¿Un molde anticuado o un ejemplo que aviva tu fe?
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth tiene algunas preguntas importantes.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿De dónde sacas tus ideas sobre la feminidad? ¿Quién le ha dado forma a tu estándar de lo que es la belleza? ¿Has sido moldeada por el mundo o por la Palabra de Dios?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Retrato bíblico de la mujer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 11 de septiembre de 2025.
Esta semana, Nancy nos ha guiado a través de los primeros versículos del capítulo 31 de Proverbios y ha estado abordando varios temas prácticos, como el valor de enseñar a los hijos y si los cristianos pueden consumir alcohol con moderación o no.
Pero cuando la mayoría de nosotras escuchamos «Proverbios 31», en realidad pensamos en los versículos 10-31 que nos hablan sobre la conocida «mujer …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth tiene algunas preguntas importantes.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿De dónde sacas tus ideas sobre la feminidad? ¿Quién le ha dado forma a tu estándar de lo que es la belleza? ¿Has sido moldeada por el mundo o por la Palabra de Dios?
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Retrato bíblico de la mujer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 11 de septiembre de 2025.
Esta semana, Nancy nos ha guiado a través de los primeros versículos del capítulo 31 de Proverbios y ha estado abordando varios temas prácticos, como el valor de enseñar a los hijos y si los cristianos pueden consumir alcohol con moderación o no.
Pero cuando la mayoría de nosotras escuchamos «Proverbios 31», en realidad pensamos en los versículos 10-31 que nos hablan sobre la conocida «mujer virtuosa».
Durante las próximas semanas, conoceremos mejor a esta mujer de Proverbios 31. Para empezar, Nancy nos leerá Proverbios 31, de los versículos 10 al 31. Escuchemos.
Nancy:
«Mujer hacendosa, ¿quién la hallará?
Su valor supera en mucho al de las joyas.
En ella confía el corazón de su marido,
Y no carecerá de ganancias.
Ella le trae bien y no mal
Todos los días de su vida.
Busca lana y lino,
Y con agrado trabaja con sus manos.
Es como las naves de mercader,
Trae su alimento de lejos.
También se levanta cuando aún es de noche,
Y da alimento a los de su casa
Y tarea a sus doncellas.
Evalúa un campo y lo compra;
Con sus ganancias planta una viña.
Ella se ciñe de fuerza
Y fortalece sus brazos.
Nota que su ganancia es buena,
No se apaga de noche su lámpara.
Extiende sus manos a la rueca,
Y sus manos toman el huso.
Extiende su mano al pobre,
Y alarga sus manos al necesitado.
No tiene temor de la nieve por los de su casa,
Porque todos los de su casa llevan ropa escarlata.
Se hace mantos para sí;
Su ropa es de lino fino y de púrpura.
Su marido es conocido en las puertas de la ciudad,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas de lino y las vende,
Y provee cinturones a los mercaderes.
Fuerza y dignidad son su vestidura,
Y sonríe al futuro.
Abre su boca con sabiduría, [y esta es la primera vez que se menciona que ella habla en este pasaje]
Y hay enseñanza de bondad en su lengua.
Ella vigila la marcha de su casa,
Y no come el pan de la ociosidad.
Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, [esta es su recompensa]
También su marido, y la alaba diciendo:
“Muchas mujeres han obrado con nobleza,
Pero tú las superas a todas”.
Engañosa es la gracia y vana la belleza,
Pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada.
Denle el fruto de sus manos,
Y que sus obras la alaben en las puertas de la ciudad».
Débora: Al escuchar a Nancy leer estos versículos de Proverbios 31, ¿qué emociones te invadieron? Si tus pensamientos fueron confusos o incluso negativos, Nancy te dice: «No estás sola».
Nancy: Estaba leyendo un artículo sobre Proverbios 31, y la escritora decía: «¿La mujer de Proverbios 31 tiene nombre? Pienso que se llama: “La Señora que te pone los nervios de punta” o, “La Señora que no tiene amigos porque es perfecta”. El artículo se titulaba «Ahí viene ella otra vez». Esta mujer continuó explicando por qué se sentía tan intimidada por esta mujer de Proverbios 31.
Bueno, y si todas somos honestas, cuando leemos o escuchamos acerca de la mujer de Proverbios 31, seguramente tenemos emociones mezcladas. De hecho, cuando les dije a las mujeres que iba a enseñar esta serie, en algunos momentos recibí miradas escépticas y negativas, como los ojos en blanco, suspiros. En realidad, me sorprende que algunas de ustedes hayan venido aquí esta mañana; tal vez fue porque no sabían de qué íbamos a hablar. Escucho, y yo misma he pensado, algunas de estas palabras con relación a esta mujer.
La palabra «cansada» me viene a la mente mientras leo este capítulo, y ya conoces el pasaje que habla una y otra vez de todas las cosas que hace esta mujer. Ella se levanta temprano por la mañana, se queda despierta hasta tarde por la noche, se esfuerza al máximo y está tan ocupada.
Puedes leer este pasaje y sentirte cansada. Si no te sentías cansada antes de leerlo, ¡te sentirás cansada después de leerlo!
Otra palabra que me viene a la mente es la palabra «abrumada». ¿Cómo hacía todo eso en su época sin la tecnología que tenemos hoy en día? Es fácil sentirse derrotada o fracasada. Es fácil mirar este modelo, esta imagen de una mujer virtuosa, y pensar: «¡Esto es imposible!». Y luego el siguiente pensamiento es: «Creo que será mejor que me dé por vencida. Nunca podré ser este tipo de mujer». Así que tenemos sentimientos de comparación y sentimientos de culpa.
Y no es de extrañar que no recibas una respuesta entusiasta de las mujeres cuando escuchas que habrá un programa o un nuevo libro sobre Proverbios 31. De hecho, tengo que confesarles que, cuando era joven, esta mujer realmente no me gustaba.
Es muy hogareña y muy capaz en algunas áreas en las que yo siento que tengo muchas carencias.
De hecho, mi padre nos animó a lo largo de los años a leer un capítulo de Proverbios todos los días. El libro de Proverbios tiene 31 capítulos. Entonces, de esta manera, puedes leer todo el libro en un mes. Recuerdo que me alegraba porque la mayoría de los meses no tienen 31 días. Creo que el año tiene unos cinco meses con menos de 31 días. Así que, en ese entonces, no tenía que leer Proverbios 31 todos los meses.
Pero quiero decirte algo: a lo largo de los años, e incluso más recientemente, en las últimas semanas mientras me preparaba para esta serie, he aprendido a amar a esta mujer. Y creo que tú también aprenderás a amarla. Así que, te pido que tengas paciencia, porque pienso que terminarás con un gran sentido de aliento y agradecimiento a Dios por haber puesto este capítulo en la Biblia para ayudarnos a convertirnos en las mujeres que Él quiere que seamos.
Y también te pido, no solo que perseveres con esta larga serie sobre Proverbios 31, sino más que eso, que aceptes el reto de 31 días y leas los 31 versículos de este capítulo todos los días, durante los próximos 31 días.
Algunas de ustedes ya han comenzado a hacerlo; lo hicieron junto con nosotras a principios de semana cuando las retamos con esto. Entonces, dondequiera que estés, ya sea continuando o recién empezando hoy, te reto a que, durante los próximos 31 días, leas Proverbios 31 todos los días y anotes en tu diario personal lo que el Señor te muestre por medio de Su Espíritu al abrir este pasaje.
Y quiero continuar compartiendo contigo lo que Dios me ha estado enseñando, y sé que Él te mostrará, de manera individual y a medida que leas este pasaje, cosas que yo no he captado y de las que no me he dado cuenta. Luego, observa cómo eso se aplica a tu vida y cómo Dios te está cambiando a través del poder de Su Palabra.
Proverbios 31 no es simplemente un lindo poema inspirador que ponemos en un tapiz y lo bordamos con hilo y aguja. Ahora, es bonito, pero es más que eso, es la Palabra de Dios. Y quiero decirte que durante las últimas semanas, mientras he estado meditando y sumergiéndome en este pasaje, deteniéndome en él, Dios ha estado haciendo una obra fresca y santificadora de gracia en mi propio corazón.
Eso es lo que la Palabra hace por nosotras: nos libera y nos quita las cargas. Este pasaje ha estado animando mi corazón en un peregrinaje hacia la semejanza a Cristo.
Así que vamos a tomarnos nuestro tiempo, como ya lo hemos hecho con los primeros nueve versículos. Ahora, mientras retomamos el versículo 10, el retrato de la mujer virtuosa, no vamos a apresurarnos con este pasaje. No puedo decirte exactamente cuántos episodios tomará, así que terminaremos cuando terminemos.
Aun anoche, mientras me iba a dormir, apagué la luz y estuve meditando sobre este pasaje. Dios me estaba dando nuevas perspectivas, y pensé: Será mejor detenerme aquí y enseñar lo que tengo hasta ahora, o será una serie que durará todo un año.
Si tienes tiempo para hojear revistas femeninas para ver cómo es una mujer hermosa, un hogar hermoso, o un matrimonio hermoso, quiero retarte a que, durante el próximo mes, dejes de mirar esas revistas. Guárdalas en otro lado. Y no estoy diciendo que sean necesariamente pecaminosas o malas, sino que son lo que este mundo tiene para ofrecer en términos de una imagen de belleza.
En lugar de eso, toma esta imagen. Matthew Henry llamó a esta imagen de Proverbios 31, el espejo en el que toda mujer debería mirarse mientras se viste. Así que toma esta imagen y examínala, pasa tiempo estudiándola y luego pregúntate: «¿De dónde estoy sacando mi imagen de lo que significa ser mujer?». ¿De dónde estás sacando tus ideas sobre la feminidad? ¿Quién dio forma a tu estándar de lo que es la belleza? ¿Fue moldeado por el mundo o ha sido moldeado por la Palabra de Dios?
La visión y el corazón de Aviva Nuestros Corazones es que Dios use este ministerio, junto con otros, para levantar una nueva generación de mujeres que se miren en este espejo, en el espejo de la Palabra de Dios y digan: «Este será mi estándar. Este será mi ideal. Esto es lo que, por la gracia de Dios, permitiré que sea el modelo para mi vida», y luego, ser mujeres que puedan enseñar a sus hijas y a sus hijos, tal como este pasaje enseña.
En estos últimos días hemos visto que estas son las palabras de un rey recordando lo que su madre le enseñó cuando era un joven príncipe. Ella le enseñó las cualidades que debía buscar en una esposa y le dijo: «Es importante que pienses con quién te vas a casar. Vas a vivir con esa persona durante mucho tiempo y ella va a moldear y dar forma a tu vida para bien o para mal. Así que asegúrate de buscar una esposa que tenga este tipo de cualidades».
Estoy segura de que esta madre también oró para que estas fueran las cualidades que su hijo buscara en una esposa. Asegúrate de enseñarles a tus hijos con tu ejemplo, y también con tu instrucción, qué tipo de cualidades buscar en una esposa.
Hace poco estuve con unas amigas que me contaron que cuando su hija, de unos veintitantos años, trajo a casa al joven que le interesaba (y quien finalmente se convirtió en su esposo), estos padres, Tom y Jeannie, dijeron: «Hemos estado orando durante veintitantos años por el futuro esposo de nuestra hija, mucho antes de conocerlo. Habíamos estado orando por este joven y cuando lo conocimos, no es de extrañar que supiéramos que él era el indicado. Supimos que era el indicado porque habíamos estado orando por él todos estos años». ¡Qué gran ejemplo de estos padres!
Ahora, a modo de instrucción a esta sección de Proverbios 31 (y algunas de ustedes ya deben saberlo), los versículos 10 al 31 forman un poema acróstico. Hay veintidós versículos, comenzando en el versículo 10, y cada uno de estos versículos comienza con una letra consecutiva del alfabeto hebreo. El alfabeto hebreo tiene 22 letras. En español podríamos decir que es el ABC de la mujer piadosa.
Quizás esta madre instruyó a su hijo de esta manera para ayudarlo a recordar lo que ella le enseñó. Madres, busquen formas creativas de ayudar a sus hijos a recordar lo que le han enseñado. Esta mujer lo hizo de esta manera: «La A significa esto… B significa esto otro… C significa esto… Hijo mío, cada una de estas letras es una cualidad de lo que es una mujer piadosa».
Ahora, cuando leemos este pasaje, es fácil centrarnos en todas las cosas que hace esta mujer, todas las habilidades que posee, todos sus logros y sus éxitos. Pero te puedo decir que ese no es el corazón de este pasaje.
El corazón de este pasaje es el corazón de esta mujer y su relación con Dios. Y de esa relación con el Señor fluyen todas las cosas que ella hace. Es una imagen de su carácter, su conducta, sus prioridades, sus valores, su rutina diaria, su matrimonio y su vida familiar. Y todo eso fluye del hecho de que ella es una mujer que tiene reverencia por Dios.
Y esa reverencia por Dios es la esencia de quién es ella; la esencia de su ser; aquello que la define y lo que se expresa en todas las diferentes maneras que veremos cuando comencemos a profundizar en este pasaje. Una mujer virtuosa, excelente y noble, ¿quién la puede hallar?
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth no ha terminado. Volveremos a la introducción de la mujer de Proverbios 31. Pero antes de que Nancy regrese, permíteme mencionar un folleto que Nancy escribió, titulado Retrato bíblico de la mujer. El concepto de la feminidad bíblica ha sido objeto de críticas y a veces eso se debe a que la gente no entiende lo que dice la Palabra de Dios al respecto, o porque las personas introducen opiniones humanas sobre el tema sin consultar la Palabra de Dios.
Por eso es importante saber lo que dice realmente la Biblia sobre el diseño de Dios para nosotras como mujeres. Queremos animarte a que obtengas una copia de este folleto Retrato bíblico de la mujer, visitando AvivaNuestrosCorazones.com
Ahora, volvamos con Nancy. Ella continúa ayudándonos a conocer a la esposa de carácter noble que se encuentra en Proverbios 31. A medida que hemos estado conociendo a esta mujer hoy, ¿te has hecho alguna pregunta?
Nancy: Mientras leo este pasaje, puede que tengas estos pensamientos recurrentes: ¡Esto es muy difícil! ¡Esto es realmente imposible! ¿Quién puede imaginar una mujer como esta? Bueno, es precisamente eso mismo lo que dice al comienzo del pasaje: «¿Quién puede encontrar una mujer como esta? Es realmente rara» (parafraseado).
En cierto sentido, la mujer de la que acabamos de leer es un retrato compuesto por la feminidad ideal. Sin embargo, hay otro sentido en el que creo que esta puede ser una mujer real. Y si esta mujer es real, si la madre del rey Lemuel estaba describiendo a una mujer que realmente conocía, tal vez era una abuela, o simplemente alguien a quien estaba usando como ejemplo para plasmar en esta imagen, puedes estar segura de varias cosas sobre esa mujer. Y son cosas, que no están en el texto.
Ahora, si ella es una mujer real, como lo somos nosotras, entonces también puedes estar segura de que hay varias cosas que son ciertas de ella. Cosas que ella desearía que fueran diferentes en su esposo, porque él tiene debilidades, se equivoca y ella también. Probablemente, hay días en los que ella desearía estar soltera en lugar de casada. Esto también es una parte de la mujer de Proverbios 31 que no leemos en el pasaje.
Y otra cosa que también es parte de la mujer de Proverbios 31, y que no leemos en el pasaje, es que ella tiene dificultades en su matrimonio, y a veces, ella y su esposo no pueden comunicarse entre sí. En ocasiones, él no se comunica en absoluto y tampoco tiene idea de lo que ella está tratando de comunicarle.
Obviamente, al leer este pasaje, te das cuenta de que ellos enfrentan el problema de estar ocupados. ¿Cuándo tienen tiempo para conectarse entre sí? Tienen diferencias. Son incompatibles.
Y hay algo más que puedo asegurarte sobre esta mujer: a veces ella se siente poco apreciada por todos sus esfuerzos. Hay momentos en los que nadie le dice: «Gracias. Realmente aprecio lo que has hecho». Hay momentos en los que ella se siente tentada a envidiar a las mujeres que están en otra etapa, en una etapa diferente de la vida.
Escucha una cosa más sobre ella: probablemente a veces se siente como un verdadero fracaso. Y lo que quiero decir con esto es que los demás pueden ver y apreciar cosas en ella que ella no puede ver en sí misma.
Mientras preparaba este estudio, algunas mujeres me dijeron: «No soy para nada como esa mujer». Miré a algunas de esas mujeres, pensé y les dije: «Pienso que sí lo eres. Veo en ti, y en otras mujeres, muchas de estas cualidades». Y esto describe lo que algunas mujeres están haciendo en sus vidas; mujeres que conozco. Ellas están cuidando a sus esposos, a sus hijos, a sus hogares, y las cosas de Dios. Eso es lo que están haciendo, pero a menudo sienten que lo hacen de manera imperfecta, como lo hacemos todas, y como lo hizo esta mujer.
Y eso es lo que nos hace apreciar la gracia de Dios. Hay cosas que son ciertas en tu vida, si estás caminando con Dios, que no puedes ver ni apreciar, pero que otros ven y admiran en ti de la misma manera en que lo estamos haciendo con esta mujer de Proverbios 31.
Puedo decirte que a veces esta mujer siente ganas de darse por vencida. Se pregunta si vale la pena todo el esfuerzo que pone en su familia y en su hogar. En ocasiones se siente abrumada por todo lo que tiene que hacer, tal como nosotras nos sentimos a menudo. Hay momentos en los que está agotada y siente que no puede dar un paso más. A veces está exhausta, como nos pasa a nosotras.
Si se trata de una mujer real, ella tiene un ciclo menstrual y hormonas. Y esas hormonas cambian y le provocan ataques en momentos de su vida.
En última instancia, ella tiene que lidiar con los problemas reales de ser mujer en este mundo caído. Ella no es esta mujer perfecta que idealizamos y que sale de las páginas de las Escrituras y que es ajena a la realidad, sino que ella se enfrenta a los mismos problemas que nosotras. Tiene momentos espirituales de sequía, momentos en los que parece que Dios está muy lejos de ella.
Esta mujer tiene un carácter virtuoso y tiene una relación íntima con Dios y con su esposo, pero déjame decirte que ella no llegó allí de la noche a la mañana y aún no ha llegado a la meta. Ella es una mujer en proceso. Es una mujer que está creciendo, y que, como la mayoría de nosotras, a menudo se encuentra dando tres pasos hacia delante y dos hacia atrás.
La madurez espiritual no se trata del punto en el que te encuentras, sino de la dirección en la que te diriges. Esta es una mujer que está en proceso y que está avanzando en la dirección correcta.
Entonces, ser una mujer virtuosa no significa que no tenga las mismas luchas y desafíos que todas tenemos como mujeres.
Quiero hacer dos afirmaciones que probablemente repetiré muchas veces a lo largo de esta serie, porque quiero que esto penetre en la fibra de tu pensamiento. En primer lugar, ninguna mujer puede ser como la mujer de la que leemos en Proverbios 31, porque es un estándar imposible de alcanzar para cualquier ser humano. Por ti misma no puedes, y por mí misma tampoco puedo, ser como esta mujer. Cualquier cosa que intentemos hacer por nuestra cuenta en nuestro propio esfuerzo y empeño, no es la justicia de Dios. No es agradable ni aceptable para Dios.
La única forma en que podemos agradar a Dios es a través de la justicia de Cristo, a través de Su excelencia. Él es el único que ha estado a la altura del estándar de santidad de Dios. Entonces, esta es la primera afirmación: ninguna mujer por sí sola puede ser como esta mujer.
Y ahora, esta es la segunda afirmación, y puede sonar como lo opuesto, aunque es igualmente cierta: cualquier mujer que sea hija de Dios puede ser como esta mujer. Cualquier mujer que sea hija de Dios puede ser como esta mujer, porque Cristo vive en ella; Cristo vive en ti. Él es quien cumple la justicia de Dios. Así que, al estar llenas del Espíritu Santo, tú y yo podemos ser mujeres virtuosas y excelentes.
Lo más sobresaliente de esta mujer no son todas las cosas que puede hacer, sino su corazón, como ya hemos dicho. Son sus prioridades y sus valores.
Hay tres conclusiones que me vienen a la mente de este pasaje. Solo voy a mencionarlas y luego regresaremos a ellas a lo largo de esta serie. En primer lugar, está el hecho de que esta mujer teme al Señor. Ella es una mujer que reverencia a Dios y eso es más importante que todo lo demás que hace.
Y como mencionamos anteriormente, todo lo que ella hace fluye de esta reverencia a Dios. Ella busca agradar al Señor en todo y eso es lo más importante. No pierdas esto de vista cuando te quedes estancada en esas cosas sobre ella, cuando dice que busca lana y lino y trabaja con sus manos, cuando no se va a dormir por la noche y se levanta temprano en la mañana. No te pierdas en todos esos detalles de tal manera que olvides el panorama general: una mujer que reverencia a Dios. Tú puedes reverenciar a Dios.
Muchas de las mujeres que conozco personalmente, reverencian al Señor. Tienen un corazón, tienen hambre, por Él. Por eso están aquí. Por eso están escuchando esto. Ellas quieren ser mujeres de Dios y eso es lo esencial en todo este tema.
Aunque esta palabra exacta no se usa en este pasaje, veo que esta es una mujer que ama. Ella tiene el fruto del Espíritu en su vida, que es el amor; un amor que es gozoso, pacífico, paciente, amable, bueno, fiel, manso y autocontrolado. Y todas estas cualidades sobre las que vamos a leer, son el fruto del Espíritu. Esta es una mujer que ama a Dios, ama a su esposo y ama a sus hijos. Y el fruto de ese amor se ve en todas estas cualidades diferentes.
Ella es también una mujer que tiene un corazón de sierva. Al leer este pasaje, me sorprende que ella sea completamente desinteresada. Apenas hay referencias a que haga algo por sí misma. Nuestra cultura nos diría: «Eso la convierte en una mujer miserable». Pero, al leer todo el pasaje, ¿te pareció que eso es ser una mujer miserable? Esta es una mujer que tiene gozo. El mundo nos ha vendido una imagen engañosa y nos ha dicho que si nos preocupamos solo por nosotras mismas, entonces seremos felices.
Pero cuando miramos a todas esas mujeres que solamente se preocupan por ellas mismas, ¿crees que son realmente felices? Las mujeres que son verdaderamente felices, son aquellas que viven para Dios y sirven a los demás. Así que, ya sea que estés casada o soltera, seas joven o anciana, quiero que te sientas animada al estudiar este retrato, esta imagen de la mujer virtuosa. Tú puedes convertirte en una mujer excelente, como la mujer que vemos en este pasaje.
Y lo repito: no puedes llegar a ser esa mujer por ti misma. Sin Cristo nunca podrás ser virtuosa o excelente. Pero a través del poder del Espíritu Santo que mora en nosotras, el evangelio de Cristo, podemos ser transformadas un día a la vez, una experiencia a la vez, un paso a la vez, a la semejanza de Cristo.
El día llegará en que seremos como esta mujer. Así que, ¡anímate! Da el siguiente paso, deja que Dios te cambie y nos convierta a cada una de nosotras, en este tipo de mujer.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth nos recuerda nuestra esperanza: gracias a lo que Cristo ha hecho, podemos estar completamente en paz con Dios y Él puede ayudarnos a convertirnos exactamente en las mujeres que Él quiere que seamos.
Ese mensaje es parte de la serie sobre Proverbios 31 titulada, «La mujer que teme al Señor, esa será alabada». Si te perdiste alguno de los episodios hasta ahora, puedes ponerte al día en la aplicación Aviva Nuestros Corazones o escuchándolo en AvivaNuestrosCorazones.com.
El día de mañana, Nancy regresará con más información sobre esta esposa de carácter noble. Espero que comiences a verla no como un ideal imposible, sino como alguien en quien Cristo quiere convertirte. Hablaremos más sobre eso en el próximo episodio.
¡Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones!
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