Prepárate para lo que importa
Débora: «Prepárate», es más que un lema; es una necesidad. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Es posible que estemos enfrentando los días más difíciles que jamás hayamos vivido. ¿Has pensado en cómo preparar a tus hijos para el sufrimiento?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Rendición: El corazón en paz con Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 22 de septiembre de 2025.
¿Eres una persona preparada? Quizás seas esa persona en la que tus amigas pueden confiar para pedirte (no sé) curitas, protector solar, toallitas húmedas que tengas en tu bolso, o pañales en tu mochila o en tu auto. O tal vez tengas una amiga así: más como yo, de esas que siempre les falta algo en su bolso.
Bueno, hoy hablaremos de lo que significa estar preparadas, no …
Débora: «Prepárate», es más que un lema; es una necesidad. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Es posible que estemos enfrentando los días más difíciles que jamás hayamos vivido. ¿Has pensado en cómo preparar a tus hijos para el sufrimiento?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Rendición: El corazón en paz con Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 22 de septiembre de 2025.
¿Eres una persona preparada? Quizás seas esa persona en la que tus amigas pueden confiar para pedirte (no sé) curitas, protector solar, toallitas húmedas que tengas en tu bolso, o pañales en tu mochila o en tu auto. O tal vez tengas una amiga así: más como yo, de esas que siempre les falta algo en su bolso.
Bueno, hoy hablaremos de lo que significa estar preparadas, no solo en lo que respecta a objetos físicos, sino también para la vida, especialmente para la eternidad. Nancy continúa con la serie «La mujer que teme al Señor, esa será alabada», basada en Proverbios 31. Si te perdiste los episodios anteriores, puedes leer las transcripciones o escuchar los audios en AvivaNuestrosCorazones.com o en la aplicación Aviva Nuestros Corazones.
Aquí está Nancy.
Nancy: Hoy llegamos al versículo 21 de Proverbios, capítulo 31. Aquí leemos que esta mujer, esta esposa virtuosa y excelente: «no tiene temor de la nieve por los de su casa». Y lo creas o no, en Israel puede nevar. Y realmente no se nos ocurriría pensar que es un lugar donde cae nieve, pero a veces sucede.
«[Esta mujer] no tiene temor de la nieve por los de su casa,
porque todos los de su casa llevan ropa escarlata».
Aquí tenemos a una mujer que planifica con antelación, piensa con previsión y está preparada para que las crisis no la tomen por sorpresa. Ahora, en cierto sentido, podemos exagerar esto, y en otro sentido, no podemos estar realmente preparadas para algunas crisis. Hay cosas que te golpean sin aviso y no hay forma de prepararse para ellas. Pero puedes prepararte en tu corazón, en tu vida y en tu caminar con Dios, para que cuando llegue la crisis, tengas la sabiduría y el entendimiento para saber lo que Dios quiere que hagas cuando te enfrentes a esa situación.
Así que esta mujer está hablando específicamente aquí, literalmente, del frío, del clima. No le causa pánico porque pensó con anticipación y preparó ropa para su familia. Y en el pasaje habla de ropa escarlata. Esta es una imagen de la tinta que se utilizaba para producir el color escarlata, y era una tinta muy cara. Por lo tanto, se trata de ropa de buena calidad. Es costosa, pero ella ha hecho la inversión. Recuerda que ella ha confeccionado esta ropa con sus propias manos.
Ella se ha preparado para que su familia tenga todo lo que necesita cuando llegue el momento de la crisis. Ha anticipado las necesidades de su familia. Ha preparado a su familia para el futuro y lo ha hecho de forma proactiva.
Ella no esperó a despertarse una mañana para encontrar nieve en el suelo para decir: «¿Y ahora qué se van a poner mis hijos este invierno?». Pensó con anticipación; planificó con antelación. Y esta es otra expresión práctica de una mujer que teme al Señor. Escucha, tu relación con Dios afectará cada área de tu vida, incluyendo la manera en que planificas tu agenda, la manera en que piensas por adelantado acerca de la vida.
Aquí se habla de manera literal y evidente en que ella se prepara para que su familia tenga todo lo necesario durante el invierno y la nieve. Y al hacer esos preparativos físicos y literales, ella está reflejando a sus hijos y a su familia el corazón de Dios.
Él es Jehová Jireh, el Dios que provee. Ella está mostrando a su familia cómo es Dios, al proveerles lo que necesitan: la ropa que necesitan para el frío.
Pero hay otro sentido, a modo de aplicación, en el que pienso que este pasaje nos habla a nosotras como mujeres en la era de la gracia. Y es que ella ha pensado con antelación en preparar a su familia no solo para la nieve del invierno en sentido literal, sino también preparar a su familia para el juicio venidero, para las crisis que se avecinan entre ahora y ese Juicio. Ha pensado con antelación, ha planificado, ha orado y ha buscado al Señor para saber cómo puede preparar a su familia para los días que se avecinan.
Es posible que estemos enfrentando (y probablemente lo estamos) los días más difíciles que jamás hayamos vivido. ¿Has pensado en cómo preparar a tus hijos para el sufrimiento? Si no hay arrepentimiento y avivamiento en nuestras naciones, seguramente esto sucederá así. Puede que suceda o no durante la vida de tus hijos, pero debemos preparar a aquellos que amamos para lo que está por venir.
¿Estás preparando a sus hijos para las dificultades y los retos del matrimonio? ¿Los está preparando para saber cómo responder en momentos de pérdida?
Algunos de los mayores crecimientos en tu vida han sido en momentos de adversidad y pérdida. ¿Les evitarás a tus hijos la experiencia que les hará crecer en su camino con el Señor? Van a experimentar adversidades. Van a experimentar el frío y el invierno en sus vidas. ¿Los estás preparando para eso?
Y ¿los está preparando, como dije hace un momento, para el juicio futuro? ¿Para enfrentarse a Cristo? ¿Los está preparando para rendirle cuentas a Dios? ¿Estás orando y confiando en el Señor para que tus hijos, en ese día, sean hallados vestidos con la sangre escarlata y la justicia de Jesucristo? Porque si no lo están, entonces no estarán preparados para la eternidad, y pasarán bajo la ira y el justo juicio de Dios.
Así que, cuando ores como mamá y por aquellos a quienes amas, pregúntale al Señor: «¿Cómo puedo invertir en sus vidas de una manera que les ayude a prepararse para lo que les espera, que les ayude a prepararse para la eternidad?».
Entonces, en este pasaje vemos detalles sobre la ropa que esta mujer prepara para los miembros de su familia. Ya leímos sobre eso. Ahora llegamos al versículo 22, a la primera referencia, y en realidad la única referencia, que encontramos en este capítulo sobre esta mujer haciendo algo para sí misma.
Y, por el contexto, podemos estar seguras de que su motivación es ser una mayor bendición para su familia y para los demás. El versículo 22 dice:
«Se hace mantos para sí;
su ropa es de lino fino y de púrpura».
La Nueva Versión Internacional lo dice así: «Prepara las mantas para su cama». La primera frase del versículo 22 no se refiere a su propia ropa, sino a los artículos que ella confecciona para su casa, específicamente, a las colchas o las mantas. Y a medida que se desarrolla este pasaje, vemos que ella se ha ocupado de las necesidades básicas de su familia: comida y ropa. Ahora se ocupa de la decoración de su hogar y luego entonces de su vestimenta.
Y ese es, más o menos, el orden de prioridades que se desarrolla en este pasaje: la relación con su esposo, por supuesto, es primordial sobre la de sus hijos. Ella ha cubierto las necesidades de alimento y de ropa para su familia; luego entonces piensa en el entorno de su hogar, en la decoración de su hogar. La palabra «mantas» se refiere a los muebles del hogar.
Y pueden ser diferentes tipos de muebles para el hogar: alfombras, colchas, tapicerías, edredones, almohadas, mantas, cortinas, tapices, manteles, individuales, servilletas, toallas, sábanas. Esta mujer hace todas estas cosas para su hogar, porque quiere que su hogar sea un lugar hermoso y un refugio donde su familia sea nutrida, bendecida y cuidada.
Ella es una artista, y una vez más utiliza sus manos para hacer objetos que no solo son funcionales, como la ropa, sino también objetos que son hermosos. Como mujeres, glorificamos a Dios cuando utilizamos nuestras manos. Puede que las hagas tú misma, o puede que las compres. Y no hay pecado en comprar algo si esa es la forma en que Dios te indica que utilices los recursos que Él te ha dado.
Entonces, la idea aquí es que busquemos cómo satisfacer las necesidades funcionales de quienes nos rodean y también cómo hacer que nuestro entorno sea un lugar hermoso y atractivo. Y, lo repito, no hay que llegar a extremos ni pretender que nuestra casa sea admirada por todos los que nos rodean, sino que haya un ambiente cálido, propicio, para el crecimiento espiritual y para ánimo en la vida de los demás.
Luego vemos esta primera y única referencia a su propia vestimenta. Su ropa es de lino fino y púrpura. Y creo que si tomamos este versículo en el contexto de todo el capítulo, queda claro que su vestimenta no es su prioridad número uno. Pero es una prioridad. Es importante, pero no tanto como otras cosas. El tipo de ropa que ella lleva, hecha de lino fino y púrpura, demuestra que esta mujer en particular pertenece a una familia acomodada.
El lino se fabrica a partir de la fibra de la planta de lino. Es una tela de alta calidad la que usa esta mujer, y la púrpura, como hemos dicho, es algo poco común. Es un tinte costoso que en realidad se extrae de los mariscos en cantidades muy pequeñas. Así que ella hace ropa de color escarlata o púrpura era algo que se confeccionaba para la realeza. Y, por supuesto, sabemos que Proverbios 31 son las palabras de un rey que nos está contando lo que su madre le enseñó sobre cómo buscar una novia que llegaría a ser la reina.
Entonces, no hay nada de malo en tener ropa bonita, ropa de buena calidad. Si Dios te la ha provisto y es posible, y es apropiada para la posición y el lugar en la vida que Él te ha dado, esas cosas no son pecaminosas. Lo que sí es pecaminoso es decir que debemos tener ropa cara o buscar ropa cara para ser atractivas. La ropa de diseñador más cara puesta en el cuerpo de una mujer que no tiene un corazón para Dios no puede hacerla hermosa, no verdaderamente hermosa.
Pero habiendo dicho esto, no es pecaminoso ni incorrecto si Dios lo provee y si está dentro de las prioridades que Él ha establecido para tu familia y si el motivo, el propósito, es dar gloria a Dios. Entonces, tener esa ropa que es atractiva y bonita no es un pecado, no es incorrecto, siempre y cuando lo mantengamos en el equilibrio adecuado, en la perspectiva adecuada, y nos demos cuenta de que eso no es lo que nos da nuestra verdadera belleza.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado ayudando a evaluar nuestra vestimenta, nuestra apariencia exterior, basándose en Proverbios 31. También le ha estado recordando a las madres la necesidad de mirar hacia el futuro y proveer para las necesidades de vestimenta de los hijos. Pero todavía más importante, ella les ha recordado a las madres la necesidad de animar a los hijos a vestirse con la justicia de Cristo, y a entrenarlos en los caminos de Dios para ayudarlos a estar preparados para las dificultades futuras.
Ahora escucharemos el ejemplo de una madre que le pide al Señor que la ayude a lograr esto. Erin Davis es madre de cuatro niños y, más que nada, ella desea enseñarles la Palabra de Dios y que abracen el evangelio por sí mismos.
Erin enseñó una serie titulada «Lies boys believe» (Mentiras que los niños creen) en el pódcast en inglés The Deep Well. En episodios anteriores en esta serie, hemos escuchado algunos fragmentos porque encaja muy bien con la serie de enseñanzas de Proverbios 31. Ahora escucharemos a Erin compartir algunas ideas sobre cómo enseñar a la próxima generación la verdad de la Palabra de Dios.
Ella inicia leyendo Mateo 28:18-20.
Erin Davis: «Acercándose Jesús, les dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”».
Nos tomamos muy en serio la evangelización que forma parte de la Gran Comisión, y así debe ser. Las personas que están perdidas necesitan saber que Cristo tiene toda la autoridad del cielo y de la tierra, y que tiene un plan para redimirlas. Las personas que están perdidas necesitan saber esto. Es por eso que decidimos ir, anunciarles el evangelio y bautizarlas para que se conviertan en discípulos de Cristo.
Sin embargo, tendemos a pasar por alto la segunda parte de la Gran Comisión, que es igualmente importante. En el versículo 20, leemos que Cristo dijo: «Enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado».
Enseñar la Palabra no es solo para personas como yo, con un micrófono y un pódcast. No es solo para tu pastor. No es solo para tu maestro de escuela dominical. Si estás en Cristo, estás en misión con Jesús. Y la misión es esta: hacemos discípulos y luego les recordamos una y otra vez los mandamientos de Dios que están sobrenaturalmente preservados para nosotros en la Palabra de Dios.
En otras palabras: habla de ellos cuando estés en tu casa, cuando estés de viaje, cuando te acuestes y cuando te levantes. «Átalos como una señal en tus manos, y llévalos en tu frente. Escríbelos en los postes de tu casa y en tus puertas» (Dt. 6:8-9, parafraseado).
No hay nada nuevo en lo nuevo. Cristo estaba afirmando la estrategia que Moisés le dio al pueblo de Dios en Deuteronomio 6. Y esa todavía sigue siendo la estrategia correcta. Conocemos la Palabra de Dios, la compartimos con los demás y hablamos de ella por dondequiera que vamos.
El conocimiento de la Biblia entre los adultos de los países occidentales va en picada. Es tanto así que muchos lo califican como una crisis. No hace falta decir que el hecho de que los cristianos no lean la Biblia es el equivalente espiritual a un incendio de cinco alarmas.
Por eso existe este pódcast. Quiero ayudarte a conocer y amar toda la Biblia para que puedas ayudar a otros a conocer y amar toda la Biblia, y así puedan ayudar a otros a conocer y amar toda la Biblia. Quiero luchar contra esta tendencia de que muchos de nosotros profesamos a Cristo y no abrimos la Biblia.
Cuando pienso en mis hijos y sus amigos, cuando pienso en tus hijos y sus amigos, me lleno de esperanza y no de miedo.
Hace un tiempo, nuestro hijo mayor, Eli, fue uno de los 115 estudiantes de secundaria que nuestra iglesia envió a un campamento. De hecho, es el mismo campamento donde yo conocí a Cristo a los quince años. Así que el hecho de que mi hijo alcanzara la edad en la que yo entregué mi vida a Cristo y fuera al campamento donde yo entregué mi vida a Jesús fue un gran momento para mí.
A los quince años, volví de ese campamento sin nunca haber leído la Biblia por mí misma, pero con un deseo insaciable de leerla que nunca más ha desaparecido. No podía dejar de leerla, y aún hoy no me canso de leerla.
¿Y sabes qué? Dios hizo lo mismo por mi hijo. Él regresó hambriento de la Biblia. Inmediatamente, formó un grupo pequeño con otros chicos de quince y dieciséis años para reunirse semanalmente, comer en hamburguesas y hablar de la Biblia.
¡Ha sido increíble verlo! Esa semana tuve la fuerte sensación de que Dios iba a actuar, y así fue. Muchos de esos 115 adolescentes de nuestra iglesia entregaron su vida a Cristo por primera vez. Tuvimos que celebrar un servicio de bautismo especial cuando regresaron porque muchos de ellos necesitaban sumergirse en el agua como expresión de su compromiso con Cristo. Además, regresaron con hambre de la Palabra. Ellos quieren estar en la Palabra.
Muchas de nosotras anhelamos ver un avivamiento. Yo anhelo ver un avivamiento. Pero lo que no quiero es que descartemos, ignoremos o pasemos por alto que ese avivamiento ya está ocurriendo en los corazones de muchos jóvenes. Nunca habrá una generación desechable. Nunca habrá una generación que Dios no persiga y en la cual no levante líderes espirituales.
Un estudio de Barna se centró en los adolescentes y en sus hábitos de estudio de la Biblia, y encontró unas cifras interesantes. Dice:
- Seis de cada diez adolescentes tienen una Biblia.
- El 40 % de los adolescentes (esto se refiere a los adolescentes estadounidenses) leen su Biblia al menos cuatro veces al año.
- El 25 % de los adolescentes estadounidenses leen su Biblia semanalmente por su cuenta y no solo en la iglesia.
Y aunque han nacido en la era tecnológica, el estudio reveló que prefieren la Biblia en físico, en papel. ¿Por qué es importante? Porque no se limitan solo a hojearla. La absorben. Escriben en ellas. Toman notas. La aplican.
Ahora bien, ¿hay margen de mejora? Por supuesto. Pero hay que celebrar que el 25 % de nuestros adolescentes lean la Biblia semanalmente, porque en realidad es una cifra superior al de los adultos que hacen lo mismo.
No se trata de estadísticas. Se trata de plantar y regar. Si queremos a esos hombres amantes de la verdad, si queremos a esos hombres que han comprometido sus vidas a la Palabra de Dios, y eso se refleja en la forma en que dirigen sus familias, sus comunidades y sus lugares de trabajo, esos hombres amantes de la verdad serán primero niños amantes de la verdad. Tenemos que formarlos hoy para ese mañana con el que soñamos para ellos.
Y creo que Dios, puede usar nuestros errores como padres, para evitar que nuestros hijos los repitan en un futuro. La advertencia de Dios es que los errores que cometemos hoy se pueden repetir en la siguiente generación.
Vi una reflexión interesante (creo que fue en las redes sociales) sobre cómo una familia se aleja de Cristo en tres generaciones.
Y la idea principal era esta: una generación no le da prioridad a asistir a la iglesia. Ahora bien, ¿es la iglesia lo que nos salva? Absolutamente no. Pero la iglesia es el medio que Dios nos ha dado, para que podamos vivir en esa realidad de Deuteronomio 6, donde constantemente nos recordamos unos a otros la verdad.
Entonces, cuando una generación decide que ir a la iglesia no es tan importante, siguen yendo, pero lo hacen cuando les conviene.
Luego, para la siguiente generación, como esto no era una prioridad en la generación de sus padres, entonces no van en absoluto. Y la mentalidad que suele imperar es: «Ya creo en Dios, así que no tengo que ir a la iglesia». Pensar así da pie a que la comunidad cristiana se convierta en algo que no forma parte de tu vida en lo absoluto.
Y luego, para la tercera generación, ya no solo la iglesia ni las Escrituras lo que deja de importarles, sino que Dios ya no forma parte de la vida familiar. Y todo esto sucede en solo tres generaciones.
Ahora, ¿siempre sucede así? No. ¡Dios es un Dios redentor! Hoy en día hay muchas personas en la iglesia cuyos padres no asistían a ella. Pero, lo repito, la advertencia de Dios es que lo que sucede en esta generación puede repetirse en la siguiente. Esa es parte de la razón por la que creó nuestras familias. Ese modelo también obra para bien.
El diseño de Dios también es que nuestros hogares sean las primeras aulas de nuestros hijos. Mi madre fue mi primera maestra, ¡y qué maestra!
Es en nuestros hogares donde se enseñan y se adquieren por primera vez las cosmovisiones y los hábitos que luego se transmiten.
Así que, al considerar tu papel esencial en la enseñanza de la próxima generación para que se deleite en la Palabra de Dios, aquí tienes algunas preguntas para reflexionar que no son retóricas. Me gustaría que realmente te enfrentaras a ellas. Y mientras las escribía, yo misma me sentí confrontada por ellas. Aquí vamos:
¿Leer la Biblia es tu hábito diario? ¿Está tu salvación ligada a tu plan de lectura de la Biblia? Por supuesto que no. No hay un cuadro con pegatinas en el cielo. Dios no está allá arriba poniendo estrellitas y fijándose cuando te saltas un día. Pero la Palabra es lo que Dios te ha dado para mantenerte firme en la verdad. ¡La necesitas! La necesitas tanto como el desayuno, y probablemente más.
Entonces, en este momento, no en etapas anteriores de tu caminar en la fe: ¿es la lectura de la Biblia tu hábito diario? ¿O eres inconsistente? Nuestros hijos nos observan. Y si ven que el estudio de la Biblia es algo que fácilmente se deja de lado cuando la vida se pone estresante, ellos lo notan.
¿Tus hijos te ven leyendo la Biblia? En ocasiones, esto es algo que simplemente debemos hacer para dar el ejemplo. Sin duda, es importante decir esto sobre el tiempo que pasas a solas con el Señor sin que nadie te vea: cuando lees tu Biblia, es un momento entre tú y el Señor. Pero si tus hijos nunca te ven con la Biblia abierta, si no saben cómo encajas el estudio de la Biblia en tu vida, entonces no tienen una referencia para entender cómo deben encajarlo en la suya.
¿Hay maneras en las que puedes infundir intencionalmente la Palabra de Dios en tu vida diaria? Deuteronomio 6 es nuestro ejemplo. Es decir, a las imágenes que colgamos en nuestras paredes. Si vinieras hoy a la granja Davis, no verías los versículos debajo de la pintura y debajo del suelo, sino que verías versículos en nuestras paredes. Es así intencionalmente.
Cuando era profesora de Historia en una escuela secundaria, cubría mi aula con artículos y titulares de periódicos. La idea era que, incluso cuando mis alumnos se aburrían y dejaban de prestarme atención, y sus ojos se desviaban hacia otro lugar, siguieran absorbiendo algo de historia.
Tengo el mismo sistema y el mismo enfoque en mi hogar. Espero que, en cualquier habitación donde se encuentren mis hijos, sus ojos no se alejen mucho de la Palabra de Dios. Es incluso la conversación en la mesa durante la cena. Con eso me refiero a que de todas maneras vamos a conversar mientras cenamos. No somos muy constantes en esto, pero ha habido ocasiones en las que leemos un proverbio al día durante el desayuno. Es algo muy sencillo y no toma mucho tiempo. Pero es una manera de infundir la Palabra de Dios en nuestras vidas.
Ahora quiero hablarte un poco sobre la rutina antes de ir a dormir. Nuestra casa es una granja antigua. Hay dos dormitorios arriba con un baño en el medio. Dividimos a nuestra familia en los pequeños y los grandes. Los grandes están en una mitad y los pequeños en la otra.
Nuestra rutina antes de ir a dormir nos toma mucho tiempo porque siempre intento leerles buenos libros. Ahora mismo los pequeños y yo estamos leyendo «Las Crónicas de Narnia», lo mismo que hice con los grandes. Siempre intento leerles las Escrituras, y su papá está ahí con nosotros mientras lo hacemos.
A los más grandes les estoy leyendo un libro de béisbol porque les encanta el béisbol, y yo estoy leyendo el libro de Santiago.
Pero no quiero que pienses que mis hijos se sientan tranquilos en sus camas, con las manos juntas y haciendo preguntas. No, no es así. Pero confío en que escuchar la Palabra noche tras noche, semana tras semana, año tras año, dará sus frutos.
Débora: Si quieres escuchar más de las enseñanzas de Erin Davis, visita ReviveOurHearts.com, haz clic en «podcast» y luego en The Deep Well.
Como ministerio, ofrecemos diferentes pódcasts para mujeres en todas las etapas de la vida gracias a las oyentes que creen en este ministerio y desean compartirlo con otras. Si te identificas con nuestra misión, ¿considerarías hacer una donación? Al hacer tu donación este mes de septiembre, tienes la oportunidad de adquirir nuestro recurso digital destacado del mes, «Retrato Bíblico de la Mujer». El subtítulo de este recurso es: «Descubriendo y viviendo el plan de Dios para nuestras vidas». Es un folleto de Nancy que habla sobre cómo deleitarse en el diseño de Dios para las mujeres. Creo que será de mucha bendición para tu vida.
Para hacer tu donación, visita AvivaNuestrosCorazones.com. ¡Tu apoyo, amada, significa mucho mientras llamamos a las mujeres a libertad, plenitud y abundancia en Cristo!
¿No sería maravilloso vivir sin temor? Proverbios 31 habla de una mujer que ríe sin temor al futuro. Nancy te mostrará cómo tú también puedes vivir así. ¡Te esperamos en el próximo episodio aquí, en Aviva Nuestros Corazones!
Llamando a las mujeres a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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