Diseñada con propósito: no necesitas redefinirte

Hoy vamos a hablar de algo que creo que todas hemos pensado en algún momento: ¿Quién soy realmente? ¿Cuál es mi propósito? ¡Acompáñanos a descubrir la respuesta a estas preguntas tan cruciales en nuestras vidas como hijas de Dios! 

Aquí te compartimos algunas frases y versículos del episodio de hoy:

Glorificamos a Dios y experimentamos Sus bendiciones cuando aceptamos y gozosamente abrazamos Su diseño, funciones y orden para nuestras vidas.

¿Qué significa realmente que somos «diseñadas con propósito»? 

• Fuimos cuidadosamente creadas:

• Dios nos puso aquí en la Tierra con una razón de ser y no al azar. 
• Nuestro propósito es glorificar a Dios en cada cosa que hacemos, en lo que motiva nuestras decisiones, lo que pensamos, en cómo invertimos nuestro tiempo, con quién pasamos el tiempo, etc.

¿Cómo las jóvenes de esta generación actual pueden aprender a identificar y abrazar el diseño y el orden de Dios sin sentirse presionadas a encajar en otros moldes?

• Deja de mirar lo que te rodea y fija la vista en Cristo.

• Cuando te enfocas en lo que otros hacen, empezarás a turbarte y a compararte. Al fin y al cabo, la comparación solo te lleva a sentirte presionada a encajar en los moldes que la sociedad te dicta. 

«Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable». — 1 Pedro 2:10

• En este versículo podemos ver:

• Somos escogidas.

• Somos parte de un real sacerdocio y una nación santa. 

• Somos posesión de Dios. 

• Estamos llamadas a anunciar las virtudes de Aquel que nos salvó de las tinieblas a Su luz admirable.

• Escudriñar y meditar en quiénes somos y a lo que estamos llamadas a hacer, según lo que Dios dice de mí, es lo que nos da tranquilidad para no sentirnos presionadas por «encajar» en lo que este mundo dice de nosotras.

• Llenar nuestra mente de la verdad de Dios y no olvidarla, sino tenerla de manera tan central en nuestros pensamientos, nos lleva a no dejarnos tambalear por las ideas tan cambiantes de este mundo.

• Nuestra identidad ya está definida en Cristo. No necesitamos buscar validación en lo que el mundo nos dice que debemos ser. Más bien, necesitamos recordarnos constantemente quiénes somos en Él.

¿Cómo podemos encontrar verdadera seguridad en nuestra identidad en Cristo sin perdernos en la confusión de tantas versiones de nosotras mismas?

• Vivimos en una cultura donde se nos dice que debemos estar en constante cambio, reinventarnos y adaptarnos a las expectativas de los demás. Pero eso puede ser agotador y confuso.

• Si nuestra identidad depende de lo que está de moda o de lo que otros piensan de nosotras, entonces nunca tendremos estabilidad.
• Es importante recordar que nuestra identidad no se basa en algo que cambia, sino en Alguien que nunca cambia. Dios ya nos ha dado una identidad en Cristo, y esa verdad nos da seguridad en medio de tanta confusión.

«Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta». — Números 23:19

• Como seres humanos somos muy cambiantes, pero Cristo nos brinda la paz que necesitamos en saber que lo que somos en Él, no cambiará, pues Él no cambia. 
• Muchas veces el problema es que queremos definirnos a partir de nuestras emociones o logros, cuando lo único seguro es lo que Dios ya ha dicho de nosotras.

¿Cómo podemos lidiar con la tentación de definirnos según los estándares del mundo? 

• Esta tentación puede estar presente en las pequeñas cosas: cómo nos vestimos, lo que publicamos en redes, cómo medimos nuestro valor según lo que dicen de los demás. 
• Si no estamos atentas, sin darnos cuenta empezamos a definirnos según lo que el mundo aplaude, en lugar de lo que Dios ya ha dicho de nosotras.
• Cuando sientes que «deberías» ser de cierta manera para ser aceptada o exitosa, casi siempre es porque estás mirando hacia afuera, en vez de recordar quién eres en Cristo.
• Filtra lo que consumes: a veces puedes decir que algo no te afecta, pero la realidad es que lo que ves y escuchas poco a poco moldea la manera en que piensas.

¿Cómo encontramos el equilibrio entre ser quienes realmente somos y reflejar el propósito para el que fuimos creadas?

• Ser auténtica no es hacer lo que se me antoja, sino vivir siendo quien realmente soy, y quien soy solo puede definirse a la luz de quien Dios dice que soy.

• Dios diseñó nuestra personalidad, nuestros talentos, hasta las cosas que nos apasionan. Pero cuando vivimos para agradar al mundo, esas cosas pueden desenfocarse.

• El verdadero equilibrio está en rendir nuestra identidad a Dios y permitir que Él moldee y santifique lo que ya puso en nosotras para que lo reflejemos a Él.

Para reflexionar:

• ¿Te has tomado el tiempo de preguntarte a ti misma de dónde viene la presión que sientes?

• Parte de vivir con propósito es ser intencional en lo que permites que alimente tu mente y tu corazón. Así que, busca activamente lo que te edifique y te recuerde quién eres en Cristo.
• Ser auténtica no significa seguir cada impulso o tendencia, sino vivir en alineación con el propósito para el cual fuimos creadas. 
• En un mundo donde nos dicen que debemos redefinirnos constantemente, queremos recordarte una verdad clave: Dios ya te diseñó con propósito. No necesitas redefinirte. 

Recursos recomendados:

Episodio, En los ojos de Dios: hallando significado y propósito

Episodio, Redefiniendo nuestro valor en un mundo confuso

Blog, El propósito de tu nueva identidad

Libro, Joven Verdadera

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