Lo que necesito recordar cuando la vida duele

Una de las cosas más seguras en nuestra vida cristiana es que llegaran todo tipos de sufrimientos, dolor (por nuestros pecados y los de otros), enfermedades, malentendidos y traiciones. Cosas que a el Señor permite que pasen en nuestras vidas para hacernos crecer, y esto nos hace afirmar que realmente la vida duele. Pero la gran bendición es que como hijas de Dios, tenemos a donde ir con la seguridad que el Señor nos escucha.

«Luego llámame cuando tengas problemas, y yo te rescataré, y tú me darás la gloria» Salmo 50:15

Muchas veces la vida transcurre en tranquilidad, como si nada pasara, pero necesitamos recordar lo que escribió Salomón en Proverbios 27:1 «No te jactes de mañana ya que no sabes lo que el día traerá».

En mi vida, he pasado y estoy pasando por momentos de dolor pero lo más hermoso es saber que me ha sostenido y me sostendrá mi Salvador.

Podemos ver que el dolor ha estado y estará presente siempre de este lado de la gloria, es algo de lo que ninguno podemos pensar que estamos exentos, como nos lo dice la Palabra en Romanos 8:20-22 «Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que hasta el día de hoy, todo la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto».

Tenemos que tener en cuenta estos tres atributos de Dios y saber que es a Él quien debemos acudir por varias razones:

1. Dios es soberano

Tenemos un ejemplo muy claro de cómo Jesús afirmó la soberanía de Dios en Juan 19:10-11, «Pilato entonces le dijo: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte, y que tengo autoridad para crucificarte? Jesús respondió: Ninguna autoridad tendrías sobre mí si no se te hubiera dado de arriba; por eso el que me entregó a ti tiene mayor pecado».

Podemos descansar en la soberanía de Dios y en que todo lo que nos sucede nos ayuda para bien y para el cumplimiento de sus propósitos en nosotros.

«Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tienen para ellos». Romanos 8:28

Reconocer su soberanía nos ayuda a acudir a Él y a nadie más. También podemos confiar que todo está bajo Su absoluto control.

«El Señor frustra los planes de las naciones y hace fracasar todas sus intrigas. Pero los planes del Señor se mantienen firmes para siempre; sus propósitos nunca serán frustrados». Salmo 33:10-11

Y aunque nosotras hagamos planes, Él es quien dirigirá nuestros pasos. Tal como lo dice Proverbios 16:9 «Podemos hacer nuestros planes, pero El Señor determina nuestros planes».

2. Dios es sabio

No debemos, ni por un minuto, dudar de la sabiduría del Señor. Debemos descansar en ella que en esos momentos en los que la vida se presenta con dolor. Nada se ha escapado de Su sabiduría y de su propósito. «¡Qué grande es la riqueza, la sabiduría y el conocimiento de Dios! Es realmente imposible para nosotros entender sus decisiones y caminos! Pues ¿quién puede conocer los pensamientos del Señor? Quien sabe lo suficiente para aconsejarlo». Romanos 11:33-34

3. Dios es amoroso

Cuando la vida duele, no podemos ni por un minuto dudar que Dios nos ama; Él lo está permitiendo con propósitos grandes para nosotros, nuestro crecimiento espiritual y una santidad progresiva en la que podamos reflejar Su luz en nuestras vidas y para usarlo para los que están a nuestro alrededor para ser consolados. (2 Corintios 1: 3-7)

«y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que Él tiene para ellos» Romanos 8:28

¿Qué hacer cuando estamos sufriendo?:

  1. Ora: especialmente ora la voz de Dios, es decir, ora la Palabra. Jeremías 29:13 nos recuerda: «Si me buscas de todo corazón, podrán encontrarme».
  2. Medita la Palabra: estudia la Palabra con detenimiento, la cual nos da profundidad en el conocimiento de ella. «Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino». Salmo 119:105
  3. Confiesa: Recuerda lo que dice 1 Juan 1:9 «Pero si confesamos nuestros pecados a Dio, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad»
  4. Adora: «Vengan, adoremos e inclinémonos. Arrodillémonos delante del Señor nuestro creador, porque Él es nuestro Dios. Somos el pueblo que Él vigila, el rebaño a su cuidado». Salmos 95:6-8
  5. Ayuna: «Pero tú, cuando ayunes, peínate y lávate la cara». Mateo 6:17 Nota que no dice, si ayunas, sino cuando, indicando que debe ser una práctica de nuestras disciplinas espirituales.

Mi querida hermana, cuando la vida duela, recuerda que Dios está con nosotros en todo tiempo y circunstancia. Él nunca nos dejará, aunque aquí en la tierra pasemos por tiempos difíciles, nos espera la gran victoria de una vida eterna donde no habrá llanto ni dolor. «Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá muerte ni tristeza, ni llanto, ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más.» Apocalipsis 21:4

Persevera hasta el final.

Finalmente recordemos Su amor, y la victoria segura.

«¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que el no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en el peligro o bajo amenazas de muerte? Como dicen las Escrituras: Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como ovejas en el matadero. Claro que no, a pesar que todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio Cristo, quien nos amó». Romanos 8: 35-37

* Las citas bíblicas utilizadas son de la versión NTV

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