Día 254 | Daniel 10 – 12
Si algo aprendemos de Daniel, aparte de su fidelidad, integridad y coraje, es su vida de oración. Desde que llegó a Babilonia, oraba tres veces al día con la mirada hacia Jerusalén, como vimos anteriormente en el capítulo 6:10. Oró junto a sus amigos para interpretar el sueño de Nabucodonosor. Cuando recibía las interpretaciones, irrumpía en adoración, alababa delante de los reyes. Era reconocido porque en él «moraba el espíritu de los dioses santos», lo que equivale a tener comunión con el ser Supremo. En el pasaje 7:28 lo vemos meditar y guardar en su corazón la visión de las bestias que tanto le turbaron.
¿Qué hacemos ante situaciones perturbadoras? Orar y orar. Me imagino a Daniel orando una y otra vez a su Señor, como vimos en el capítulo anterior.
Una revelación personal
Hoy, en el capítulo 10, se nos detalla la visión que recibe Daniel …
Si algo aprendemos de Daniel, aparte de su fidelidad, integridad y coraje, es su vida de oración. Desde que llegó a Babilonia, oraba tres veces al día con la mirada hacia Jerusalén, como vimos anteriormente en el capítulo 6:10. Oró junto a sus amigos para interpretar el sueño de Nabucodonosor. Cuando recibía las interpretaciones, irrumpía en adoración, alababa delante de los reyes. Era reconocido porque en él «moraba el espíritu de los dioses santos», lo que equivale a tener comunión con el ser Supremo. En el pasaje 7:28 lo vemos meditar y guardar en su corazón la visión de las bestias que tanto le turbaron.
¿Qué hacemos ante situaciones perturbadoras? Orar y orar. Me imagino a Daniel orando una y otra vez a su Señor, como vimos en el capítulo anterior.
Una revelación personal
Hoy, en el capítulo 10, se nos detalla la visión que recibe Daniel junto al río. Ciro estaba en su tercer año de reinado. Para ese entonces ya muchos judíos habían regresado a Israel. Corrían muchos rumores de grupos opositores que impedían la reconstrucción del templo y las murallas. Quizás esta era la preocupación que consumía a Daniel. Debido a la sensibilidad espiritual que le caracterizaba, su aflicción duró tres semanas, en las cuales no comió, ni bebió, ni se ungió… hasta que recibe la visión.
Cuando alza sus ojos, ve a «un hombre vestido de lino, cuya cintura estaba ceñida con un cinturón de oro puro de Ufaz [...] sus ojos eran como antorchas de fuego […] y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud».
Cuando leíste esta porción, quizás recordaste Apocalipsis 1:13-17. En este pasaje se nos relata la visión de Juan, muy similar a la de Daniel, en la cual aparece el Cristo glorificado. La que tiene Daniel es del Cristo pre encarnado. Llama la atención que ambos tienen parecidas reacciones: gran temor y temblor cayó sobre ellos, y se sintieron desfallecer. Y no era para menos, ¡Cristo mismo les hablaba!
El hombre, de nuevo, le reitera dos veces a Daniel que era «muy estimado» (esto nos demuestra qué consolador es nuestro glorioso Señor. Siempre queriendo animar a los Suyos). De inmediato le dice: «No temas, Daniel, porque desde el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido».
Como sabemos, muchas profecías tendrían su cumplimiento a corto y largo tiempo, y apuntaban a sucesos diferentes. En este capítulo vemos la guerra entre Cristo, el capitán del ejército celestial, y las huestes angelicales de las tinieblas, las cuales siempre se oponen a los designios divinos. También se le vuelve a detallar el surgimiento del terrible imperio de Grecia, cuyo proceder ya estaba escrito en el libro de la verdad.
Mientras Daniel oía los detalles, más se acrecentaba su dolor y desfallecía, pero el que era semejante a «Hijo de Hombre»,le toca sus labios enmudecidos; este, asombrado, entabla conversación con el extraordinario Varón celestial, quien con un solo toque fortalece a Daniel diciéndole que no temiera, que se le daba la paz, se esforzara y se alentara.
En el versículo 20 vemos cómo este varón le dice el porqué de su visita: Dios quería que él supiera lo que habría de acontecer en Israel.
- ¿Te entristeces cuando ves la obra de Dios ser estorbada y te alegras cuando avanza?
- ¿Estás creciendo en temor reverente a Dios?
- ¿Eres fortalecida y animada con la Palabra, la verdad que esta contiene y por lo que de ella ya se ha cumplido?
La sensibilidad y el discernimiento espiritual no nacen naturalmente. Hay que desarrollarlos intencionalmente. Daniel «dispuso su corazón» para esto, siempre estaba alerta a la dirección del Señor. Daniel se saturó de la Palabra, de una vida de oración significativa y de una obediencia sin reservas. ¿Dispondrás tu corazón a estas cosas?
Los capítulos 11 y 12 nos recuerdan que, aunque todo lo que vemos a nuestro alrededor sea destrucción, caos o como si el enemigo estuviera ganando, también nos recuerda: «Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados. Los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos comprenderán, pero los entendidos comprenderán. Bienaventurado el que espere».
¿Qué aprendiste de este libro y de Dios?
¿De qué manera cambió tu corazón?
¿Cómo puedes edificar a otras con la buena noticia del evangelio a través del libro de Daniel?
«Los entendidos brillarán como el resplandor del firmamento, y los que guiaron a muchos a la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad». -Daniel 12:3
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la series de podcast.
Únete a la conversación