Largos años de soltería son una tendencia creciente en nuestra cultura. (Ya sea que nos guste o no.) Por una variedad de razones, muchos hombres y mujeres jóvenes no se están casando tan pronto como les gustaría.
Ya que tengo veintiocho y estoy soltera, puedo relacionarme con las luchas, sufrimientos y dificultades que acompañan esos «indeseados» años extra de soltería. No he vivido esos años perfectamente, pero he aprendido varias lecciones valiosas en el camino. Aquí están mis cinco estrategias para vivir con propósito como joven soltera.
1. No veas la soltería como una etapa «intermedia»
Definitivamente ha habido tiempos en mi propia vida en donde he visto estos años de soltería como una etapa que soportar. He visto el matrimonio como las cosas buenas y la soltería como las malas. Quería que la temporada de soltería terminara lo más rápido posible para poder seguir con mi vida y ser una adulta real y con propósito. Gracias a Dios, Él me ha ayudado a ver que la soltería no es una etapa «intermedia» que debo soportar, sino una importante y valiosa temporada de vida, digna de abrazar.
Quiero animarlas, jóvenes solteras, a abrazar esta temporada de vida. Dios te tiene en esta etapa por una razón. No desperdicies estos valiosos años esperando a que llegue el matrimonio. Toma ventaja del tiempo que Dios te ha dado y aprovéchalos al máximo.
2. Sal de tu burbuja de amigas solteras
Tendemos a juntarnos con personas cuyas vidas se vean como las de nosotras. Los adolescentes se juntan con adolescente. Los jóvenes de universidad se juntan con jóvenes de universidad. Los solteros con solteros. Las personas casadas con personas casadas. Las que ya sus hijos se han ido de la casa con las que también tienen su nido vacío. La idea de mezclar los grupos y pasar tiempo con personas en diferentes etapas de la vida se siente incómodo. Sin embargo la Palabra de Dios nos recuerda que tenemos mucho que aprender al cruzar esas fronteras generacionales (Tito 2:1–5).
En lugar de restringir tu círculo de amistades a «solo solteros», intenta mezclar un poco. Pasa tiempo invirtiendo en aquellos más jóvenes que tú. Pasa tiempo con tus abuelos o con las parejas ancianas de tu iglesia. Pasa tiempo con familias jóvenes o parejas que hayan estado casadas por varias décadas. Sal de tu grupo normal de amigos, y comienza a invertir y beneficiarte de aquellos en diferentes etapas a la tuya.
3. Escoge gratitud
En ningún lugar de la Escritura vemos que a las solteras se las da un pase libre para vivir en descontento e ingratitud. Dios nos manda a dar gracias en todas las cosas, a pesar de nuestras circunstancias:
Estad siempre gozosos; orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús. (1 Tes. 5:16–18).
La gratitud es una decisión.
Me encanta como Nancy DeMoss Wolgemuth lo dice en su libro, Sea agradecido:
He aprendido que en cada circunstancia que llega a mi vida, puedo escoger responder en una de dos formas: ¡Puedo quejarme o puedo adorar! Y no puedo adorar sin dar gracias. Sencillamente no es posible. Cuando escogemos el camino de adoración y dar gracias, especialmente en medio de circunstancias difíciles, hay una fragancia, un resplandor, que sale de nuestras vidas para bendecir al Señor y otros.
4. Usa tus años de soltería para la gloria de Dios
Como personas solteras, tenemos un enorme potencial para tener un impacto en el reino de Dios. Típicamente tenemos energía, juventud, flexibilidad y tiempo para ser usados en formas que las personas casadas no pueden. En lugar de torcer nuestros pulgares esperando que llegue el «indicado», vivamos con propósito e intenciones. Tomemos ventaja de esta increíble y única etapa y vivíamos con la eternidad en mente.
Como digo en mi nuevo libro, Girl Defined: God’s Radical Design for Beauty, Femininity and Identity: «Cuando llegue ‘el por siempre’, solo las cosas que hayas hecho para Cristo son las que van a importar verdaderamente».
Escojamos ser mujeres solteras que vivan verdaderamente con eso en mente.
5. Busca oportunidades para servir
Hay tantas necesidades en nuestras Iglesias y comunidades. Hay tantos jóvenes y jovencitas que necesitan ejemplos piadosos. Hay personas ancianas con necesidad de amor y compañerismo. Hay mamás solteras que les pudiera servir ayuda en un millón de formas diferentes. No toma mucho tiempo encontrar una necesidad. Necesitamos comenzar a buscar activamente oportunidades para servir. En lugar de esperar a que Dios traiga oportunidades a nuestra puerta, podemos hacer el esfuerzo de amar y servir a aquellos a quien Dios ha puesto a nuestro alrededor.
Estoy desafiándolas a vivir con propósito e intención durante esta etapa. Decide vivir cada día para la gloria de Dios.
Únete a la conversación