Cómo guiar a nuestros hijos hacia un amor más grande y profundo por Jesús

«Cristo me ama, esto sé». Es un sonido dulce cuando las palabras sobre Jesús llegan al corazón incluso del niño más pequeño. Verdades sencillas como estas ayudan a los niños a empezar a ver la belleza del evangelio.

Pero un error común es detenerse ahí. Cuando enseñamos a nuestros hijos acerca de Jesús sólo en términos simples y generales, es posible que lleguen a conocer a Jesús sólo vagamente o incluso erróneamente. 

El amor de Cristo es amplio, grande, alto y profundo (Ef. 3:18). ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a conocerle más de cerca? Una forma es ayudarles a verle a Él en toda la Escritura. Aquí hay cuatro preguntas que deben hacerse al abrir la Biblia con tu familia.

  1. Sigue preguntándote: «¿Quién es Jesús?».

La Biblia nos cuenta una historia sobre Jesús. Desde Génesis hasta Apocalipsis, el Padre quiere que veamos y amemos a Su Hijo como nuestro mayor tesoro. A través del poder del Espíritu Santo, la Biblia despierta el corazón de nuestros hijos para que anhelen una relación con Jesús.

Qué privilegio es presentar a Jesús con nuestros hijos como el Salvador del mundo (Gn. 3:14-15), o la Escalera a Dios (Gn. 28:10-17). Los niños no son demasiado pequeños para aprender lo que significa que Jesús sea el Cordero de la Pascua (Ex. 12:21-27) y depender de Él como el Pan que da vida (Ex. 16:1-5, 31). Las historias de las Escrituras ofrecen a nuestros hijos mucho más que simple información sobre Jesús. Nos revelan Su carácter y Su corazón.

  1. Sigue preguntándote: «¿Por qué Dios nos envió a Jesús?».

De principio a fin, la Biblia nos revela que Dios proveyó un camino para que las personas pecadoras tuvieran una relación con Él. Jesús vino a solucionar nuestra mayor necesidad de una manera que sólo Él podía. 

Nuestros hijos pueden aprender que antes de la creación, Dios, Jesús y el Espíritu Santo planearon con amor crear una hermosa familia (Ef. 1:1-14). El Espíritu Santo abrirá los corazones de los niños para que vean que, a través de Jesús, podemos llegar a ser los descendientes prometidos de Abraham (Gn. 12:1-7; Gal. 3:29). La historia de Noé les mostrará la justa ira de Dios contra el pecado y nuestra necesidad de salvación. La verdad de la Pascua nos dice que Jesús vino a darnos lo que el pecado nos había robado. Jesús mantiene a los que confían en Él. 

Conocer a Jesús es saber que el mundo no gira alrededor de nosotras. Cuando nuestros hijos buscan significado y satisfacción, debemos enseñarles que Jesús es el propósito de nuestra vida. Busquemos que sepan que la verdadera felicidad es amar a Dios y vivir para Él. 

  1. Sigue preguntándote: «¿Qué mentira desea Satanás que creamos?».

La Biblia nos advierte del enemigo de Dios, Satanás. Desde el principio de los tiempos, Satanás ha mentido para evitar que confiemos en Dios. Sin la poderosa Palabra de Dios, nuestros hijos confían en las tendencias culturales y en cada nueva filosofía. ¿Qué podemos hacer nosotros, los padres? Por nuestra cuenta estamos tan indefensos como nuestros hijos, pero Jesús triunfó sobre Satanás en la cruz. Cuando nuestros hijos lo conocen, Su victoria se convierte en la de ellos.

Con el poder del Espíritu Santo podemos ayudar a nuestros hijos a identificar las mentiras de Satanás. La Serpiente susurra: «La verdadera felicidad viene de lo que tienes y haces. ¿Quién necesita ser amigo de Jesús? Vive para ti mismo y sé feliz". ¿Por qué Dios permite que sucedan cosas malas? La Biblia es sólo un gran número de historias diferentes». 

¿Qué puede ayudar a nuestros hijos la próxima vez que una nueva mentira intente conquistarlos? Con la Palabra de Dios como fundamento de nuestra familia, podemos pedirle al Espíritu Santo que haga que la verdad sobre Jesús sea cada vez más hermosa. 

  1. Sigue preguntándote: «¿Cuál es nuestra respuesta correcta ante Jesús?».

La Biblia enseña, reprende, corrige y capacita a los creyentes en la justicia (2 Tim. 3:16). Las Escrituras establecen la norma de los pensamientos, palabras, acciones y actitudes semejantes a las de Cristo.

¿Cómo es una respuesta correcta ante Jesús? Haz buenas preguntas para ayudar a tus hijos a descubrir cómo la Palabra de Dios se relaciona con sus vidas. Prepárate para iniciar la conversación hablando de la misericordia de Dios hacia ti. Pídele a Dios sabiduría por preguntas reflexivas para guiarte, desafiar y animar la respuesta de tu familia. La conversación da lugar a pensamientos, palabras, acciones y actitudes como las de Cristo. Cuando una familia responde honestamente a la Palabra y al Espíritu de Dios, comienza a atesorar la verdad de Jesús.

Toda la plenitud de Dios

Toda la plenitud de nuestro Dios Trino se encuentra en Jesús (Ef. 3:19). Cuando ayudamos a nuestros hijos a conocer íntimamente a Jesús, toda la familia aprende a amar profundamente al verdadero Jesús. Cada vez más comprobaremos que sólo Jesús satisface los deseos más profundos de nuestro corazón. Al estudiar juntos la Palabra de Dios, nos maravillaremos con la belleza de Jesús y encontraremos la alegría de conocer Su amor que lo satisface todo.

Al conocerle cada vez más profundamente, esperamos el día en que le veamos cara a cara y disfrutemos de Él para siempre.

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