
Hasta que Él venga: la segunda venida de Cristo
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth te recuerda que la esperanza del regreso de Cristo ha alentado a los creyentes a lo largo de los siglos, y te alentará a ti también.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Es esa esperanza la que nos alienta en tiempos oscuros; nos sostiene en épocas de sufrimiento y opresión.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Incomparable», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 25 de abril de 2025.
Nancy: Bueno, hoy llegamos al final de nuestra serie. ¡Qué tiempo tan bueno ha sido este! Sé que a lo largo de los meses que nos ha llevado grabar esta serie (las horas y semanas de estudio y preparación para mí), ha sido una oportunidad gozosa, alentadora y desafiante el pasar tantas horas concentradas enfocándonos en Cristo. Me emociona el escuchar las respuestas del impacto que ha tenido la serie en …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth te recuerda que la esperanza del regreso de Cristo ha alentado a los creyentes a lo largo de los siglos, y te alentará a ti también.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Es esa esperanza la que nos alienta en tiempos oscuros; nos sostiene en épocas de sufrimiento y opresión.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Incomparable», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 25 de abril de 2025.
Nancy: Bueno, hoy llegamos al final de nuestra serie. ¡Qué tiempo tan bueno ha sido este! Sé que a lo largo de los meses que nos ha llevado grabar esta serie (las horas y semanas de estudio y preparación para mí), ha sido una oportunidad gozosa, alentadora y desafiante el pasar tantas horas concentradas enfocándonos en Cristo. Me emociona el escuchar las respuestas del impacto que ha tenido la serie en las vidas de muchas de ustedes.
Permítanme compartir algunos correos que hemos recibido recientemente y que sé, que serán de estímulo para ustedes. Recibí uno de una chica de nuestro equipo aquí en Aviva Nuestros Corazones que me dijo:
«La serie ha sido muy rica y de mucha convicción, y me ha ayudado a enamorarme de Cristo al aprender cosas en las que, honestamente, nunca había pensado. Continuamente me asombro de que Él en Su grandeza y perfección me permita ser llamada Su hija. Qué increíble amor, ¡qué grande es!».
Otra mujer nos escribió recientemente y dijo: «Estaba escuchando a Nancy anoche y oré para aceptar a Cristo en mi corazón». Hemos orado durante esta serie para que aquellas que no tienen una relación personal con Cristo lleguen al verdadero arrepentimiento y fe. Creo que hay otras, incluso esta semana o quizás hoy, que Dios está queriendo salvar a través de esta mirada al Cristo incomparable.
Otra mujer dijo: «Más que nunca mi corazón clama: “Te creo, Jesús”». Me encanta eso y espero que sea eso lo que tu corazón clama. Luego recibí otra nota ayer de alguien en otro estado que decía:
«Este enfoque en Cristo ha sido como beber agua pura y limpia de un manantial: ¡ha refrescado todo el ser de esta mujer! ¡Cuarenta días de enseñanza sobre Jesús no son suficientes! ¡Necesitamos cuarenta semanas! ¡Y luego más!».
Déjame animarte a escribirnos y contarnos qué ha significado esta serie para ti. Puedes enviarnos un correo electrónico, o puedes publicar en Facebook o Twitter. Déjanos saber cómo te ha alentado y sé que eso también alentará a nuestro equipo.
Si te perdiste alguna sesión o quieres compartir esta serie con otras personas, esta serie es doctrinal y fundamental sobre quién es Jesús y por qué vino, la serie completa está disponible en AvivaNuestrosCorazones.com. Quizás quieras dejarla para escucharla la próxima temporada de Cuaresma si no la pudiste escuchar completa esta vez, o tal vez incluso escucharla nuevamente como un viaje que te guiará a través de la vida de Cristo.
Así pues, hemos examinado la vida y el ministerio de Cristo.
- Comenzamos con Su preexistencia eterna: lo que estaba haciendo antes de venir a la tierra como hombre.
- Vimos Su encarnación: cómo se humilló y se hizo humano, de carne y hueso.
- Vimos Su niñez, Su juventud y Su madurez.
- Fuimos con Él a Su bautismo y a Su tentación en el desierto.
- Hemos considerado Su deidad y humanidad, Su ministerio de enseñanza y Su transfiguración.
- Vimos Su humildad y Su serenidad, esa fue una de las cosas, por cierto, que realmente se me quedó grabada. La serenidad de Cristo, es una palabra de la que conozco poco, pero quiero experimentar más esto y lo veo en Cristo.
- Hemos visto Su vida de oración. Lo vimos clamando al Padre en Getsemaní.
- Pasamos varios días hablando de Su juicio, de Su obra expiatoria en la cruz, de las siete palabras de Cristo en la cruz y todo lo que nos dicen sobre el ministerio redentor.
- Esta semana hemos estado analizando Su resurrección, el ministerio de cuarenta días después de Su resurrección, Su ascensión y Su ministerio sacerdotal en el cielo a nuestro favor.
Así que nuestro retrato está casi completo, pero no del todo.
Hay un aspecto importante de este incomparable Salvador que aún no hemos abordado. Es la piedra angular, el punto culminante de la vida y el ministerio de Jesús. Porque, al hablar de Cristo, celebramos no solo Su vida pasada, Sus sufrimientos y triunfos, no solo Su ministerio presente (por maravilloso que sea), sino que, por fe, anticipamos y celebramos ansiosamente el punto hacia el cual se dirige toda la historia.
Se nos dice lo que debemos esperar y anticipar en una promesa hecha por ángeles a los discípulos de Jesús que acababan de verlo ascender de regreso al Padre en una nube. ¿Recuerdas cuál fue la promesa?
Lo leemos en Hechos capítulo 1:
«Mientras Jesús ascendía, estando ellos mirando fijamente al cielo, se les presentaron dos hombres en vestiduras blancas, que les dijeron: “Varones galileos, ¿por qué están mirando al cielo? [Esta es la promesa:] Este mismo Jesús, que ha sido tomado de ustedes al cielo, vendrá de la misma manera, tal como lo han visto ir al cielo”»(Hechos 1:10-11).
El regreso de Cristo. Él se fue y volvió al cielo, pero regresará. Y Su regreso es el clímax y la consumación de los siglos. Es un evento mencionado más de 300 veces en los 210 capítulos del Nuevo Testamento. El regreso de Cristo siempre ha sido la gran esperanza y el anhelo de los seguidores de Cristo. Es esa esperanza la que los ha alentado en tiempos oscuros y la que los ha sostenido en épocas de sufrimiento y opresión.
Ahora bien, hay muchas cosas que las Escrituras no nos dicen acerca de la Segunda Venida; hay muchos detalles que no nos brindan. Eso ha dado lugar a mucha especulación y debate, quizá muchos de ellos innecesarios. Pero sabemos lo suficiente de la Palabra de Dios para asegurar nuestro corazón y motivarnos a estar preparadas para Su regreso.
Sabemos, ante todo, que Él regresará. No hay duda al respecto. Sabemos que así como Su partida fue literal, visible y física, así Su regreso del cielo a la tierra también será literal, visible y corporal. ¿No es eso lo que dijo el ángel? «Así como le han visto ir al cielo, así volverá a la tierra» (Hechos 1:11). Apocalipsis 1«Todo ojo le verá, aun los que le traspasaron»(Apocalipsis 1:7). Será un regreso físico, literal y corporal de Cristo a la tierra.
Sabemos por las Escrituras que Su regreso será repentino, como un relámpago, dijo Jesús en Mateo capítulo 24. Sabemos que será inesperado. Leemos eso en 2.ª Pedro capítulo 3 y en Mateo capítulo 24. Sabemos que cuando Él regrese será con gloria y poder. Múltiples lugares en las Escrituras hablan de eso. Pero vamos a echar un vistazo en esta sesión a eso.
Déjame invitarte a buscar en tu Biblia un maravilloso pasaje clave sobre la segunda venida de Cristo, está en 2.ª Tesalonicenses, capítulo 1. Hay muchos pasajes a los que podríamos ir, pero este es el que está en mi corazón cuando pienso en hacer una sola sesión sobre el regreso de Cristo. De hecho, voy a leer el capítulo completo, no es un capítulo largo, y haré solo algunas observaciones al respecto.
Pablo, por supuesto, está escribiendo a la iglesia en Tesalónica, no mucho después de que Jesús hubiera ascendido al cielo. Él dijo, versículo 3:
«Siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, hermanos, como es justo, porque su fe aumenta grandemente, y el amor de cada uno de ustedes hacia los demás abunda más y más. Por lo cual nosotros mismos hablamos con orgullo de ustedes entre las iglesias de Dios, por su perseverancia y fe en medio de todas las persecuciones y aflicciones que soportan»(vv. 3-4).
Ahora bien, podríamos hacer una sesión completa solo sobre ese párrafo. Pero qué increíbles características y evidencias de que estas personas verdaderamente eran el cuerpo de Cristo, que pertenecían a Cristo. Tenían una fe que crecía abundantemente. Tenían un amor que iba en aumento.
Ellos no estaban simplemente estáticos en su fe. Estaban creciendo espiritualmente y estaban madurando espiritualmente. Pablo dijo que tenían una fe firme en medio de sus persecuciones y en sus aflicciones. Ellos estaban sufriendo por su fe, pero perseveraban. Todas estas son evidencias de que pertenecían a Cristo.
Ahora a este grupo de creyentes, a esta iglesia, y a todas las verdaderas iglesias de Cristo, a todos los verdaderos creyentes, Pablo les introduce el concepto de la Segunda Venida de Cristo. Estás aquí, estás creciendo en gracia y en amor, estás perseverando, estás experimentando aflicción, pero, ¿qué puede mantenerte fiel cuando las cosas se pongan realmente difíciles? ¿Qué puede hacer que sigas creciendo cuando simplemente quieres tomar las cosas con calma por un tiempo y relajarte espiritualmente?
¿Soy la única aquí que piensa así? Decimos «¡Ay, es que estoy cansada de la santificación! ¡Qué difícil!». No recomiendo esa actitud. ¿Qué nos mantiene activas, presionando hacia adelante, continuando en la lucha, moviéndonos hacia Cristo, perseverando en los tiempos difíciles y creciendo? Es la promesa de la Segunda Venida de Cristo nos mantiene perseverando en los tiempos difíciles.
Eso es lo que dice Pablo en 2 Tesalonicenses 1, comenzando en el versículo 5, dice:
«Esta es una señal evidente del justo juicio de Dios, para que sean considerados dignos del reino de Dios, por el cual en verdad están sufriendo. Porque después de todo, es justo delante de Dios que Él pague con aflicción a quienes los afligen a ustedes.
Pero que Él les dé alivio a ustedes que son afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con Sus poderosos ángeles en llama de fuego, dando castigo a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús.
Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de Su poder, cuando Él venga para ser glorificado en Sus santos en aquel día y para ser admirado entre todos los que han creído; porque nuestro testimonio ha sido creído por ustedes»(vv. 5-10).
Permíteme explicarlo de una manera un poco más sencilla. En este pasaje que acabo de leer, versículos del 5 al 10, hay dos categorías de personas, ¿puedes verlo? Primero, están aquellos que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús, los que no han creído ni se han arrepentido de sus pecados. Esa es una categoría.
La otra categoría es lo que Pablo llama Sus santos, aquellos que han sido santificados por Cristo, aquellos que han creído en Cristo. Los que no obedecen al evangelio y los que son santos porque han creído. Esas son las dos categorías de personas, que habrá dos resultados muy diferentes del regreso de Cristo, dependiendo de a cuál de esos grupos pertenezcas.
Déjame decirte que esos son los únicos dos grupos y tú estás en uno de esos dos grupos. Estás en uno o en el otro. El hecho de que seas miembro de una iglesia no significa que estés en el grupo de los santos que han creído en Cristo.
Solo son santos los que han creído en Cristo, los que se han arrepentido de sus pecados, han puesto su fe en Cristo. Si no has creído, entonces estás en esa categoría de aquellos que se han negado a obedecer el evangelio de Dios.
¿Cuáles son los dos resultados? Bueno, aquellos que están en la primera categoría, los incrédulos, los que no han obedecido el evangelio de nuestro Señor Jesús, aquí este pasaje nos dice que experimentarán la terrible y aterradora venganza e ira de Dios. Sufrirán «castigo de destrucción eterna, lejos de la presencia del Señor y de la gloria de Su poder».
Hay algunos hoy dentro de los llamados círculos evangélicos que cuestionarían esto y dirían que la destrucción y el castigo no son eternos. Este es uno de los pasajes más claros que afirma que el castigo es eterno, sin fin; castigo y destrucción sin fin, lejos de la presencia del Señor y de la gloria de Su poder.
Los que están en esta categoría, nos dice Pablo, serán recompensados con aflicción por la forma en que han afligido al pueblo de Dios. Entonces, ese es un resultado de la segunda venida de Cristo.
Pensamos en la Segunda Venida de Cristo como algo glorioso y maravilloso. Y lo es, pero solo para los creyentes, solo para Sus santos. Por otro lado, para aquellos que no han creído en el evangelio de Dios, la Segunda Venida es algo que hay que temer, de lo que hay que espantarse. Pienso en ese antiguo himno: «¿Adónde correrás ese día hombre pecador?». No habrá lugar donde esconderse, ni lugar donde huir. Solo eterna condenación, castigo y destrucción.
Pero qué resultado tan diferente para la segunda categoría, para aquellos que son Sus santos que han creído en Cristo, dice que cuando Cristo regrese, será glorificado en Sus santos. Él quedará maravillado entre ellos. A esos santos se les concederá alivio de toda la aflicción que han sufrido.
Hay quienes afligen a otros ahora. Su pago llegará algún día. Hay quienes están afligidos ahora y su alivio llegará algún día. Puedes tener alivio ahora o más tarde. Para aquellos que sufren ahora por su fe en Cristo, Pablo dice que cuando Jesús regrese les dará alivio a los afligidos.
Pablo cierra este capítulo diciendo:
«Con este fin también nosotros oramos siempre por ustedes, para que nuestro Dios los considere dignos de su llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe con poder, a fin de que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en ustedes, y ustedes en Él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo»(vv. 11-12).
Este es uno de los pasajes bíblicos más claros sobre como la Segunda Venida de Cristo trae consigo juicio y salvación, ira y liberación de la ira; es ira para aquellos que no han obedecido al evangelio.
Si estás escuchando mi voz hoy y nunca has obedecido el evangelio, ¡arrepiéntete! Las Escrituras nos mandan a arrepentirnos y a creer en el evangelio, Cristo murió por ti y resucitó para tu justificación, para que cuando Jesús venga puedas experimentar alivio, gozo y la plenitud de vida eterna, y bendición en Su presencia.
Bueno, la Segunda Venida de Cristo será en muchos aspectos muy diferentes de Su Primera Venida. Mientras reflexionaba sobre esto el otro día, hice una lista de algunas de las comparaciones y diferencias entre la Primera Venida, la cual vimos anteriormente en la serie, y Su segundo Advenimiento o Su segunda venida.
- Vino por primera vez como un bebé, nacido en el tiempo y el espacio, pequeño y débil.
- Pero regresará como el Rey eterno, grande en fuerza y gloria.
- Cuando vino por primera vez, Su gloria estaba envuelta y oculta a la vista humana.
- Cuando Él venga por segunda vez, Su gloria brillará intensamente.
- Su primera venida fue en oscuridad. Solo fueron testigos de ello unos pocos pastores pobres. Pocos reconocieron quién era Él.
- Sin embargo, en Su Segunda Venida, todo ojo le verá y todos sabrán quién es.
- Vino por primera vez como el Cordero de Dios.
- Pero cuando Él regrese, será como el León de la tribu de Judá.
- En su Primera Venida, fue juzgado y condenado a muerte por hombres pecadores.
- Cuando Él regrese, será como el Juez para ejecutar justicia y juicio sobre todos los que se han negado a arrepentirse de sus pecados.
- La primera vez que vino a esta tierra fue como Varón de Dolores.
- Pero cuando regrese será como Dios Todopoderoso.
- En su Primera Venida entró en Jerusalén montado en un humilde asno.
- Cuando regrese, estará montado en un caballo blanco.
- Cuando vino por primera vez, solo unos pocos se inclinaron para rendirle homenaje.
- Cuando Él regrese, toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor.
- La primera vez que vino a la tierra fue a morir.
- La segunda vez vendrá a la tierra para reinar.
- La primera vez vino como un humilde siervo.
- La segunda vez vendrá como Comandante en Jefe de los ejércitos celestiales.
- La primera vez lavó los pies de sus discípulos.
- Cuando Él regrese ahora, todos Sus enemigos estarán bajo Sus pies.
- La primera vez que vino llevó una corona de espinas.
- Cuando Él regrese, será coronado con muchas coronas; el Rey en Su trono.
- Vino la primera vez para hacer la paz entre Dios y el hombre.
- Cuando Él regrese será para hacerle la guerra a aquellos que se han rebelado contra Él.
- Él vino por primera vez como nuestro Salvador sufriente.
- Y regresará como nuestro Señor reinante y soberano.
Entonces, a la luz de la promesa de Su Segunda Venida, las Escrituras nos dicen varias cosas. Nos dicen que debemos amar Su «manifestación» y anhelarla (ver 2.ª Tim. 4:1). Significa que no deberíamos tener nuestros tesoros y establecernos muy profundamente aquí en esta tierra. Necesitamos mantener nuestro corazón apartado de esta tierra y apegado al cielo.
Nos dice que debemos estar alerta, vigilantes y esperando Su regreso, sabiendo que podría ocurrir en cualquier momento (ver 2.ª Pedro 3:12-13). Debemos vivir vidassantas a la luz de la promesa de Su regreso (ver 1 Juan 3:3). Y debemos servir y proclamar a Cristo con celo y fidelidad a los demás hasta que Él venga, hasta que Él regrese (ver Lucas 12:43).
Este no es solo un periodo de espera, este no es solo un período en el limbo. Este es un período para estar anticipando, esperando, anhelando, fervientemente, dice la Escritura, el día de Su regreso, preparándonos a nosotras mismas y a otros para ese gran día.
Cuando el general Douglas MacArthur se vio obligado a abandonar las Filipinas a principios de la Segunda Guerra Mundial para escapar de la ofensiva japonesa, pronunció un breve discurso que terminó con la frase por la que es más conocido. Él dijo: «Volveré».
Más de dos años después, el 20 de octubre de 1944, el general MacArthur cumplió su promesa. Regresó victorioso a Filipinas. Momentos después de desembarcar en la playa Roja, habló con gran emoción al pueblo filipino.
General Douglas MacArthur: Pueblo de Filipinas: he regresado. Por la gracia de Dios Todopoderoso, nuestras fuerzas se encuentran nuevamente en suelo filipino, suelo consagrado con la sangre de nuestros dos pueblos. Hemos venido, dedicados y comprometidos, a la tarea de destruir todo vestigio de control enemigo sobre su pueblo. La hora de Su redención está aquí.
Nancy: Bueno, hace 2000 años, el Señor Jesús, el gran General de nuestra fe, dejó este mundo en medio de una batalla muy fuerte. Cuando se fue, hizo una promesa: «Volveré». Año tras año, de generación en generación, Sus seguidores se han aferrado a esa promesa, incluso cuando parece que el enemigo está logrando grandes avances.
Pero un día Él cumplirá Su promesa. Entonces, como dice la Escritura: «Levántense y alcen la cabeza, porque se acerca su redención» (Lc. 21:28). Y en aquel día sonará la trompeta de Dios, aparecerá en el cielo el Hombre, el Hijo del hombre, sobre el caballo blanco. Sus pies volverán a pisar esta tierra. Él destruirá de una vez por todas todo vestigio del control enemigo sobre su pueblo. Él reinará por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth volverá enseguida. Ella ha estado describiendo nuestra increíble esperanza: Jesús vendrá a esta tierra otra vez. Con este mensaje concluye la serie «Incomparable». Ha sido un estudio profundamente significativo, que nos muestra quién es Jesús y lo que ha hecho por nosotros.
No olvides que siempre puedes revisar las transcripciones o descargar el audio de la serie «Incomparable» en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com, o mediante la aplicación Aviva Nuestros Corazones.
Jesús regresará pronto por nosotros, pero eso no significa que estemos solas en este momento. Él nos ha dado el Espíritu Santo y nos ha dado Su Palabra: la Biblia.
El próximo lunes daremos inicio a una nueva serie llamada «Vive para la eternidad». Mientras somos bombardeadas por tantas noticias y opiniones, este mensaje de tener nuestros ojos puestos en lo eterno nos ayudará a saber cómo percibir lo que está sucediendo en nuestros días y lo que está por venir. Escuchemos a Nancy hablar sobre cómo mantener la calma en medio del caos en esta serie que iniciamos el día lunes.
Ahora, Nancy DeMoss Wolgemuth regresa para orar mientras concluimos esta gloriosa serie sobre Jesús.
Nancy: Señor, te damos tantas gracias; te adoramos. Eres el Cristo incomparable. No hay nadie como tú. Gracias por estas semanas, por este tiempo para meditar en Ti, reflexionar sobre Ti, y explorar los misterios insondables de quién eres Tú, de Tu grandeza, de Tu obra, de Tus actos redentores a nuestro favor, en nuestro nombre. Oh Señor, apenas hemos llegado a la superficie. No hemos podido hacer justicia a la grandeza de quién Tú eres.
Te damos gracias porque has tocado nuestros corazones. Te has manifestado a nosotras. Nos has dejado con esperanza y con la gran promesa de que Tú regresarás. Continúa, Señor Jesús, revelándote a nosotras, y a través de nosotras dándote a conocer a los demás, para que el mundo pueda verte, conocerte y adorarte, y creer que tú eres verdaderamente el Cristo incomparable. Oramos en Tu santo nombre, amén.
Débora: Llamando a las mujeres a contemplar al Cristo incomparable, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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