Sembrando en lágrimas
Hay días en la maternidad en que simplemente terminamos exhaustas… ¡Tú seguramente puedes testificar de esto! No porque hayas hecho algo «mal» necesariamente, sino porque la labor misma es demandante, es constante, y parece no tener pausa. Es un trabajo 24/7 que no tiene descanso y te lleva al límite de tus fuerzas. Pero hay un versículo en la Palabra que nos recuerda que este trabajo invisible y monótono a veces, tiene un gran valor eterno.
Frases destacadas del episodio de hoy:
«Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo» (Salmo 126:5).
- Muchas veces, como mamá, estás regando semillas en medio de lágrimas. Quizás no estás derramando lágrimas literalmente, pero estás suspirando debajo de la gran encomienda y la gran carga que Dios ha puesto sobre ti en esta etapa, porque hay semillas que se riegan con lágrimas.
- Estás cansada, agotada, pero: …
Hay días en la maternidad en que simplemente terminamos exhaustas… ¡Tú seguramente puedes testificar de esto! No porque hayas hecho algo «mal» necesariamente, sino porque la labor misma es demandante, es constante, y parece no tener pausa. Es un trabajo 24/7 que no tiene descanso y te lleva al límite de tus fuerzas. Pero hay un versículo en la Palabra que nos recuerda que este trabajo invisible y monótono a veces, tiene un gran valor eterno.
Frases destacadas del episodio de hoy:
«Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo» (Salmo 126:5).
- Muchas veces, como mamá, estás regando semillas en medio de lágrimas. Quizás no estás derramando lágrimas literalmente, pero estás suspirando debajo de la gran encomienda y la gran carga que Dios ha puesto sobre ti en esta etapa, porque hay semillas que se riegan con lágrimas.
- Estás cansada, agotada, pero:
- Cada oración que haces mientras doblas ropa.
- Cada suspiro que das al ver el desorden otra vez.
- Cada noche interrumpida por un llanto o una fiebre.
- Cada palabra de instrucción que das, aunque parezca que nadie escucha, ¡todo eso es siembra!
- Muchas veces esa siembra se hace llorando. Pero el Señor promete que el llanto no es el final de la historia. Hay una cosecha prometida, y esa cosecha es de gozo.
- Quizás hoy estás cansada, te sientes en «modo supervivencia». No tienes ayuda, tienes mucho trabajo; el cansancio es real, y sientes que tu vida se ha reducido a servir y servir, y servir y servir… sin descanso. Pero recuerda que Dios no está ausente de ese cansancio. Él lo ve. Él cuenta tus lágrimas, ¡cada una de ellas! Y en Su economía, nada de lo que haces en Su nombre es en vano.
- Las lágrimas pueden nublar la vista, pero hay una promesa detrás de ellas: una cosecha que traerá gozo. Tu labor no es en vano. Puede que ahora no veas los frutos, quizás tus hijos no parecen escucharte, o el esfuerzo parece ser infructuoso en medio de tu rutina diaria. Pero la Palabra te promete que, a su tiempo, tú vas a segar si no desmayas.
- Puedes mirar hacia delante imaginando una mesa llena de hijos, ya adultos, con sus propias familias. Puedes imaginar las risas, conversaciones y el gozo de ver lo que Dios ha hecho, porque Él bendice las familias.
- Las familias están en el centro de la voluntad de Dios. Él trabaja a través de las familias. Y cuando ves que tu entrega, tu trabajo y tu sudor han servido para cultivar eso: una generación que conoce, ama y sirve a Dios, te das cuenta y entiendes que el esfuerzo valió la pena.
- Mamá, sigue sembrando, aun en medio de lágrimas, porque el Dios que amamos es fiel. El que te llamó, cumplirá Su promesa. Aquel que te dio esta encomienda, estará contigo hasta el fin. Sigue perseverando como viendo al Invisible. ¡Él es tu Ayudador!
Pasajes bíblicos para ser alentada:
«No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos». —Gálatas 6:9
Recursos recomendados:
Episodio, Salmo 126, día 8
Episodio, Tienes un tiempo de oportunidad…¡Aprovéchalo bien!
Episodio, El maná que no esperabas
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