Una frase poderosa
Dannah Gresh: Según el pastor Scott Patty, hay una corta, pero poderosa frase, que puede impactar cada aspecto de tu vida.
Scott Patty: La persona que está en Cristo hace todo en el nombre del Señor, y eso hace nuevo todo lo que hacemos; y no solo eso, sino en cierto grado, lo hace mejor y totalmente nuevo. Y ese gran principio, «en el nombre del Señor», se aplica a nosotros, sin importar cuál sea nuestro contexto cultural.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazonescon Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 1 de octubre de 2025.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Estoy muy agradecida de tener hoy con nosotras a Dannah Gresh en el programa. Dannah y yo somos parte de un pequeño grupo de amigas, y compartimos con frecuencia nuestras propias experiencias con el Señor, nuestras vidas y ministerios; pero también …
Dannah Gresh: Según el pastor Scott Patty, hay una corta, pero poderosa frase, que puede impactar cada aspecto de tu vida.
Scott Patty: La persona que está en Cristo hace todo en el nombre del Señor, y eso hace nuevo todo lo que hacemos; y no solo eso, sino en cierto grado, lo hace mejor y totalmente nuevo. Y ese gran principio, «en el nombre del Señor», se aplica a nosotros, sin importar cuál sea nuestro contexto cultural.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazonescon Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 1 de octubre de 2025.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Estoy muy agradecida de tener hoy con nosotras a Dannah Gresh en el programa. Dannah y yo somos parte de un pequeño grupo de amigas, y compartimos con frecuencia nuestras propias experiencias con el Señor, nuestras vidas y ministerios; pero también hablamos acerca de muchos de los asuntos que las mujeres están enfrentando hoy.
Y una de las cosas de las que hemos estado hablando mucho últimamente, es todo este tema del abuso, el dolor que muchas mujeres están sintiendo en sus corazones, y sobre todo el concepto de sumisión bíblica frente a este tema. Y para muchas mujeres, la palabra sumisión automáticamente, implica abuso.
Dannah: Como si fuera una invitación al abuso.
Nancy: Exactamente. Y por eso hemos estado hablando sobre estos temas y sobre cómo servir bien a las mujeres y a la vez ser fieles a las Escrituras y, al mismo tiempo, mostrar sensibilidad hacia las mujeres con problemas difíciles que enfrentan, o han enfrentado, en la vida.
Hace poco, una de las mujeres de ese grupo me envió un mensaje de texto y me dijo: «Tienes que escuchar el mensaje que mi pastor predicó el domingo por la mañana en nuestra iglesia». Y Dannah y yo tuvimos la oportunidad de escucharlo.
Él predicó sobre la carta a los Colosenses y llegó a uno de esos puntos difíciles en los que surgen estas preguntas. Nuestro amigo pastor sintió que había hecho un buen trabajo al abordar algunos de estos temas, y yo estuve de acuerdo cuando tuve la oportunidad de escucharlo. Así que estoy muy agradecida de que hoy podamos compartir ese mensaje con nuestras oyentes.
Dannah: Totalmente. Creo que la sumisión es un concepto que a menudo se malinterpreta, y él lo aborda con claridad. Realmente lo entendí de una manera nueva.
Una de las cosas que él mencionó es la cuadrícula con la que debemos definir la sumisión. Y la pregunta que me hice mientras lo escuchaba enseñar fue: Mucha gente se pregunta: ¿Es todo lo que implica el concepto de sumisión un tema obsoleto? Pues, no encaja con los tiempos en que vivimos.
Nancy: Creo que las personas ni siquiera se preguntan eso. Simplemente asumen que es anticuado, que es un concepto pasado de moda para nuestros tiempos.
Dannah: Sí, seguramente.
Nancy: Y el hecho es que gran parte de lo que las Escrituras dicen nunca estuvo de moda. Nunca estuvo de moda. Los caminos de Dios siempre han sido diferentes a los nuestros, y, sin embargo, tenemos que considerarlos a través de la perspectiva de un Dios sabio, amoroso y bueno, cuyos caminos son hermosos.
Así que, creo que este pastor hace un gran trabajo al ayudarnos a no imponer nuestra cultura a las Escrituras, sino a tomar las Escrituras y preguntarnos: «¿Cómo deberían iluminar la forma en que vemos cada aspecto de nuestras vidas como creyentes?».
Dannah: Mhm, bien dicho, Nancy.
Scott Patty es el pastor fundador de la iglesia Grace Community en Nashville, Tennessee. Él tiene un blog que se llama: «Words of Grace».
Nancy: Y Dannah, antes de escuchar este mensaje, creo que sería una buena idea pedir al Espíritu Santo que toque nuestros corazones y nos dé oídos para escuchar, y corazones para recibir lo que Él nos quiere decir hoy a través de Su Palabra.
Dannah: Esa es una buena idea.
Nancy: ¿Podrías orar por nosotras?
Dannah: Sí, claro que sí.
Señor Jesús, al disponer nuestros corazones para aprender, no necesariamente del pastor Scott Patty, sino de Tu Palabra y de Tu enseñanza inspirada, pienso en las mujeres a las que estoy aconsejando y que están pasando por situaciones realmente dolorosas. Señor, te pido por aquellas mujeres en particular que han sido heridas, que Tú las sanes con tu Palabra, porque Tu Palabra está viva y activa, y siempre trae plenitud y libertad.
Señor, protege sus corazones. Y Padre, trae a nuestras mentes una mayor comprensión sobre la sumisión para que no seamos formadas por la cultura, sino que usemos Tu Palabra para influenciar en la cultura.
Acompáñanos ahora mientras aprendemos, en el nombre de Jesús pedimos esto, amén.
Nancy: Amén y amén.
Scott: Hoy, en el libro de Colosenses, vamos a ver cómo una pequeña frase: «en el nombre del Señor Jesús» cambia todo.
Así que, pongámonos de pie en honor a la Palabra de Dios. Voy a leer Colosenses 3, comenzando en el versículo 17:
«Y todo lo que hagan, de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre.
Mujeres, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a sus mujeres y no sean ásperos con ellas. Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es agradable al Señor.Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten.Siervos, obedezcan en todo a sus amos en la tierra, no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor.
Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirven. Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas.
Amos, traten con justicia y equidad a sus siervos, sabiendo que ustedes también tienen un Señor en el cielo» (Col. 3:17-4:1).
Esta es la Palabra de Dios para nosotros hoy. Pueden sentarse.
La frase: «en el nombre del Señor Jesús», es una frase que los cristianos dicen al final de sus oraciones. A veces las personas lo hacen así porque creen que eso les garantiza una respuesta.
Pero, en realidad, cuando oramos «en el nombre del Señor Jesús», estamos reconociendo algo. Estamos reconociendo que Cristo nos representa delante de Dios, y que es Cristo Jesús quien abrió la puerta a la gracia de Dios al destruir la barrera del pecado en la cruz y la resurrección. Y por eso decimos: «En el nombre del Señor Jesús, estoy aquí por lo que Cristo ha hecho».
Y también decimos «en el nombre del Señor Jesús» cuando oramos, porque Dios nos ordenó orar así. Cristo nos dio la autoridad para orar en Su nombre, así que, cuando estamos delante de Dios y le pedimos, le estamos diciendo: «Nos acercamos en el nombre de Jesús, porque Él nos dijo que estuviéramos aquí, Padre, pidiéndote por estas cosas».
Oramos por lo que Jesús quiere, cuando oramos en Su nombre. Por lo tanto, Cristo, el Señor Jesús, transforma totalmente nuestras oraciones, porque las estamos orando en Su nombre.
Ahora, piensa en lo que significaría para nosotros vivir en el nombre del Señor Jesús. Hacer todo lo que hacemos en el nombre del Señor Jesús, no solo orar, sino vivir de esta manera.
El punto central de este pasaje que acabamos de leer es que Cristo transforma nuestras oraciones y todo lo que hacemos, cuando oramos en Su nombre. Y aunque no entiendas el versículo 18, lo más importante en este pasaje, es que las cosas que hacemos son transformadas cuando las hacemos en el nombre del Señor Jesús.
Aquellos que han resucitado con Cristo, hacen todas las cosas en el nombre del Señor Jesús y así todo es transformado para Su gloria, y hecho para Él, lo cual hace que todo sea diferente; pero no solo diferente en cierto grado, sino completamente nuevo.
Vivir como cristiano no es solo vivir la vida en mayor grado que otras personas. Vivir como cristiano y hacerlo en el nombre de Jesús, es vivir una clase de vida totalmente nueva. Y todo lo que hacemos puede ser considerado nuevo porque está hecho en Su nombre, y no simplemente solo un poco mejor de lo que sería sin Cristo, sino algo totalmente nuevo en Cristo.
Esa frase de Colosenses 3, versículo 17, «En el nombre del Señor Jesús», es la clave que revela y abre la puerta de todo este pasaje sobre los cónyuges, los hijos y los padres, los siervos y los amos.
Hay muchos retos culturales en este pasaje. Parte del reto es entender lo que estaba sucediendo en la cultura del primer siglo, especialmente, cuando leemos sobre los siervos y los amos.
Y otro reto para nosotros es que nos basamos en nuestra cultura, la miramos y asumimos que es correcta. Luego, leemos el pasaje y cuestionamos el pasaje, basándonos en nuestra cultura, y usándola como la clave para entender el pasaje.
Tristemente, hacer eso nos llevará, no solo a cuestionar lo que está en el pasaje, sino a cuestionar si es cierto o no, si es relevante o no, y tal vez, incluso condenar lo que el pasaje está diciendo y lo que Pablo está diciendo.
Si fuera por nosotros, lo cuestionaríamos empezando con nuestra propia cultura, en nuestra propia época, y al leer lo que Pablo dice aquí acerca de los esposos y las esposas, pondríamos en duda toda la idea de la relación entre marido y mujer, porque incluye la palabra sumisión. Esa palabra nos parece algo anticuada.
Lo leemos en el contexto del primer siglo, y por eso podríamos decir: «Bueno, eso pasó hace 2,000 años, y ahora que tenemos más conocimiento, hemos sido iluminados en cuanto a la sumisión. Por eso, ya no aplica en la relación de esposos».
En última instancia, lo cuestionaríamos y podríamos incluso rechazarlo, o podríamos cuestionar todo el concepto de matrimonio.
Hay muchos estudios que están mostrando, que la idea de contraer matrimonio está perdiendo influencia e importancia en nuestra cultura. Así que, si tomáramos nuestra cultura de hoy, diríamos: «¿Por qué está hablando de esposos y esposas? ¿Por qué no habla de unión libre?».
Si la base de nuestro argumento sobre este pasaje fuera nuestra cultura, no entenderíamos el concepto de que el matrimonio solo debe incluir un hombre y una mujer; marido y mujer. Probablemente, lo rechazaríamos, o peor aún, lo condenaríamos.
Y acerca de los padres y los hijos también cuestionaríamos todo el concepto de la obediencia diciendo: «¿Qué es eso?», ya que cada vez más y más hijos aprenden a ser expresivos, individualistas y desafiantes. Hoy en día, tratamos a los niños como si ellos pudieran tomar decisiones adultas con respecto a sus propios cuerpos.
Cada vez más padres simplemente tienen miedo de sus propios hijos. Necesitan tanto la aceptación de sus hijos que no quieren contrariarlos. Antes se decía que los hijos no debían contrariar a los padres. Ahora se dice que los padres no deben contrariar a sus hijos. O tal vez estamos viendo en nuestra cultura que a veces el Estado asume más y más responsabilidad en la formación de nuestros hijos.
Entonces, dado este contexto cultural, ¿cómo podríamos leer algo así y esperar que los niños obedezcan a sus padres? De hecho, si partimos de nuestra situación actual, estaríamos desafiando el texto.
Y luego vemos toda esta sección sobre la relación entre esclavos y amos. Eso nos pone muy incómodos, porque en los EE. UU. tenemos una historia de esclavitud. Si nos basáramos en la historia de nuestro país, con esa institución de esclavitud inhumana y violenta, que esclavizaba a las personas, entonces simplemente no leeríamos este texto, y lo condenaríamos diciendo: «Pablo no sabía de lo que estaba hablando».
Al leerlo desde nuestro punto de vista, este texto está, en el mejor de los casos, desactualizado y posiblemente esté perpetuando los males de nuestra sociedad.
Si partimos de nuestra cultura como clave para entender y aplicar este pasaje, entonces tendremos que descartarlo por completo, o pasaremos nuestro tiempo tratando de justificarlo, preocupándonos por cómo podemos lograr que la gente acepte lo que se enseña en este pasaje.
Así que, para justificar el pasaje, podríamos intentar demostrar que: «El matrimonio, el esposo y la esposa, y la sumisión en el liderazgo, son conceptos realmente buenos para todos en general, y es conforme al diseño de Dios. Así que todo el mundo debería hacer esto».
Bueno, eso es cierto, en parte, pero el pasaje trata de algo más profundo. Trata acerca de aquellos que han sido resucitados con Cristo a quienes no solo les dice cómo vivir, sino que les habla de las realidades de su corazón. O, si nos ponemos nerviosos, porque tal vez las personas no lo acepten, justificaremos el pasaje para mostrar cómo la relación esclavo/amo del primer siglo es muy diferente a la esclavitud que hubo en nuestro país.
Y eso es ciertamente importante, pero hay mucho más sucediendo aquí, mientras Pablo escribe a los cristianos. Él está escribiendo a la Iglesia que tiene nueva vida en Cristo, por lo que necesitamos saber cómo esto se aplica a nuestros corazones.
Ahora, la comprensión cultural es importante, y vamos a examinar algo de eso hoy, porque necesitamos conocer la cultura del primer siglo para entender este pasaje y ver las formas en que se aplica y no se aplica a nosotros.
El problema de usar nuestra cultura como el punto de partida, o la clave para entender esto, es que nuestra cultura se convierte en un argumento, ya sea a favor o en contra del mismo pasaje. Y eso nos llevaría a decir: «El texto nos muestra algunas estructuras culturales importantes que son mejores para nosotros y que todo el mundo debería aceptar».
O, por otro lado, podría llevarnos a decir: «Este texto ya no se aplica a nosotros porque es anticuado». Pero eso sería perder el sentido del pasaje.
Lo que quiero decir hoy es que la clave para entender este pasaje, el sentido de este pasaje, está en el pasaje mismo. Está en el texto mismo. No está en la cultura en la que vivimos. La clave para entender este texto de las Escrituras está en este texto de las Escrituras, en el versículo 17: «Háganlo todo en el nombre del Señor Jesús».
Versículo 18: «…como conviene en el Señor».
Versículo 20: «…porque esto es agradable al Señor».
Versículos 22 al 24: «Temiendo al Señor…como para el Señor…Es a Cristo el Señor a quien sirven».
Colosenses capítulo 4, versículo 1: «…sabiendo que ustedes también tienen un Señor en el cielo».
La persona en Cristo hace todo en el nombre del Señor, para el Señor, complaciendo al Señor, temiendo al Señor, como para el Señor. Eso hace que todo lo que hacemos sea nuevo, no solo mejor en grado, sino que lo hace completamente nuevo. Y ese principio rector, «en el nombre del Señor», se aplica a nosotros sin importar nuestro contexto cultural.
Así que, todo lo que he dicho hasta ahora, fue solo la introducción.
Hay tres relaciones sociales en este pasaje. Todas bajo el mismo techo. Por eso es que se le llama la regla de la casa, o la norma de la casa: esposo y esposa; padres e hijos; siervos y amos. Todos están bajo el mismo techo.
Pablo menciona esto específicamente porque representa todas las relaciones que tenemos. En todos los lugares donde vivimos, hacemos todo en el nombre del Señor Jesús, lo cual marca la diferencia.
Veamos la primera relación: el matrimonio. En los versículos 18 y 19 dice: «Mujeres, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor».
Ahora, esa pequeña frase: «en el Señor», es la clave. De hecho, nos dice que nunca debemos leer el versículo 18 sin antes leer el versículo 17, porque sin ese versículo 17, no tenemos la clave. «Mujeres, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor».
Es el Señor Jesús en la esposa lo que la motiva a someterse a su esposo. En Cristo, la mujer casada, deja su vieja naturaleza y se reviste de la nueva para someterse a su esposo.
Ahora hablemos sobre la sumisión. La sujeción es de la esposa al esposo, no de la mujer a todo hombre. La idea de que las mujeres tienen que sujetarse a todos los hombres no es bíblica. Puede que sea un concepto cultural en algunos lugares, pero no es bíblica. La Biblia nos da una verdad específica en este pasaje: la sumisión es de la esposa a su esposo.
Y puesto que menciona que la mujer se sujete a su marido, entonces la sujeción es parte integral de la relación de esposos. La esposa contribuye con la sujeción como parte integral. La sujeción es un servicio para él.
El esposo tendrá que rendir cuentas. Él tiene una responsabilidad delante de Dios de servir y proteger a esa familia. Así que, la sujeción de una esposa es simplemente cooperar con su esposo, mientras él cumple con la responsabilidad que tiene delante de Dios. La sujeción consiste en ayudarlo a él, a llevar a cabo su rol.
Otro aspecto de la sujeción es que es voluntaria. En Cristo, la esposa elige la sujeción. En ninguna parte dice que el esposo debe obligar a su esposa para que se someta. Esa es una idea cultural, tal vez no es nuestra, sino de otras culturas pasadas.
Hay algunas culturas en otras partes del mundo donde el esposo obliga a su esposa a someterse. Esa no es una idea bíblica. La sujeción es voluntaria.
La sujeción es condicional. Ninguna sumisión entre seres humanos es absoluta. La única sumisión absoluta es de una persona a Cristo. Por eso, debemos comprender que la sujeción tiene condiciones.
Ahora, yo no acostumbro a predicar sobre los titulares de las noticias y tampoco me considero un comentarista cultural, ya que no discuto los asuntos de la semana. Yo simplemente oro por eso, y tengo mis opiniones, pero no predico sobre eso.
Pero resulta que el texto de esta semana, «Mujeres, estén sujetas a sus maridos», y las noticias titulares en la comunidad cristiana están alineadas. Así que tengo que hablar de esto, porque ahora mismo, en la comunidad cristiana, hay una gran discusión, o una de ellas por lo menos, sobre el trato de las mujeres en sujeción, particularmente en el hogar.
Como ya mencioné, la sujeción tiene sus condiciones. Las esposas no se deben someter al abuso de un esposo. Ni ninguna mujer se debe someter al abuso de ningún hombre. Sal de ahí. Huye. Busca ayuda y acude a las personas apropiadas.
El llamado a la sumisión aquí no es en una situación de abuso. El contexto de esta sumisión, en Colosenses 3, es donde hay un esposo cariñoso con su esposa y no es áspero con ella. Él es tierno. Es lo opuesto al abuso. Entonces, Pablo no está llamando a las mujeres o a las esposas a que se sometan a ningún tipo de abuso.
Y probablemente debo decir, que si tú no tienes esto muy claro, hombre o mujer que me escuchas, si no tienes claro lo que es el abuso, entonces necesitas preguntarle a alguien que tenga la sabiduría para decirte qué es. Y digo esto porque a veces las personas que están en una situación de abuso creen que ellas tienen la culpa o que eso es normal, y eso hace que permanezcan en una situación de abuso. Así que, no hagas eso. Si no tienes eso claro, ve y pregúntale a alguien.
Volviendo a Pablo, si esta sujeción es la norma, si es la ley de la naturaleza, como decían los estoicos en los días de Pablo, entonces esta sujeción se acata como una regla, pero no habrá amor en la esposa ni será un servicio a su esposo.
Es «en el Señor», y como tal, será hecha como un acto de servicio y un acto de amor para el esposo que está tratando de cumplir lo mejor que puede con sus responsabilidades en el hogar. Y, como puedes ver, esto hace que sea un tipo de sujeción totalmente diferente.
Si es el tipo de sujeción estoica, arcaica y estás tratando de acatarla un poco mejor que ellos, entonces es lo mismo de siempre, solo que un poco mejor. Pero cuando es en Cristo, es de corazón, es un acto de servicio, y es un tipo de sujeción totalmente diferente.
Dannah: ¡Guau! El pastor Scott Patty nos ayudó a entender lo que significa la Palabra de Dios cuando dice que la esposa debe sujetarse a su esposo.
Y, Nancy, realmente siento la urgencia de hacer una pausa aquí y recordarles a las mujeres que escuchan, que la sujeción es algo seguro en el contexto de un esposo amoroso que da su vida por su esposa. Es algo seguro.
Y si eso no es lo que estás experimentando, queremos animarte a que sigas el consejo del pastor Scott Patty. No lo hagas sola. Busca ayuda. Cuenta tu historia. Cuéntasela a alguien. Acude a personas de confianza en tu iglesia. Quizá incluso tengas que acudir a las autoridades correspondientes para obtener la ayuda que necesitas.
Nancy: Así es. Realmente nos necesitamos unas a otras. Y ambas hemos visto a muchas mujeres hundidas en temporadas de confusión o crisis, sin saber qué hacer y tratando de hacerlo solas. Y eso no es algo seguro.
Dannah: No. La experiencia cristiana es una experiencia comunitaria. Y esa es una de las razones por las cuales, el movimiento de Mujer Verdadera ha sido tan importante para mí como una hermana en Cristo. He visto a muchas mujeres asistir en persona a un evento de Mujer Verdadera, o participar en la transmisión en directo, para escuchar los mensajes, profundizar en las Escrituras y adorar al Señor, encontrando el valor para contar una historia en la cual ellas necesitan ayuda.
Nancy: Y pasar por un proceso de sanidad, para encontrar gracia.
Dannah: Así es.
Y bueno, amadas, eso fue todo por el episodio de hoy.Esperamos que nos acompañen de nuevo mañana para escuchar la conclusión del mensaje del pastor Scott Patty. Si te preguntas cómo esta pequeña, pero poderosa frase, «en el nombre del Señor», afecta a la relación entre padres e hijos, únete a nosotras mañana en Aviva Nuestros Corazones. ¡Te esperamos!
Escudriñando las Escrituras juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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