Día 125 | 1 Crónicas 23 – 25
«Estos fueron sus deberes para su ministerio cuando entraron en la casa del Señor según la ordenanza que les fue dada por medio de su padre Aarón, tal como el Señor, Dios de Israel, le había mandado». –1 Crónicas 24:19
Dios ha establecido tiempos específicos para todo en esta vida, incluyendo aquellas posiciones o lugares donde Él nos ha colocado. Cuando David era ya viejo y colmado de días, puso a su hijo Salomón como rey sobre Israel.
El tiempo no invalida el diseño de Dios.
Aarón fue separado para ser santificado como el más santo, él y sus hijos para siempre, para quemar incienso delante del Señor, para servirle y para bendecir en su nombre para siempre.Porque su oficio (tribu de Leví) era ayudar a los hijos de Aarón en el servicio de la casa del Señor, en los atrios y en las cámaras …
«Estos fueron sus deberes para su ministerio cuando entraron en la casa del Señor según la ordenanza que les fue dada por medio de su padre Aarón, tal como el Señor, Dios de Israel, le había mandado». –1 Crónicas 24:19
Dios ha establecido tiempos específicos para todo en esta vida, incluyendo aquellas posiciones o lugares donde Él nos ha colocado. Cuando David era ya viejo y colmado de días, puso a su hijo Salomón como rey sobre Israel.
El tiempo no invalida el diseño de Dios.
Aarón fue separado para ser santificado como el más santo, él y sus hijos para siempre, para quemar incienso delante del Señor, para servirle y para bendecir en su nombre para siempre.Porque su oficio (tribu de Leví) era ayudar a los hijos de Aarón en el servicio de la casa del Señor, en los atrios y en las cámaras y en la purificación de todas las cosas sagradas y en la obra del servicio de la casa de Dios.
Es Dios quien define nuestra identidad y nuestro diseño, no los tiempos.
Dios tiene un llamado, una misión, propósitos y funciones específicas para cada uno de Sus hijos. Qué mejor explicación que la que leemos en 1 Corintios 12:18-21: «Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó. Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Y el ojo no puede decirle a la mano: “No te necesito”; ni tampoco la cabeza a los pies: “No los necesito”».
David y los comandantes del ejército separaron para el servicio a algunos de los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, que habían de profetizar con liras, arpas y címbalos.
De modo que Eleazar e Itamar sirvieron como sacerdotes. Y David, con Sadoc de los hijos de Eleazar y Ahimelec de los hijos de Itamar, los dividió según sus oficios para su ministerio.
De estos, veinticuatro mil debían dirigir la obra de la casa del Señor, seis mil eran oficiales y jueces, cuatro mil eran porteros y cuatro mil alababan al Señor con los instrumentos que David había hecho para rendir alabanza.
Cada miembro es parte importante del cuerpo, el lugar donde estás es precisamente donde Dios te ha colocado.
«Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es parte de ese cuerpo». –1 Corintios 12:27 (NTV)
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