Esperanza para la esposa de pastor que se siente agotada

La primera vez que conocí a mi esposo, me impresionó su amor por Dios, pero me sorprendió el tamaño de la hebilla de su cinturón. Habiendo vivido la mayor parte de mi vida en entornos urbanos, desconocía la cultura vaquera en la que él estaba inmerso. Pronto me casaría con aquel hombre y descubriría que mi vida hasta entonces no me había preparado para el rol de esposa de un granjero. No tenía ni idea de si nuestro grano estaba «certificado» ni de que era mala idea llevar sandalias a una feria de ganado. Tres años más tarde, mi esposo se sintió llamado a plantar una iglesia. Ahora tenía el privilegio de pasar a otro rol: esposa de pastor.

En su mayor parte, me ha encantado estar casada con mi esposo pastor. Pero como la mayoría de las esposas de pastores que han servido junto a sus esposos durante temporadas de intenso trabajo ministerial, a veces he sentido un cansancio en mis huesos. Durante temporadas particularmente difíciles, las exigencias del ministerio pueden hacer que la esposa de un pastor se sienta abrumada, agotada y sin alegría ni energía. ¿Tal vez tú has experimentado algo similar?

Si queremos perseverar en nuestra fe, es esencial que encontremos esperanza en medio del cansancio. No me refiero a una esperanza aleatoria y caprichosa basada únicamente en un optimismo ingenuo. Me refiero a una esperanza sólida y concreta, anclada en la obra definitiva de Cristo en la cruz. Esto es cierto para todos los creyentes, pero hoy escribo para las esposas de los pastores que pueden tener dificultades para encontrar esperanza. Tal vez tu esposo esté en las trincheras de una intensa temporada de ministerio o en medio de una controversia. Si su vida parece ser como una olla a presión que necesita desesperadamente desahogarse, tal vez sea hora de hacer un cambio. En tiempos de cansancio, no debemos tener miedo de darle a nuestro día una forma que fortalezca nuestro gozo en el Señor.

Encuentra un espacio en tu día a día

A veces necesitamos reducir al mínimo nuestras tareas de voluntariado y nuestras listas de cosas por hacer, aun a riesgo de defraudar a la gente. Lucharemos por perseverar hasta que tengamos espacio en nuestras vidas para estar en comunión con Cristo y promover el bienestar de nuestras familias.

A veces las esposas de los pastores crean expectativas sobrehumanas. Tal vez sea porque sentimos que la gente siempre nos está observando o tal vez sea porque no queremos ser el engranaje que funciona mal en la rueda del ministerio de nuestro esposo. Pero poner altas expectativas en nosotras mismas para la productividad del ministerio no siempre es sabio (¡o humilde!) porque niega las limitaciones humanas que Dios ha puesto en nuestras vidas. La verdad es que necesitamos suficiente espacio en nuestras vidas para permitirnos descansar y refrescarnos en el Señor. Al igual que una página escrita a máquina deja espacio en blanco alrededor del borde, necesitamos margen en nuestras vidas para no saturar la página y descuidar las cosas que más importan. Esto es especialmente cierto cuando pasamos por pruebas ministeriales.

Regar para ser regado

La búsqueda de la santidad no es algo que se haga de forma aislada. Nos beneficiamos del tiempo a solas con Dios, pero no debemos subestimar la santificación que se produce cuando interactuamos con la fe de los demás. Proverbios 11:25 dice: «El alma generosa será prosperada, y el que riega será también regado». Cuando animamos a nuestros esposos cansados de la guerra con una conversación espiritual, también somos «regadas» y «enriquecidas». Esto no es necesariamente porque tengamos algo profundo que decir, sino simplemente porque estamos poniendo nuestra mente en las cosas de arriba (Col. 3:2).

Me encanta el ejemplo de Susannah Spurgeon. En su biografía «Susie: La vida y el legado de Susannah Spurgeon», Ray Rhodes Jr. recuerda cómo Susie le leía a su famoso pastor-esposo, Charles Spurgeon, cuando él se deprimía. Empezaba con la poesía de George Herbert y terminaba con la sabiduría de Richard Baxter (a quien llamaba «el pastor del pastor»). Después, se sentaban y discutían estas preciosas verdades. De este modo, tanto ella como Charles se animaban a alabar a Dios y a maravillarse de Su bondad.

Orar como un rayo invertido

A veces nuestro agotamiento puede ser tan grave que nos sentimos demasiado cansadas para animar a nadie. Puede que incluso nos cueste leer la Palabra de Dios o ir a la iglesia los domingos por la mañana. Esto puede ser una bendición disfrazada, porque nos recuerda que no podemos conseguir la santidad a través de la fuerza de voluntad, de la misma manera que no podemos perseverar en la fe a través de la simple valentía.

Cuando nos desilusionamos de nuestra supuesta fuerza, hace que nuestro acceso a Dios sea más precioso. Solo Él tiene el poder de liberar a nuestros seres queridos de las asechanzas del maligno y restaurar la alegría de nuestra salvación. Me encanta cómo el poeta George Herbert describe la oración como un «rayo invertido» en su poema «Oración». Me recuerda que aunque esté acurrucada en posición fetal apenas capaz de susurrar una oración, ¡mi oración resuena como un estruendo en el cielo por el poder de Aquel que escucha y responde!

El secreto para perseverar como esposa de pastor no es realmente un secreto. Es una Persona. Cristo ancla nuestras almas al Lugar Santísimo (Heb. 6:19), y debido a Su obra terminada tenemos una razón concreta para esperar. En Cristo tenemos un océano de recursos espirituales y, cuando caminamos en estrecha comunión con Él, es como si nos sumergiéramos en las profundidades de «toda bendición espiritual en los lugares celestiales» (Ef. 1:3).

Si estás en una temporada de cansancio, no tengas miedo de crear espacios de descanso en tu vida, busca la comunión y pídele a Dios que te ayude. Recuerda el gran poder de Dios para salvar y restaurar. Él «proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Fil. 4:19).

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Sobre el autor

Christel  Humfrey

Christel Humfrey

Christel es esposa de pastor y madre. Tiene una Licenciatura en Arte, en Música, con ballet como asignatura secundaria. Contra todas las posibilidades, ella se enamoró de un vaquero. Juntos tienen tres hijos y ministran en Calgary, Canadá. En su … leer más …


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