Mis frases favoritas del libro «Chica Gay, Dios bueno»

En el episodio del día de hoy Betsy nos compartirá sus frases favoritas del libro «Chica Gay, Dios bueno» escrito por Jackie Hill Perry.

«Chica Gay, Dios bueno» es un libro que no está escrito solamente para personas que quieren conocer acerca de este tema (lesbianismo), es un testimonio de la fidelidad de Dios, de la gracia de Dios, del poder del evangelio.

Mis frases favoritas:

• «Soy aquello que la bondad de Dios le hace a un alma una vez que la gracia la alcanza.»
• «… percibí el pecado como algo bueno y, por lo tanto, a los mandamientos de Dios como un impedimento para el gozo. Para creerle al diablo, no necesité colgarme una estrella de cinco puntas ni memorizar uno que otro hechizo. Lo único que tuve que hacer fue confiar más en mí que en la Palabra de Dios.»
• «Un examen exhaustivo de mi propio corazón, guiado completamente por el Espíritu Santo, me permitió ver algo que no había notado jamás: no solo necesitaba libertad de la homosexualidad, sino de todo el pecado.Tenía una necesidad integral de Dios.»
• «¿Quién le dio a la misericordia mi dirección? ¿O le dijo cómo llegar hasta mi habitación? ¿Acaso no sabía que allí vivía una pecadora? Mientras avanzaba por el pasillo, ¿el olor a ídolos no tendría que haber evitado que sus pies se acercaran? Entonces, recordé un versículo de la Biblia que sabía de memoria. «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna». La misma Biblia que me condenaba contenía las promesas que podían salvarme. Sencillamente, tenía que creer. Tenía que creer en lo que decía sobre Él: Dios.»
• «La luz tiene la capacidad de recibir a la verdad y permitirle que se ponga cómoda, lo cual a su vez significa que cualquier cosa diferente, aunque se invite a entrar, no se sentirá lo suficientemente cómoda como para quedarse.»
• «La lucha contra la homosexualidad era una batalla de fe. Ceder a la tentación habría sido ceder a la incredulidad. Decidir que el cuerpo importaba más que Dios, o que el placer del pecado me sustentaría mejor que Él. Era increíble lo real y tangible y persistente que podía ser, pero su poder era una ilusión. Jesús ya había demostrado que era posible vencer la tentación, y ya me había prometido ayudarme cuando acudiera a Su trono de gracia.»
• «—Cuando Jesús murió y resucitó, te dio poder para vencer el pecado. Literalmente. No tienes por qué ceder. Cada vez que te veas tentada a pecar, recuerda la realidad de que Jesús ya venció. No eres una esclava. Eres libre. Sencillamente, tienes que creerlo y caminar en esa verdad.»
• «—Sí, Jackie. El evangelio no solo te salva; también te mantiene.»
• «No necesitaba aprender a ser mujer en sí. Ya era una mujer. … Aunque yo era mujer en el sentido biológico, necesitaba aprender a ser una al máximo, al reflejar a Cristo tanto en cuerpo como en conducta. A medida que fui conociendo mejor a Dios, Él ciertamente me mostró cómo.»
• «El matrimonio no sería lo que me haría plena, sino la obra de Dios en y a través de mi matrimonio, junto con cualquier otra cosa que el Alfarero decidiera usar para modelarme como Su arcilla. Dios era mi primer amor. Me había casado con Él mucho antes que con Preston, y estaría casada con Él incluso después de que la muerte me separara del hombre al que había prometido amar hasta entonces.»

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