
La rendición final
Débora: A Terri Owen le encantaba orar con su esposo, Craig. Pero cuando le diagnosticaron cáncer, Terri tuvo que prepararse para apoyarse sola en el Señor.
Terri Owen: Es difícil orar o leer la Palabra porque lo hacemos juntos, así que hacerlo sola es muy diferente. Pero hay un versículo que vuelve a mi mente una y otra vez: «Hay un solo Mediador entre Dios y el hombre, y ese es Cristo Jesús, no Craig Owen».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Rendición: El corazón en paz con Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 6 de junio de 2025.
Durante esta semana hemos escuchado una grabación de una conversación que Nancy tuvo en el 2009 con Craig y Terri Owen. Si te perdiste los episodios anteriores querrás visitar AvivaNuestrosCorazones.com y escuchar toda la historia.
Craig …
Débora: A Terri Owen le encantaba orar con su esposo, Craig. Pero cuando le diagnosticaron cáncer, Terri tuvo que prepararse para apoyarse sola en el Señor.
Terri Owen: Es difícil orar o leer la Palabra porque lo hacemos juntos, así que hacerlo sola es muy diferente. Pero hay un versículo que vuelve a mi mente una y otra vez: «Hay un solo Mediador entre Dios y el hombre, y ese es Cristo Jesús, no Craig Owen».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Rendición: El corazón en paz con Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 6 de junio de 2025.
Durante esta semana hemos escuchado una grabación de una conversación que Nancy tuvo en el 2009 con Craig y Terri Owen. Si te perdiste los episodios anteriores querrás visitar AvivaNuestrosCorazones.com y escuchar toda la historia.
Craig estaba huyendo de la ley en Canadá. Él se creó una nueva identidad en California y comenzó a meterse en problemas en todo el sur de Estados Unidos, donde conoció a Terri. Finalmente, en una iglesia de Indiana, este criminal fugitivo se entregó al Señor y a las autoridades.
Cuando Nancy entrevistó a Terri y Craig en 2009, él se estaba rindiendo de una manera diferente. Le habían diagnosticado cáncer. Craig regresó a casa para estar con el Señor después de grabar esta conversación. La entrevista que estamos a punto de escuchar es un recordatorio del cambio radical que Dios puede hacer en una vida y una imagen de permanecer rendidos a Él hasta el final.
Nancy: Craig, ahora estás lidiando con un conjunto de circunstancias completamente diferentes: la lucha contra el cáncer. Llevas seis años lidiando con eso y con muchos altibajos. El pronóstico realmente no es bueno.
Craig Owen: Mi pronóstico original se debió a la patología del tumor que tenía en el pie. Era un melanoma. Desde el punto de vista médico y físico, cualquiera que se encuentre en ese estado patológico tiene un veintisiete por ciento de posibilidades de sobrevivir más de tres años, dependiendo del nivel de avance del cáncer. Eso fue en 2001 o 2002.
Me sometieron a muchas cirugías, me hicieron el tratamiento de intervención, quimioterapias y muchas cosas más. Con la ayuda de Dios ya terminamos con todo y eso fue hace unos seis años.
Nancy: Y hubo un momento en el que pensaste que estabas libre de cáncer. Te estabas regocijando por eso y recuerdo que Terri me envió un correo electrónico con esa noticia.
Craig: Bueno, a los doctores no siempre les gusta decir que estás libre de cáncer, pero no había evidencia de la enfermedad, que siempre son las palabras que nos encanta escuchar, porque si no hay más evidencia, entonces es porque ya no lo tienes.
Nancy: Pero tú sabías que existía la posibilidad de que volviera.
Craig: Así es. Y a medida que pasa más y más tiempo desde ese diagnóstico, estadísticamente significa que es mejor para ti. Es menos probable que vuelva a aparecer.
Nancy: Pero entonces hace unos pocos meses descubriste que había regresado. Terri, ¿qué pasó en tu corazón?
Terri: Mi corazón casi se rompió, porque sé por experiencia que cuando ese tipo de cáncer se extiende a los órganos, ya no te queda mucho tiempo de vida. Mi mejor amiga murió de melanoma (exactamente el mismo cáncer que tiene Craig) y yo era su enfermera. La cuidé, así que conozco los síntomas. Pero es mucho más difícil cuando se trata de tu esposo.
Sin embargo, al mismo tiempo sabíamos que necesitábamos confiar en Dios con esto. Lo vimos guiarnos a través de todo lo demás, por lo que ambos decidimos que confiaríamos en Él a pesar de todo. No ha sido un viaje fácil, pero Dios nos ha dado paz al respecto.
Nancy: ¿Y cuánto tiempo les dijeron que le quedaba a Craig en ese momento?
Terri: De tres a seis meses, pero probablemente serían tres.
Nancy: ¿Y cómo está ahora?
Terri: Cuando estábamos planeando este viaje, ni siquiera sabíamos si él podría completarlo. Nos aconsejaron que no lo hiciéramos, pero estábamos decididos a venir de todos modos. En ese momento Craig ni siquiera podía levantarse de la cama.
Craig: Tenía una enfermera que iba a casa para darme los cuidados necesarios, aunque no era un completo inválido. Todavía tenía movilidad, podía levantarme de la cama y moverme con ayuda, pero me sentía muy mal. Mi cuerpo se estaba consumiendo. Había adelgazado y perdido unas 45 libras. Parte de eso se debió a la quimioterapia, pero otra parte también se debió a que la suspendimos.
Terri: No podía comer ni retener nada.
Nancy: ¿Y hacia dónde se ha extendido el cáncer ahora?
Terri: Está en ambos pulmones, está en el bazo, en el diafragma, en el hígado, en la columna, en el intestino y en el estómago.
Nancy: Así que humanamente hablando…
Terri: Estamos hablando de solo semanas.
Craig: Desde el punto de vista del médico, solo puedes vivir hasta que esos órganos comiencen a dejar de funcionar, y eso es lo que pensábamos que estaba sucediendo hace un par de semanas, ya que me estaba debilitando bastante. Pero decidimos que realmente queríamos hacer este viaje para ver a nuestros hijos en Indiana.
Mientras nos preparábamos para este viaje, muchos de nuestros amigos y familiares en la iglesia estaban haciendo todo lo posible para disuadirnos, diciéndonos: «Dejen que los llevemos hasta allá para que no tengan que hacer este viaje por carretera», o nos decían «Iremos con ustedes. Permítannos enviarles un equipo para que los acompañe en caso de que Craig necesite ayuda con su condición».
Es realmente una bendición saber que tenemos amigos que están dispuestos a ayudar.
Y supongo que soy un poco testarudo porque realmente sentí que quería hacer este viaje con Terri. Es un momento especial para los dos, nos hemos unido mucho en este tiempo. Yo tenía mucho deseo de intentarlo.
Entonces, cuando salimos el martes, hace dos semanas, le dije a mi mejor amigo: «No sé si podré terminar el viaje». Pero se lo dije en secreto porque no quería que Terri me escuchara, porque sé que ella hubiera cancelado el viaje. No sabía si podría hacerlo y tenía miedo de no tener energía para estar sentado en el auto y mucho menos lidiar con la gente.
Terri: Y el dolor era bastante intenso.
Craig: Sí, la columna vertebral puede alterarse bastante. Una persona promedio puede sentir dolor al conducir un automóvil durante un viaje largo por carretera. Pero, a pesar del dolor, comenzamos el viaje. Llegamos a la frontera y allí empezaron a suceder cosas divertidas. Unos diez minutos antes de llegar a la frontera nos detuvimos para verificar nuestros documentos, y de repente nos dimos cuenta de que habíamos olvidado mi certificado de nacimiento.
Tengo mi antigua licencia de conducir y algunas cosas más, pero el requisito para cruzar es que muestres el certificado de nacimiento para establecer en qué país naciste, así como la licencia de conducir, o un pasaporte o algo así. Terri tenía todos sus documentos.
Dada la situación pensamos en regresar, pero eso habría añadido cuatro horas más al viaje. Yo estaba tan desconsolado que dije: «No puedo creerlo». Realmente estábamos seguros de que Dios había ordenado este viaje, así que el que eso sucediera fue una gran decepción.
Terri me dijo: «Estamos tomando una decisión sin siquiera intentarlo. Sabemos que Dios ordenó este viaje. Sigamos adelante, conduzcamos hasta la frontera y veamos qué pasa». Pensé que estaba siendo un poco ingenua, porque esa no era una opción. Debes tener el certificado de nacimiento o un pasaporte.
Entonces llegamos a la frontera y le entregué al oficial mi licencia de conducir y la identificación. Luego él me dijo: «¿Dónde está tu certificado de nacimiento?».
Le dije: «Lo olvidé. No lo tengo conmigo». Y nos miró con sospecha.
Luego hizo las preguntas habituales: «¿A dónde van? ¿Qué van a hacer?».
Entonces le explicamos que solo íbamos a visitar a nuestros hijos y a ver a otras personas. Él vio la guitarra en el asiento trasero y nos preguntó si estábamos haciendo algún tipo de concierto o algo así. Terri, en broma, le dijo: «¡Ojalá!». Y él simplemente nos sonrió y dijo: «Continúen, diviértanse».
Me devolvió los papeles y actuó como si no le hubiera dicho que no tenía el certificado de nacimiento. Me contuve mientras pasábamos por ahí, pero en cuanto cruzamos la frontera me puse a llorar. Sabía que ese oficial no debía hacer eso. Pero no fue una decisión suya.
Lo más sensato habría sido que nos detuviera y revisara nuestros documentos, porque eso es lo que tienen que hacer si no tienes todos los documentos. Pero Dios actuó en el corazón de ese hombre, lo supiera o no, y cruzamos la frontera y dimos gracias a Dios.
Entonces eso fue lo primero, confirmar que Dios ordenó algo muy especial en ese proceso.
Eso ocurrió alrededor de la hora del almuerzo. Yo estaba conduciendo porque pensé que sería mejor para mí cruzar conduciendo. Terri quería conducir, pero yo me sentía bien. Empezamos este viaje por carretera pasando por Nueva York, Pensilvania y Ohio. Y puedo decirte que conduje todo el viaje hasta ahora.
Nancy: Y nadie pensó que serías capaz de hacerlo dada tu condición.
Craig: Correcto. Yo no pensé que pudiera siquiera sentarme en el carro y mucho menos conducir. Mi ánimo y mi salud continuaron fortaleciéndose, no solo cada día, sino cada hora.
Nancy: Y te miro Craig y veo que estás conectado a varios medicamentos, a través de catéteres o puertos, y a soluciones intravenosas.
Craig: Oh, sí, tengo catéteres por todas partes. Tengo una bomba de morfina y medicamentos adicionales de cortisona.
Terri: También está conectado a las intravenosas por la noche.
Craig: Pero ya las tenía desde antes. La forma en que mi cuerpo está respondiendo físicamente es como si se estuviera alejando de los efectos del cáncer y entrando a un estado normal. Estoy cansado, así que no es que no sienta nada, pero en cuanto a mis funciones pasé de estar semi-inválido a estar bajándome del auto y yendo a restaurantes.
Estamos hablando ahora mismo. En cada parada de descanso que hacíamos, dábamos un pequeño paseo. Incluso trajimos una silla de ruedas, pero no la hemos usado.
Terri: Y pocas veces ha usado el bastón.
Nancy: Realmente ha sido un milagro.
Craig: Ha sido increíble.
Nancy: Y ha sido el deseo de tu corazón tener este tiempo.
Craig: Realmente oramos mucho por esto porque queríamos tener este tiempo con nuestros hijos para dejarles pequeños consejos para sus vidas y compartirles como padres lo orgullosos que estamos de ellos, y animarlos en su búsqueda de Dios, es decir, que amen buscar a Dios.
Nancy: ¿Y ha habido momentos desde este último diagnóstico en los que sabes que, a menos que Dios intervenga, te quedan pocos días? ¿Han sentido miedo? Sé que han experimentado toda una gama de emociones. ¿Cuáles son algunas de ellas?
Terri: El miedo a perder a Craig es enorme. Llevamos veinticinco años casados y él es mi vida. He sentido el miedo a estar sola sin él: ¿Qué haré? Tuve que afrontar ese aspecto hace unas tres semanas. Pero Dios puso en mi corazón el aceptar que tengo que soltar a Craig y tomar la mano del Señor.
Eso fue muy, muy difícil para mí, porqueestoy tan acostumbrada a tomar la mano de Craig y he vivido mi caminar cristiano junto a él. Ha sido muy difícil orar o leer la Palabra sola, porque lo hacemos juntos. Así que hacer todo eso por mi cuenta es muy diferente, pero tuve que aprender que eso es lo que tendré que hacer de ahora en adelante.
El versículo que sigue volviendo a mi mente es el que dice que hay un solo Mediador entre Dios y los hombres, y ese es Jesucristo, no Craig Owen. Realmente tuve mucho con lo que lidiar en ese momento hace tres semanas. Pero lo superé y ahora estoy en paz, pero definitivamente tenía mucho miedo y me preguntaba: ¿Por qué hacer esto sin él aquí?
Él es mi apoyo, es mi compañero de rendición de cuentas, es mi mejor amigo y me mantiene encaminada. Pero Dios me ha dicho: «Sí, puedes hacerlo sin él, porque estoy aquí contigo».
Nancy: ¿Hay algún temor de tu parte, Craig?
Craig: Los hubo. Terri mencionó las tres semanas; pues hace tres semanas hubo un evento en nuestras vidas que fue decisivo. Estábamos en la sala de emergencias del hospital porque me había deshidratado mucho y me había enfermado por toda la quimioterapia, así que estaban hidratándome y estabilizándome.
En un momento me invadió una sensación abrumadora del Espíritu, y esto no fue algo que me hubiera sucedido antes en mi vida. En mi experiencia, esto fue algo completamente nuevo. Dios me dijo: «Confía en mí; Yo estaré contigo. Yo soy tu Emmanuel; Yo soy tu Paz».
Y estoy hablando de una paz que sobrepasa todo entendimiento. Conozco las Escrituras que hablan muy bien de cómo podemos tener esa fe y esa confianza. Entiendo que eso fue un regalo que Dios me dio: poder confiar en que Él está conmigo en este viaje. No lo escuché audiblemente y tampoco hubo grandes luces ni emociones. Sin embargo, la emoción estaba ahí en un fuerte sentido de que Su presencia me estaba hablando.
Lo único que puedo decir es que, a partir de ese momento, cada minuto de cada día, esa paz no me ha abandonado. Entonces, si llego a casa la próxima semana y todo vuelve y el cáncer se esparce rápidamente en mi cuerpo, sé que tengo esa paz. Tengo la paz de saber adónde voy, ¡estoy seguro en eso! Tengo la paz de saber que no se trata solo de mí. Tengo paz con Terri, de que su corazón está donde Dios quiere que esté y mi corazón está donde necesita estar.
Mi gozo ha sido hablar con amigos para compartir sobre esta paz. Muchos de ellos no lo entienden y me dicen: «Te estás muriendo y lo sabes». Bueno, es cierto que Dios aún podría cambiar las cosas, pero Dios no me dijo: «Ten paz y fe y te quitaré esto». No. Él dijo: «Tengan paz y sepan que estaré con ustedes».
Sé que estaré con Él, aquí o en Su presencia. Dios conoce mi corazón. No quiero morir porque quiero quedarme con mi esposa. El matrimonio con el que Dios nos ha bendecido ha sido tal que no hay otra cosa en mi vida más exitosa y desafiante. Quizá, es un amor que nos muestra solo una porción del amor que Dios tiene por nosotros.
Pero me siento bien sabiendo que, pase lo que pase, no tengo que preocuparme, porque Él está conmigo. Y no son solo palabras, aunque estoy usando palabras para describirlo, sino que, para mí, el sentimiento interno que lo acompaña supera las palabras.
Y por supuesto, da miedo, pero sinceramente estoy feliz. No estoy feliz de querer volver a casa; Dios sabe que mi corazón preferiría quedarse. Pero estoy feliz de saber que mi Dios está tan cerca de mí y que Él me tiene en sus manos y que, pase lo que pase, este viaje es algo que haré con Él. Así que no puedo decir que no tengo miedo.
Nancy: Tienes cuarenta y ocho años y has vivido mucho.
Craig: Sí, así es.
Nancy: Y al mirar todo esto en retrospectiva y ver la mano de Dios y Su gracia y Su misericordia en tu vida, ¿cuál es el mensaje que quieres dejarle a tu familia, a tus amigos? Todavía tienes familiares que no conocen al Señor. Esta es una oportunidad para que digas lo que está en tu corazón.
Craig: Denle a Dios una oportunidad. Creo que muy a menudo tenemos tantas ideas preconcebidas sobre lo que Dios es o no es, que incluso antes de darle la oportunidad, ya lo tienes encajonado en algún lugar. Conocí al Dios vivo y personal hace aproximadamente veinticinco años, y ese mismo Dios es quien me ha dado paz ahora. Él me ha ayudado a superar todas las cosas de las que hemos hablado.
No hay nada que haya visto o encontrado en mi vida que pueda superar ese nivel de confianza, el saber que puedo contar con alguien. Tenemos buenas personas en nuestras vidas con las que podemos contar, pero son falibles y nos fallarán. Sin embargo, Dios nunca falló ni una sola vez.
No se trata de conseguir lo que quieres. No se trata de decir: «Voy a orar por esto, y si no lo consigo, entonces de alguna manera Dios es el que ha hecho algo mal», se trata de una comprensión de quién es Dios y cómo es Su santidad. Estoy emocionado en el aspecto personal de que voy a encontrarme con Cristo en otro reino completamente distinto, en el cielo.
Aunque habrá una brecha entre el aquí y ahora, sé que mi esposa se unirá a mí en algún momento en el futuro, en el tiempo ordenado por Dios. Sé que la familia y los amigos que han aceptado a Cristo también lo harán. Así que quiero animar a todos y cada uno de ellos a recordar que no se trata de querer reencontrarse conmigo, sino de pensar en quién es el Dios Santo. ¿Dónde más querrías estar?
Débora: Craig Owen grabó esta conversación con su esposa Terri y con Nancy en el 2009, antes de ir a casa a morar con el Señor. La vida de Craig podría haber terminado de una manera muy diferente, pues Dios lo salvó de una vida de crimen. Craig pasó de un reino de oscuridad al reino de la Luz.
Dios usó un evento del ministerio de Life Action para lograr este cambio. Los equipos de Life Action visitan iglesias y animan a todos a buscar al Señor para un avivamiento. Craig Owen experimentó el gozo del avivamiento personal.
Ahora, escuchemos la oración que hizo Craig pidiendo que más y más personas también experimenten un avivamiento.
Craig: Señor, vengo ante Ti con un corazón agradecido y abierto, el corazón que Tú tocaste hace muchos años en el avivamiento en Covington. Estoy agradecido por las bendiciones que vimos derramadas allí. Señor, ha sido el deseo de mi corazón a lo largo de estos años que eso se extienda a otras iglesias.
Y aunque lo hiciste en esa área, hay tantas iglesias que aún necesitan esto. Cuando el derramamiento de tu Espíritu se manifiesta, llega al avivamiento y nos cambia de adentro hacia afuera, como solo Tú puedes hacerlo. Oh Dios, toma nuestro concepto de lo que es la iglesia y cámbialo completamente.
Descubrimos que las cosas que creemos importantes, muchas veces son triviales, y las cosas a las que les dedicamos poco tiempo, luego nos damos cuenta de que son muy importantes.
El área de la oración, Señor, es muy relevante porque se trata de orar corporativamente, haciendo el compromiso de inclinarnos ante Ti y buscar Tu rostro y Tu guía para traer avivamiento.
Señor, tú sabes por qué y cuándo lo traes, pero creo que lo haces cuando Tu pueblo te busca, clama ante Ti y te pide por la restauración de la iglesia a su justo lugar. Te pido que nuestras iglesias escuchen ese llamado.
Padre, Tú sabes que el avivamiento corporativo, el avivamiento de la iglesia, comienza primero en nuestros propios corazones. Primero debemos llegar al punto de nuestras vidas en el que reconozcamos esa necesidad. A veces nos sentimos demasiado cómodos, demasiado aislados con lo que hacemos en nuestra vida cotidiana. Oro para que, si es necesario, Tú nos levantes de tal manera que nuestra comodidad desaparezca y seamos retados.
Y Señor, si habrá conflictos, cualquiera que sea el caso, si es necesario para despertar a la iglesia, oramos para que eso suceda. Oramos para que abras esas puertas, que elimines esos problemas. Ayúdanos como individuos, Señor, a enfrentar nuestros pecados, a sacarlos a la luz, y a reconocerlos.
Ayúdanos a ser obedientes al tratar con ellos como Tu Palabra nos enseña. Señor, queremos un avivamiento personal para la familia y los amigos. Podemos hablarles del evangelio, podemos compartir cómo eran las cosas antes, pero nuestro propio caminar personal debe ser uno que Te represente al vivir bien ante las personas que nos rodean.
Así que, Padre, ayúdanos a consagrarnos de tal manera que reflejemos tu verdadero amor, un pequeño reflejo de la verdadera Iglesia de Cristo que Tú quieres que mostremos, teniendo el conocimiento de que ante Ti, el Dios Santo, nuestra relación puede ser mucho más profunda, y que sería mucho más efectiva de tal manera que Te traiga gozo y honor.
Este es el deseo de mi corazón. Amén.
Débora: Craig Owen grabó esa oración por avivamiento en el 2009 antes de partir a morar con el Señor. Durante toda esta semana hemos escuchado su historia de rendición. Craig sabía lo que significaba entregarse a la policía en Estados Unidos y Canadá, pero eso fue porque primero entregó todo al Señor y descubrió la verdadera libertad.
Y bueno, también te hemos estado animando a que puedas obtener una copia del libro de Nancy llamado Rendición: El corazón en paz con Dios. Si Craig pudo tomar la difícil decisión de entregarse ante un tribunal canadiense, Dios puede ayudarte a ti también a rendirte. Este libro te llevará a través de pasos prácticos para vivir una vida entregada. Y este mes de junio puedes obtener una copia de este libro al hacer una donación a Aviva Nuestros Corazones.
Este domingo 8 de junio, celebramos Pentecostés, una fecha clave en la historia de la fe. La palabra «Pentecostés» proviene del griego y significa «cincuenta», pues los judíos conmemoraban esta festividad cincuenta días después de la Pascua. En sus inicios, fue una fiesta de gratitud en la que se presentaban a Dios los primeros frutos de la cosecha (ver Levítico 23:15-22).
Pero en el Nuevo Testamento, Pentecostés adquirió un significado aún más profundo: el cumplimiento de la promesa de Dios. En Hechos 2, vemos cómo el Espíritu Santo descendió sobre los creyentes, uniendo y fortaleciendo al pueblo de Dios en su misión.
Te invitamos este fin de semana a dar gracias a Dios por la salvación que ha alcanzado a todas las naciones a través de Jesucristo y por el Espíritu Santo, quien confirma y afirma nuestra fe.
La próxima semana daremos inicio a una serie que creo que nos ayudará en nuestro peregrinaje en esta tierra y será de ánimo para arraigar nuestras vidas en Cristo y en la verdad de Su Palabra. Esta serie se titula «En busca de Dios», y sé que será de gran bendición para cada una de nosotras. Esta serie se basa en el libro de estudio que lleva el mismo título, escrito por Nancy y por Tim Grissom. Si ya lo tienes te animamos a seguirnos con este a la mano.
Sin más por el día de hoy, me despido esperando que tengas un excelente fin de semana y un bendecido día este domingo junto a tus hermanos en tu iglesia local. ¡Hasta luego!
Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la series de podcast.
Únete a la conversación