Lo que toda esposa necesita
Débora de Rivera: Según el Dr. Crawford Loritts, tu cercanía con Dios afecta la forma en que te relacionas con tu cónyuge.
Crawford Loritts: La profundidad de la intimidad auténtica en una relación es un reflejo de la profundidad de tu relación con Dios. El matrimonio debe ser la viva y visible biografía de la vida del Salvador en tu historia, porque comunica la verdad sobre Cristo.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge Perdonar», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 9 de diciembre de 2025.
Ayer escuchamos a Crawford y Karen Loritts hablar sobre su libro, «Tu matrimonio hoy y mañana: Cómo hacer que tu relación importe ahora y en las generaciones venideras» (disponible solo en inglés). Hoy están de regreso con Nancy para continuar la conversación. Escuchemos.
Nancy DeMoss …
Débora de Rivera: Según el Dr. Crawford Loritts, tu cercanía con Dios afecta la forma en que te relacionas con tu cónyuge.
Crawford Loritts: La profundidad de la intimidad auténtica en una relación es un reflejo de la profundidad de tu relación con Dios. El matrimonio debe ser la viva y visible biografía de la vida del Salvador en tu historia, porque comunica la verdad sobre Cristo.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge Perdonar», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 9 de diciembre de 2025.
Ayer escuchamos a Crawford y Karen Loritts hablar sobre su libro, «Tu matrimonio hoy y mañana: Cómo hacer que tu relación importe ahora y en las generaciones venideras» (disponible solo en inglés). Hoy están de regreso con Nancy para continuar la conversación. Escuchemos.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Me siento muy emocionada y honrada de tener hoy aquí, en el estudio de Aviva Nuestros Corazones, a mis amigos Crawford y Karen Loritts. Ellos han venido hasta aquí desde Atlanta. De hecho, ustedes dos viajan mucho dando muchas conferencias, así que, ¡estoy muy agradecida de que hayan podido hacer espacio en su agenda para acompañarnos esta semana!
Crawford: Para nosotros es un privilegio. Te agradecemos mucho que nos hayas invitado, ¡así que estamos muy contentos de estar aquí!
Karen Loritts: ¡Así es!
Nancy: Ustedes tienen una historia en su matrimonio que Dios ha escrito en y a través de sus vidas, como resultado de más de cuarenta y siete años de matrimonio, cuatro hijos y once nietos. Y quiero decirles a nuestras oyentes que, si no tuvieron la oportunidad de escuchar el episodio de ayer, quiero animarlas a que visiten AvivaNuestrosCorazones.com y lo escuchen— especialmente si algunas de ustedes vienen de un entorno de relaciones rotas, una familia arruinada o disfuncional.
Te animará mucho escuchar cómo la gracia de Dios puede redimirte y rescatarte de cualquier trasfondo, y cómo tu pasado no tiene que definirte. Puede explicar algunas cosas, pero no tiene que ser una atadura en tu vida.
Entonces, Crawford y Karen, ustedes han escrito este pequeño, pero maravilloso libro que está repleto de verdades suficientes para toda una vida. Y el título del libro es Tu matrimonio hoy y mañana. ¿Podrían compartirnos por qué escogieron ese título?
Crawford: La esencia misma del matrimonio es que fue concebido para tener un impacto en un tiempo que no podemos ver. Y sin entrar en aspectos teológicos, la institución del matrimonio fue dada por Dios como un canal a través del cual la imagen de Dios se transmite de una generación a otra, para reflejar la unidad y la relación de amor que existe en la Trinidad. Esa es la razón por la que Dios dijo: «Hagamos al hombre a Nuestra imagen» (Gn. 1:26).
Así que, la familia debe reflejar la verdad de la Trinidad, y es una manera en que Dios representa, generación tras generación, quién es Él y lo que Él es. Ahora, no es ameno el estar sentado en una sesión de consejería con una pareja joven tratando diversos temas. Pero, pienso que es por ahí donde debemos comenzar.
Esto se debe a que una de las razones por las que los matrimonios se destruyen es porque hemos perdido el «por qué» santo. Si vemos el matrimonio desde esa perspectiva, vemos que tiene un propósito, porque Dios quiere hacer algo en las generaciones venideras.
Y de eso se trata la perseverancia. Anhelar un cambio y ponerle empeño, nos ayuda a tener un «toque extra de energía» en lo que hacemos: resolver problemas, reconciliar diferencias y a hablar la verdad del evangelio como es.
Karen: Me encanta esa expresión, el «por qué santo». Nancy, para ser honesta contigo, cuando me paré en el altar el 22 de mayo de 1971, lo único que sabía era que me iba a casar, que amaba a este hombre, él me amaba a mí, tendríamos hijos y viviríamos felices para siempre.
Incluso, como creyente, no había pensado que mi matrimonio podría tener un impacto más allá de mí. Pero es el diseño de Dios que tengamos un impacto en las futuras generaciones. El subtítulo de nuestro libro: Cómo hacer que tu relación importe ahora y en las generaciones venideras, es el «por qué santo». Me encanta ese subtítulo, ¡bien hecho cariño!
Crawford: No sé de dónde lo saqué, ¡pero gracias!
Nancy: Y el hecho es que, de una manera u otra, cada matrimonio está teniendo un impacto en la generación futura.
Crawford: Sí, bien dicho, Nancy. Y no quiero sonar desagradable al decir esto, pero es tonto decir: «No quiero dejar un legado». Si estás respirando, ¡dejarás un legado, lo quieras o no!
Nancy: Todos dejamos un legado.
Crawford: Ahora, la pregunta apropiada es: «¿Qué clase de legado voy a dejar?».
Nancy: Y podemos ver cómo nuestras vidas han sido influenciadas por el legado que otros nos dejaron.
Karen: ¡Exacto!
Crawford: ¡Por supuesto!
Nancy: Dejamos un legado piadoso o no piadoso. Necesitamos recordar que estamos dejando algo.
Crawford: Así es, y la esperanza en nuestros matrimonios no es que hayamos tenido ejemplos de matrimonios maravillosos y modelos a seguir antes que nosotros. La esperanza en nuestro matrimonio tiene que ver con nuestro concepto de Dios.
Nancy: Exacto.
Crawford: Tiene que ver con nuestro concepto de Dios. No se trata de lo que yo puedo aportar, sino lo que Dios puede hacer cuando me someto y me rindo a Él. Ahí es donde está nuestra esperanza. Todos tenemos desorden, problemas y algunas disfunciones en nuestras vidas, así que, el concepto de Dios que hemos abrazado en nuestra vida, lo es todo.
Si tenemos un buen concepto de Dios y una visión de quién es Él y de lo que es capaz de hacer, entonces esa es la esperanza que nos sostendrá en el futuro.
En el episodio anterior mencioné que mi bisabuelo Pedro era un esclavo. Él no podía leer ni escribir, pero amaba a Cristo y ese fue el punto de inflexión en su vida. Debido a ese amor por Él, Cristo le respondió: «Te voy a mostrar lo que puedo hacer en las generaciones venideras».
Nancy: Así es. Y mientras hablamos, pienso que hay personas que nos están escuchando en este momento y cuyo matrimonio es un desastre. Hay tensión, conflicto, el matrimonio se ha convertido en una carga y no una bendición, y piensan que no hay ningún legado piadoso que puedan dejar. Sin embargo, la palabra que sigues usando es «esperanza».
Crawford: Sí.
Nancy: Pero la esperanza no se encuentra si tu cónyuge hace esto o aquello, ni se encuentra en tu propia historia. Se encuentra en este momento, en el presente: ¿estás dispuesto a decirle «sí» a Cristo, sin importar lo que Él tenga para ti hoy?
Karen: Es una entrega diaria. Recuerdo los primeros días y meses de nuestro matrimonio. Para ser sincera, lloraba en mi almohada porque mi abuela me había dicho que quería mucho a Crawford, mis tías querían mucho a Crawford, mi madre quería mucho a Crawford. Pero siempre me decían, especialmente mi abuela: «Si no funciona, puedes volver a casa». Siempre había una salida.
Nancy: ¡Wow!
Karen: ¿No lo sabías, Crawford?
Crawford: Sí, lo sabía.
Karen: Ellas te amaban.
Crawford: Pero mi papá me decía todo lo contrario.
Karen: ¿Te dijo que no podías volver?
Crawford: Que no podía volver a casa.
Karen: Bueno, mi abuela lo decía porque ninguno de los matrimonios en mi familia había durado. Todos terminaron en divorcio.
Crawford: Sí, así es.
Nancy: Y Karen, ¿alguna vez consideraste seguir ese consejo?
Karen: No, porque me habría avergonzado, ya que era cristiana. Ellos me habrían dicho: «Bueno, Karen, tampoco funcionó para ti. Todos somos iguales». Así que simplemente aguantaba y lloraba en mi almohada cuando no conseguía lo que quería. Pero Dios continuó persiguiéndome.
Crawford: Karen, ese es un punto muy significativo. Una de las cosas que hemos aprendido es que no tenemos un matrimonio perfecto, y nuestros hijos pueden dar testimonio de eso.
Nancy: Pueden contar historias.
Crawford: Historias y más. No somos padres perfectos ni tenemos un matrimonio perfecto, pero una de las cosas que Dios usó fueron esos momentos en los que había conflictos en nuestra relación, cosas en las que no estábamos de acuerdo. Había tensión y no sabíamos qué hacer. Eso nos llevó a ponernos de rodillas ante Dios.
Karen: Así es.
Crawford: Y nos llevó a un punto en el que necesitábamos ayuda, de la misma manera en que alguien necesita escuchar esto hoy.
Karen: Totalmente.
Crawford: A veces estamos tratando de resolver las cosas por nosotros mismos, pero Dios nos dice: «No quiero que lo resuelvas, solo quiero que confíes en mí. Quiero que aceptes el conflicto, que aceptes el quebrantamiento y tus fracasos. Abre la Biblia, ponte de rodillas y busca mi rostro. Ríndete a mí, y dime: —No puedo hacer que esto suceda. Ayúdame, Señor».
Solamente cuando tu orgullo es quebrantado, puedes obtener liberación y ayuda. Si continúas persistiendo en eso y aguantando, no va a funcionar.
Nancy: O si tratas de resolver las cosas por tu cuenta.
Crawford: Así es. Simplemente, no va a funcionar. Y como pastor, veo eso todo el tiempo. Les he dicho a muchas parejas jóvenes: «¿Cuándo van a rendirse? ¿Cuándo se van a rendir? ¡No pueden solucionar esto, solos!».
Nancy: Y no hay palabras más dulces para Dios que cuando le decimos: «¡Ayúdame, Señor!».
Crawford: Exactamente.
Nancy: Señor, te necesito.
Crawford: Así es.
Nancy: No puedo hacer esto sin Ti, Señor.
Crawford: Pienso que ese es el punto aquí. Los cristianos tienen los mismos problemas en sus relaciones que las personas que no son creyentes. La diferencia debería ser que nosotros, los cristianos, nos rendimos al poder que puede cambiar eso.
Nancy: Y a menudo les he dicho a las mujeres: «Cualquier cosa que nos haga necesitar a Dios es una bendición», y eso puede incluir los conflictos en tu matrimonio.
Crawford y Karen: ¡Así es!
Nancy: Y no estoy diciendo que el conflicto sea algo bueno, pero es bueno si te hace necesitar a Dios.
Crawford: Porque es el camino que te lleva a donde necesitas estar.
Nancy: Y Dios derrama gracia sobre los humildes.
Crawford: Amén.
Nancy: No hay nada como nuestras debilidades y nuestros fracasos para hacernos sentir nuestra necesidad de Dios.
Karen: Y aunque tenía excelentes ejemplos a seguir, mujeres que me guiaban, me amaban y estaban ahí, ellas no podían enmendarme. Tuve que rendirme a Dios y pedirle que me recompusiera. Y aunque a veces era muy difícil, Dios no iba a renunciar a mí.
Crawford: No puedo decirte cuántas veces he dicho a lo largo de los años: «Dios, no puedo arreglar esto». Para ser honesto, parte de mi personalidad es que soy uno de aquellos que «soluciona todo». Quiero arreglar las cosas: puedo llamar a alguien, tengo recursos, y podría hacerlo yo mismo o buscar alguna alternativa. Pero, ha habido momentos en los que Dios me ha traído una y otra vez, como esposo y como padre, y en los que, literalmente, he dicho con lágrimas en mi rostro: «¡Dios, no puedo solucionar esto! No puedo hacer nada al respecto».
Es sorprendente la cantidad de veces que he dicho esto y he sentido una paz que inunda mi corazón, como si Dios me dijera: «Ahí es donde quiero que estés».
Karen: Y es un buen lugar para estar.
Crawford: Es totalmente un buen lugar para estar.
Nancy: Estoy leyendo uno de los comentarios que aparece al principio de su libro, escrito por tu hijo Brendon, que es el más pequeño. Él dice:
«Toda mi vida he visto a mis padres vivir literalmente las verdades en este libro. Aunque no son perfectos, hay un profundo deseo de honrar al Señor en todo, especialmente en su matrimonio. En altas y bajas, en las victorias y en los fracasos, su compromiso con el Señor y entre ellos ha marcado mi vida y la de mis hermanos. Estoy agradecido por el legado que nos han modelado y transmitido. A veces desearía que las personas pudieran ver la grandeza en privado, porque eso es lo que yo he presenciado. Gracias, mamá y papá. ¡Los amo mucho!».
Y Karen está aquí a mi lado llorando, y pienso que esto es lo que todo padre y toda madre quiere para sus hijos.
Crawford: Sí, más que cualquier otra cosa.
Nancy: Quieren que vean la gracia, no la perfección.
Crawford: Así es. Y quiero decir esto de la manera correcta: me he parado en estadios llenos de cincuenta, sesenta y setenta mil personas. Hay personas que han dicho cosas agradables sobre mí, pero la mayor bendición en mi vida es ver cómo funciona todo esto en las generaciones venideras. Puedes quitarme todo lo demás.
Nancy: Así es.
Crawford: Fui pastor de una iglesia bastante grande, y realmente es posible prescindir de todas esas cosas. Pero ver la mano de Dios obrando a través de personas imperfectas que han tropezado en su camino hacia la fidelidad, y ver que funciona…prueba que de eso se trata todo.
Y quiero animar a cualquier persona que esté escuchando ahora mismo, y se sienta tentada a rendirse, y abrumada y cansada de todo: Esfuérzate, da un paso más. Confía en Dios, cree en Él, y permite que Él te encuentre en tu necesidad.
La visión es esta: si es la voluntad de Dios, vas a tener nietos y bisnietos. Y no querrás un futuro devastador para ellos solo porque tomaste la decisión de rendirte y no seguir adelante. Puedes tomar una decisión cómoda hoy, pero puede afectar, encarcelar, el futuro de la siguiente generación. Así que no lo hagas.
Busca ayuda, encuentra a alguien con quien puedas hablar, y busca consejería. Abre la Palabra de Dios; confía en Dios. Pero sigue avanzando en el camino de la fidelidad y la obediencia.
Nancy: Y, en última instancia, es la fidelidad de Dios la que nos guarda, ¿no es así?
Crawford: Así es. Continúa, por favor.
Nancy: No se trata de nuestra fidelidad, porque no podemos ser fieles apartadas de Dios. Y una de las cosas prácticas que pueden hacer es obtener recursos como el libro: «Tu matrimonio hoy y mañana», por Crawford y Karen Loritts (que está disponible solo en inglés).
Pienso que, de este libro, uno de los capítulos, o el par de capítulos, que fueron más útiles para mí en la etapa temprana de mi matrimonio, fue sobre los regalos que una esposa necesita de su esposo y los regalos que un esposo necesita de su esposa. Ayer mencioné que si escuchas Aviva Nuestros Corazones regularmente, sería bueno que le pidas a tu esposo que escuche este episodio o esta serie contigo, porque les dará algo de qué hablar y por lo cual orar juntos.
Karen, yo sé que hablas a las esposas en las conferencias dirigidas a los matrimonios. Has discipulado a muchas mujeres jóvenes y esposas, así que tienes una sabiduría muy práctica sobre algunos de los regalos más importantes que una esposa necesita, y pienso que es útil que los esposos escuchen.
Karen: Sí, definitivamente.
Nancy: Ellos también quieren ser buenos esposos, pero no están seguros de cómo hacerlo. Los hombres y las mujeres somos muy diferentes. Venimos de diferentes entornos y tenemos lenguajes de amor distintos. Entonces, cuando les explicas a los hombres, ¿qué es lo que les resulta útil escuchar? ¿Cuál es uno de los regalos importantes que quisieras que los hombres entiendan que pueden darles a sus esposas?
Karen: Bueno, estaba pensando justo en eso. Hay dos de los siete regalos que un esposo puede darle a su esposa. Pero antes quiero mencionar que a las mujeres nos encantan las flores. Crawford era muy bueno regalándome flores y escribiéndome notas. Incluso hoy en día me sigue trayendo flores hermosas, ¡eso me encanta!
Bueno, como decía, hay dos de los siete regalos que aparecen en el libro, que realmente me gustaría destacar. El primero es el regalo del amor incondicional.
El amor incondicional que va más allá del «yo» es realmente útil. Me encanta que en 1.ª Corintios 13, cuando se habla del amor, dice que el amor todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera. El amor es todas esas cosas. Pon tu nombre allí y mira si ese es el tipo de amor que le estás dando a tu esposa: el amor incondicional.
Y Crawford una y otra vez ha venido y me ha demostrado amor incondicional, incluso cuando yo estaba teniendo todas mis crisis. Cuando yo me sentía inadecuada para ser una esposa y una madre piadosa, él me mostraba amor incondicional. Él fue un ejemplo de 1.ª Corintios 13.
El otro regalo importante es el regalo de la comprensión. Este es un gran regalo. Tenemos cuatro hijos. Cuando nuestra última hija se fue a la universidad, yo estaba bien. La llevamos a la universidad en agosto y yo me encontraba bien en septiembre. A mediados de octubre, estaba sentada teniendo mi tiempo devocional. Abrí mi Biblia, y lo siguiente que recuerdo es que mi Biblia estaba mojada porque mis lágrimas la habían empapado. Sentí como si me hubieran quitado mi título de madre cuando nuestra última hija se fue a la universidad. Pasé por una crisis emocional horrible al experimentar el nido vacío.
Nancy: Y alrededor de ese tiempo hablaste en una conferencia de True Woman.
Crawford: Sí, lo recuerdo.
Karen: Sí, fue horrible.
Crawford: Lo recuerdo muy bien.
Karen: Tuve una crisis emocional, pero no podía entender lo que me estaba pasando. Y Crawford, el solucionador, quería arreglarlo. Esposos, vivan con sus esposas de una manera comprensiva. Crawford no podía entenderme, porque yo no me entendía a mí misma.
Crawford: Sí, fue una temporada un poco difícil.
Karen: Fue realmente retadora. Él quería orar conmigo y me leyó las Escrituras. Esposos, escuchen: a veces, no pueden entender a sus esposas ni lo que ellas están atravesando, pero Dios los llama a vivir con ellas de una manera comprensiva y sabia.
Nancy: Y Crawford, tu respuesta a esas circunstancias fue que te sentías diferente a ella sobre el hecho de que tus hijos se habían ido de casa.
Crawford: Sí, yo estaba feliz. Bueno, realmente…
Nancy: Estabas expectante por el futuro.
Crawford: Yo extrañaba a nuestra hija menor, realmente extrañaba a todos mis hijos. Se me salieron las lágrimas cada vez que dejamos a nuestros hijos en la universidad. Pero estaba entusiasmado por esta nueva aventura de ser padres con el nido vacío. Cuando tus hijos están en la universidad, estás viviendo, en cierto sentido, la etapa del nido vacío.
Nancy: Es correcto.
Crawford: Yo estaba emocionado por eso.
Karen: Pero, como esposo, no puedes entender si es que tu esposa está atravesando un período o una temporada de su vida en la que, digamos, está desempeñando su papel de madre, sea lo que sea que eso signifique, o si está pasando por algunos cambios hormonales.
Crawford: Fue una mezcla de ambas cosas.
Karen: Sí, y fue un desastre horrible. Pero Crawford me amó y me comprendió. Él procuraba entenderme dándome tiempo, siendo tierno conmigo y mostrándome aprecio como su posesión más preciada. Él tuvo que dar un paso al frente en eso.
Crawford: Aunque me tomó un poco de tiempo.
Karen: Sí, así fue.
Crawford: Estaba un poco confundido porque las aguas eran un poco turbulentas. Pero, finalmente, llegué al otro lado de la situación y dije: «Esto no es fácil de solucionar, así que me abrocharé el cinturón y haré mi mejor esfuerzo».
Karen: En el libro hay algunas cosas buenas sobre cómo entender realmente a tu esposa. Ese es un buen regalo.
Nancy: Entonces, Karen, antes de que te des cuenta, tus hijas y nueras estarán en una etapa similar, así que, mirando hacia atrás, ¿cuáles son las enseñanzas? Y Crawford, ¿cómo entiendes o vives de manera comprensiva con tu esposa? Y Karen, ¿de qué formas prácticas te comunicaba Crawford su ternura? Hablemos sobre esto.
Y mientras piensan al respecto, quiero decirles que pensé en algo mientras leía acerca ser comprensivos el uno con el otro, que fue uno de sus puntos. Siempre que cumplo años, mi tierno esposo, Robert, celebra la semana de mi cumpleaños.
Crawford: ¡Oh, vaya!
Nancy: Recuerdo que cuando cumplí mis sesenta, me levanté esa mañana y había una hermosa tarjeta en el mostrador de mi baño. Cuando la abrí, salieron mariposas. Robert me ha escuchado hablar acerca de que siempre he querido ser una anciana piadosa. Siempre esperé con ansias envejecer, pero, desde que cumplí los sesenta, me comencé a sentir un poco insegura en cuanto a eso.
Recuerdo que ese día me sentí un poco rara y pensé: ¿Soy anciana? Y puede que algunas de nuestras oyentes sean mayores que yo y se estén riendo ahora mismo. Y bueno, Robert me ha estado escuchando y procurando entender lo que siento. En esa tarjeta de cumpleaños, él me escribió: «Mi preciosa dama, en el umbral de una nueva década». Luego citó un versículo de Apocalipsis 21: «El que está sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas”». Cuando ves la mariposa, piensas en la renovación. «Qué bueno que el Señor te haya traído hasta este momento para su gloria».
Crawford: Amén y amén.
Nancy: Y estoy pensando en esa tierna nota con palabras tiernas y amables, en un momento en que Robert sabía que me sentía un poco dudosa. Pienso que tal vez él estaba evitando que me diera una crisis.
Crawford: Así es.
Nancy: Y puede que haya un momento en el que la crisis no se pueda evitar, pero, aun así, podemos seguir amándonos, entendiéndonos y tratándonos con ternura.
Crawford: Sí, y pienso que la comprensión no es tanto que puedas entender intelectualmente lo que está pasando. Creo que esa es una forma incorrecta de verlo. Pienso que se trata de comprender de corazón, de tener empatía. Y aunque yo no sepa exactamente por qué mi esposa se siente así, no significa que sea irrelevante y no deba importarme.
Nancy: Y no debes ignorar sus sentimientos.
Crawford: Exacto, no debes ignorarlos. Yo tuve que aprender eso. Pienso que la mayoría de los hombres, aunque no debería decir la mayoría, pero un número considerable de nosotros, tristemente lo hacemos de manera natural.
Nancy: Es difícil.
Crawford: Es difícil!
Nancy: Es difícil para nosotras como mujeres, ¡porque nosotras mismas no nos entendemos!
Crawford: Sí, sí, sí, y llegas a ese punto en el que dices: Bueno, aguanta y lo superarás.
Karen: Y esa no es una buena respuesta.
Crawford: No es una buena respuesta para nada.
Karen: Crawford, creo que a lo largo de los años has madurado en cuanto a ser un buen oyente, sabes escuchar en lugar de decir: «Está bien, ya te escuché, ahora vamos a solucionarlo». Como tu esposa, yo necesitaba que no solo me escucharas, sino que no dijeras nada y oraras conmigo para superarlo.
Crawford: Sí, y la verdad es que no tenía que controlar la situación.
Karen: Y eso está bien.
Crawford: Pienso que, a medida que maduras y Dios obra en tu corazón y en tu vida, te das cuenta de que nunca tuviste el control. Entonces ya no tienes que controlar a las personas. No tienes que controlar los resultados. Necesitas apoyar a las personas que amas, estar a su lado y ayudarlas a superar cualquier situación, sin juzgarlas, sin obligarlas a ser como tú o a pensar como tú. En lugar de eso, les muestras empatía.
Nancy: Así es.
Crawford: Y es allí donde el verdadero amor es sacrificial.
Karen: Correcto.
Crawford: No tiene que haber razones lógicas para todas las cosas.
Nancy: Así es. Me gustaría tomar un momento para leer algunos versículos de 1.ª de Corintios capítulo 13. Estoy pensando en un momento al inicio de nuestra ceremonia de bodas, cuando me estaba preparando para caminar por el pasillo desde la parte de atrás de la iglesia. Robert estaba de pie al frente esperándome. Antes de que yo caminara por el pasillo, él recitó 1.ª Corintios 13.
Crawford: Lo recuerdo.
Nancy: Recitó todo el capítulo de memoria.
Karen: Lo hizo muy bien.
Nancy: Sí, así es. Él había estado trabajando en eso, no solo memorizándolo, sino cultivando un corazón para vivir ese tipo de amor y para amarme de esa manera. Me siento muy bendecida y muy agradecida por eso. Voy a leer algunos versículos, y ya seas el esposo o la esposa, hazte la siguiente pregunta: «¿Es así como trato a mi cónyuge?», y no porque necesariamente sientas un gran amor contagioso y efusivo en este momento, pero pregúntate: «¿Es esa la forma como actúo hacia mi cónyuge?».
Entonces, 1.ª Corintios, capítulo 13, a partir del versículo 4. Dice:
«El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante. No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido. El amor no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser» (v. 4-8).
Karen: ¡Me encanta!
Crawford: ¡Amén!
Nancy: Ese es el amor de Dios por nosotros. Ese es el amor que Él quiere infundir en nuestros corazones, en nuestras vidas, en nuestros matrimonios y en nuestras respuestas mutuas en el matrimonio. Y, por supuesto, no se aprende a amar de esa manera en un día, en un año o en una década, sino que es una elección que debemos hacer día tras día, ¿no es cierto?
Crawford: y Karen: Sí.
Crawford: Y debo repetir esto de nuevo: necesitas a Dios para amar de esa manera porque es algo poco común.
Nancy: Sí, es sobrenatural.
Crawford: Es sobrenatural, y esa es la razón por la que he llegado a esa conclusión de que la profundidad de la intimidad en una relación, la intimidad auténtica en una relación, es un reflejo de la profundidad de tu relación con Dios.
Karen: Totalmente.
Nancy: ¡Wow!, eso es muy cierto. Repítelo una vez más.
Crawford: La profundidad de la intimidad auténtica en una relación es un reflejo de la profundidad de tu caminar y relación con el Señor.
Nancy: ¡Amén, así es!
Crawford: Y no puedes evitarlo, porque así lo diseñó Dios. Estas dos cosas nunca estuvieron destinadas a estar aisladas la una de la otra. No puede existir la una sin la otra. No es un simple fundamento, sino que lo permea todo. El matrimonio debe ser la viva y visible biografía de la vida del Salvador en tu historia.
Y eso es lo que el matrimonio está destinado a ser: es santo, transformador, y cambia de un estado de carnalidad a un brillante estado de gloria. El matrimonio comunica la verdad sobre Cristo.
Nancy: ¡Amén! Bueno, continuaremos nuestra conversación mañana aquí en Aviva Nuestros Corazones. Sin importar la etapa en la que te encuentres en tu matrimonio, te animo a que obtengas una copia del libro de Crawford y Karen«Tu matrimonio hoy…y mañana» (disponible solo en inglés). Está lleno de sabiduría práctica, conocimiento, ayuda y honestidad, y todo esto lo comparten desde su propia experiencia.
Gracias por ese valioso recurso, Crawford y Karen, y por no hacernos pensar que han logrado tener un matrimonio perfecto. Sé que ha sido útil para mí, y espero que para muchas de nuestras oyentes también.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado conversando con Crawford y Karen Loritts acerca de glorificar a Dios en el matrimonio. Han estado hablando sobre el libro de Crawford y Karen titulado: «Tu matrimonio hoy y mañana: Haz que tu relación importe ahora y en las generaciones venideras».
Bueno, en el próximo episodio de Aviva Nuestros Corazones, Crawford y Karen Loritts hablarán sobre lo que cada esposo necesita de su esposa. Puedes invitar a tu cónyuge para que venga y escuche contigo. Haz de esto un motivo de oración y conversación, y será un gran estímulo para tu matrimonio, donde sea que se encuentre en este momento. Asegúrate de unirte a nosotras el día de mañana aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Ayudándote a edificar un matrimonio fuerte en Dios, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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