Día 29 | Génesis 48 - 50

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Ya cerca de su muerte, Jacob bendice a sus hijos y nietos. Su muerte marca el fin de estos primeros patriarcas y la historia continúa con la nación de Israel. El libro culmina con la muerte de José años más tarde.

Hoy tenemos algunas enseñanzas a considerar: 

1. Tomando en cuenta el pecado de los hermanos mayores (Rubén, Simeón y Leví) que vimos en capítulos anteriores, Jacob bendice a Judá de manera especial. Estos tres hermanos mayores quedan destituidos de su posición sobre Judá, y este último pasaría al frente y sería el linaje de donde vendría el Mesías.

Pero, ¿recuerdas los hechos ocurridos en el capítulo 38 entre Judá y Tamar? ¿Qué te enseña esto acerca de la elección de Dios y de Sus planes y propósitos soberanos? 

2. Cuando muere Jacob, los hermanos de José temieron que él aún guardaría rencor hacia ellos y de alguna forma se vengaría. Les costaba creer que José realmente les había perdonado. José les respondió con una lección importante, aun para nosotras hoy: nada ocurre sin el predeterminado consejo de Dios. Su mano dirige todas las providencias de nuestras vidas. 

José supo ver la perspectiva vertical de este triste acontecimiento en su historia. Dios mismo había planificado todo con un bien ulterior en mente (50:15-21). Él usa el pecado de los hombres para cumplir Sus planes y hace que todas las cosas obren para bien «para los que son llamados conforme a Sus propósitos» (Ro. 8:28). José devolvió mal con bien. Pagó el mal recibido con misericordia y gracia, prometiendo proveer para sus hermanos y descendientes. 

Y así concluye el libro de Génesis. De la misma forma como Dios dirigió a los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob), Él nos dirige a nosotras hoy. Si has confiado en Jesucristo para el perdón de tus pecados, tú eres una hija de Dios. Eres Su hija amada. Dios te sostendrá y cumplirá Sus propósitos buenos, agradables y perfectos en tu vida.

Para meditar:

• ¿Alguna vez te ha costado perdonar o aceptar el perdón de parte de Dios o de alguien más? 
• ¿Por qué?
• Lee y medita en el siguiente texto: 

«No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades. Porque como están de altos los cielos sobre la tierra, así es de grande Su misericordia para los que le temen. Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones. Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. Porque Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que solo somos polvo». 

–Salmos 103:10-14

• ¿Qué te enseña esta porción acerca del perdón de Dios?

 

«No teman, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo cambió en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente». -Génesis 50:19-20

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