La Vara y la Llave
Débora de Rivera: En el antiguo villancico «Oh ven, oh ven, bendito Emmanuel», se canta sobre la «Llave de la casa de David». ¿Qué significa eso? Nancy DeMoss Wolgemuth nos dice que esa llave es Cristo.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Él tiene la llave de la sabiduría que necesitas para vivir esta vida. Él es la llave de David, la llave de todo lo que necesitas como hija de Dios.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 16 de diciembre de 2025.
Aviva Nuestros Corazonesquiere traerte verdades eternas para cada temporada de la vida, y hoy Nancy te mostrará algunas verdades hermosas del evangelio que se encuentran en un villancico navideño clásico. Ella continúa con esta serie de Adviento titulada: «Ven y adoremos: el evangelio en villancicos».
Nancy: Durante estos días, al inicio del Adviento, …
Débora de Rivera: En el antiguo villancico «Oh ven, oh ven, bendito Emmanuel», se canta sobre la «Llave de la casa de David». ¿Qué significa eso? Nancy DeMoss Wolgemuth nos dice que esa llave es Cristo.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Él tiene la llave de la sabiduría que necesitas para vivir esta vida. Él es la llave de David, la llave de todo lo que necesitas como hija de Dios.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 16 de diciembre de 2025.
Aviva Nuestros Corazonesquiere traerte verdades eternas para cada temporada de la vida, y hoy Nancy te mostrará algunas verdades hermosas del evangelio que se encuentran en un villancico navideño clásico. Ella continúa con esta serie de Adviento titulada: «Ven y adoremos: el evangelio en villancicos».
Nancy: Durante estos días, al inicio del Adviento, hemos estado hablando de varios villancicos navideños. Hace unos años los grabé en un disco donde toco el piano, y se titula Come Adore (Ven y adoremos), que incluye algunos instrumentos hermosos y músicos que también formaron parte de la grabación en Nashville. Ellos contribuyeron a que estos villancicos se convirtieran en una forma hermosa de celebrar esta época del año.
Débora: Si estás interesada en adquirir el álbum Come Adore de Nancy, puedes visitar la tienda digital de Revive Our Hearts.
Nancy: Hoy continuaremos hablando de uno de los villancicos más antiguos, quizás el más antiguo que se canta hoy en día. Se titula «Oh Ven, Oh Ven, bendito Emmanuel». Ayer hablamos de que su origen se remonta al siglo VIII o IX. Originalmente, era un poema de siete estrofas que se cantaba a coro. Se leía un pasaje de las Escrituras y luego se cantaba o recitaba una estrofa cada día de la semana previa a la Navidad.
Las estrofas de este gran villancico, de este gran himno, expresaban el anhelo y la anticipación de que el Mesías viniera y llenara las necesidades de Su pueblo. Entonces, cada una de las estrofas comienza con un título para el Mesías, y la mayoría de estos títulos provienen del Antiguo Testamento. Fueron profetizados por los profetas del Antiguo Testamento.
Ayer vimos la primera estrofa de «Oh Ven, Oh Ven, bendito Emmanuel». Ese título que se tomó del libro de Isaías, capítulo 7, versículo 14. La primera estrofa dice:
Oh ven, oh ven, Emmanuel
de la maldad rescata a Israel
que llora en triste desolación
Y espera ansioso su liberación.
Esta es una oración que expresa el anhelo de que venga el Mesías, Emmanuel, Dios con nosotros.
Hoy vamos a ver dos estrofas y dos títulos más que se refieren al Mesías: la Vara de Isaí y la Llave de David.
Es probable que hayas cantado estas estrofas, tal vez en los servicios de la iglesia durante la temporada navideña, o quizás hayas escuchado la música con estas palabras. Pero si alguien te preguntara: «¿Qué es la Vara de Isaí o la Llave de David?», ¿tendrías alguna idea? Bueno, esperemos que después de hoy la tengas.
Entonces, veamos primero la estrofa que habla del Mesías como la Vara de Isaí. En esta estrofa, vemos un tono de fe en el triunfo y la victoria finales de Emmanuel. Escucha lo que dice esta estrofa en el himno original:
Oh, ven, Vástago del tronco de Isaí
de las garras de los enemigos,
de la profundidad del abismo
y del infierno, libra a los tuyos.
Ahora, cuando leí por primera vez esta estrofa, «Vara de Isaí, salva a Tu pueblo, libra a los que son Tu heredad de la mano del opresor», pensé en la vara como un bastón poderoso, un cetro real. Me pareció que eso debía ser de lo que se estaba hablando, una vara con la que Cristo ejecuta juicio sobre Sus enemigos.
Pero al estudiar esto en el contexto del Antiguo Testamento, de donde proviene este término, en realidad es algo muy diferente. Permíteme leer en Isaías, capítulo 11, versículo 1. Ahora, esto se traduce de manera un poco diferente en las distintas versiones de la Biblia, pero esencialmente todas tienen el mismo significado. Dice:
«Entonces un retoño brotará del tronco de Isaí,
Y un vástago dará fruto de sus raíces».
¿Te suena un poco como un trabalenguas? Probablemente sí. Pero tiene mucho sentido, y es un título muy importante para el Mesías.
«Saldrá una Vara del tronco de Isaí». Otra versión dice: «De ese tronco que es Jesé [o Isaí], sale un retoño; un retoño brota de sus raíces» (DHH)
Ahora bien, ¿quién es Jesé, o Isaí? Bueno, quizás recuerdes que Isaí era el padre de David, quien fue ungido como segundo rey de Israel. Isaí provenía de una familia pobre y desconocida. Su familia no era de linaje real. Él no tenía riqueza. No eran una familia privilegiada. Eran una familia de pastores comunes. Y, sin embargo, Isaí y su hijo David, quien se convirtió en rey de Israel, ambos se convirtieron en antepasados de Cristo.
Entonces, ¿qué es esta «Vara, o este vástago del tronco de Isaí», este «retoño que brota de sus raíces»? Bueno, las palabras «vara» y «retoño» en este contexto, se refieren a algo «débil, pequeño y tierno». Podría referirse a una ramita, algo que se puede romper fácilmente.
Ahora, sé que cuando decimos la palabra vara, no pensamos en eso, pero aquí la palabra hebrea es algo pequeño y débil; una ramita. Podemos ver este concepto en Isaías 53, en el versículo 2, donde habla del Mesías. Voy a leerte de la Nueva Versión Internacional, donde dice:
«Creció en su presencia como vástago tierno, como raíz de tierra seca. No había en Él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo y nada en su apariencia lo hacía deseable».
Entonces, de una manera consistente, a lo largo del Antiguo Testamento vemos esta imagen del Mesías que vendría en humildad. Que sería despreciado. Sería rechazado. Moriría como un criminal, como una «rama quebrada». Por el contrario, en Isaías, capítulo 10, versículo 33, los enemigos de Dios son comparados con ramas fuertes y elevadas que se alzan sobre la tierra, árboles grandes y fuertes. Y, sin embargo, Cristo, el Mesías, es comparado con una ramita tierna.
Y esta es la parte asombrosa de la historia: ¡La pequeña rama triunfará sobre los árboles imponentes! Ese es el evangelio. La ramita, que fue quebrada y colgada en una cruz para morir, ¡finalmente triunfará sobre estos grandes árboles imponentes que son los enemigos de Dios!
Isaías 11, versículo 2, dice:
«Y reposará sobre Él el Espíritu del Señor [sobre esta vara, sobre esta ramita… versículo 4:] Herirá la tierra con la vara de Su boca, [esta es un tipo de vara diferente], y con el soplo de Sus labios matará al impío» (vv. 2, 4).
Entonces, aquí viene el Mesías. Ahora, los judíos del Antiguo Testamento no entendían esto. Solo se les dio un destello de lo que nosotros podemos ver más claramente hoy. El Mesías vendría como una ramita humilde, tierna, pequeña, frágil, débil, humana, que sería quebrantada, cortada, pero el Espíritu del Señor reposaría sobre Él. Resucitaría con poder y, finalmente, herirá la tierra y destruirá a los enemigos de Dios con la vara de su boca. De la debilidad al poder, no era en absoluto como los judíos esperaban que viniera el Mesías, pero estaba profetizado en el Antiguo Testamento.
Y vemos que este tema continúa en el Nuevo Testamento. En 2.ª Tesalonicenses, capítulo 1, dice que: «Pero que Él [aquí se refiere a Cristo, cuyo nacimiento celebramos en esta época] que Él les dé alivio a ustedes que son afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con Sus poderosos ángeles en llama de fuego dando castigo a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús.» (v. 7,8).
Así que Él vino como esa débil, vulnerable, pequeña, diminuta y frágil vara de Isaí, sus inicios fueron humildes, oscuros y en pobreza, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y un día regresará con gran poder y con Sus ángeles poderosos para vengarse de aquellos que lo entregaron a la muerte, y aquellos que no obedecen Su evangelio.
Este concepto lo vemos en Hebreos, capítulo 2, donde dice que Cristo «participó de lo mismo [es decir, de nuestra humanidad, se hizo débil y frágil] para mediante la muerte destruir el poder de aquel que tenía el poder la muerte, es decir, el diablo [a través de su disposición a ir a la cruz y morir, Cristo le quitó el poder al diablo, que tenía el poder de la muerte] y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida» (vv. 14-15).
Entonces tenemos aquí la vara de Isaí, el Hijo del Hombre humilde y manso, que en el poder del Espíritu Santo, sale victorioso sobre todos los enemigos de Dios, y vence a la muerte, libera «a los que por el temor a la muerte [como dice este villancico] estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida» de las fauces del infierno.
Esta es una historia maravillosa. ¿Quién podría haberla imaginado? Nunca la hubiéramos escrito así, ¿no es así? Habríamos querido que viniera con la vara de Su boca y destruyera a todos Sus enemigos. Y lo hará. Pero primero vino como ese bebé pequeño y débil humano.
Él nos libra de Satanás, del infierno y de la muerte, como dice este villancico. ¿Y cómo lo hace? Salvándonos, no de los romanos, o los babilonios, los egipcios, lo que sea que haya en el mundo. Algún día hará eso tambien, pero Él nos salva de Satanás, del infierno y de la muerte, salvándonos de un enemigo aún más poderoso, y ese es nuestro pecado.
Por eso tuvo que venir como humano. Por eso tuvo que morir, para poder salvarnos de nuestro pecado y, de ese modo, salvarnos de Satanás, del infierno y de la muerte.
Entonces, ¿qué podemos aprender para nuestra vida de esta Vara de Isaí? Bueno, en primer lugar, la Vara de Isaí, puede liberarte del dominio de Satanás. Él puede salvarte del infierno. Él puede darte la victoria sobre la muerte. Y puede hacer lo mismo por aquellos que amas.
Algunas de ustedes llevan una carga por sus hijos o hijas, nietos, cónyuge, padres, alguien en su lugar de trabajo, alguien en su vecindario a quien pueden ver que está en esclavitud, en las garras del pecado y de Satanás, y saben que si Dios no interviene, estarán separados de Él por toda la eternidad.
Están lejos de Dios. Están huyendo de Él. Y puede que estén sentados en la iglesia, pero tú sabes que en su corazón se resisten a Dios. Ya sea que eso sea cierto para ti o para alguien que conoces y amas, o por quien te preocupas, la verdad de este villancico es que la vara de Isaí, esa ramita, quebrada en la cruz, puede liberarte de todo eso, y puede liberar a tus seres queridos.
«Él rompe el poder del pecado; Él libera al cautivo», como dijo el compositor de este himno, Charles Wesley.
Ahora, permíteme hacer esta observación: puede que seas una ramita, un retoño tierno, una raíz en tierra seca, desconocida, pobre, humilde, que se siente impotente, débil, frágil y quebradiza. Quizás, en las circunstancias en las que te encuentras, sientes que lo próximo que te sucederá, hará que te quiebres. Bueno, esto nos recuerda que cuando estamos llenas de Su Espíritu, nos hacemos fuertes, pero no fuertes en nosotras mismas, sino fuertes en Su fortaleza, y que Dios puede usar nuestras debilidades gracias al vástago, a la Vara de Isaí.
Ahora pasemos rápidamente a la siguiente estrofa de este himno. Dice:
¡Oh, ven, Llave de David!
Abre el celeste hogar feliz;
Haz que lleguemos bien allá,
Y cierra el paso a la maldad.
«Oh, ven, Llave de la casa de David». ¿De qué se trata esto? Volvamos a la profecía de Isaías, ahora Isaías, capítulo 22. Este es un pasaje profético en el que hay dos líderes en Israel. Uno se llama Sebna, que se ha exaltado a sí mismo como líder, pero iba a ser derribado o depuesto por Dios. No era el líder escogido por Dios. No era un líder piadoso. En su lugar, Dios iba a levantar a otro líder llamado Eliaquim. Él sería levantado por Dios como un líder fiel y sabio de Su pueblo para reemplazar a Sebna.
Ahora, sé que estos no son nombres comunes. Probablemente, no llamarías así a tus hijos, aunque hoy en día las personas les ponen nombres rarísimos, les ponen nombres muy extraños a sus hijos. Pero estos son nombres importantes en el Antiguo Testamento. Eliaquim es un tipo de Cristo, y esta es una descripción del Mesías que vendrá y tomará el mando. Él será puesto a cargo por Dios para destituir a los líderes impíos.
El versículo 22, de Isaías 22, dice: «Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; cuando Él abra, nadie cerrará, cuando Él cierre, nadie abrirá».
David fue el rey escogido por Dios, y su casa fue el linaje escogido por Dios. Dios dijo que la línea de David, el linaje de David, continuaría hasta llegar el Mesías. Y Dios dice: «A este líder le daré la llave de la casa de David». Esa es una declaración importante.
Pero vamos un poco atrás, a Isaías capítulo 9. En el versículo 6, él habla del Mesías diciendo: «Y la soberanía reposará sobre Sus hombros». Cuando Él abra, nadie cerrará; cuando Él cierre, nadie abrirá.
Entonces, ¿qué es esto de las llaves, y qué tiene que ver con Cristo, y qué tiene que ver con nosotras?
Bueno, ¿para qué se usan las llaves? Para abrir y cerrar. Dan acceso a lugares donde otros no pueden entrar. Una llave es un símbolo de acceso. Podría ser el acceso del rey a sus tesoros reales. No cualquiera puede entrar y llevarse los tesoros, las joyas o los objetos preciosos del rey. Pero el rey tiene una llave y tiene acceso a esos tesoros.
La llave es un símbolo no solo de acceso, sino también de autoridad, de poder, de control. Hablamos de alguien que tiene las «llaves del Reino». Bueno, Cristo tiene poder y autoridad absolutos. Él tiene derecho a entrar donde quiera, cuando quiera y hacer lo que quiera. No hay nadie con mayor autoridad en el cielo ni en la tierra. Él tiene las llaves.
Él controla la entrada al reino de Dios. El que es la Llave de David es el que puede abrir la puerta de la vida para que podamos entrar. No hay otro camino, ni otro nombre para entrar en el reino de Dios, para entrar en la vida, a menos que Cristo, la Llave de David, nos abra la puerta.
Él tiene la llave de la salvación, y vemos eso en Apocalipsis, capítulo 3, donde el mensajero a la iglesia de Filadelfia le dice: «El Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre…»(v. 7). Y luego dice: «…He puesto delante de ti [Él le está diciendo esto a Su pueblo. He puesto delante ti] una puerta que nadie puede cerrar» (v. 8).
Cristo abre la puerta, la puerta de la salvación, para que podamos entrar. Y si Él te abre la puerta, nadie puede impedirte entrar. Nadie puede cerrarla. Nadie puede empujarte fuera.
Y Cristo tiene también las llaves de la muerte y del infierno. En Apocalipsis, capítulo 1, Jesús dice: «No temas, Yo soy el Primero y el Último, y el que vive, y estuve muerto. Pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y el Hades».(vv. 17-18) El Hades es el «lugar de los muertos». Cristo tiene las llaves.
Él tiene las llaves y también lo vemos en Apocalipsis, capítulo 9. Esto está en el contexto del juicio de Dios al final de los tiempos. El versículo 1 dice: «El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y se le dio [a este ángel caído] la llave del pozo del abismo».
Y en Apocalipsis, capítulo 20, versículo 1, leemos lo siguiente: «Vi entonces a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo y una gran cadena en su mano».
¿Quién controla el destino final de Satanás? Cristo. Él tiene la llave del abismo. Él tiene la llave del cielo. Él tiene la llave de la salvación. Él abre el cielo para aquellos que se arrepienten y ponen Su fe en Él. Él abre y luego cierra en el infierno a aquellos que se niegan a arrepentirse y creer, y los pone allí por siempre jamás. Él tiene esas llaves.
¿No estás agradecida de que Él nos haya abierto el Paraíso, como cantamos en el himno «El Señor resucitó»?, que es otra composición de Charles Wesley. Él abre la puerta a aquellos que se han arrepentido y han puesto Su fe en Cristo para que puedan entrar.
Esto es lo que Matthew Henry dijo acerca del poder de Cristo con relación a ser la Llave de David. Él dijo: «El poder de Cristo en el reino de los cielos, y en el orden de todos los asuntos de ese reino, es absoluto, irresistible e incontrolable». Recuerda esto.
¡Oh, ven, Llave de David!
Abre el celeste hogar feliz;
Haz que lleguemos bien allá,
Y cierra el paso a la maldad.
¡Él tiene las llaves! Él tiene la llave de la vida eterna, del cielo, de la vida abundante aquí en la tierra.
Él tiene la llave de la victoria sobre el pecado, Satanás y tu carne. No se trata de esforzarse, intentarlo o ser una mejor persona. El evangelio de Cristo es que Él tiene la llave. Él es quien puede darte esas cosas. Él tiene la llave de «toda buena dádiva y todo don perfecto [que] viene de lo alto».
Cristo tiene la llave de los tesoros de Sus riquezas espirituales para que podamos tener acceso a ellas. Él dice: «Acércate con confianza al trono de la gracia, para que recibas misericordia, y halles gracia la ayuda oportuna» (ver Hebreos 4:16). ¡Él tiene la llave!
Él tiene la llave para que entendamos Su Palabra, para que podamos tomar las Escrituras y extraer riquezas de la Palabra de Dios. Él tiene la llave para eso. Entonces, si quieres entrar en la Palabra de Dios y que ella entre en ti, ora: «Ven, oh llave de David. Ven, ábreme la puerta».
Él tiene la llave de la sabiduría que necesitas para vivir esta vida. Él es la llave de David, la llave de todo lo que necesitas como hija de Dios.
La llave no está en ti misma. No está en tu sabiduría, en tu fuerza, en tus habilidades o en tus buenas obras. Él tiene la llave. Y eso significa que Él tiene el control, como Llave de David, no solo de tu destino eterno, sino de todo lo que te sucede entre aquí y el cielo. Él tiene la llave. Él tiene el control. Su poder, Su orden en los asuntos de Su reino es «absoluto, irresistible e incontrolable», como dijo Matthew Henry.
Cristo, la Llave de David, abre la puerta de nuestro hogar celestial, del cielo, y mientras tanto, nos lleva, como dice este villancico, por un camino seguro, el camino que conduce al cielo. Él nos está guiando hacia allí.
Y es esa misma llave que nos abre el Paraíso la que también nos cierra «la puerta que lleva a la perdición», que es el camino que lleva al infierno eterno y a la separación de Dios.
Si estás en Cristo, esa puerta a la perdición está cerrada. Nunca irás allí. ¡Nunca, jamás, irás allí! Nadie puede llevarte allí. Nadie puede arrojarte allí. Si estás en Cristo, ni siquiera tú misma puedes llevarte allí. Pero, si no estás en Cristo, no puedes de ninguna manera, por ningún mérito, abrir la puerta que lleva al cielo. No puedes hacerlo. No puedes hacerlo, pero Cristo es la llave.
«¡Oh, ven, Llave de la casa de David!». Y oramos para que Él venga; nos regocijamos de que Él ha venido. Y nos regocijamos de que Él es esa llave, y cantamos: «¡Cantad! ¡Cantad! ¡Pues vuestro Emmanuel vendrá a ti muy pronto, Israel!». Él es la Llave de David.
Débora: Este villancico navideño titulado «Oh ven, oh ven, bendito Emmanuel» es sin duda mi favorito. Y ahora hemos aprendido mucho más sobre él, estoy deseando volver a escucharlo. Espero que la próxima vez que lo escuches, también lo escuches con nuevos oídos.
Y bueno, aunque lo que Nancy ha compartido hoy es perfecto para la temporada navideña, es un mensaje que contiene verdades eternas porque, en última instancia, trata sobre el evangelio. En Aviva Nuestros Corazones, todo lo que hacemos, desde los pódcasts hasta los estudios bíblicos y los nuevos recursos, está diseñado para apuntar a las mujeres hacia la verdad que se encuentra en la Palabra de Dios.
Cuando haces una donación a este ministerio, estás contribuyendo a que podamos darles a las mujeres el regalo de la verdad eterna en todas las temporadas de la vida. Es el deseo de Nancy y el nuestro que las mujeres no solo conozcan la verdad del evangelio, sino que puedan experimentarla y vivirla, al igual que una mujer llamada Edina.
Nancy: Edina se casó recientemente y dijo que Dios utilizó Aviva Nuestros Corazones para prepararla para ser esposa, y ayudarla a comprender lo que debía buscar en un esposo.
Edina: Aviva Nuestros Corazones definitivamente me ayudó a formular con claridad lo que quería en un esposo, porque yo quería un hombre piadoso. Me preguntaba cómo se ve un esposo piadoso. Gracias al recurso Mujer Verdadera 201, pude aprender cómo ser sumisa, obediente, amable y amorosa. Aviva Nuestros Corazones me mostró cómo ponerlo en práctica en la vida real, porque una cosa es saberlo en tu cabeza y creerlo en tu corazón, pero otra muy distinta es vivirlo en la vida real, y esa es la parte difícil.
Estoy muy agradecida con Aviva Nuestros Corazones porque no sabría cómo vivirlo en el día a día si no tuviera los recursos y los ejemplos que me proporcionan.
Nancy: Porque Edina y su esposo han fundamentado su matrimonio desde el principio en los principios bíblicos eternos, ellos podrán mostrar una imagen de Cristo y la Iglesia.
Estoy muy agradecida de que el Señor haya escogido usar Aviva Nuestros Corazones en ese proceso para esa pareja, y que Él esté multiplicando esa historia en la vida de mujeres en todo el mundo.
Y si has hecho una donación para apoyar la labor de Aviva Nuestros Corazones, has invertido en Edina y en su matrimonio, y en la vida y los matrimonios de muchas otras personas como ella. ¡Muchas gracias! Si nunca has hecho una donación a Aviva Nuestros Corazones, ¿te das cuenta de lo valiosa que podría ser tu inversión, ya que llevamos la verdad eterna a todas las personas en todas las etapas de la vida?
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Débora: Gracias a algunos amigos de este ministerio que ven a Dios obrando en los corazones de mujeres como Edina y que desean invertir en estas vidas, y quieren animarte a que hagas lo mismo. Hermanas, cada donación que se hace a Aviva Nuestros Corazones es de mucho valor.
Visita AvivaNuestrosCorazones.com para hacer tu donación. Y de antemano te damos las gracias por tu apoyo mientras juntas compartimos verdades para cada temporada de la vida, para mujeres como tú.
Nancy: Una de las razones por las que es tan útil cantar villancicos navideños es que nos recuerdan cómo debemos vivir todo el año. Mañana hablaremos más sobre esto. Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Débora: Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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