La sabiduría de una palabra amable
Nancy DeMoss Wolgemuth: Dannah Gresh afirma que decir palabras sabias es una habilidad que debemos desarrollar.
Dannah Gresh: Mamás, abuelas, animen a sus hijos a practicar piano, pero no dejen de animarles a practicar sus palabras suaves y amables.
Los pequeños conflictos, los pequeños, no son pequeños. Son sesiones de práctica. Son oportunidades para que tú y yo nos preparemos para conflictos mayores. ¿Estás practicando bien?
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 19 de noviembre de 2024.
Nancy: Hace poco me enteré de que Alfred Nobel, el fundador del Premio Nobel de la Paz, es el hombre que inventó la dinamita. Nobel se dio cuenta de lo destructivo que podía ser su invento, y le preocupaba lo rápido que podía utilizarse para desarrollar bombas y otras armas. Y no era así como él quería ser recordado, así que estableció …
Nancy DeMoss Wolgemuth: Dannah Gresh afirma que decir palabras sabias es una habilidad que debemos desarrollar.
Dannah Gresh: Mamás, abuelas, animen a sus hijos a practicar piano, pero no dejen de animarles a practicar sus palabras suaves y amables.
Los pequeños conflictos, los pequeños, no son pequeños. Son sesiones de práctica. Son oportunidades para que tú y yo nos preparemos para conflictos mayores. ¿Estás practicando bien?
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 19 de noviembre de 2024.
Nancy: Hace poco me enteré de que Alfred Nobel, el fundador del Premio Nobel de la Paz, es el hombre que inventó la dinamita. Nobel se dio cuenta de lo destructivo que podía ser su invento, y le preocupaba lo rápido que podía utilizarse para desarrollar bombas y otras armas. Y no era así como él quería ser recordado, así que estableció un premio para el avance de la paz.
Por muy poderosas que sean las bombas, las Escrituras nos dicen que hay algo aún más poderoso. Sí, nuestras palabras pueden ser destructivas como las bombas o promotoras de paz como el hombre que inventó la dinamita.
Eso es algo en lo que Dannah Gresh nos ha estado ayudando a pensar en esta serie basada en los primeros cuatro versículos del capítulo 15 de Proverbios. Si te perdiste el episodio de ayer sobre el poder de una palabra amable, puedes escucharlo en nuestra aplicación AvivaNuestros Corazones o en AvivaNuestrosCorazones.com
Dannah es mi coanfitriona aquí en Aviva Nuestros Corazones y también dirige nuestro ministerio asociado True Girl, un ministerio centrado en alcanzar los corazones de las niñas de siete a once años. Estamos muy agradecidas por ese ministerio.
Dannah también es esposa, madre y abuela, que se deleita con sus pequeños nietos. Aquí está Dannah.
Dannah: Hace unas semanas estuve invirtiendo tiempo en los corazones de mis queridas nietas, Zoe y Addie, que ahora tienen dos años.
Probablemente sepas que los niños de dos años tienen fama de ser terribles. Por supuesto, por supuesto mis nietas no. Pero algunos experimentan lo que llamamos «los terribles dos», y los niños de dos años son conocidos por ello. Se sabe que son terribles.
Así que ese día, vi cómo Zoe se acercaba a Addie y le arrancaba violentamente un juguete de las manos. Zoe se alejó examinando el juguete con absoluta admiración y asombro, completamente ajena a su propio acto egoísta.
Pero Addie, Addie no estaba tan segura de todo aquello. Y ella respondió… Ahora quiero que te imagines esto: al principio, Addie se quedó allí. Creo que potencialmente, momentáneamente, asombrada por la absoluta atrocidad de lo que acababa de ocurrir. Pero en realidad parecía como si estuviera pensando, realmente considerando: «¿Qué hago?».
Entonces, de repente, se acercó decididamente a Zoe, se inclinó para interponer su cara entre la de Zoe y el juguete y miró a Zoe a los ojos, suplicante. Entonces Addie dijo suave y dulcemente: «Zo Zo, comparte. Zo Zo, comparte. Comparte, Zo Zo». Y luego con un poco más de firmeza: «Comparte, Zo Zo».
Bueno, en ese enternecedor momento, tengo que decirte que pude oír la voz de su madre en cada una de las palabras que Addie pronunció. Aleigha Gresh, obviamente, les ha estado enseñando habilidades de resolución de conflictos. Y su manual de entrenamiento parece incluir suavidad y dulzura y la palabra «compartir».
Ahora, en ese último «Comparte, Zo, Zo», Zoe dejó caer el juguete de nuevo en los brazos de Addie y se alejó contenta en busca de otro. (¡Espero que algún día puedas ver a Zoe bailar alegremente! Es algo digno de ver).
Ahora, Addie y Zoe no son perfectas. Tienen sus momentos típicos de niños pequeños. Pero en nuestro pequeño círculo de cuidadores, abuelos, bisabuelos en abundancia, tías, tíos, todos hemos estado observando y comparando notas. Addie y Zoe son conocidas por ser unas niñas extraordinariamente tranquilas. Ya tienen una reputación a la edad de dos años.
Eso me recuerda Proverbios 20:11: «Aun por sus hechos un muchacho se da a conocer si su conducta es pura y recta».
Qué verdad tan profunda y que debemos tener en cuenta como adultos. Lasacciones que realizamos construyen o destruyen nuestra reputación, y eso incluye la forma en que respondemos a los conflictos. He descubierto un impresionante manual de entrenamiento en comunicación de conflictos para adolescentes, matrimonios, familias e individuos. Son cuatro sencillos versículos de Proverbios 15, y dentro de ellos hay varios paralelismos o comparaciones, los cuales sirven como una especie de cuestionario de autoevaluación, que nos ayuda a examinar nuestras reacciones hacia los demás.
De hecho, toma tu Biblia ahora mismo, o tu teléfono, y busca Proverbios 15. Me encantaría mostrarte esto. Me encantaría ensenártelo. Y mientras buscas ese pasaje, déjame preguntarte: ¿por qué eres conocida?¿Respuestas suaves y amables?¿O palabras duras que provocan ira?
Estamos en una serie donde nos sumergimos en los primeros cuatro versículos de Proverbios 15 para aprender lo que la Palabra de Dios dice sobre el poder de una palabra amable, la sabiduría de una palabra amable, y la recompensa de una palabra amable.
Ayer, vimos el poder de una palabra suave en el versículo 1: «La suave [o amable] respuesta aparta el furor, pero la palabra hiriente hace subir la ira».
El día de hoy, vamos a explorar la sabiduría de una palabra suave. La encontramos en el versículo 2. Y mañana veremos los versículos 3 y 4, y veremos la recompensa de una respuesta gentil. No querrás perderte eso. Esa es la buena parte.
Ahora, antes de leer el capítulo 15 del libro de Proverbios, alejémonos un poco y veamos el panorama general de este libro de la Biblia.
Proverbios es una colección de dichos sabios memorables, junto con otros libros, como Job, los Salmos, y algunos otros libros de la Biblia. Proverbios se conoce como lo que se llama «literatura sapiencial».
¿Qué es la «literatura sapiencial»? Bueno, no es lo mismo que la Ley. No son mandamientos para nuestras vidas. Pero tampoco es lo mismo que profecía. La profecía es la revelación divina al pueblo de Dios directamente de Dios.
La «literatura sapiencial» es de inspiración divina, pero se recoge del pueblo de Dios. Y estos dichos sabios nos enseñan cómo vivir de una manera que honra a Dios y a los demás. Ahora, por supuesto, supongo que lo que estoy diciendo es que Proverbios está escrito para ayudarnos a saber cómo vivir bien en el mundo de Dios.
La gran tesis, o la gran idea de Proverbios, es honrar a Dios o temer a Dios. Sométete a Dios en cada acción que realices, en cada palabra que pronuncies. Por supuesto, como se aplica al pasaje que estamos viendo hoy, es temer a Dios y dejar que Él tenga la última palabra en todo lo que decimos, en todo lo que yo digo, en todo lo que tú dices.
Mucha gente dice que el versículo clave de Proverbios es el capítulo 1, versículo 7. Dice así: «El temor del Señor es el principio de la sabiduría». Temer a Dios, honrarlo, respetarlo, someterse a Él, ahí es donde realmente comienza la sabiduría para toda nuestra vida práctica. Comienza allí con el temor de Dios.
Ahora, si me preguntan, temer a Dios es una tarea bastante grande. Así que el resto de estos sabios y memorables refranes del libro nos lo detallan, y hacen que el libro de Proverbios sea muy práctico, muy útil para la vida.
De hecho, hace muchos años tomé la decisión de leer un capítulo de Proverbios cada día. Ahora, a veces me salto algún día, pero, por regla general, es una pauta, un ritmo en mi lectura bíblica. Y como hay 31 capítulos en Proverbios, eso significa que tardo aproximadamente un mes en leer todo el libro.
Llevo haciendo esto desde que tenía veintiséis años. Estas palabras me resultan muy familiares. Y eso significa que son más accesibles para mí en la vida real. Como estoy familiarizada con ellas, los pensamientos básicos están ahí para que los use y aplique cuando más los necesito.
Ahora, este es solo un reto extra para ti hoy, pero quiero invitarte a que consideres unirte a mí en este hábito de leer un capítulo de Proverbios cada día.
Leamos los primeros cuatro versículos de Proverbios 15 una vez más. Nunca está de más escuchar la Palabra de Dios una y otra vez, ¿verdad? Aquí están. Proverbios 15:1-4: «La suave respuesta aparta el furor, pero la palabra hiriente hace subir la ira».
Ayer exploramos este primer versículo, y descubrimos el sorprendente poder de una respuesta suave y amable.Esta no solo calma la ira de alguien que nos resulta difícil, sino también la frustración, la rabia y la angustia de nuestro propio corazón. Cuando te tomas el tiempo para buscar esa respuesta suave y amable a algo que te está frustrando, tu actitud y tu mente cambian. Ese es el poder de una respuesta amable.
En el siguiente versículo, versículo 2, vemos la sabiduría de una respuesta amable. Dice: «La lengua del sabio hace grato el conocimiento, pero la boca de los necios habla necedades».
Y, finalmente, versículos 3 y 4, la recompensa de una respuesta amable, eso es lo que veremos mañana: «En todo lugar están los ojos del Señor, observando a los malos y a los buenos. La lengua apacible es árbol de vida, pero la perversidad en ella quebranta el espíritu».
Quiero que volvamos al versículo 2 y veamos hoy la sabiduría de una respuesta amable: «La lengua del sabio hace grato el conocimiento, pero la boca de los necios habla necedades».
Aquí vemos una característica común que se encuentra en muchos Proverbios: el paralelismo.Es el contraste de dos realidades opuestas. Son realidades que no pueden coexistir.O se opera de esta manera o de la otra.No hay un término medio.
Ahora, cuando exploramos el versículo 1, aprendimos que puedes actuar como una mujer que responde al conflicto con una palabra suave y gentil. O puedes resoplar dureza; resoplas palabras sin pensar, y despertarás ira.
En el versículo de hoy, aprendemos que o hablas con sabiduría y haces que el conocimiento sea comprensible y atractivo a los demás,o hablas como un necio y hablas lo que la Biblia llama «necedad». ¿Cuál escogerás?
Ahora, cuando estoy haciendo una elección… bueno, soy una mujer a la que le gustan los detalles. Así que hoy les daré algunos. Déjame darte algunos detalles sobre las opciones que tienes ante ti:
Opción A: «La lengua del sabio hace grato el conocimiento».
El primer y obvio hecho es que esta elección es la marca de ¿quién?, ¿de qué clase de mujer?, una mujer sabia.Una persona sabia no es impulsiva, sino propensa al autoexamen y al dominio propio.Y eso conduce al pensamiento claro y a las buenas acciones. Y esas acciones son las que hacen que la sabiduría de una mujer sea evidente para los demás.
Pero miremos de cerca para ver un tesoro oculto en las palabras: «La lengua del sabio hace grato el conocimiento» Encontré esto tan interesante. Sigue el rastro conmigo.
Hacer grato significa alabar. Una lengua sabia hace grato el conocimiento. Lo señala y dice: «Es bueno». Tal vez, también, la lengua de esa persona sea digna de elogio. La lengua de una mujer sabia es digna de alabanza.
Eso es lo que vemos en la superficie. Pero en el idioma hebreo, la palabra que se usa aquí es una que se utiliza cuando se describe a un músico excelente. Isaías 23:16 la usa para describir a una persona que puede «tocar bien el arpa». (¡Eso no es algo que yo pueda hacer! ¡Quizá sea algo que tú puedas hacer!) Ezequiel 33:32 la usa para referirse a un músico que puede tocar con destreza.
Así que este versículo, sobre nuestra lengua, está describiendo a alguien que usa el instrumento de su lengua como un músico profesional. ¿Te gusta eso? A mí me encanta. ¿Sabes en qué me hace pensar? ¡En Addie y Zoe! Probablemente estés diciendo: «Por supuesto, abuela Dannah, todos los caminos conducen a Addie y Zoe». Pero no es solo porque la abuela Dannah no pueda dejar de pensar en que sus nietas son apapachables. Es porque están practicando esta verdad.
Verás, ningún músico, ningún músico, se vuelve digno de elogio de la noche a la mañana. ¡Practican! Mamás, abuelas, animen a sus hijos a practicar el piano, pero no dejen de animarles a practicar sus palabras suaves y amables. Y que nosotras también practiquemos. (Yo hace tiempo que dejé de practicar con el piano. Sé tocar los Palillos, y eso es todo, pero no mucho más que eso). Espero, sin embargo, no dejar nunca de practicar mi amabilidad, mi suavidad.
Los pequeños conflictos, los pequeños: quién saca la basura en tu casa; si tú o tu compañera de piso limpian sus platos; la competencia por conseguir el mejor asiento en una conferencia, no son pequeños. No son pequeños en absoluto. Son sesiones de práctica.Son oportunidades para que tú y yo nos preparemos para conflictos mayores.
¿Estás practicando bien? ¿Practicas con el corazón adecuado? ¿La respuesta correcta? ¿La actitud correcta? ¿Las acciones correctas? ¿Las palabras correctas?
Creo que una mujer en las Escrituras, que probablemente tuvo mucha práctica en elegir una lengua de sabiduría, que elogió el conocimiento, es Abigail. Leemos acerca de esta preciosa mujer en 1.ª Samuel, capítulo 25.
Ahora, ella estaba casada con un hombre, Nabal, que era conocido por sus duras palabras. También era conocido como un tonto. Creo que por eso ella tenía tanta práctica. Pero también vemos que esa práctica fue útil cuando un conflicto tenía riesgos mortales.
Abigail y su esposo Nabal aparecen en las páginas de la Biblia cuando surge un conflicto entre Nabal y el rey David. Parece que el rey David lo persigue. Ya sabes, el hombre que ha matado a sus decenas de miles. Había mucho en juego en este conflicto, y parecía que Nabal moriría pronto, salvo porque Abigail interviene valientemente con una respuesta suave y amable.
Nuestra anfitriona en Aviva Nuestros Corazones, Nancy DeMoss Wolgemuth, enseñó una serie sobre esto. Escuchemos cómo Abigail ejemplifica una lengua de sabios y Nabal es sin duda un modelo de un necio que habla necedad.
Nancy (en la serie «Abigail: Cómo vivir con personas difíciles en tu vida»):
Hemos visto que Nabal era un hombre duro, severo, áspero… Él se portaba mal; era egoísta, era tacaño, era áspero con su lengua y severo en su espíritu. Queremos que el ejemplo de Nabal y de David sea una advertencia y nos lleve a decir: «Esa no es la manera de responder a la vida», y ver que hay consecuencias si respondemos como Nabal.
Pero estamos viendo en Abigail una forma alternativa de responder, una manera diferente. Es el camino de la sabiduría, la forma que tiene una mujer virtuosa, que hace una diferencia en las personas a su alrededor.
Así que veremos el versículo 30 de 1 Samuel capítulo 25. Estamos en medio de un discurso. Es una apelación que Abigail hizo a David.
Ella le dijo: «David, no importa quién venga después de ti, tú eres el siervo de Dios. Dios te ha ungido para ser rey. Tú vas a estar a salvo en Dios. No es necesario que tomes este asunto en tus propias manos».
Ella ahora está apelando a él: «No hagas algo de lo que más tarde te arrepentirás». En los versículos 30-31, le dice a David:
«Y sucederá que cuando el SEÑOR [Dios] haga por mi señor [David] conforme a todo el bien que Él ha hablado de ti, y te ponga por príncipe sobre Israel, esto no causará pesar ni remordimiento a mi señor, tanto por haber derramado sangre sin causa como por haberse vengado mi señor. Cuando el SEÑOR haya hecho bien a mi señor, entonces acuérdate de tu sierva».
Ella apela a David sobre la base de su bienestar a largo plazo. «David, tú vas a ser el rey. Dios te ha nombrado. Dios te va a exaltar. No hagas algo de lo que te arrepentirás más tarde. No derrames sangre innecesariamente. No tomes venganza por ti mismo. Déjale eso a Dios».
Dannah: ¡Qué sabiduría! Eso decía Nancy DeMoss Wolgemuth en una serie que analizaba la vida de Abigail.
«La lengua del sabio hace grato el conocimiento». Abigail vivió ese proverbio. «Pero la boca de los necios habla necedad». Nabal tenía eso cubierto, ¿no?
Abigail era disciplinada, autocontrolada. No reaccionó, sino que pensó claramente su respuesta. Se tomó el tiempo para buscar la respuesta suave. Era sabia. Y como resultado, sus palabras amables no solo salvaron a su esposo de la muerte a manos de David, sino que también rescataron a David de una decisión tonta e impulsiva de la que más tarde se arrepentiría.
Quiero que veas esto: su respuesta suave y amable hizo que el conocimiento fuera comprensible y atractivo para David. Y eso alteró el curso de los acontecimientos. Una vez más, ese es el poder de una lengua amable.
Ahora, ¿por qué fue Abigail capaz de hacer esto? Creo que es porque ella había practicado fielmente cómo usar bien su lengua, y escogió una lengua de sabiduría que hacía grato el conocimiento. Esa es nuestra primera elección.
Y nuestra segunda elección, la opción B es la siguiente: «La boca de los necios habla necedades».
Ahora, el primer hecho obvio en esta elección es que es la marca de un individuo necio. Una mujer necia es indisciplinada, impulsiva, descontrolada. Ella falla en examinar cuidadosa y valientemente su propia vida. Así es como probablemente se convirtió en una tonta para empezar. Esa clase de mujer habla locura.
¿Qué es la locura? Lees esa palabra en la Biblia. Nunca he sabido lo que es. Así que la busqué esta vez. Locura es el lenguaje de rechazar, o resistir, o ignorar a Dios y Sus caminos. ¡Wow! Porque el principio de la sabiduría es el temor de Dios, alguien que abraza la necedad nunca la tendrá. Puesto que rechazan activamente a Dios, incluso verbalmente, no tienen ninguna sabiduría.
Ahora, ¿cómo suena esto de rechazar o resistir a Dios cuando sale de una persona insensata? El versículo dice que «la lengua de los sabios alaba el conocimiento, pero la boca de los necios habla necedades». ¿Qué significa «hablar necedades» por todas partes?
Bueno, lo primero que pienso es que las palabras pueden ser desordenadas, ¿verdad? En un comentario que leí, el acto de derramar necedades se comparaba con un eructo. Parece tan poco femenino que estuve muy tentada de pasarlo por alto. Pero no podía dejar de pensar en ello mientras estudiaba esa extraña palabrita de seis letras, a menudo vergonzosa: eructo.
Es involuntario. No está planeado. Surge sin más, a menos que decidamos controlarlo, porque existe ese breve momento en el que el estímulo del movimiento de gases en nuestro interior nos da la oportunidad de elegir cómo responder: Controlar el eructo o dejarlo salir.
Como ya he dicho, sé que esto es muy poco femenino, socialmente inaceptable y vergonzoso. Pero también lo es la locura. Escogemos controlar el impulso de eructar porque es vergonzoso. ¿Por qué no controlamos el impulso de soltar palabras tontas por la boca?
Hablemos de la palabra «elección». Una de las grandes diferencias entre una mujer sabia y una tonta, cuando se trata de responder a un conflicto, es lo que ella escoge en el pequeño espacio entre un estímulo y su respuesta.
Ahora bien, un estímulo puede ser casi cualquier cosa: que tu socio llegue tarde a una reunión importante, otra vez. O podría ser una publicación en las redes sociales que se burla completamente de algo que tú consideras sagrado. O un estímulo puede ser que tu hijo pequeño salga a hurtadillas de su cuna, después de que lo hayas acomodado y puesto a dormir tres veces, para interrumpir tu tan necesario baño (¡lo siento por ti, mamá!).
Ocurren cosas cotidianas, cosas que no son lo que queríamos o esperábamos. Y esos son los estímulos de nuestras vidas, a los que tenemos que responder. Pero entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En lo que ocurre en ese espacio flota la diferencia entre la sabiduría y la insensatez.
Una mujer sabia considera cuidadosamente sus elecciones. Y no es que no sienta el impulso de eructar por toda la situación, pero opta por ocupar ese espacio, por responder con dominio propio sin importarle qué sentimiento aflore en su interior.
El hecho es el siguiente: podemos controlar lo que sale de nuestra boca.
Pienso en una mujer en las Escrituras que probablemente modela «la boca del necio que habla necedades»: la esposa de Job.
Ahora bien, ella estaba casada con un hombre que la Biblia llama «intachable y recto». Job era un hombre sabio.
Job y su esposa aparecen en las páginas de la Biblia justo cuando la devastación absoluta golpea su hogar. Llegaron mensajeros con malas noticias sobre malas noticias. Al final del día, su riqueza había desaparecido y, bueno, ¿sabes qué? Nancy DeMoss Wolgemuth también enseñó una serie sobre este pasaje. Escuchemos como ella muestra el contraste entre la respuesta de Job y la respuesta de su esposa. Nancy comienza en Job capítulo 1, versículo 18, con el resumen de este día terrible, horrible, nada bueno, muy malo.
Nancy (en la serie Sabiduría para padres [Job 1]):
Y luego, mientras Job aún se está recuperando de todas estas malas noticias, llega el golpe más aplastante de todos.
El versículo 18 dice: «Mientras estaba este hablando, vino otro y dijo: “Tus hijos y tus hijas, ellos estaban comiendo y bebiendo vino en la casa del hermano mayor, y he aquí vino un gran viento del otro lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, y esta cayó sobre los jóvenes y murieron; solo yo escapé para contártelo”».
Entonces, ¿cómo respondió Job?
Dios no estaba actuando de una manera que pudiéramos haber pensado que él actuaría, para un hombre que es descrito de la forma en que Job es descrito en esos primeros versículos del capítulo 1. Fue desconcertante, fue misterioso.
Entonces, la respuesta natural de un hombre que enfrenta este tipo de circunstancias habría sido resentir las circunstancias, amargarse, cuestionar la bondad y la sabiduría y el carácter de un Dios que permite tales cosas si es que siquiera existe. Quiero decir, ¿no sería esa una respuesta natural a la clase de día que Job acaba de pasar?
Bueno, Job había estado preocupado, leímos antes, porque sus hijos no maldijeran a Dios en sus corazones. Y a raíz de sus pérdidas, en el mismo capítulo, él mismo estuvo tentado a maldecir a Dios, la misma cosa que había orado que sus hijos no hicieran.
De hecho, cuando llegas al capítulo 2, su esposa, quien está inmersa en su propia pena y en su pérdida, ella perdió las mismas cosas, todas las mismas cosas que Job perdió. Ella perdió diez hijos a los que ella había dado a luz. Perdió todas esas posesiones. Y en su propia pena y pérdida, ella lo presiona a él para que haga exactamente lo que él había estado orando que sus hijos no hicieran.
En el versículo 9 del capítulo 2 dice:
«Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete».
Job había orado: «Dios, no permitas que mis hijos te maldigan en sus corazones». Y ahora su esposa le dice: «Maldice a Dios y muérete».
Ahora, creo que esto no es necesariamente una respuesta de odio a Dios por parte de la esposa de Job. No lo sabemos con certeza. Todo lo que sabemos es lo que se dice aquí. Pero aquí tenemos a una mujer que había sufrido increíblemente junto a su marido. Y tal vez solo estaba deseando aliviar el dolor. Tal vez ella estaba pensando: Si maldices a Dios, Él puede matarte y sacarte de tu miseria. No sabemos lo que estaba pensando, pero sabemos cuál fue la tentación: maldecir a Dios.
Y en el versículo 10, él le dice:
«Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios».
Dannah: Pero su esposa sí que lo hizo, ¿no? Sugiriendo que, incluso en todo este dolor, la forma en que su necia esposa respondió fue pecaminosa. «Como habla cualquier mujer necia, has hablado». No pudo controlar lo que surgía dentro de ella. Ella incontrolablemente derramó los pensamientos que estaban en ella.
«La lengua del sabio hace grato el conocimiento, pero la boca de los necios habla necedades» (Prov. 15:2)
Ahora, amiga, siento que necesito decirte que si estás pasando por algo devastador en este momento, quiero que sepas que puedes hablar honestamente con Dios.Él puede manejarlo.Trae a Él lo que hay en ti, pero tráelo a Él, y hazlo reflexivamente.No lo lances como una acusación contra Él cuando hables con otros.El lenguaje de rechazar o resistir a Dios es la definición misma de locura, necedad.Escoge la sabiduría.
Esta historia de Job y su esposa es un buen recordatorio para nosotras. Pocas cosas revelan más si la sabiduría o la insensatez residen en nuestros corazones que la pérdida, el dolor y las dificultades. Los conflictos surgen cuando los individuos responden de manera diferente a la misma experiencia. Nunca necesitamos más sabiduría para usar nuestras palabras que cuando la vida se desmorona.
Bob y yo tenemos dos preciosos amigos, Aarón y Amy, cuya hija de siete años murió en un trágico accidente de carro hace muchos años. Recientemente nos sentamos con ellos. Han pasado casi quince años, y reflexionaron sobre esa pérdida. Una de las cosas de las que hablamos fue de lo conflictivo que era su matrimonio. Era un resultado directo del dolor. ¿Por qué? Porque vivían el duelo de forma diferente, y eso creaba conflictos.
Nos contaron que su matrimonio es en parte un milagro de Dios y en parte, escucha esto, aprender a no decir cada cosa que piensan. Aarón dijo que incluso hubo momentos en los que tuvo que subirse al carro e irse a dar una vuelta para no soltar sus pensamientos a su esposa. Escogió usar el tiempo entre el estímulo y su respuesta para buscar dominio propio. Tomó tiempo para pedirle al Señor que lo aconsejara y lo entrenara para responder con sabiduría.
Decía que, cuando salía a dar esos paseos en carro, era porque unos momentos de oración no bastaban para obtener la sabiduría necesaria para superar el dolor que sentía. Ampliaba activamente el espacio entre el estímulo y su respuesta, porque era muy difícil luchar contra lo que le venía del interior.
Y aquí es donde realmente comenzamos a ver la sabiduría de una respuesta amable: las mujeres sabias, y los hombres sabios, asisten a la escuela de Dios de entrenamiento para tener dominio propio. Lo que estoy diciendo es: no viene naturalmente. Recuerda: se practica.
Tito 2:11-12, uno de mis pasajes bíblicos más preciados, dice:
«Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente. . .».
¿Estás siendo entrenada por Dios para hablar con palabras amables y suaves de sabiduría? ¿O te estás saltando las clases?
¿Recuerdas cómo podía oír la voz de Aleigha, mi nuera, cuando Addie respondió con tanta dulzura a Zoe cuando surgió un conflicto entre mis nietas gemelas de dos años? Bueno, ese día honraron a Aleigha, su madre, y todo su arduo trabajo al enseñarles a ser suaves, gentiles y amables entre ellas, incluso cuando había un conflicto.
Me hizo pensar lo siguiente: Quiero ser así. Quiero que la gente escuche la voz de Cristo en todo lo que digo. Quiero que vean Su capacitación en mi vida, incluso cuando, supongo, especialmente cuando estoy en conflicto con alguien. Quiero que sea obvio que Él me ha estado entrenando, y que el curso que ha utilizado incluye habilidades de dominio propio, suavidad y mansedumbre.
Que yo sea, y que ustedes sean, mujeres que abracen la sabiduría de una palabra amable.
Nancy: ¡Amén! ¡Que así sea!
Es tan útil que nos recuerden, y yo necesito que me lo recuerden a menudo, que las respuestas suaves son una habilidad que necesitamos desarrollar. La sabiduría de una palabra suave no viene naturalmente para ninguna de nosotras.
Dannah Gresh mencionó ir a la escuela de entrenamiento de Dios. Así que déjame preguntarte: ¿qué es lo que puedes hacer hoy que te sentará, por así decirlo, en una clase de dominio propio? ¿Hay alguna relación que hayas roto por tus palabras duras, ásperas? ¿Te unirías a mí ahora mismo para pedirle a Dios que nos ayude a sustituir las palabras hirientes por palabras amables?
Oh Padre, todas hemos pecado contra ti y contra otros con palabras hirientes. Hemos sido rápidas para las palabras hirientes y lentas para las palabras amables. Necesitamos Tu ayuda. Necesitamos Tu gracia. Necesitamos Tu Espíritu Santo. Necesitamos que Tú nos lo recuerdes. Gracias por el recordatorio que hemos recibido de Dannah hoy, y te pido que nos ayudes cuando esas palabras hirientes estén listas para salir de nuestras bocas, y que reemplaces esas palabras ásperas con palabras llenas de misericordia, gracia y bondad.
Y estoy pensando en una situación que enfrenté hoy donde necesité Tu ayuda, Tu poder, Tu gracia para hablar palabras amables. Gracias porque nos das ese poder cuando te lo pedimos. Haz que seamos un reflejo del corazón bondadoso y amable de Cristo en las palabras que hoy dirigimos a los demás. Te lo ruego en el nombre de Jesús, amén.
Si quieres obtener más ayuda para controlar tu lengua, lo que todas necesitamos, quiero animarte a que obtengas una copia del folleto titulado, El Poder de las Palabras. Es un folleto basado en mis enseñanzas sobre la lengua del libro de Proverbios, y está disponible para ti exclusivamente en Aviva Nuestros Corazones.
Este estudio devocional te ayudará a profundizar en la Palabra de Dios y a crecer en el uso de tus palabras. Puedes obtenerlo visitando AvivaNuestrosCorazones.com
Bien, hemos visto el poder y la sabiduría de las palabras amables, pero es natural que nos preguntemos: ¿Qué gano yo con ellas? Bueno, en realidad, hay mucho para nosotras. Dannah volverá mañana para compartirlo con nosotras: la recompensa de las palabras amables. Por favor, regresa con nosotras aquí, a Aviva Nuestros Corazones.
Dannah: Llevándote a la escuela de Dios, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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