¡La vida pasa muy rápido! Hoy tus hijos son pequeños, y parece que el tiempo transcurre tan lento, pero la verdad es que el tiempo se va volando. Antes de que te des cuenta, pasan los días, meses, años y ese bebé que hoy tienes en brazos, saldrá del colegio, se irá a la universidad, se casará, y se irá de tu lado a formar su propia familia.
Considerando esta realidad, en el episodio de hoy, Patricia de Saladín nos hablará sobre una actividad, una práctica, que Dios puede usar para marcar una diferencia en tu familia por generaciones. Esta te brindará la oportunidad de pasar a la siguiente generación las enseñanzas, verdades, portentos y maravillas de nuestro Dios para que tus hijos, si es la voluntad de Dios, lleguen a poner su esperanza en Cristo. Hablemos del devocional familiar.
«Escucha, pueblo mío, mi enseñanza;
Inclinen ustedes su oído a …
¡La vida pasa muy rápido! Hoy tus hijos son pequeños, y parece que el tiempo transcurre tan lento, pero la verdad es que el tiempo se va volando. Antes de que te des cuenta, pasan los días, meses, años y ese bebé que hoy tienes en brazos, saldrá del colegio, se irá a la universidad, se casará, y se irá de tu lado a formar su propia familia.
Considerando esta realidad, en el episodio de hoy, Patricia de Saladín nos hablará sobre una actividad, una práctica, que Dios puede usar para marcar una diferencia en tu familia por generaciones. Esta te brindará la oportunidad de pasar a la siguiente generación las enseñanzas, verdades, portentos y maravillas de nuestro Dios para que tus hijos, si es la voluntad de Dios, lleguen a poner su esperanza en Cristo. Hablemos del devocional familiar.
«Escucha, pueblo mío, mi enseñanza;
Inclinen ustedes su oído a las palabras de mi boca.
En parábolas abriré mi boca;
Hablaré enigmas de la antigüedad,
Que hemos oído y conocido,
Y que nuestros padres nos han contado.
No lo ocultaremos a sus hijos,
Sino que contaremos a la generación venidera las alabanzas del Señor,
Su poder y las maravillas que hizo.
Porque Él estableció un testimonio en Jacob,
Y puso una ley en Israel,
La cual ordenó a nuestros padres
Que enseñaran a sus hijos,
Para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer,
Y estos se levantarán y lo contarán a sus hijos,
Para que ellos pusieran su confianza en Dios,
Y no se olvidarán de las obras de Dios
Sino que guardaran Sus mandamientos». –Salmos 78: 1–7
- La instrucción de nuestros niños en la Palabra de Dios no es una opción y definitivamente nosotras, las mamás, pasamos más tiempo del día con ellos.
- Esa instrucción se debe llevar a cabo como parte de nuestro estilo de vida, de la rutina diaria. También es muy importante programar un tiempo especial donde la familia se reúne especialmente para tener ese devocional familiar o el altar familiar.
- El devocional familiar es un ambiente propicio para encontrarnos con Cristo como familia diariamente a través de los medios de la gracia que Él ha provisto para alabar, aprender y traer preguntas en torno a Dios y Su Palabra y las cosas que suceden en nuestro día a día.
- El devocional familiar es un reto y necesitamos programar ese tiempo porque no sucederá si no lo hacemos de manera intencional. Además, debes seguir un plan, decidir qué leerán, para cada día ir avanzando hasta completar las metas.
- No debe sorprenderte que falles, como padres lo hacemos. No te desanimes si fallan una noche, dos, una semana, simplemente retomen de nuevo. No debe ser una carga sino un medio de gracia que Dios provee para Sus hijos.
Nunca te arrepentirás de exponer diariamente a tus niños a la Palabra.
Recursos recomendados:
- Catecismo familiar, «El catecismo de la nueva ciudad: La verdad de Dios para nuestras mentes y nuestros corazones»
- Catecismo para niños, «¿Quién me hizo?»
- Serie, «Etapa de cambio»
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