Día 235 | Ezequiel 5 – 8
«Yo mismo traeré sobre ustedes la espada y destruiré sus lugares altos. Sus altares serán devastados, sus altares ídolos». -Ezequiel 6:3-4
Hoy seguimos viendo las profecías de Dios contra Su pueblo. Quiero resaltar los siguientes temas que encontré:
1. Dios juzga el pecado.
Independientemente de que lo creamos o no, Dios lleva a cabo lo que dice que hará. Lo vimos en el Antiguo Testamento y lo veremos cuando Él regrese para juzgar al mundo. Su Palabra debe ser creída si queremos ser salvas de Su ira. Dios nos invita a convertirnos de nuestros ídolos a Dios, depositando nuestra fe en la obra de Jesucristo.
«...cómo se convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a Su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la …
«Yo mismo traeré sobre ustedes la espada y destruiré sus lugares altos. Sus altares serán devastados, sus altares ídolos». -Ezequiel 6:3-4
Hoy seguimos viendo las profecías de Dios contra Su pueblo. Quiero resaltar los siguientes temas que encontré:
1. Dios juzga el pecado.
Independientemente de que lo creamos o no, Dios lleva a cabo lo que dice que hará. Lo vimos en el Antiguo Testamento y lo veremos cuando Él regrese para juzgar al mundo. Su Palabra debe ser creída si queremos ser salvas de Su ira. Dios nos invita a convertirnos de nuestros ídolos a Dios, depositando nuestra fe en la obra de Jesucristo.
«...cómo se convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a Su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera». –1 Tesalonicenses 1:9-10
¿Te has convertido de tus ídolos al verdadero Dios? ¿Has rendido tu vida al señorío de Jesucristo?
2. Cuando Dios habla, debemos obedecer. Él es el Señor.
«¡Yo, el Señor he hablado!». – Ezequiel 5:17
El Señor había mandado a Sus profetas una y otra vez para exhortar al pueblo y advertirlo de la calamidad que vendría por su idolatría, su perversidad, soberbia y orgullo. El pueblo cometía más impiedad incluso que las naciones a su alrededor. Aun el templo estaba siendo profanado con ídolos y abominaciones. Pero Dios no puede ser burlado, y les advertía que pronto ellos sabrían «quién es el Señor».
Dios debe ser obedecido. De no obedecerlo y desechar Sus caminos, veremos consecuencias dolorosas temporales aquí en la tierra.
Dios siempre tiene la primera y la última palabra, y Él desea que reconozcamos que únicamente Él es Dios en esta vida y en la nuestra.
- ¿Qué haces con la Palabra de Dios? ¿La obedeces?
«Porque si alguien es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es». –Santiago 1:23-24
3. Nuestras posesiones materiales no nos salvan.
Muchos ponían su confianza en su oro y su plata pensando que esto los salvaría de la ira del Señor. Pero las posesiones y riquezas son como telas de araña… ¡no pueden sostenernos!
Dios no hace acepción de personas, ni para extender misericordia, ni para traer juicio. Cuando rechazamos a Dios, ni nuestras riquezas, ni conocimiento, ni clase social, ni nada puede salvarnos. Dice Proverbios 18:11: «La fortuna del rico es su ciudad fortificada, y como muralla alta en su imaginación».
- ¿Dónde está puesta tu confianza verdaderamente? ¿En tus ahorros o en el Señor que ha prometido darte el pan de cada día?
4. Todo hombre y mujer deberá rendir cuentas a Dios.
No somos dueños de nosotros mismos. No podemos vivir como nos da la gana. Existe un Dios creador que es nuestro dueño y Él nos invita a ponernos a cuentas con Él.
«Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana». –Isaías 1:16-18 (RV60)
5. Un día Dios juzgará el mundo.
«[Él] viene a juzgar la tierra; Él juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad». –Salmos 98:9
«… está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio…». –Hebreos 9:27
Ante esta realidad, ¿cómo hemos de vivir?
¿Qué te mostraron estos capítulos acerca de tu corazón?
¿Te gustaría que lo que aprendiste en la lectura de hoy fuera de ánimo para otras mujeres? ¡Deja tus pensamientos en la sección de comentarios!
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