De mis sueños a Sus planes: una historia de obediencia y fruto eterno
Gabrielle Wetzel tuvo un ejemplo del servicio al Señor modelado en sus padres. Mientras crecía, tuvo el anhelo de hacer lo mismo y tomó la decisión de estudiar medicina. Pero, sin darse cuenta, ella empezó a basar su identidad como mujer en su carrera, y su anhelo de agradar al Señor se mezcló con el reconocimiento y la realización personal. Hoy, ella nos comparte cómo Dios cambió todos sus planes y la liberó a través de la obediencia a Él.
Frases destacadas del episodio de hoy:
Cuando Gabrielle Wetzel rindió sus planes a Dios de convertirse en una profesional en su área y abrazó el llamado a la maternidad, toda esa primera etapa de ser mamá fue muy difícil:
- Comenzar a hacer cosas que no tenía idea de cómo hacerlas. Cómo llevar una casa, establecer rutinas con sus hijas y cómo cocinar.
- Enfrentó continuamente la …
Gabrielle Wetzel tuvo un ejemplo del servicio al Señor modelado en sus padres. Mientras crecía, tuvo el anhelo de hacer lo mismo y tomó la decisión de estudiar medicina. Pero, sin darse cuenta, ella empezó a basar su identidad como mujer en su carrera, y su anhelo de agradar al Señor se mezcló con el reconocimiento y la realización personal. Hoy, ella nos comparte cómo Dios cambió todos sus planes y la liberó a través de la obediencia a Él.
Frases destacadas del episodio de hoy:
Cuando Gabrielle Wetzel rindió sus planes a Dios de convertirse en una profesional en su área y abrazó el llamado a la maternidad, toda esa primera etapa de ser mamá fue muy difícil:
- Comenzar a hacer cosas que no tenía idea de cómo hacerlas. Cómo llevar una casa, establecer rutinas con sus hijas y cómo cocinar.
- Enfrentó continuamente la crítica de la sociedad. Muchos le decían que estaba desperdiciando su vida y que estaba haciendo algo de lo que al final se arrepentiría.
- Enfrentó lo que se levantaba en su propio corazón.
- Rebeldía, pues hizo muchas preguntas a Dios de por qué le había pedido hacer eso.
- Le parecía injusto porque era mucho trabajo para poco fruto.
- Sentía que era muy humillante tener que hacer todo eso, y le daba vergüenza que le preguntaran en ese tiempo lo que ella hacía.
- Dios le fue mostrando que Él la estaba santificando y que la estaba librando de una vida de arrogancia, de egoísmo y de proyección personal, porque Él quería darle algo muchísimo mejor: una vida que daría fruto para la eternidad y que dejaría un legado para la gloria de Dios que llevaría almas a Sus pies.
- Luego de ese tiempo, Gabrielle tuvo un momento bastante decisivo. Su hija menor comenzaría la primaria, entonces, a nivel familiar enfrentaría muchos cambios:
- Ella tendría las mañanas «libres», varias horas seguidas, donde no estaría a cargo de ninguna de sus hijas.
- Eso se convirtió para ella en una posibilidad de hacer algo diferente, como añadir algo más respecto al cuidado del hogar.
- Muchas personas le preguntaban si quería volver a la medicina, así que le ofrecieron algunos trabajos.
Gabrielle empezó a buscar al Señor y a decir: «Señor, ¿qué es lo que quieres?». Entonces, una vez más, Dios le dijo que su llamado no había cambiado y que:
- Debía quedarse en su hogar, pues era su prioridad
- Que si ahora tenía más tiempo, era para invertirlo en su hogar
- Que si ahora tenía más energía por tener más horas libres, era para desarrollar y usar sus dones, inteligencia y creatividad en pensar de qué manera su hogar podía servir más y mejor al reino de Dios.
Gabrielle sabía que ese era el momento de ir por más:
- Aprender cómo cocinar mejor.
- Cómo ejercer la hospitalidad más habitualmente.
- Cómo dejarse usar de manera específica por el Señor por los dones que le dio respecto a la enseñanza, y así, hacer estudios bíblicos más profundos con sus hijas.
- Orar y discernir cómo usar su hogar para empezar a servir a otras madres con niños pequeños, o visitarlas.
- El Señor le mostró que el hogar, con todas sus dimensiones, es el lugar perfecto donde ella puede conocer y enseñar a Cristo.
- Gabrielle dice que el Señor nos da mucha libertad para ser creativas y disfrutar de aquello que Él nos da, y que la maternidad es un llamado precioso.
Gabrielle dice que al estar obedeciendo este llamado del Señor, ella lo compara con plantar una pequeña semilla. Dice que mientras da pequeños pasos de fe cada día al obedecer al Señor, Dios está haciendo muchísimo más de lo que ella podría haber imaginado:
- Está viendo la bendición de Dios sobre su esposo al verlo crecer y ser fructífero en su ministerio.
- Está viendo cómo el Señor le da a ella gracia para ministrar la Palabra de Dios a sus hijas, y cómo Él está cambiando sus corazones, y creando en ellas un deseo de servirle y ser mujeres de Dios.
- Está viendo cómo Dios toca los corazones de muchas mujeres de su iglesia y cómo están abrazando el llamado de edificar sus hogares.
- Ella y otras mujeres de su iglesia están entendiendo cada vez más el rol tan importante que tiene la mujer en la creación de la comunidad de la iglesia en cuanto al aspecto relacional.
- Ella está creciendo en gratitud al Señor por no haberla dejado seguir en su vana manera de vivir. Ahora lucha menos con esos sentimientos de que se está perdiendo de algo.
- Está entendiendo que el Señor le está mostrando cada vez más que las cosas de este mundo son pasajeras, pero las que no se ven son eternas.
Pasajes bíblicos para ser alentada:
«Ensancha el lugar de tu tienda, extiende las cortinas de tus moradas, no escatimes; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas». —Isaías 54:2
«Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas». —2 Corintios 4:18.
Recursos recomendados:
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Episodio, Maternidad: un llamado sacrificial
Libro digital, Cuida tu hogar
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