y lo hará, porque trató de torcerlos para Jesús.
Estos versículos son los mismos con los que Satanás quiso tentar a Jesús, cuando estaba en el desierto. Entonces lo llevó al pináculo del templo y le dijo: «Lánzate abajo. ¡¿Los ángeles no cuidarán de ti?!». (ver Mateo 4:5-6)
Jesús no permitió que Satanás torciera y distorsionara las Escrituras, y te lo ruego: ¡no hagas eso! ¡La razón por la que necesitamos a los ángeles es porque vamos a tener tribulaciones! Y cuando las tengamos, podremos habitar en el refugio del Altísimo.
Lo que sucede es que tendemos a querer la reputación de Daniel, pero no queremos estar en la guarida de los leones, ¿verdad? (risas) Y queremos el milagro, pero no el calor del horno de fuego.
Escucha, ¡fue en el foso de los leones donde Daniel descubrió cuán poderoso era Dios y que Él reinaba y gobernaba sobre las bocas de los leones! Fue en el horno de fuego donde los tres amigos descubrieron que Dios estaba con ellos en el calor, en el fuego.
¡Y ha sido en mi año de terror que he descubierto lo reconfortante que es vivir bajo las plumas y las alas del Dios Altísimo! Hay lecciones que aprendemos acerca de Dios en estos momentos difíciles que simplemente no aprendemos en los días fáciles.
Hay partes del carácter de Dios que experimentamos en el foso de los leones, en el fuego y en el terror de la noche. Él quiere que lo aprendamos y nos invita a experimentarlo en ellos.
¿Cómo termina este salmista este salmo? Bueno, esto es lo que creo que es genial. ¿Notas cómo el versículo 14 está entre comillas? ¿Por qué puso estas palabras entre comillas? Porque ahora está empezando a escuchar la voz de Dios en su cabeza, porque este es Dios hablándole. Y él dice:
«Porque en Mí ha puesto su amor, Yo entonces lo libraré;
Lo exaltaré, porque ha conocido Mi nombre.
Me invocará, y le responderé;
Yo estaré con él en la angustia;
Lo rescataré y lo honraré.
Lo saciaré con larga vida,
y le haré ver Mi salvación».
¿Escuchas todas esas dulces promesas de Dios? Él te librará. Él te protegerá. Puede que Él no te libre de, pero te librará a través de. Él responderá a tus súplicas. Él estará contigo en los problemas.
En esas noches en las que no podía dormir y me dirigí al Salmo 91, podía sentirlo allí, en presencia de todo ese temor. ¡Él me rescató! Él te honrará. Él te saciará con Su salvación. ¿Has experimentado algo de eso? ¿Alguien ha experimentado esa clase de Dios Altísimo en sus vidas? Ciertamente yo lo he experimentado en estas últimas semanas.
¿Cómo llegamos allí? Quiero tener mucho cuidado con esto y necesito decir esto. No es tu acción de habitar y permanecer lo que hace que todo eso suceda. Eso solo es parte de, solo nos posicionan para recibirlo.
Muchas veces en mi vida pienso que es mi habitar y mi permanecer y mi estudio bíblico lo que cuenta. Sabes, soy una de esas chicas que tiene que llenar todos los espacios en blanco. ¿Eres tú una de ellas en un estudio bíblico? Mira el versículo 4: «Escudo y baluarte es Su fidelidad».
Es Su fidelidad, no la tuya. No es tu fe en tu habitar, ni tu fe en tu permanecer, ni tu fe en tu fe. Eso no es lo que te lleva al lugar donde experimentas al Dios Altísimo. ¡Estamos indefensas! Él es el Ayudador Altísimo; es Su fidelidad. Es un escudo y baluarte para nosotras. Cuando tu fe esté en la fidelidad de Dios, será un escudo para ti.
Ahí es donde tenemos que poner nuestra fe. Ven conmigo a Génesis 15. Esto es justo después de que escuchamos por primera vez los nombres El elyon. Esta es una de las partes más importantes de las Escrituras en Génesis y tiene implicaciones increíbles para ti y para mí hoy. Déjame leer lo que sucede después en la vida de Abram.
En Génesis 15:1, la Escritura dice:
«Después de estas cosas [eso sería después de esa batalla, después de escuchar la palabra El elyon, el Dios Altísimo] la palabra del Señor vino a Abram en visión: “No temas, Abram, yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande”».
La fidelidad de Dios es un escudo. Él es el escudo, no hay nada que podamos hacer para protegernos. Pero Abram dice: «¿Cómo así Dios?». Pues si conoces la historia, no todo ha salido como él esperaba, de la misma manera que a nosotras no nos sale todo como esperamos. Él también ha tenido cosas en su vida que no parecen del todo bien.
En el versículo 9, Dios le dijo a Abram:
«Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón».
Ahora bien, estas palabras no significan nada para nosotras, pero para Abram significaban algo porque era lenguaje del pacto.
Ahora, en nuestro lenguaje no hablamos en términos del lenguaje de pacto, pero Abram sabía que el pacto es la relación más elevada y santa: «El Altísimo me está pidiendo que tenga ese tipo de relación con Él». ¡Habría comprendido el significado de esto y se habría mostrado incrédulo!
Probablemente también habría tenido miedo, razón por la cual Dios comenzó con: «No temas». Un pacto significaba que «vamos a ser tan fieles unos a otros que, si se rompe el pacto, habrá graves consecuencias».
Para indicar la gravedad de esas consecuencias, Dios cortó los animales por la mitad y los puso en dos lados. Entonces las dos partes debían caminar a través de esos pedazos ensangrentados, y cuando es como decir: «Que yo sea como estos pedazos ensangrentados si rompo este pacto». ¿Estarías aterrorizada?
A veces soy tan infiel al Dios Altísimo. Mi pecado es tan feo. Creo que Abram estaba temblando en sus sandalias, pero mira lo que hace. Mira lo que Dios hace. Dios sabe que Abram probablemente no pueda ser fiel, así que presta atención al versículo 12, después de que se construyó el sacrificio:
«A la puesta del sol, un profundo sueño cayó sobre Abram».
¿Qué? Espera. ¿No se supone que algo santo está por suceder aquí? ¿No va a suceder este asombroso pacto? Sí, y Dios sabía que Abram no sería capaz de cumplir su parte del trato, así que lo puso a dormir. Y luego observa el versículo 17, este es un versículo santo.
«Cuando el sol ya se había puesto y oscureció, he aquí un horno humeante y una antorcha de fuego encendida pasaron entre las mitades».
Cuando miramos las Escrituras en general, podemos ver que Dios a menudo aparece como un fuego o una llama. Dios mismo caminó entre esos pedazos mientras Abram dormía, diciendo: «Si este pacto se rompe», y así será (Él sabía que así sería), «que Yo sea como estos pedazos de sangre»… y lo fue. Mi Jesús, tu Jesús, fue ensangrentado porque con frecuencia somos infieles. En la oscuridad de la noche, cuando llega la flecha, nos volvemos tan infieles, nos volvemos tan temerosas.
Dejamos que la cinta se reproduzca, cuando la invitación es a que descansemos, permanezcamos y habitemos en la presencia del Dios Altísimo. Las invito a hacer eso. El trabajo está terminado. ¡Descansa en Jesucristo, descansa en la obra consumada de Dios!
¿Sabes por qué comencé con las caminatas de chica santa? Porque soy adicta al trabajo. Entonces, tomar esas caminatas era mi manera de decir: «Voy a salir a caminar. Puede que me lleve una hora, una hora y media caminar. Voy a morar y habitar en Dios mientras hago esto. Y el resto del mundo lo voy a encomendar al Dios Altísimo».
Caminar es mi forma de descansar y quiero contarles lo que pasó. Soy diferente... en cinco semanas. Mis emociones están resueltas. Mis emociones estaban destrozadas hace seis semanas. Estaba asustada, ansiosa y muy, muy cansada y de mal humor.
Duermo por las noches (no todas las noches), pero cuando ese terror me despierta, sé qué palabras decir y me las digo a mí misma. Me hablo a mí misma del Dios Altísimo. Y tengo que hablarles del extra, ¿Quieres saber sobre el resultado extra?
Hace ocho años me lesioné terriblemente la espalda, y este año, sin dormir, esa lesión se estaba volviendo tan aguda que estaba perdiendo habilidades significativamente y tenía dolor crónico. No sabía cómo me iba a ir este fin de semana (hace seis semanas).
Pero de alguna manera, en el transcurso de cinco semanas de caminar y de habitar y morar en el Señor, ¡Él ha sanado mi espalda milagrosamente! ¡El cielo gobierna! ¿Sabes por qué sanó mi espalda? Quizás sea porque estaba caminando, no lo sé. Todas ustedes pueden descubrir la fisiología de eso.
Pero esto sé, fue porque tenía hambre de Cristo que elegí morar en el Dios Altísimo, que recibí un regalo maravilloso del Señor, ¡y estoy muy agradecida por ello! Las invito a experimentar esto: la estabilidad emocional, la paz en su corazón y en su vida.
¿Y sabes cómo se hace eso? Dejas de reproducir la cinta y empiezas a hablar contigo misma y a recordar quién es Dios, ¡y descansas en Él! ¿Qué te parece eso? ¿Cómo necesitas descansar?
Quizás tu casa no tenga por qué ser perfecta. Tal vez, cuando invites a amigos a comer, no tengas que impresionarlos con seis platos. ¡A veces un guisado de tu olla instantánea está bien! Haz espacio en tu corazón y en tu vida para pensar en Dios. ¿Estás haciendo eso?
Escucha, ¿sabes qué? Si eres adicta a tu trabajo, a tu desempeño y a tu perfección, comienza tus caminatas. Aleja los pies del trabajo. Mientras caminas, no te estás alejando de algo, ¡estás caminando hacia el Dios Altísimo!
Solo quiero preguntar, ¿hay alguien que necesita descansar en Cristo hoy? Quiero que tomes un momento conmigo de lo que sea que estés haciendo para orar. Es necesario habitar al amparo del Altísimo, es necesario morar a la sombra del Todopoderoso.
Necesitas dejar de tener fe en tu fe, en tu estudio bíblico, en tu habitar, en tu permanecer. ¡Necesitas comenzar hoy! ¡Comprométete hoy a tener fe en Su fidelidad!
Padre, oro por estas mujeres. Estamos ante ti diciendo: «Padre, creemos tan a menudo la mentira que todo depende de nosotras. Perdónanos, Señor. Es la cinta que suena en nuestra cabeza de: tenemos que hacerlo, tenemos que serlo todo, tenemos que arreglarlo. Señor, perdónanos por eso».
Oro por cada mujer que está aquí en este momento. Sé lo que significa para ella descansar en Ti, pero ¿podrías simplemente hablarle a su corazón e invitarla a la experiencia que acabo de tener contigo estas cinco semanas, caminando contigo? Enséñanos a descansar y reemplazar el mensaje en nuestra mente con la única verdad que realmente necesitamos: ¡que el Cielo gobierna y Tú eres el Dios Altísimo! ¡Amén!
Nancy: Amén. Esa es mi querida amiga y copresentadora de Aviva Nuestros Corazones, Dannah Gresh, orando para que todas bajemos el volumen de los mensajes negativos que suenan en nuestras mentes, esos «pódcasts» negativos, como ella los llama, y en lugar de eso, y habitemos bajo la sombra del Dios Altísimo.
Ese mensaje es de nuestra conferencia Mujer Verdadera reciente. Nuestro tema fue que el Cielo gobierna. Miles de mujeres vinieron a Indianápolis desde todos los Estados Unidos y de todo el mundo para recordar que Dios está a cargo. Él es el Rey. Él es soberano.
«El cielo gobierna» es una frase del capítulo cuatro de Daniel y, a lo largo de los años, ha sido una fuente de gran aliento y ayuda para mí. También es el título de un libro que escribí: El cielo gobierna: ten valor, toma consuelo, nuestro Dios tiene el control.
Si has escuchado Aviva Nuestros Corazones durante los últimos años, hemos hablado mucho de que El Cielo gobierna. Pero hasta este mes no hemos mencionado la nueva guía de discusión que acompaña a ese libro. Esto está diseñado para ayudarte a aprender a creer que el Cielo gobierna y luego a vivir como si fuera realmente cierto, ¡porque lo es!
Y déjame aprovechar para hacerte una pregunta. ¿Alguna vez has sentido que no encuentras las palabras para orar? Sabemos que la oración es vital para nuestra relación con Dios, pero a veces puede parecer una lucha. Orar implica humillarnos, reconocer nuestras necesidades y pedirle a Dios que intervenga. Aún así, ¿quién de nosotras no ha experimentado esos momentos en que las palabras simplemente no fluyen? Ya sea que estemos pidiendo por provisión o intercediendo por un ser querido, a veces la oración se siente más difícil de lo que imaginamos.
Es por eso que queremos presentarte nuestro recurso destacado de este mes: «Cuando no encuentras palabras para orar». Con este libro tendrás a tu alcance docenas de pasajes de las Escrituras que te ayudarán a dirigir tus oraciones en diversas circunstancias y etapas de la vida. Esperamos que este recurso te anime y te inspire a profundizar en una oración basada en la Palabra de Dios.
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Dannah: Invitándote a encontrar libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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