Nancy DeMoss Wolgemuth: Una mujer me dijo recientemente “Los primeros dos años de nuestro matrimonio pensaba que la labor de mi esposo era hacerme feliz, y él pensaba que la mía era hacerlo feliz –y no funcionó.”
Las mujeres que se casan solo para encontrar felicidad, inevitablemente están destinadas a la desilusión. Difícilmente encontrarán lo que están buscando. Esto es porque el propósito último del matrimonio no es ser feliz, sino glorificar a Dios.
La verdad es que no hay ser humano que pueda hacerte feliz. El verdadero gozo solo se encuentra en Cristo. Cuando venimos a Él para que satisfaga nuestras necesidades más profundas, entonces tienes la fortaleza para cumplir el propósito del matrimonio –glorificar a Dios.
Si ése es tu enfoque, experimentarás algunos momentos de felicidad, y tendrás la capacidad para permanecer fiel durante las etapas de difíciles. ¿Estás buscando que sea Cristo quien satisfaga tus más profundas necesidades?
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