Tres palabras poderosas
Débora: ¿Te has preguntado qué está haciendo Dios cuando parece que la condición del mundo actual es desalentadora? Nancy tiene algo que decirte.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Vemos cómo la raza humana constantemente trata de edificar el reino del hombre, y vemos a Dios interviniendo en la historia de la humanidad, sin contar con la ayuda de manos humanas, edificando otro Reino.
Débora: ¿No te parece esta suficiente razón para tener ánimo?
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora del libro «El Cielo gobierna», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 20 de octubre de 2025.
A veces, solo se requieren pocas palabras para causar temor o preocupación. Por ejemplo:
- Reparaciones del carro.
- Recorte de personal.
- Opciones de tratamiento.
- Problemas financieros.
- Problemas familiares.
- Resultados electorales.
- Aumento de la inflación.
Bueno, …
Débora: ¿Te has preguntado qué está haciendo Dios cuando parece que la condición del mundo actual es desalentadora? Nancy tiene algo que decirte.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Vemos cómo la raza humana constantemente trata de edificar el reino del hombre, y vemos a Dios interviniendo en la historia de la humanidad, sin contar con la ayuda de manos humanas, edificando otro Reino.
Débora: ¿No te parece esta suficiente razón para tener ánimo?
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora del libro «El Cielo gobierna», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 20 de octubre de 2025.
A veces, solo se requieren pocas palabras para causar temor o preocupación. Por ejemplo:
- Reparaciones del carro.
- Recorte de personal.
- Opciones de tratamiento.
- Problemas financieros.
- Problemas familiares.
- Resultados electorales.
- Aumento de la inflación.
Bueno, siempre hay circunstancias difíciles que pueden poner a prueba tu dependencia de Dios. Y pensando en esto, hoy Nancy DeMoss Wolgemuth nos hablará de una frase de dos palabras que siempre es cierta, sin importar la situación. Este es un mensaje que ella enseñó en la conferencia de True Woman’22.
Aquí está Nancy.
Nancy: Dos o tres palabras pueden arruinarnos el día, ¿no es así? Pueden llenarnos de ansiedad y miedo. Y quiero preguntarte: ¿cuáles han sido esas palabras a las que has tenido que enfrentarte en las últimas semanas o meses? Piensa en ellas por un momento. Piensa en dos o tres palabras que no son cómodas ni fáciles de escuchar para ti.
Durante los próximos tres días quiero que reflexionemos sobre una frase de tres palabras. Y son tres palabras simples, pero poderosas, que ya me has escuchado decir anteriormente, e incluso escribí un libro cuyo título tiene esas tres palabras, y son: El Cielo gobierna.
Y vamos a ver que esta frase, «El Cielo gobierna», es el lente a través del cual podemos ver todo lo que sucede en nuestras vidas y en nuestro mundo.
Y en estas tres palabras he encontrado un gran consuelo, esperanza, valor y perspectiva, y creo que esto puede ser cierto para ti también.
Y podemos ver este tema entretejido a lo largo de las Escrituras, y es especialmente prominente en el libro de Daniel, donde he estado estudiando en detalle durante dos años. Los eventos del libro de Daniel sucedieron hace más de 2,700 años, pero su mensaje es atemporal.
Ahora quiero pedirte que me acompañes en tu Biblia, o en tu teléfono, al libro de Daniel, porque quiero que veas y escuches con tus propios ojos y oídos lo que la Palabra del Señor tiene para decirnos hoy. Y lo repito, este es un mensaje atemporal, pero al mismo tiempo increíblemente oportuno dado lo que estamos experimentando en el mundo hoy.
Y la frase «El Cielo gobierna», se encuentra en el libro de Daniel, en el capítulo 4, versículo 26. Allí vemos que Daniel se lo dice a Nabucodonosor, el rey de Babilonia. Él dice: «…su reino le será afirmado después que usted reconozca que es el Cielo el que gobierna».
Hace apenas unos años esa frase captó mi atención. Ya la había leído antes muchas, muchas veces: «¡El Cielo gobierna, el Cielo gobierna, el Cielo gobierna! ¡Tu reino te será afirmado tan pronto como reconozcas que el Cielo gobierna!». Tres palabras. Quiero que esto se convierta en una respuesta reflexiva para ti.
De hecho, si puedes, dile a la persona a tu lado: «¡El Cielo gobierna!». Repítelo, aunque no pueda escucharte. ¡El Cielo gobierna! ¡Me encanta esa frase!
¡El Cielo gobierna! Durante los próximos días estaremos afirmando esta declaración, y profundizando nuestra convicción sobre ello en nuestros corazones.
Ahora, no es suficiente decir estas tres palabras. No basta con simplemente saberlas de memoria. Debemos creer en el hecho de que el Cielo gobierna y eso transformará la manera en que pensamos acerca de todo. ¡Y transformará la manera en que vivimos!
Mi dulce esposo Robert y yo nos hemos mirado a la cara, probablemente miles de veces durante los últimos años, para decirnos: «¡Cariño, el Cielo gobierna!».
Y hoy quiero hablar sobre este tema y que nos preguntemos: ¿qué diferencia hace esto? ¿Cuál fue la diferencia que hizo para Daniel el saber que el Cielo gobierna, y qué diferencia hace para nosotras?
Vamos a dar un vistazo rápido en algunas partes del libro de Daniel utilizando el lente de el Cielo gobierna. Una vista a unos 30,000 pies de altura. Y ojalá pudiéramos tomarnos los próximos tres días enteros para sumergirnos en estos pasajes, pero solo veremos algunas «fotografías» instantáneas.
Después, veremos cinco verdades atemporales sobre el Cielo gobierna que están en el libro de Daniel. Y finalmente, voy a cerrar haciendo esta pregunta: «¿Cuán diferentes serían nuestras vidas si creyéramos verdaderamente que el Cielo gobierna? ¿Cuán diferente sería tu vida si creyeras que el Cielo gobierna?».
Así que comencemos viendo cinco escenas que tienen lugar en el libro de Daniel. Y la primera de ellas se encuentra en Daniel capítulo 1. Así que:
Escena #1: ¡Babilonia reina! (o por lo menos eso parece) — Daniel 1
Versículo 1 de Daniel, capítulo 1:
«En el año tercero del reinado de Joacim, rey de Judá, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jerusalén y la sitió. Y el Señor entregó en sus manos a Joacim, rey de Judá, y algunos de los utensilios de la casa de Dios. Estos se los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios, colocando los utensilios en la casa del tesoro de su dios» (vv. 1-2).
Así que, tenemos dos gobernantes poderosos y dos naciones en oposición. Desde la perspectiva humana, cuando lees este primer párrafo, es normal que pienses: «¡Este fue un día realmente malo para el rey Joacim de Judá, (y, por otro lado) uno realmente bueno para el rey Nabucodonosor de Babilonia!».
Entonces, ¿qué está sucediendo aquí? ¡El pueblo de Dios fue aplastado y humillado por el imperio Babilónico! Pero esto no se trata solamente de estos dos reinos y estos dos gobernantes. De hecho, no se trata en absoluto de ninguno de ellos, porque hay otro reino y otro gobernante invisibles a lo largo de las páginas, no solo del libro de Daniel, sino de todas las Escrituras.
Y en el versículo 2 leemos acerca de quién entregó a Joacim, el rey de Judá, al rey de Babilonia. ¿Quién fue? El Señor entregó en sus manos a Joacim. Adonai.
Parecía que el Rey Nabucodonosor fue quien humilló y aplastó al Rey Joacim, pero fue el Señor quien entregó a Su pueblo al Rey de Babilonia. Y lo que veremos desarrollarse en el libro de Daniel, y en todas las Escrituras, es que en realidad esta es una batalla entre el Señor Dios Todopoderoso y los dioses falsos de este mundo. Y en el caso del libro de Daniel, son los dioses falsos de Babilonia.
Entonces, lo que parecía ser una derrota humana para el pueblo de Dios, fue en realidad la obra de un Dios sabio y soberano que está detrás y por encima de todas las cosas que suceden aquí en la tierra. Dios está siempre llevando a cabo Sus propósitos en este mundo para la gloria de Su nombre.
Y en el libro de Daniel, Sus propósitos incluyen, en primer lugar, disciplinar a Su propio pueblo que lo había abandonado. También implicaba revelarse a Sí mismo como el Señor Todopoderoso ante los reyes y el pueblo paganos.
Ahora, en los versículos 3 y 4, vemos que el rey ordenó que se trajeran a Babilonia jóvenes de Judá. Ellos eran lo mejor de lo mejor. Fueron deportados por la fuerza de su tierra natal y reclutados por Nabucodonosor para servirle y promover su agenda. Y este rey inmediatamente se propuso hacer a estos jóvenes dependientes de él en lugar de dependientes de su Dios. Y el versículo 5 dice:
«El rey les asignó una ración diaria de los manjares del rey y del vino que él bebía, y mandó que los educaran por tres años, después de los cuales entrarían al servicio del rey».
Ahora, en el resto del libro de Daniel, se habla muy poco de la mayoría de estos jóvenes. Quizá vieron esto como una buena oportunidad profesional, o quizá sintieron que no tenían más remedio que seguir el plan del rey. También es posible que, como muchos otros judíos, se asimilarían tristemente a la cultura babilónica, y se establecerían y se sentirían como en casa en Babilonia.
Pero entre todos esos jóvenes, se encontraban cuatro, ¡cuatro jóvenes!, que sabían que Babilonia no era su verdadero hogar y que los dioses de Babilonia no eran dioses verdaderos. Ahora, sabemos que estos cuatro hombres eran jóvenes adolescentes en ese momento.
Y quiero dirigirme aquí por un momento a aquellas jóvenes que me escuchan hoy: cuando escuchas esta historia y lees el libro de Daniel, puedes ver que Dios no escogió a personas mayores para llevar a cabo Sus propósitos. Él escogió a adolescentes, a temprana edad en sus vidas, y antes de alcanzar la edad adulta, para plantar sus corazones en la Palabra y en el carácter del Dios. Hay maneras en las que el Señor quiere usar tu vida para cumplir Sus propósitos en este mundo.
Escucha, hubo muchos otros adolescentes que vinieron de Judá a Babilonia, pero nunca más se supo de ellos. No sabemos qué hacían. Tal vez estaban de fiesta o quizás se estaban divirtiendo, pero no estaban nadando contra la corriente. Los que nadaron contra la corriente fueron los cuatro jóvenes sobre los que estamos leyendo en este momento.
¡Y cuánto me encantaría poder leer y escuchar en el futuro acerca de ustedes, que siendo adolescentes dijeron: «¡Voy a seguir a Cristo! ¡Voy a creer que el Cielo gobierna!». ¡Oremos por nuestros adolescentes de hoy creyendo que Dios puede transformar sus vidas para Su gloria!
Y continuando con nuestro pasaje de Daniel capítulo 1, el versículo 7 dice:
«Entonces el jefe de oficiales [que era el encargado] les puso nuevos nombres: a Daniel le puso Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed Nego».
¿Qué fue lo que hizo este jefe de oficiales? Les quitó sus nombres judíos. Y cada uno de sus nombres judíos incluía como parte de su nombre una variación del nombre de Dios, Elohim, Yahweh. Les quitó esos nombres y les dio nombres paganos, babilónicos, que no tenían nada que ver con su Dios.
Así que aquí está el rey, él es el jefe. Él quería cambiar la identidad de estos jóvenes, quería cambiar su lealtad, para que le fueran leales a él y a sus dioses, y no a su Dios. Él creía que era el rey supremo y que Babilonia gobernaba, pero estos jóvenes sabían que no era así. ¡Sabían que su Dios era el Rey supremo y que el Cielo gobierna!
Vayamos ahora al versículo 21. Aquí encontramos una frase muy interesante, ¡y me encanta lo que dice! Dice que: «Daniel estuvo allí [en Babilonia] hasta el primer año del Rey Ciro». Y tú te preguntas: «¿Y cuál es la importancia de esto?».
Bueno, una vez que estudias la historia de Daniel, te das cuenta de que pasaron casi setenta años desde que Daniel fue llevado al cautiverio hasta que Ciro se convirtió en rey. Estuvo en Babilonia durante mucho tiempo, ¡el resto de su vida! ¡Por setenta años!
Ahora, cuando eres adolescente, no piensas en cómo será tu vida a los ochenta años. Déjame decirte que llega más rápido de lo que imaginas. Tengo razón, ¿verdad?
Y durante esos años, un rey poderoso tras otro se sentó en el trono. Imperios se alzaron; imperios cayeron. Daniel se enfrentó a una crisis y un desafío tras otro. Estaba en el exilio; era un extranjero en Babilonia. Era un sirviente del Estado. Y trabajó para gobernantes malvados y gobiernos corruptos.
Fue objeto de celos, intrigas dentro del palacio, conspiraciones siniestras en su contra, gobernantes maníacos y narcisistas. ¿Suena esto como algo moderno? Él fue perseguido por su fe, pero a pesar de todo, a lo largo de todos esos años, de todos esos cambios y de todos esos altibajos, Daniel sirvió fielmente en un entorno pagano.
Ya través de todoeso, Dios manifestó Su fidelidad a Daniel en ese lugar tan pagano, protegiéndolo, proveyéndole, dirigiéndolo, sosteniéndolo y liberándolo.
Pero ahora vayamos al capítulo 2 para ver la segunda escena, esta segunda fotografía instantánea. Y voy a llamarle:
Escena #2: La estatua y la piedra (Daniel 2):
Permíteme resumirlo de esta manera: Nabucodonosor tuvo un sueño (un sueño perturbador) inquietante, pero a la mañana siguiente no podía recordar cuál había sido. Solo sabía que había sido un sueño muy malo y difícil, así que ordenó a sus oficiales que le explicaran cuál había sido el sueño y qué significa. Y, por supuesto, ninguno de sus oficiales pudo hacerlo, porque, ¿cómo se le puede decir a alguien algo que ha soñado? Y bueno, como nadie supo decirle, ¡el rey se enfureció! Tuvo ataques de ira.
Sin embargo, sabemos que Dios le dio a Daniel sabiduría sobrenatural para contarle al rey el sueño y su significado.
Lee conmigo Daniel capítulo 2, los versículos 31 al 35. Dice:
«Usted, oh rey, tuvo una visión en la que había una gran estatua. Esa estatua era enorme y su brillo extraordinario; estaba en pie delante de usted y su aspecto era terrible.
La cabeza de esta estatua era de oro puro, su pecho y sus brazos de plata, y su vientre y sus muslos de bronce, sus piernas de hierro, sus pies en parte de hierro y en parte de barro.
La estuvo mirando hasta que una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó.
Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro. Quedaron como el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra».
Quiero decirte que ese párrafo es la historia de la humanidad en este momento. La estatua representa una serie de potencias mundiales, empezando con Babilonia, y luego otras por venir. Vemos a la raza humana siempre tratando de construir el reino del hombre, pero vemos a Dios interviniendo en la historia humana, sin manos ni ayuda humanas, para establecer otro reino.
¡Un día, Su reino aplastará a todos los imperios terrenales a través de Cristo, la Piedra, la Roca Viva, y toda la tierra se llenará de la gloria y la adoración de nuestro gran Dios! ¿Amén? ¡Amén!
Ahora quiero que veamos la tercera escena que se encuentra en Daniel capítulo 3. Veremos algo en particular que se destaca allí. Y a esta escena la voy a llamar:
Escena #3: Todos adórenme a mí, el rey (Daniel 3)
Esa es la canción principal de Nabucodonosor: «¡Todos adoren al rey yo!». Ahora bien, Nabucodonosor claramente no entendió el significado de su sueño en el capítulo 2. Él construye esta estatua escandalosamente enorme y ordena a todos sus súbditos de todo el mundo que la adoren. Pero sabemos que los tres jóvenes hebreos se negaron.
Y cuando lo hicieron, ¡Nabucodonosor se puso furioso! Porque las personas que creen que son gobernantes soberanos no pueden soportar que se les contradiga; no pueden soportar que se desafíe su autoridad. Así que el rey los hizo arrojar a un horno de fuego para ser incinerados.
Sin embargo, fíjate en estos tres jóvenes hebreos. ¿Recuerdas que eran adolescentes? Aquí no hay sensación de terror ni pánico. Hay una confianza silenciosa.¿Por qué? Porque ellos sabían que su Dios era el verdadero Dios: el Dios verdadero y vivo, a diferencia de los dioses de Babilonia. Ellos sabían que su Dios era más poderoso que el rey, que se creía todopoderoso. Sabían que su Dios podía salvarlos de la ira del rey.
Ahora bien, ellos sí fueron arrojados al horno de fuego. Estuvieron dispuestos a morir por ser leales y fieles a su Dios. Pero Dios envió a un libertador a ese fuego para rescatar a sus siervos fieles (y muchos creen que ese Libertador (con L mayúscula) fue el propio Hijo de Dios). La valentía, la adoración y la obediencia de los siervos de Dios en ese momento de prueba dieron como resultado alabanza, honor y gloria para el Dios del cielo, y ese es el punto final, la recompensa final, el fin último de afirmar, creer y vivir que el Cielo gobierna. Dios recibe gloria, y los dioses de este mundo son desmantelados.
Débora: ¡Amén! ¡Solo a Dios la gloria!
Has estado escuchando a Nancy DeMoss Wolgemuth con la primera parte de un mensaje que dio sobre el libro de Daniel. Ante la agitación política, financiera o relacional, es fácil perder de vista el hecho de que el Cielo gobierna, ¿verdad?
Si necesitas un recordatorio constante de esa verdad, te encantará el libro de Nancy «El Cielo gobierna», y el subtítulo es «Ten valor. Toma consuelo. Nuestro Dios tiene el control». Durante los próximos dos días, escucharemos una breve descripción general del libro de Daniel, pero este libro de Nancy analiza más a fondo esos pasajes. En él, aprenderás a ver tu vida a través del lente de el Cielo gobierna, y te dará una esperanza y una perspectiva renovadas.
Para obtener una copia de este libro, visita AvivaNuestrosCorazones.com
Mañana escucharemos a Nancy hablar sobre la enorme diferencia que supone para ti y para mí la verdad de que el Cielo gobierna. ¡Entonces, regresa con nosotras el día de mañana!
Para cerrar el episodio de hoy, te invito a que vayamos en oración a Dios, pidiendo por cada nación, su presidente y los funcionarios que las dirigen durante los próximos años. Anna Preston y el pastor George Grant, nos dirigirán en oración.
Anna Preston: Rey Jesús, gracias por ser nuestro Salvador, nuestra Guía y nuestro Señor. Gracias por unirnos en Ti y darnos nuevos nombres, haciendo de cada uno de nosotros una nueva creación por el poder de Tu Espíritu Santo.
Te doy las gracias, oh Cristo, por interceder ante el Padre para que Tu iglesia siempre esté unida, sobre todo en los momentos en los que hay una división rampante en medio de las naciones y las personas buscan su identidad en partidos políticos y no en Ti. Te pedimos que, como Iglesia, nos ayudes a distinguirnos por nuestra identidad en Ti, por nuestra unidad y nuestro amor.
Ayúdanos a ser hombres y mujeres que lleven Tu nombre en alto, hablando y actuando con integridad y fe sincera en esos momentos donde las tentaciones son muy grandes y las oportunidades abundan para alimentar el fuego de la división entre nosotros.
Ayúdanos a mantenernos humildes, oh Cristo. Mantennos arraigados en nuestra identidad, que eres Tú y no un partido político. Ayúdanos a permanecer unidos. Llénanos de Tu amor. ¡Trabaja en nosotros y a través de nosotros como vasos de Tu amor para los que nos rodean, fijando sus ojos en Ti como nuestro verdadero y eterno Rey! En el nombre de Jesús, amén.
George Grant: Soy George Grant, pastor de la Iglesia Presbiteriana Parish, en Franklin, Tennessee. Continuamos en oración.
Tú, oh Señor, eres nuestro Dios. ¡Tú eres el Todopoderoso! Por lo tanto, en estos tiempos turbulentos, descansaremos en Tu provisión, confiaremos en Tu providencia, caminaremos en Tu misericordia, permaneceremos en Tu amor, confiaremos en Tu fuerza y nos mantendremos firmes en Tu gracia.
Nos has dado una buena tierra y un rico legado de libertad y bendición como herencia. Por lo tanto, te suplicamos humildemente que podamos volver a caminar sabiamente delante de Ti, conscientes de Tu favor y gozosos de hacer Tu voluntad aquí en la tierra, tal como se hace en el cielo.
Bendice nuestras naciones con ministerios honorables, enseñanzas sólidas y costumbres puras. Sálvanos de la violencia rebelde y la discordia amarga, del orgullo pomposo y la arrogancia descarada. ¡Sálvanos de todo mal camino!
Por Tu mano soberana, haznos un pueblo unido, una multitud reunida de toda lengua y nación. Suplicamos, a Su Majestad, que dotes con Tu Espíritu de sabiduría a todos los que tienen autoridad, para que haya justicia y paz tanto aquí como en cada nación.
Que podamos proclamar Tu alabanza entre las naciones de la tierra. En días de prosperidad, llena nuestros corazones de acción de gracias. Y en días de adversidad, vivifícanos con Tu gracia suficiente para que nuestra confianza en Ti nunca flaquee o falle.
Levántate, oh Gran Señor, porque maravillosas son Tus obras, porque Tú eres el Todopoderoso. Todo esto lo pedimos con esperanza agradecida y alegre anticipación por Jesucristo, nuestro Señor. ¡Amén y amén!
Débora: Recordándote que el Cielo gobierna, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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