
La verdad sobre las emociones
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Alguna vez has intentado levantarte el ánimo con alguna comida o bebida? Hasta cierto punto, eso podría ayudar. Pero, Dannah Gresh nos reta con esta pregunta…
Dannah Gresh: ¿Qué pasaría si lo que consumimos para controlar nuestras emociones no fuera café, o pastillas, o chocolate, o comida, carbohidratos, drogas o alcohol? ¿Qué pasaría si lo que consumimos para controlar nuestras emociones fuera la verdad?
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Mentiras que las mujeres creen y la verdad que las hace libres» en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 30 de junio de 2025.
Nancy: En el día de hoy escucharemos a Dannah compartir un mensaje acerca de las emociones. Dannah compartió este mensaje en una de nuestras conferencias de True Woman. Y todavía recuerdo el gran impacto que tuvo en mí …
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Alguna vez has intentado levantarte el ánimo con alguna comida o bebida? Hasta cierto punto, eso podría ayudar. Pero, Dannah Gresh nos reta con esta pregunta…
Dannah Gresh: ¿Qué pasaría si lo que consumimos para controlar nuestras emociones no fuera café, o pastillas, o chocolate, o comida, carbohidratos, drogas o alcohol? ¿Qué pasaría si lo que consumimos para controlar nuestras emociones fuera la verdad?
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Mentiras que las mujeres creen y la verdad que las hace libres» en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 30 de junio de 2025.
Nancy: En el día de hoy escucharemos a Dannah compartir un mensaje acerca de las emociones. Dannah compartió este mensaje en una de nuestras conferencias de True Woman. Y todavía recuerdo el gran impacto que tuvo en mí y en las mujeres que lo escucharon en ese auditorio, y en miles más que lo escucharon en línea. Así que prepárate para que el mensaje que Dios hable, renueve tu corazón.
Y antes de comenzar, quiero hacerte esta pregunta: ¿cómo describirías tus emociones hoy? O quizá la pregunta sería: ¿cómo describirían las personas a tu alrededor tus emociones? Nuestras emociones son un regalo de Dios, pero como cualquier regalo, debemos manejarlas cuidadosamente. ¿Percibes que en algún momento tus emociones te controlan a ti en lugar de que seas tú quien las controle?
Quizás tu respuesta sea: «Sí, ¿cuál de todos los días, Nancy?». Bueno, hoy Dannah nos apuntará hacia algunas verdades del evangelio sobre nuestras emociones. Escuchemos.
Dannah: Quisiera pedirte en esta mañana que abras tu Biblia en Lucas capítulo 1. Me encantaría abordar el tema sobre la mentira de que «no podemos controlar nuestras emociones».
No sé si lo has notado, pero las adolescentes hoy en día están en crisis. Mientras me preparaba para escribir el libro Mentiras que las jóvenes creen, me encontré con un estudio que dice que las adolescentes entre los 8 y los 12 años, ciertamente lucharán con la depresión, el enojo, el resentimiento, la envidia, el orgullo, la ansiedad, y el estrés, ya no es una probabilidad, es un hecho. Pero ¿hasta qué punto? Incluso han desarrollado algo que llaman «espectro de ansiedad» para medir las emociones de las adolescentes.
Y lo más aterrador que leí fue que los niveles de ansiedad en las adolescentes, es decir lo normal para una adolescente promedio hoy en día, son más altos en comparación con una adolescente a la cual se tenía que ingresar a una institución de salud mental en el año 1957.
Nuestras hijas y nuestras nietas están en crisis.
Y mientras preparaba este mensaje para ustedes y meditaba en mi preocupación por estas jóvenes, Dios comenzó a hablarme. Me dijo: «Dannah, ¿qué es peor? ¿Aquellas adolescentes que no han madurado lo suficiente en su fe ni en su mentalidad y que están batallando horriblemente con sus emociones, o aquellas mujeres cristianas adultas que no han madurado en este aspecto?».
Puede ser que esto también hable a tu corazón. Creo firmemente que Dios se estaba refiriendo a mí cuando me lo mostró, y entonces le pregunté: «¿Cómo puedo madurar emocionalmente?».
Ahora, antes de ir a Lucas capítulo 1, quisiera hacer tres afirmaciones muy importantes.
En primer lugar: las emociones son buenas.
¿Y cómo lo sé? Porque en Génesis capítulo 1, Dios se detuvo a ver todo lo que había creado y dijo: «Es bueno». Así que nuestras emociones son buenas, y son herramientas útiles para Dios cuando Su Palabra gobierna nuestros corazones.
En segundo lugar: nuestras emociones no siempre son confiables.
Y aquí es donde Lucas capítulo 1 comienza a cobrar vida para mí, porque el capítulo inicia con Zacarías recibiendo la visita de un ángel del Señor, y dice que «se turbó y el temor se apoderó de él». Ahora, no sé tú, pero si un ángel del Señor se aparece en mi habitación, me paralizaría del miedo.
Pero el ángel del Señor inmediatamente le dice algo que se le dice a mucha gente a lo largo de las Escrituras: «No temas».
Más adelante, el versículo 14 dice: «Tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán por su nacimiento».
La circunstancia y sus emociones le decían a Zacarías que tuviera miedo, pero la realidad de sus circunstancias era que Dios quería que él sintiera gozo y alegría.
Me pregunto, con qué frecuencia miramos nuestras circunstancias y, en lugar de ver a Dios y Su Verdad para procesar las emociones correctas, nos aferramos a las emociones que sentimos en ese momento y que nos abruman. Es probable que esta sea la razón por la cual pensamos que no podemos controlarlas.
Y la tercera cosa que quiero que sepas es que: sí puedes controlar tus emociones.
Y la evidencia de esto es: el café.
En una ocasión fui a República Dominicana. Allá el café es bueno. Y al llegar, quizá tomé demasiado café, bebí cuatro tazas en un lapso de cuatro horas. Mi hija me miró y me dijo: «¿Quién eres?». El café que me tomé hizo que me sintiera muy muy hiperactiva y muy feliz.
Durante el verano tuve algunos problemas con mi estómago, los doctores me recetaron un medicamento que me hizo sentir, bueno, con ganas de golpear a alguien, realmente a cualquiera. Yo les digo «las pastillas del terror». Esas pastillas me hacían sentir enojada.
Hermanas, ¿qué pasaría si lo que consumimos para controlar nuestras emociones no fuera café, o pastillas, o chocolate, o comida, carbohidratos, drogas o alcohol? ¿Qué pasaría si lo que consumiéramos para controlar nuestras emociones fuera la verdad? Si consumiéramos la verdad de Dios, esta nos ayudaría a recibir lo que Él quiere que recibamos en lugar de dejar que las emociones que sentimos nos gobiernen.
En la Palabra, Dios nos dice las cosas con las que debemos vestirnos. Así como te preparas todos los días, cuando abotonas tu blusa o cuando te pones los zapatos, de la misma manera debemos vestirnos de paz, fuerza, amor, ternura, perdón, humildad, quebrantamiento, contentamiento. Debemos vestirnos de alabanza. Y debemos estar en un continuo estado de gratitud y adoración.
Hermanas, necesitamos vestirnos de la Verdad para poder vestirnos de alabanza.
Podemos controlar nuestras emociones.
Quiero mostrarte cómo Dios utilizó a María para hablarme recientemente sobre crecer, madurar en mis emociones, y sumergirme en Su Palabra para que pudiera vestirme de Verdad. Y quiero compartir contigo las dos cosas que me dijo.
Voy a comenzar leyendo en el versículo 28 hasta el versículo 40 de Lucas capítulo 1:
«Y entrando el ángel, le dijo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo; bendita eres tú entre las mujeres”.
Ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería este. Y el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo, y le pondrás por nombre Jesús.Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de Su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su reino no tendrá fin.
Entonces María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que soy virgen?”. El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios.Tu parienta Elisabet en su vejez también ha concebido un hijo; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril.Porque ninguna cosa será imposible para Dios”.Entonces María dijo: “Aquí tienes a la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra”. Y el ángel se fue de su presencia.
En esos días María se levantó y fue apresuradamente a la región montañosa, a una ciudad de Judá;y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet» (vv. 28-40).
Lo primero que pude identificar cuando leía esto, después de lo que el Señor me mostró sobre este dilema de Zacarías, es que maduramos emocionalmente cuando escogemos creer en la Verdad de Dios sin importar cómo lucen nuestras circunstancias. Otra vez.¡Maduramos emocionalmente cuando escogemos creer en la Verdad de Dios, sin importar las circunstancias!
Zacarías escuchó la palabra, pero no la creyó. Eso es lo que nos dice el versículo 20. La incredulidad de Zacarías generó más emociones equivocadas (y pienso que cuando salió mudo del templo, eso quizás pudo haberle provocado más emociones negativas, no lo sabemos). Él no creyó. Él no se vistió con la Verdad. No se vistió de adoración, sino que dudó y eso desencadenó emociones negativas.
Pero María escuchó la palabra y la creyó. Las Escrituras nos dicen en el versículo 38 de Lucas capítulo 1, que ella dijo: «Sí, Señor. Sí, Señor». Pienso que ella conocía la profecía de la llegada del Mesías.
Ella conocía la Palabra de Dios que ya estaba escrita. Le era familiar. Así que, cuando se encontró en esta circunstancia, ella se apoyó en esa palabra y demostró sumisión. María se sometió y dijo: «Sí, Señor».
Y por su fe, María recibió grandes emociones. Vemos en el siguiente capítulo que ella irrumpió con un cántico que se le conoce como «El Magníficat», ya que recibió alegría porque conocía la Palabra y creyó la Palabra, y entonces actuó conforme a la Palabra.
Y es importante resaltar que ambos (Zacarías y María) cuestionaron la Palabra de Dios. Ambos le preguntaron al ángel: «¿De qué estás hablando?».
Hermanas, está bien presentarse delante del Señor con preguntas y dudas.
Está bien decir: «¡¿Cómo?! ¿Tendré un bebé?». Está bien preguntar.
En Filipenses capítulo 4, versículos 5 al 7, leemos: «La bondad de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. [Y creo que las peticiones pueden incluir, necesito entendimiento, necesito valentía, necesito fuerza…] Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús».
Después de hacer preguntas y llevar nuestras dudas al Señor, debemos escoger creer Su Verdad sin importar cómo lucen nuestras circunstancias.
¿Cuál de estos dos personajes crees que tenía más motivos para sentir temor, y permanecer en el miedo y duda? ¿Zacarías o María? Mhm, muy probablemente estamos pensando en la misma persona. La vida de María estaba a punto de cambiar y de ser alterada completamente de una manera que ninguna de nosotras puede imaginar por los tiempos en que vivimos. Pero María, escogió creer en la Palabra, en lo que sabía de Dios, en lo que estaba escrito.
Y regresando a Filipenses capítulo 4, en los versículos 8 al 9 dice: «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, [y María sabía lo que era verdad. Ella conocía lo que estaba escrito] todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten».
Yo creo que María nunca pensó en su reputación, o en la de José, o en cómo funcionaría todo aquello. Creo que en lugar de eso, ella pensó en las cosas de Dios, por lo que esa paz de Dios guardó su corazón y mente.
Quiero decirte esto de la misma manera que se los digo a las adolescentes: tus pensamientos son los jefes de tus sentimientos. Tus pensamientos determinarán tus sentimientos. María escogió pensar en la Palabra de Dios.
Ahora, esta es la cuestión: María estaba llevando todo pensamiento cautivo cuando escogió pensar sobre lo que ella conocía acerca de Dios, lo que estaba escrito de Dios y se sometió. Ella lo sabía. Ella conocía la Palabra de Dios.
Debes conocer la Palabra de Dios para que cuando las emociones negativas lleguen, todo lo bueno que has puesto en ti te ayude a vestirte con la Verdad.
Hace un tiempo tuve una crisis emocional muy fuerte. Ahora bien, no soy propensa a la inmadurez emocional extrema. Pero tengo mis momentos y esa ocasión fue una lucha tremenda.
No sé si alguna vez has tenido uno de esos días, meses o veranos en los que simplemente un montón de cosas se juntan y llegas a un punto de quiebre. Yo llegué a ese punto y llegué a un punto en el que simplemente no podía pensar en nada bueno. Solo podía pensar en todo lo malo. ¿Has pasado por eso?
Soy una mujer que puede dormir. Nada me despierta fácilmente y puedo dormir mucho y profundamente. Así que cuando no duermo, o no puedo dormir, es porque mis emociones se han salido de control.
Una noche me acosté más o menos a las diez de la noche y las emociones comenzaron a hacerse más densas, y la oscuridad las hizo más fuertes. Se sentían tan pesadas.
Y recuerdo que pensaba: Mi vida es horrible. Soy una mala madre. Soy una mala esposa. Soy una mala maestra. Lo que se te ocurra. Era una sensación de pesadez profunda y densa.
Y tuve que escoger vestirme con lo que ya había puesto en mí. Hubo un tiempo en mi vida en el que había memorizado las Escrituras para momentos como este, pero no las estaba utilizando.
Entonces, me quedé tumbada en mi casa. Y no puedo mostrarte cómo estaba, pero, ¿alguna vez has sentido la oscuridad tan pesada que no puedes levantarte? Bueno, estaba acostada en mi cama, el Señor me empezó a decir: «Vístete de lo que tienes, vístete de lo que tienes».
Y mientras tanto yo estaba llorando y temblando de miedo por el futuro. Y el Señor me dijo: «Una mujer de Dios le sonríe al futuro»; y yo pensé: «Señor, ¡no tengo nada a lo cual sonreírle!». Comencé a buscar en mi mente las Escrituras que había memorizado y de repente… Debes saber que me sentía tan pecadora mientras pensaba en todo esto, eso es parte de la misma experiencia que estaba teniendo.
Pero bueno, estaba buscando estas escrituras, y justo ahí vino a mi mente el Salmo 130, el versículo 3, que dice: «Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿Quién, oh Señor, podría permanecer?». Lo único que podía hacer era susurrarlo. Lo repetí una y otra y otra vez, y pensé: «Señor, ¿será que este versículo hará efecto? Porque creo que este es el que necesito».
Luego me di cuenta de que ya comenzaba a hacer efecto, entonces me senté en la oscuridad, esperando no despertar a Bob con mis susurros.
«Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer?». «Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer?». «Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer?».
Después pensé: «Necesito repetirlo en voz alta porque tal vez, solo tal vez, si mis oídos lo escuchan claramente, podré comenzar a sentirlo, porque no lo estoy sintiendo».
Así que me levanté al baño, me miré en el espejo, y dije: «Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer? Pero en Ti hay perdón,
para que seas temido. En Él espera mi alma, y en Su palabra tengo mi esperanza. Mi alma espera al Señor Más que los centinelas a la mañana» (vv. 3-6 pf).
Luego sentí que debía repetirlo en voz aún más alta.
Así que bajé las escaleras, encendí la chimenea y dije: «Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer?».
Sentí que mi columna se enderezó y mi espíritu se fortaleció. Y después pensé: Creo que debo gritarlo. Así que salí al establo. (Era muy tentador, porque habría cabras bebés y eso podía aportar algo de felicidad, paz y amor). Así que tomé en mis brazos a una de esas cabras bebés. (¡Pobrecita de ella, porque comencé a adorar a Dios con ella en mis brazos!).
«Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer? Pero en Ti hay perdón, para que seas temido. Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en Su palabra tengo mi esperanza. Mi alma espera al Señor Más que los centinelas a la mañana; sí, más que los centinelas a la mañana. Oh Israel, espera en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en Él hay abundante redención» (vv. 3-7).
Y quiero que sepas algo, lo estaba sintiendo. Sentía el amor inefable y el perdón del Señor. Sentía completa redención. Hermanas, esto es mucho mejor que las rebajas de los supermercados.
Sentía esto porque había puesto la Palabra de Dios en mí. Pero, para lograrlo, debemos trabajar por ello. Tuve que trabajar duro para lograrlo. Hermanas debemos trabajar duro en ello para lograrlo. En la oscuridad de la noche, cuando parezca que todo se derrumba, debes hacerlo y el Espíritu Santo te ayuda.
Y puede que algunas personas digan: «Eso es un mantra». ¡No! Esa fue la Palabra de Dios viva y activa. La Palabra de Dios está viva y activa y funciona para lo que fue enviada.
Puede que otras personas digan que «Es una simple muleta». Entonces, yo respondería que esa «muleta» funciona bastante bien. Sumérgete en la Palabra para que, al vestirte de ella, puedas controlar tus emociones.
Ahora, muy brevemente, la segunda cosa que veo es que maduramos emocionalmente cuando acudimos a nuestras hermanas en la familia de la fe para pedir ayuda con nuestros pensamientos. Nos necesitamos. Necesitamos la Palabra, y nos necesitamos unas a otras para controlar nuestras emociones.
En el versículo 39 de Lucas capítulo 1, dice que María «se levantó y fue apresuradamente». ¡Fue rápido! Ve durante las vacaciones. Ve durante el camino hacia tu casa. Dile a tus hermanas el temor y el sentimiento que te causan tus emociones.
No entiendo por qué tenemos tanto miedo de contarle a alguien sobre nuestras emociones. La vulnerabilidad es exponernos emocionalmente. Exponer nuestras emociones es ser vulnerable. Y esto es lo que he aprendido: las personas se sienten atraídas por ello.
Todos los superhéroes tienen una debilidad, ¿no es así? Superman es débil a la criptonita. Aquiles tiene su talón. Sansón tenía su cabello.
¿Esto hace que los amemos menos? ¡No! Yo he sido vulnerable con ustedes desde acá arriba, en la plataforma, en mis libros y ¿por eso me aman menos? Estoy segura de que no es así.
¿Qué pasaría si te atrevieras a ser emocionalmente vulnerable con tus hermanas? Bueno, pienso que eso te ayudaría a vestirte de la verdad para que puedas vestirte de las emociones que Dios destinó para que vivieras en ellas.
Creo que eso fue lo que pasó con María y Elisabet. Dice que ella se quedó por tres meses. Ese es un largo tiempo. En ocasiones necesitas estar con tus hermanas por un largo tiempo.
¿Sabes por qué nos falta esa vulnerabilidad? Por la vergüenza. La vergüenza es una de las emociones más poderosas y de mayor impacto. No existía antes de la caída. Es un resultado de la caída.
Quiero invitarte a que dejes de vivir bajo el poder de la caída y que le digas a tus hermanas con cuáles emociones necesitas ayuda para que puedan ayudarte a vestirte de la verdad. Porque, escucha, lo importante aquí es que no se trata solo de parecer creyentes maduros o comportarnos como creyentes maduros, antes bien, el mundo necesita ver que lo que tenemos realmente transforma nuestras vidas. De lo contrario, ¿por qué lo desearía?
Todo este tema de vestirnos de la Verdad para que podamos poner en nosotras las emociones que Dios quiere que sean gobernadas para disfrutarlas y experimentarlas, es un imperativo del evangelio.
Antes de concluir nuestro tiempo juntas, quiero pedirte que tomes una decisión. Quisiera que respondieras a esto porque, no sé tú, pero no siempre nos vestimos de las cosas que necesitamos cuando interactuamos con nuestros compañeros de habitación o con nuestros compañeros de trabajo, nuestros hijos o nuestro esposo. Muchas veces bajamos la guardia cuando estamos con aquellas personas que Dios nos ha confiado.
Así que quiero que analices tu corazón y te preguntes: «¿Cuáles de mis emociones están fuera de control? ¿En qué parte debo vestirme de la Palabra de Dios para que pueda usar mis emociones de la manera en que Dios quiere que las use?».
Oremos juntas. Oh Señor, cuando el enemigo intente vestirnos de emociones que no corresponden a una cristiana madura, ayúdanos a vestirnos de la Verdad para que podamos usar las emociones que Tú has creado y que son buenas, aquellas emociones que nos has dado para gobernarlas. Te pido que nos ayudes a actuar como mujeres que han crecido en tu Palabra. Te lo pido en nombre de Jesús, Amén.
Nancy: ¡Amén! ¡Qué hermoso recordatorio nos ha dado Dannah! Espero que hayas captado esta frase: tus pensamientos son los jefes de tus emociones, y no al revés.
Por eso necesitamos dar forma a nuestro pensamiento con base en la Palabra de Dios. Necesitamos estar arraigadas en Él.
Dannah: Ayudándote a contrarrestar las mentiras con la Verdad de Dios, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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