El motivo para siempre estar agradecidas

La vida es dura. No hay forma de evitarlo. Es posible que te encuentres en una etapa de la vida muy desafiante y compleja en este momento y podrías preguntarte: «¿Qué motivo tengo para estar agradecida? Todo es tan difícil en este momento».

Si eres hija del Rey, entonces tienes algo maravilloso por lo que estar agradecida: la vida eterna en Jesús, nuestro Salvador. 

Puede sonar simple o redundante hablar del evangelio, pero ¡el evangelio lo cambia todo! Es en el evangelio que podemos encontrar esperanza más allá de nuestras circunstancias desafiantes. Es gracias al evangelio que podemos enfrentar el día, con un gozo y una paz que sobrepasa todo entendimiento. 

Gracias al evangelio podemos mirar más allá del dolor de este lado del cielo y encontrar esperanza en las cosas por venir. El Hijo de Dios, Jesús, murió en la cruz por nosotras, y al poner nuestra fe en Él y pedirle perdón de nuestros pecados, tenemos vida eterna. 

«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado». -Juan 17:3 

Como resultado de la muerte y resurrección de Jesús, cuando ponemos nuestra fe en Él, tenemos la oportunidad de conocer a Dios, nuestro Creador y Padre celestial. ¡No hay mayor alegría que esta! 

John Piper escribe:  «Dios es más glorificado en ti cuando estás más satisfecho en Él».

Dios no solo es glorificado cuando estamos satisfechas en Él, sino que encontramos un gran gozo al estar satisfechas en Él. ¿No es un intercambio maravilloso? ¡Solo en el Padre puedo estar satisfecha a través de Su Hijo, y en mi satisfacción en Él, Él es glorificado! Esto sólo es posible por el evangelio; por el sacrificio de Jesús en la cruz y la resurrección, donde venció a la muerte y nos ha dado la esperanza de una vida más allá de esta. Pero no solamente eso, nos ha dado una satisfacción en Él que va más allá de la alegría y el dolor que experimentamos de este lado del cielo. 

A veces nos quedamos tan atrapadas en lo que podemos ver, en las circunstancias y dificultades de la temporada en la que nos encontramos. Al mismo tiempo, también podemos quedarnos insensibles ante lo maravilloso y magnífico que es que Dios nos haya salvado del castigo eterno y nos trajo a la vida eterna con Él. Cuando estas dos cosas ocurren simultáneamente, nos olvidamos de estar agradecidas por el milagro que es la salvación. Sin embargo, hemos experimentado un milagro cuando entregamos nuestra vida a Cristo y Dios quita nuestro pecado de nosotras y nos da a cambio la justicia de Jesús para que podamos tener una relación con Él.

Pablo nos habla de esta sorprendente verdad: «Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él» (2 Corintios 5:21).

Como hija de Dios, siempre tienes algo por lo cual puedes estar agradecida. Lo más importante es que estés agradecida por la salvación que se te ha dado. Pero no se te ha dado por lo que has hecho, porque nada podrías haber hecho para ganarla, sino que es un regalo, una gracia de Dios por lo que Jesús ha hecho por ti en Su muerte y resurrección (Efesios 2:8-9).

Así que, podemos caminar activamente en el mandato de Dios, a través de la ayuda del Espíritu Santo de dar gracias en todo, porque esa es la voluntad de Dios para con nosotras en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 5:18). 

Entonces, ya sea que celebres el Día de Acción de Gracias o no, haz que sea una práctica en tu vida agradecer al Señor por la salvación en Cristo, sin importar los desafíos en los que te encuentres.

Recursos recomendados:

Episodio, «Importancia de Acción de Gracias»

Episodio: «Acercándonos al trono con acciones de gracias».

Ayúdanos a llegar a otras

Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Mujer Verdadera?

Donar $3

Sobre el autor

Alejandra Minton

Alejandra Minton

Salvada por gracia, hija del Rey de reyes, recién casada con Kyle y apasionada por estudiar y enseñar la Palabra de Dios.

Únete a la conversación